Objetivos: El empeoramiento asociado a brotes (RAW) representa un 30-15% de la discapacidad en la esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR) y secundaria-progresiva (EMSP), respectivamente. Los brotes también se relacionan con peor pronóstico. Nuestro objetivo es describir a los pacientes con EM que presentaron un brote entre septiembre de 2024 a febrero de 2025 en una unidad de EM (n ≈ 1.200).

Material y métodos: Se incluyeron pacientes con inicio de síntomas ≤ 14 días. Las visitas se realizaron al inicio, a las cinco semanas y a los tres meses. Se recogieron datos clínicos, demográficos y del brote. RAW se evaluó a los tres meses.

Resultados: Se confirmaron 20 brotes, con una tasa de 2,5 eventos/1.000 pacientes/mes. Edad: 42 años (30, 70); 85% EMRR; 15% EMSP; años de enfermedad 11 (1, 26); EDSS: 2,25 (0, 6,5); tasa anual brotes 0 (0, 2). 70% tenía ≥ 20 lesiones en RM; 35% presentó actividad en RM desde el último tratamiento. Carga medular 6,5 (0, incontable). Los tratamientos fueron: 6 (8,1% del total) dimetilfumarato; 4 (3,4%) ocrelizumab; 2 naïve; 2 (4,3%) interferón beta-1a; 1 (3,3%) acetato de glatirámero; 1 (3,4%) alemtuzumab; 1 (1%) cladribina; 1 (1,5%) ofatumumab; 1 (1,5%) rituximab; 1 sin tratamiento (duración 4,16 años [0,16; 14,39]). Se identificaron desencadenantes en 30%, principalmente infecciones. El 70% fueron sensitivos y monosintomáticos. 50% medulares. 70% empeoró EDSS (+1). 45% recibió corticoides; 1 plasmaféresis. A los tres meses, solo 20% se recuperó por completo y se confirmó RAW en 4/10.

Conclusión: Los brotes fueron poco frecuentes en nuestra serie y la mayoría de los pacientes experimentaron empeoramiento.