Introducción y objetivos: El entrenamiento físico regular está asociado a cambios eléctricos que permiten un aumento sostenido del gasto cardíaco. El electrocardiograma es una prueba obligatoria en la revisión rutinaria para diferenciar entre los cambios electrocardiográficos adaptativos fisiológicos y los patológicos. Nuestro objetivo es revisar si el deporte produce cambios en el ECG en sujetos deportistas.

Material y métodos: Se estudiaron 127 varones sanos a los que se les realizó historia clínica, exploración física y ECG con motivo de una certificación deportiva. Se crearon 2 grupos: A (62%) jugadores de fútbol amateur, quienes entrenaron 10 horas semanales; y B (38%) hombres no deportistas. Varios parámetros del ECG se cuantificaron. Se calcularon frecuencias porcentuales para las variables cualitativas y media aritmética, desviación típica para las cuantitativas. Para el análisis de las variables cualitativas se utilizó la prueba ji-cuadrado y para las variables cuantitativas se utilizó ANOVA.

Resultados: No se encontraron diferencias significativas en las características basales de ambos grupos. Aunque no alcanzó significación estadística, el aumento aislado de los voltajes QRS está relacionado con el grupo de atletas.

Conclusiones: Los cambios encontrados en los atletas fueron acortamiento no patológicos de la onda P, complejo QRS y el intervalo QT corregido. No se obtuvieron diferencias significativas electrocardiográficas entre sujetos sanos deportistas y sedentarios, a excepción de repolarización precoz en sujetos atléticos. En nuestra población, las alteraciones electrocardiográficas descritas como corazón de atleta están poco relacionadas con deportistas aficionados y pueden ocurrir en sujetos sedentarios.