Objetivos: En la enfermedad de Alzheimer (EA), niveles elevados de B-amiloide (AB) se asocian con la progresión de la enfermedad. No obstante, se conoce menos sobre las etapas tempranas, cuando la deposición de AB ha empezado pero aún es baja. Este estudio evaluó la relación entre la acumulación temprana de AB y la patología de tau en fases iniciales de la enfermedad.

Material y métodos: Incluimos 211 participantes cognitivamente sanos del estudio ALFA+ con AB-PET (18F-flutemetamol) en dos visitas (media [DE] = 3,2 [0,4] años), y 91 participantes con tau-PET en el seguimiento. Los participantes se clasificaron en tres grupos según los valores de AB-PET centiloides al inicio: negativos (< 12), intermedios (12-24) y positivos (> 24). Las diferencias entre grupos se analizaron mediante modelos de regresión lineal ajustados por edad, sexo y diferencia temporal.

Resultados: Al inicio, 25 participantes (11,8%) eran positivos para AB y 17 (8,1%) se encontraban en el rango intermedio. Estos grupos mostraron una acumulación de AB significativamente mayor en comparación con el grupo negativo (ambos p < 0,001), sin diferencias significativas entre ambos grupos (p = 0,805). En el seguimiento, los individuos positivos en AB, pero no los intermedios (p > 0,8), mostraron niveles significativamente más altos de patología de tau en las regiones Braak I-II (B [IC95%] = 0,94 [0,48; 1,4], p = 0,003) y Braak III-IV (B [IC95%] = 0,76 [0,29; 1,2], p = 0,005).

Conclusión: Entre individuos cognitivamente sanos, incluso niveles intermedios de AB se asocian con una acelerada acumulación de AB, aunque la deposición de tau permanece baja. Esto sugiere una ventana óptima para intervenir antes del inicio de la patología tau.