CO116 - PET-TC CEREBRAL CON 18F-FDGEN ICTUS SUBAGUDO Y CRÓNICO: COMPLEMENTO DE LA NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL
1Servicio de Medicina Nuclear, Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid, España. 2Servicio de Radiodiagnóstico, Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid, España. 3Servicio de Neurología, Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid, España.
Objetivo: Evaluar la utilidad del PET-TC cerebral con 18F-FDG en la valoración del ictus subagudo/crónico y su relación con los hallazgos de TC cerebral, RM y TC de troncos supraaórticos (TSA).
Material y métodos: Estudio retrospectivo en 20 pacientes con ictus subagudo/crónico. Se analizaron los resultados del PET-TC cerebral con 18F-FDG y su concordancia con TC cerebral, RM perfusión y TC-TSA. Se recopilaron variables clínicas y demográficas.
Resultados: La muestra incluyó 12 hombres (60%) y 8 mujeres (40%), con una edad media de 67,2 ± 14,7 años. El 70% tenía factores de riesgo cardiovascular (FRCV) y el 80% presentó focalidad neurológica. El 80% mostró un PET-TC cerebral patológico, con hipometabolismo más frecuente en regiones corticales derechas. La coincidencia entre PET-TC y las técnicas radiológicas fue moderada (PET-TC-RM: r = 0,53, PET-TC-TC: r = 0,25, PET-TC-TSA: r = 0,25). El tiempo medio desde el diagnóstico hasta la realización del PET-TC fue de 272,7 días, con distribución en tres grupos: 180 días (21,0%). En el 15% de los casos, el PET-TC mostró alteraciones metabólicas más extensas que las evidenciadas en TC o RM. El vaso culpable más frecuente fue la arteria cerebral media (ACM) derecha, afectando al 45% de los pacientes, seguida de la arteria carótida interna derecha en el 10%. En el grupo de pacientes que se realizó el PET-TC > 180 días, el 75% tuvo un resultado discordante con la correlación clínico-radiológica. Se evidenció estenosis carotídea significativa en el 35% de los casos, siendo más frecuente en pacientes con FRCV.
Conclusiones: El PET-TC cerebral con 18F-FDG es un complemento valioso en la evaluación del ictus subagudo y crónico, permitiendo detectar alteraciones funcionales no evidentes en la neuroimagen estructural. Su utilidad es mayor en pacientes con evolución prolongada o con discordancia clínico-radiológica, facilitando una mejor toma de decisiones terapéuticas.




