Descripción del caso: Varón de 44 años con antecedentes de hipopitutarismo parcial con déficit de FSH, LH y GH en tratamiento con testosterona y hormona del crecimiento, broncopata en tratamiento con salbutamol y montelukast. Acude a consulta por referir varios vómitos y somnolencia tras haber estado fumingando sin protección craneal con organosfosforados durante 4 horas por la mañana. Lo trasladan a urgencias en ambulancia convencional.

Exploración y pruebas complementarias: Estable hemodinámicamente. Buen estado general, parcialmente somnoliento pero orientado y consciente en las três esferas. Auscultación cardiopulmonar: rítmico, sin soplos audibles. Murmullo vesicular conservado sin ruidos sobreañadidos. Abdomen: blando y depresible, no doloroso a la palpación. Neurológico: pupilas reactivas mióticas, no signos meníngeos, no otra focalidad. Miembros inferiores: no edemas, no signos de TVP. Hemograma normal. Bioquímica CK-NAK 386, amilasa 96, PCR < 0,40, resto normal. Coagulación normal. Enzimas cardíacas: normal. Radiografía portátil: no condensaciones, no derrame pleural, no infiltrados. Electrocardiograma: ritmo sinusal a 92 latidos por minuto, sin alteraciones de la repolarización. La analítica de control muestra CK-NAK 345, acetilcolinestarasa 12.220. Resto de analítica de control normal.

Juicio clínico: Intoxicación por organosfosforados.

Diagnóstico diferencial: Cefalea tensional. Síndrome confusional. Gastroenteritis aguda. Intoxicación por cocaína.

Comentario final: Los insecticidas organofosforados son componentes orgánicos derivados de la estructura química del fósforo que actúan como potentes inhibidores de la enzima colinesterasa y producen una toxicidad colinérgica grave por exposición cutánea, inhalación o ingestión. Se han utilizado como armas de guerra química y clásicamente en Medicina para el tratamiento de diferentes enfermedades: miastenia gravis, glaucoma, íleo paralítico, atonía vesical, enfermedad de Alzheimer y retinitis por citomegalovirus. Aunque la recuperación suele producirse sin secuelas se refieren en la literatura efectos prolongados: síndrome asténico-vegetativo, hipertensión, molestias gastrointestinales, alteraciones de conducta y otros. La presencia de síntomas puede prolongarse largo tiempo ya que la inhibición de colinesterasas es definitiva y su regeneración se producen en tres meses. La redistribución a partir de los tejidos grasos puede provocar recaídas tras el tratamiento durante el primer mes. La importancia de los efectos causados por la intoxicación de insecticidas organofosforados y carbamatos puede ser comprendida cuando se estima que aproximadamente tres millones de personas se exponen anualmente a dichos agentes con una mortalidad aproximada de 300.000 personas, y provocan un número importante de discapacidades.

BIBLIOGRAFÍA

1. Roldán-Tapia L, Sánchez-Santel F. Secuelas neuropsicológicas de las intoxicaciones agudas por plaguicidas inhibidores de las colinesterasas. Rev Neurol. 2004;38:591-7.

2. Buckley NA, Roberts D, Eddleston M. Overcoming apathy in research on organophosphate poisoning. BMJ. 2004;329:1231-3.

3. World Health Organization. WHO recommended classification of pesticides by hazard and guidelines to classification 2000-2002. WHO/PCS/01.4. Geneve: WHO; 2002.

4. WHO. Public Health impact of Pesticides Used in Agriculture. Ginebra: WHO 1990.