Introducción: La monitorización de la recuperación física en anorexia nerviosa (AN) requiere herramientas funcionales más allá del peso. El ángulo de fase (PhA), la ecografía nutricional^® (NU) y la dinamometría permiten una valoración integral y reproducible del estado nutricional real.

Métodos: Se evaluó una cohorte prospectiva de 43 mujeres (edad media: 28,7 ± 13,5 años) ingresadas por AN grave en una unidad hospitalaria especializada. Se recogieron variables antropométricas, bioimpedancia multifrecuencia, NU^® del recto femoral y del tejido adiposo abdominal y fuerza de prensión con dinamómetro Jamar^®. La cohorte fue analizada desde dos enfoques complementarios: (1) estratificación por terciles de PhA al ingreso y análisis de su relación con parámetros morfofuncionales y estancia hospitalaria; (2) comparación de variables entre ingreso y alta.

Resultados: Un PhA más alto se asoció con mayor masa celular, área muscular del recto femoral y dinamometría (p < 0,001), así como con menor estancia (41 vs. 58 días; p < 0,05) y menor coste estimado (25.829 € vs. 36.523 €), calculado según el coste diario del GRD específico para TCA. La intervención indujo incrementos significativos en peso, masa libre de grasa, masa grasa, fuerza de prensión y grasa subcutánea abdominal, sin cambios relevantes en PhA ni en proteínas séricas.

Conclusiones: El uso conjunto de impedanciometría bioeléctrica vectorial, NU^® y dinamometría permite monitorizar con precisión la evolución funcional en AN y anticipar la duración y el impacto económico de la hospitalización. Su integración en protocolos asistenciales puede optimizar el seguimiento clínico, facilitar decisiones individualizadas, mejorar la eficiencia del manejo hospitalario y ofrecer una herramienta objetiva para evaluar resultados en pacientes con malnutrición extrema.

Agradecimientos: equipo multidisciplinar de la UTCA del H.U. Virgen de las Nieves.