Introducción: El eritema reticular telangiectásico (ERT) es una condición poco común, principalmente asociada al uso de marcapasos, aunque también ha sido reportada en relación con prótesis mamarias. Se expone el caso de una mujer de 55 años que, tras una mastectomía con reconstrucción inmediata en 2018 por un carcinoma lobulillar infiltrante multifocal, desarrolló ERT.

Caso clínico: La paciente fue sometida a un seguimiento clínico que incluyó anamnesis, exploración física y estudios de imagen. En 2022, tras una mamografía se evidenció un brote de eritema con inflamación, por lo que se realizó una biopsia con hallazgos inespecíficos. Debido a la persistencia de los síntomas, se repitió la biopsia en enero de 2024, encontrándose fibrosis dérmica, hemorragias y trombosis vascular. Con apoyo dermatológico, se confirmó el diagnóstico de ERT. En este caso, se optó por retirar la prótesis, realizar una capsulotomía e insertar un expansor mamario, que fue rellenado progresivamente. Esta estrategia permitió evitar tensión en la piel y, a los cuatro meses, en el seguimiento posoperatorio, no se registraron nuevos episodios de ERT.

Discusión: El abordaje terapéutico del ERT en contexto de implantes mamarios es aún debatido, dada la escasa experiencia al respecto. El ERT vinculado a prótesis mamarias, aunque infrecuente, puede resolverse retirando el implante, lo cual previene el colapso de la microvascularización dérmica causado por la compresión mecánica. El uso de un expansor representa una solución innovadora que permite mantener la reconstrucción mamaria sin comprometer el resultado estético. La monitorización posoperatoria es esencial para asegurar una evolución favorable.