Es importante considerar cómo la percepción del personal de salud frente a la muerte de un paciente puede afectar su salud mental. Esto plantea la pregunta de si están preparados para estas situaciones y si recibieron la formación necesaria en las universidades.
El artículo El error médico: una motivación y una oportunidad formativa para los residentes1 plantea que la interrelación entre comunicación, seguridad del paciente y formación es importante, ya que el compromiso del profesional ayuda a prevenir errores y reducir el sufrimiento. No obstante, un elemento que podría sumarse para complementar el artículo es analizar cómo los errores graves podrían dar lugar a consecuencias severas, incluida la muerte, destacando la necesidad de una preparación emocional del residente ante el fallecimiento del paciente.
Con solo pensar en la muerte como la extinción del propio ser puede generar pánico. El ámbito médico y hospitalario refleja esta complejidad, donde la formación del profesional de la salud a menudo prioriza los aspectos biológicos en detrimento de los aspectos psicológicos o espirituales2,3.
Por lo tanto, diseñar estrategias tanto en el ámbito universitario como familiar para abordar este proceso es importante. La pedagogía de la muerte puede ayudar a comprender y aceptar la muerte como parte natural de la vida. También es relevante ofrecer cursos sobre la psicología del duelo y la comunicación efectiva ante la pérdida4,5, e incorporar métodos como el role-playing, mindfulness y los programas de mentoría.
En resumen, es responsabilidad de las instituciones académicas capacitar a los profesionales de la salud para saber manejar los errores médicos y brindar apoyo durante el proceso de muerte de los pacientes. Esto implica participar en programas de capacitación que fomenten la confianza y mejoren las habilidades de comunicación.
FinanciaciónLos autores declaran que no existen fuentes de financiación públicas ni privadas.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.





