469/29 - TUBERCULOSIS: DIAGNÓSTICO Y PREVENCIÓN DE CASOS
1Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Laredo. Cantabria. 2Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital de Laredo. Cantabria. 3Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Cotolino. Castro Urdiales. Cantabria. 4Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Laredo. Cantabria.
Descripción del caso: Varón de 82 años, recientemente diagnosticado de tuberculosis miliar y espondilodiscitis tuberculosa, acudió a su médico de atención primaria para control evolutivo y prevención de casos comunitarios.
Exploración y pruebas complementarias: Muy buen estado general. Auscultación cardiopulmonar sin hallazgos. TAC: patrón miliar bilateral con presencia de tractos fibrocicatriciales bilaterales sugestivos de reactivación de TBC. Lesión osteolítica de los cuerpos vertebrales D11 y D12, en relación con espondilodiscitis (probablemente tuberculosa).
Juicio clínico: Tuberculosis miliar con espondilodiscitis.
Diagnóstico diferencial: Neumoconiosis, Sarcoidosis, Granulomatosis de Wegener.
Comentario final: En estos últimos años; se han producido avances tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de tuberculosis latente y activa con el objetivo de minimizar las posibilidades de contagio y disminuir la incidencia de enfermedad comunitaria. El diagnóstico de la tuberculosis latente se reserva únicamente a individuos con alto riesgo de infección dado que han sido expuestos a un nuevo contacto o individuos con TBC latente que tiene riesgo de reactivación. Dichos pacientes se dividen en 3 grupos, cuyo riesgo de reactivación aumenta gradualmente: Pacientes de alto riesgo: VIH; trasplantados y convivientes de más de más de 6 horas diarias con el paciente enfermo; pacientes de riesgo moderado: diabéticos y corticodependientes y pacientes de bajo riesgo: pacientes con bajo peso y grandes fumadores. Existen 2 tipos de test con alta sensibilidad y alto valor predictivo negativo para identificar sistemáticamente la infección por TBC: La prueba de la tuberculina (PCT) y la prueba del Interferón gamma (IFN-γ). Esta última técnica se basa en la detección del IFN-γ liberado por las células T sensibilizadas con antígenos específicos de M. tuberculosis; lo cual nos aporta mayor especificidad al discernirlos de aquellos pacientes vacunados o infectados por otras micobacterias. Por ello; los pacientes cuya probabilidad de contagio es alta; la PCT se utiliza sistemáticamente dado que se aceptan los falsos positivos mientras que en aquellos pacientes vacunados o que no vayan a acudir a sus centros de salud para la lectura del Mantoux; se prefiere la realización de la prueba del IFN-γ. La importancia de este caso reside en el papel que desempeña el médico de atención primaria en fomentar la prevención y promoción de salud; y no solo la atención clínica individual.
Bibliografía
Ruiz Manzano J, Blanquer R. Diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis. Archivos de Bronconeumología. 2008;44:551-66.
Bernardo J. Diagnosis of pulmonary tuberculosis in adults. UpToDate, 2018.