Introducción: Entre las lipodistrofias asociadas al tratamiento con insulina, la lipoatrofia es una situación infrecuente desde la introducción del uso de insulina humana recombinante y análogos de insulina, con una prevalencia estimada del 3,6% frente al 25-55% en etapas previas en que se usaba insulina purificada de origen bovino o porcino. Describimos un caso de un paciente pediátrico con diabetes mellitus tipo 1 (DM1) que presentó lipoatrofia grave localizada en la zona de inserción del catéter de infusión de insulina.

Caso clínico: Varón con debut de DM1 a los 16 meses, en situación de cetoacidosis grave (pH 6,94, bicarbonato 6,5, glucemia 867 mg/dL, hemoglobina glicosilada 12%. Autoinmunidad positiva de tres anticuerpos; HLA DR4 positivo) que recibió insulinoterapia IV hasta su estabilización, momento en que se inicia terapia con sistema de infusión continua de insulina (ISCI) con insulina aspart. Se empleó el catéter Mio Advance^® insertado en glúteos con rotación en los mismos. A los 7 meses de inicio del tratamiento se observa una lipoatrofia llamativa en ambos glúteos, con una excavación tal y como se observa en las fotografías. Se decidió cambio a insulina glisina (uso fuera de ficha técnica) con el fin de evitar el componente de zinc. La evolución fue favorable, sin aparición de nuevas lesiones y mejoría lentamente progresiva de las previas.

Discusión: Se han descrito casos en los que el uso de insulina glisina sin zinc ha sido beneficiosa en pacientes con DM1 con ISCI y lipoatrofias. En nuestro caso se confirman dichos beneficios. Es clave la educación terapéutica continuada para prevenir la aparición de lipodistrofias, recomendando la rotación de zonas de inserción, así como la vigilancia para una detección de forma precoz.