Objetivos: Damia es una paciente diagnosticada con diabetes mellitus tipo 2 desde 2006. En mayo de 2024, presentaba un mal control glucémico con unas HbA_1c previas que oscilan entre el 11,2-8,3%, pese a estar en tratamiento con insulina basal, insulina rápida y un análogo de GLP1. Dado que cumplía los criterios para la implantación de un sistema de monitorización continua de glucosa (SMCG), se le ofreció esta opción terapéutica, que aceptó.

Material y métodos: En el marco de la educación sanitaria para el uso del sensor, en mayo se realizó una entrevista motivacional (EM) centrada en aspectos clave como la comprensión de la enfermedad, la alimentación y los temores de la paciente. La EM es un método centrado en la persona, diseñado para fortalecer la motivación hacia el cambio. Este enfoque terapéutico se enfoca en autonomía del paciente y facilita el compromiso con objetivos concretos en un ambiente de aceptación y compasión.

Resultados: En julio, Damia viajó a su país, aunque llevaba el sensor implantado no se habían realizado modificaciones del tratamiento farmacológico. Durante su estancia, adoptó nuevos hábitos relacionados con su alimentación y autocuidado, lo que también favoreció una mayor comprensión de su enfermedad. A su regreso, dos meses después, se observó una mejora significativa en su control glucémico, con una reducción de la HbA_1c a 7,8%. Aunque este valor aún no se encuentra dentro del rango objetivo, el progreso logrado es notable, especialmente considerando que no se realizaron ajustes en su tratamiento farmacológico.

Conclusiones: Destacamos el impacto de la EM combinada con la SMCG en el manejo de la diabetes tipo 2. La EM permitió abordar la ambivalencia de la paciente hacia el cambio y reforzar su compromiso con el autocuidado, mientras que el SMCG facilitó una monitorización más efectiva de su glucosa. Estos resultados subrayan la importancia de estrategias terapéuticas integrales, centradas en la persona, que vayan más allá del tratamiento farmacológico. El modelo de la EM es un método clínico útil que puede ser aprendido por profesionales de la salud para promover cambios en los estilos de vida de los pacientes. Permite combinarse con intervenciones educacionales y farmacológicas, ayudando a los pacientes a tomar conciencia de su enfermedad y afrontar su patología con mayor determinación. Además, facilita el manejo de la ambivalencia hacia el cambio, invocando las motivaciones personales que impulsan el compromiso con los objetivos terapéuticos. Este enfoque reafirma la importancia de la colaboración entre pacientes y profesionales de la salud para alcanzar objetivos terapéuticos y promover una mejor calidad de vida.