Buscar en
Gastroenterología y Hepatología
Toda la web
Inicio Gastroenterología y Hepatología Helicobacter pylori y cardiopatía isquémica
Información de la revista
Vol. 23. Núm. 2.
Páginas 99-103 (Febrero 2000)
Compartir
Compartir
Más opciones de artículo
Vol. 23. Núm. 2.
Páginas 99-103 (Febrero 2000)
Acceso a texto completo
Helicobacter pylori y cardiopatía isquémica
Helicobacter pylori and ischemic heart disease
Visitas
9335
JJ. Pérez Povedaa, JP. Gisberta, JM. Pajares Garcíaa
a Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario de la Princesa. Madrid.
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Texto completo
Bibliografía
Estadísticas
Texto completo

La enfermedad coronaria isquémica se ha relacionado tradicionalmente con distintos factores de riesgo como la hipertensión arterial, el tabaco, las dislipemias, la diabetes, el sedentarismo, la obesidad y los anticonceptivos orales1. También han sido implicados otros factores como pueden ser una leucocitosis intensa, unos valores de hematócrito elevados o una hiperfibrinogenemia2,3. No obstante, estos factores no explican por completo todos los casos de enfermedad coronaria, sino únicamente el 50-75% de los que ocurren en la sociedad industrializada4.

La aterosclerosis se ha considerado como una enfermedad inflamatoria crónica5, donde la pared arterial es dañada por la acción de monocitos, macrófagos y linfocitos T. Esta teoría fue ya propuesta a principios del siglo pasado por Rayer6, quien postuló una posible relación entre la aterosclerosis y la inflamación. La presencia de linfocitos T sugiere la existencia de una respuesta inflamatoria activa7, por lo que se ha especulado sobre la posibilidad de que determinados microorganismos desempeñen un papel en la patogenia de la placa de ateroma, y fue a principios del siglo xx cuando se comenzó a plantear esta hipótesis8.

MICROORGANISMOS IMPLICADOS EN LA PATOGENIA DE LA ATEROSCLEROSIS

Un herpesvirus fue, en 1950, el primer microorganismo que se relacionó con el desarrollo de aterosclerosis coronaria en pollos que padecían linfomatosis de Marek9. Posteriormente se encontraron secuencias del genoma y de antígenos del virus herpes simple y del citomegalovirus en arterias con aterosclerosis en el hombre10. Sin embargo, el ya famoso estudio Framingham11 no demostró asociación entre las manifestaciones del herpes y el infarto agudo de miocardio, coincidiendo con lo descrito por otros autores12,13.

Las infecciones bacterianas también se han relacionado con la aterosclerosis. Así, Manttila et al14 observaron que los pacientes con enfermedad coronaria tenían unos índices superiores de infección dental que la población control. Las infecciones periodontales están producidas por gérmenes gramnegativos, que por distintos mecanismos pueden inducir cambios en las arterias y facilitar la aparición de aterosclerosis14. El hecho más importante que relacionó la enfermedad coronaria con las infecciones bacterianas fue la demostración de la asociación de este proceso con la infección por Chlamydia pneumoniae (C. pneumoniae), observación que ha sido puesta de manifiesto por distintos estudios15-18. El diagnóstico de infección por C. pneumoniae se ha realizado mediante pruebas serológicas, e incluso se ha demostrado la presencia de este microorganismo en las placas de ateroma de arterias coronarias mediante la técnica de reacción en cadena de la polimerasa19-21.

Son varios los mecanismos potenciales que han sido propuestos para explicar la asociación entre procesos infecciosos y enfermedad coronaria22-25. Así, se han implicado mecanismos «agudos», que actuarían precipitando la rotura de la placa de ateroma, y mecanismos «crónicos», que promoverían el crecimiento de dicha placa. También se ha sugerido la acción de mecanismos directos: lesión del endotelio22, disfunción de éste23, proliferación del músculo liso25 e inflamación local22; entre los mecanismos indirectos, que representan la mayoría, se incluirían los mediadores inflamatorios5,26,27, anticuerpos con reactividad cruzada24,28 y cambios en diversos factores cardiovasculares como lípidos29, proteínas de la coagulación5, metabolitos exudativos5 o la homocisteína30.

PAPEL DE LA INFECCIÓN POR HELICOBACTER PYLORI (H. PYLORI)

Actualmente se considera que la formación de la placa de ateroma comienza a edades tempranas de la vida. Por otra parte, distintas evidencias sugieren que la ausencia de unas condiciones higienicosanitarias correctas durante la infancia puede influir en el riesgo de enfermedad coronaria en la edad adulta31. La infección por H. pylori se adquiere habitualmente en la infancia32, y su incidencia es mayor en aquellas poblaciones con un reducido nivel socioeconómico, lo que se ha confirmado en un estudio con gemelos monocigotos expuestos a distintas condiciones higiénicas33. Así pues, se ha formulado la hipótesis de una posible asociación entre la infección por este microorganismo y la enfermedad isquémica coronaria.

Mendall et al34 fueron, en 1994, los primeros en relacionar la infección por H. pylori con la enfermedad coronaria. Llevaron a cabo un estudio con 111 pacientes con enfermedad coronaria demostrada por coronariografía y con 74 controles, realizando a todos ellos una determinación serológica de IgG frente a H. pylori mediante técnica de ELISA. Los autores observaron que el 59% de los casos y el 39% de los controles tenían una serología positiva (odds ratio, 2,28; p = 0,007). Después de realizar un ajuste estadístico por edad, factores de riesgo cardiovasculares y nivel social, seguía existiendo una asociación significativa (odds ratio, 2,15; p = 0,03).

POSIBLES MECANISMOS PATOGÉNICOS

Se han sugerido dos teorías que apoyarían la existencia de una asociación entre H. pylori y enfermedad isquémica coronaria35, como se resume a continuación.

La primera de ellas se basa en que en la gastritis crónica inducida por H. pylori se produce una elevación de diversos marcadores de inflamación como la proteína C reactiva, el ácido siálico, el fibrinógeno y los leucocitos. Se ha comprobado que el incremento de estas sustancias sucede también en otras infecciones crónicas, como las producidas por C. pneumoniae y las infecciones dentales, que se han relacionado con la cardiopatía isquémica, como se ha mencionado previamente. Las bacterias gramnegativas, como H. pylori y C. pneumoniae, tienen la capacidad de producir citocinas, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF- * ), la interleucina (IL)-6, y la IL-1, estimulando a los monocitos circulantes a través de los lipopolisacáridos de su membrana. En cultivos in vitro de mucosa gástrica se ha demostrado que la IL-6 es producida en cantidades significativamente mayores por los pacientes infectados por H. pylori que por aquellos no infectados36. La IL-1 induce la adhesión de los leucocitos a las células endoteliales37-39, e indirectamente favorece la proliferación de células musculares lisas y fibroblastos de la pared vascular40. Por su parte, la IL-1 ß y el TNF- * favorecen la actividad coagulante en las células endoteliales, así como la permeabilidad vascular38,41. Todo esto conduce finalmente a una destrucción de las células endoteliales, lo que podría explicar la capacidad aterogénica de las bacterias gramnegativas.

La segunda teoría se basa en la capacidad del H. pylori para estimular a los leucocitos mononucleares, que son capaces de producir una sustancia que activa al factor VII de la coagulación y convierte el fibrinógeno en fibrina, hecho que ha sido demostrado por Miragliotta et al42 a partir de biopsias gástricas obtenidas por gastroscopia. La elevación de los valores circulantes de fibrinógeno, factor VII y factor de Von Willebrand se ha asociado con el riesgo de desarrollar isquemia coronaria3,43-46. En este sentido, Meade et al44 demostraron que un incremento en una desviación estándar en la concentración de fibrinógeno se asocia con un 85% de aumento del riesgo de desarrollar cardiopatía isquémica.

Los primeros autores que describieron una asociación entre la infección por H. pylori y el incremento en los valores de fibrinógeno fueron Patel et al47; sin embargo, otros investigadores48, en un estudio similar, observaron que no existía esta asociación. Con posterioridad, otros estudios han demostrado esta asociación, pero evaluando a pacientes con enfermedad coronaria establecida, eventualidad que podría incrementar, per se, los niveles de fibrinógeno. Por su parte, Parente et al49 han comparado las concentraciones circulantes de distintos factores de la coagulación en pacientes con y sin infección por H. pylori, y han demostrado que no existe asociación entre la presencia del microorganismo y el número de plaquetas, el número de leucocitos, el tiempo de protrombina, el tiempo parcial de tromboplastina y la concentración de fibrinógeno. En cambio, los valores del factor VII y del prothrombin cleavage fragment (F1+2) eran significativamente mayores en las personas infectadas. No obstante, después de realizar un ajuste estadístico por edad, sexo, hábito tabáquico y situación socioeconómica, comprobaron que desaparecía dicha asociación. Así, los autores concluyen que la infección por H. pylori no constituye un factor de riesgo de cardiopatía isquémica a través de un aumento de estos factores de la coagulación, aunque se pueda producir una tendencia hacia un estado procoagulante.

Las bacterias gramnegativas, entre las que se incluye H. pylori, inducen, a través de los lipopolisacáridos de su membrana, una alteración en el metabolismo lipídico, determinando un aumento de los triglicéridos, de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y de las de muy baja densidad (VLDL), así como un descenso de las lipoproteínas de colesterol de alta densidad (HDL)50-52. Estos cambios se atribuyen fundamentalmente al TNF y en menor medida a la IL-1. Un grupo español encontró que las concentraciones medias de colesterol y triglicéridos eran superiores en las personas infectadas por H. pylori, pero concluyeron finalmente que estas diferencias no se mantienen tras ajustar por sexo y edad53. Siguiendo esta línea, el mismo equipo demostró que tras erradicar la infección por H. pylori en un grupo de pacientes diabéticos, los valores de HDL y lipoproteína a54 se normalizaban.

Por su parte, el factor activador plaquetario induce fenómenos de oclusión trombótica vascular en la microcirculación, y H. pylori, in vitro, es capaz de producir precisamente este factor55,56. En este sentido, se ha observado que extractos del H. pylori promueven la adhesión de los leucocitos polimorfonucleares a las células endoteliales57, favoreciendo la degranulación de los mastocitos y la formación de agregados de leucocitos y de plaquetas58. Así, se ha demostrado59 que H. pylori favorece la expresión de la P-selectina plaquetaria, que desempeña el papel más importante en la formación de estos agregados, donde la L-selectina leucocitaria también está implicada, no así la expresión de la P-selectina endotelial.

Por último, Pasceri et al60 han observado que la infección por cepas de H. pylori CagA+ es significativamente más frecuente entre los pacientes con enfermedad coronaria, mientras que la infección por cepas CagA­ es similar entre cardiópatas y sanos. Sin embargo, no se han encontrado diferencias significativas en la prevalencia de infección por estas cepas de H. pylori entre pacientes con enfermedad coronaria aguda y crónica.

ASOCIACIÓN EPIDEMIOLÓGICA

Desde que Mendall et al34 en 1994 describieran por primera vez esta posible asociación, han sido muchos los trabajos que se han publicado encaminados a demostrar, de forma directa o indirecta, la participación de H. pylori en la patogenia de la enfermedad coronaria. La infección por el microorganismo se ha diagnosticado por técnicas serológicas en todos los trabajos excepto en uno61, que además ha utilizado la prueba del aliento con urea marcada con 13C. No obstante, hasta ahora no se ha podido demostrar la presencia de ADN de H. pylori en las placas de ateroma. De este modo, Blasi et al20 no lo encuentran en las placas de ateroma de 50 pacientes con aneurisma de aorta abdominal, ni De Luis et al54 en 31 pacientes sometidos a cirugía vascular reparadora.

En los diversos trabajos publicados se han obtenido resultados contradictorios. Así, algunos encuentran una asociación significativa entre la infección por H. pylori y la enfermedad isquémica coronaria34,62-69, otros evidencian que existe esta asociación pero no de forma significativa70,71, y para unos terceros no existe asociación alguna72-74. Esta diversidad de resultados puede ser explicada, entre otros, por los siguientes factores: a) las distintas definiciones de enfermedad isquémica coronaria utilizadas (unas basadas en la clínica, otras en las alteraciones electrocardiográficas, y unas terceras en las lesiones de la coronariografía); b) la elección de los controles (cribado clínico cardíaco, donantes de sangre voluntarios, dolor torácico atípico con coronariografía normal o pacientes escogidos al azar de listas de médicos de cabecera), y c) la identificación o no de una serie de factores de confusión que es preciso tener en cuenta y que pueden limitar las conclusiones de estos trabajos, para lo cual hay que realizar estudios estadísticos específicos. Entre estos factores de confusión destacan la edad, la raza, la situación socioeconómica actual y el nivel de vida en la infancia, que como se ha mencionado previamente podría desempeñar un papel importante tanto en la infección por H. pylori como en la enfermedad coronaria. Por ejemplo, Whincup et al75 realizaron un estudio en el que el 68% de los pacientes con infarto tenían una serología positiva para H. pylori. La prevalencia de la infección se asociaba con un trabajo de tipo manual, con el hábito tabáquico, con una presión arterial sistólica elevada, con un nivel alto de glucemia y con un volumen espiratorio bajo. De este modo, tras ajustar por las variables de confusión desapareció la relación entre la infección por H. pylori y el infarto. Parece ser que las condiciones de vida durante la infancia son el factor de confusión más importante, aunque algunos estudios que han ajustado sus resultados por esta variable continúan obteniendo resultados positivos5,34,59,76.

CONCLUSIÓN

La relación entre la infección por H. pylori y la enfermedad coronaria isquémica no está aclarada en la actualidad. El hecho de que ambas tengan una alta prevalencia en la población y de que existan importantes factores de confusión dificulta considerablemente la realización de estudios con un elevado rigor científico. Así, son necesarios más trabajos con una correcta elección de los casos y de los controles, con una valoración exhaustiva de los posibles factores de confusión, y con un buen diseño estadístico, para poder responder definitivamente a la pregunta de si la infección por H. pylori representa un factor de riesgo de la enfermedad coronaria. Si, finalmente, así fuera, ¿podrían los antibióticos incluirse en el arsenal terapéutico dirigido a la prevención de la enfermedad isquémica coronaria?

Bibliografía
[1]
Levy D, Kannel WB..
Cardiovascular risk: new insights from Framingham..
Am Heart J, 116 (1988), pp. 266-272
[2]
Nieminen MS, Mantilla K, Valtoven V..
Infection and inflammation as risk factors for myocardial infarction..
Eur Heart J, 14(SuplK) (1993), pp. 12-16
[3]
Yanel JW.G, Baker IA, Sweetman PM, Bainton PJ, Elwood PC..
Fibrinogen, viscosity, and white blood cell count are major risk factors for ischaemic heart disease..
Circulation, 83 (1991), pp. 836-844
[4]
Satmler J..
Research related to risk factors..
Circulation, 60 (1979), pp. 1575-1587
[5]
Patel P, Mendall MA, Carrington D, Strachan DP, Leatham E, Molineaux N et al..
Association of Helicobacter pylori and Chlamydia pneumoniae infections with coronary heart disease and cardiovascular risk factors..
Br Med J, 311 (1995), pp. 711-714
[6]
Rayer P..
Memoires sur l'ossification morbide, consederée comme une terminaison des phlegmasics..
Arch Gen Med (París), 1 (1823), pp. 31-45
[7]
Virchow R..
Der atheromatose prozess der arterien..
Wien Med Wochenschr, 6 (1856), pp. 825-837
[8]
Diseases of the arteries: En: Osler E, editor. Modern medicine: its practice and theory. Filadelfia: Lea & Febiger, 1908; 429-447.
[9]
Paterson J, Cottral GE..
Experimental coronary sclerosis. III: Lymphomatosis as a cause of coronary sclerosis in chickens..
Arch Pathol, 49 (1950), pp. 699
[10]
Melnick JL, Adam E, Debakey ME..
Cytomegalovirus and atherosclerosis..
Eur Heart J, 14(SuplK) (1993), pp. 30-38
[11]
Havlik RJ, Blackwelder WC, Kaslow R, Castelli W..
Unlikely association between clinically apparent herpesvirus infection and coronary incidence at older ages. The Framingham Heart Study..
Arteriosclerosis, 9 (1989), pp. 877-880
[12]
McDonald JL, Rectos RS, Braulin EA, Kubo SH, Olivari MT..
Association of coronary artery disease in cardiac transplants recipients with cytomegalovirus infection..
Am J Cardiol, 64 (1989), pp. 359
[13]
Pahl E, Fricker FJ, Armitage J, Griffith BP, Taylor S, Uretsky BF et al..
Coronary arteriosclerosis in pediatric heart transplant survivors: limitation of long-term survival..
J Pediatr, 116 (1990), pp. 177-183
[14]
Manttila KJ, Nieminen MS, Valtonen VV, Rasi VP, Kesamiemi YA, Syrjala SL et al..
Association between dental health and acute myocardial infarction..
Br Med J, 198 (1989), pp. 779-781
[15]
Saikku P, Leinonen M, Mattila K, Ekman MR, Nieminen MS, Makela PH et al..
Serogical evidence of an association of a novel Chlamydia, TWAR, with chronic coronary heart disease and acute myocardial infarction..
Lancet, 2 (1988), pp. 983-986
[16]
Saikku P, Leinonen M, Tenkanen L, Ekman MR, Linnanmarki E, Manninen V et al..
Chronic Chlamydia pneumoniae infection as a risk factor for coronary heart disease in the Helsinsky Heart Study..
Ann Intern Med, 116 (1992), pp. 273-278
[17]
Thom DH, Wang SP, Grayston JT, Siscovick DS, Stewart DK, Kronmal RA et al..
Chlamydia pneumoniae strain TWAR antibody and angiographically demonstrated coronary artery disease..
Arterioscler Thromb, 11 (1991), pp. 547-551
[18]
Thom DH, Grayston JT, Siscivick DS, Wang SP, Weiss NS, Daling JR..
Association of prior infection with Chlamydia pneumoniae and angiographically demonstrated coronary artery disease..
JAMA, 268 (1992), pp. 68-72
[19]
Kuo C, Shor A, Campbell LA, Fukushi H, Patton Dl, Grayston JT..
Demonstration of Chlamydia pneumoniae in atherosclerotic lesions of coronary arteries..
J Infect Dis, 167 (1993), pp. 841-849
[20]
Blasi F, Denti F, Erba M, Consenti R, Raccanelli R, Rinaldi A et al..
Detection of Chlamydia pneumoniae but no Helicobacter pylori in atherosclerotic plaques of aortic aneurysms..
J Clin Microbiol, 34 (1996), pp. 2766-2769
[21]
De Luis DA, Aller R, Haurie J, García Arata I, Martín de Argila C, Canton R et al..
Afectación de la pared arterial por H. pylori y C. pneumoniae en pacientes arterioescleróticos [resumen]..
Gastroenterol Hepatol, 21 (1998), pp. 521
[22]
Gill EA, McIntyre TM, Prescott SM, Zimmerman GA..
Mechanisms of vascular injuri in the pathogenesis of infectious disease..
Curr Op Infect Dis, 5 (1992), pp. 381-388
[23]
Infection, inflammation, and infarction: does acute endothelial dysfunction provide a link? Lancet 1997; 349: 1391-1392.
[24]
Leinonen M..
Pathogenetic mechanisms and epidemiology of Chlamydia pneumoniae..
Eur Heart J, 14(SuplK) (1993), pp. 57-61
[25]
Epstein SE, Speir E, Zhou YF, Guerra E, Leon M, Finkel T..
The role of infection in re-stenosis and atherosclerosis: focus on cytomegalovirus..
Lancet, 348(SuplI) (1996), pp. S13-S17
[26]
Mendall MA, Patel P, Ballam L, Strachan D, Northfield TC..
C reactive protein and its relation to cardiovascular risk factors: a population based cross sectional study..
Br Med J, 312 (1996), pp. 1061-1065
[27]
Ridker PM, Cushman M, Stampfer MJ, Tracy RP, Hennekens CH..
Inflammation, aspirin, and the risk of cardiovascular disease in apparently healthy men..
N Engl J Med, 336 (1997), pp. 973-979
[28]
Birnie D, McKay IC, Hood S, McColl KE.J, Hillis WS..
Association between antibodies to mycobacterial heat shock protein 65 and coronary atherosclerosis: possible mechanism of action on Helicobacter pylori in increasing cardiovascular risk [resumen]..
Heart, 75(SuplI) (1996), pp. P64
[29]
Could Helicobacter pylori infection increase the risk of coronary heart disease by modifying serum lipid concentrations? Heart 1996; 50: 573-575.
[30]
Sung JJ, Sanderson JE..
Hyperhomocysteinaemia, Helicobacter pylori, and coronary heart disease..
Heart, 76 (1996), pp. 305-307
[31]
Elford J, Whincup P, Shaper AG..
Early life experience and adult cardiovascular disease: longitudinal and case-control studies..
Int J Epidemiol, 20 (1991), pp. 833-844
[32]
Mendall MA, Goggin PM, Molineaux N, Levy J, Toosy T, Strachan D et al..
Association between childhood living conditions and Helicobacter pylori seropositivity in adult life..
Lancet, 1 (1992), pp. 896-897
[33]
Malaty HM, Graham DY, Isaaksson I, Engstrand L, Pedersen NL..
Co-twin study of the effect on environment and dietary elements on acquisition of H. pylori infection..
Am J Epidemiol, 8 (1998), pp. 793-797
[34]
Mendall MA, Goggin PM, Molineaux N, Levy J, Toosy T, Strachan D et al..
Relation of Helicobacter pylori infection and coronary heart disease..
Br Heart J, 71 (1994), pp. 437-439
[35]
The association between Helicobacter pylori infection and ischaemic heart disease: facts or fancy? Helicobater 1997; 2 (Supl I): S67-S72.
[36]
Crabtree J, Shallcross T, Heatley R, Wyatt J..
Mucosal tumour necrosis factor alpha and interleukin-6 in patients with Helicobacter pylori associated gastritis..
Gut, 32 (1991), pp. 1473-1477
[37]
Bevilacqua MP, Pober JS, Wheeler ME, Cotran RS, Gimbrone MA..
Interleukin-1 acts on cultures human vascular endothelium to increase the adhesion of polymorphonuclear leukocytes, monocytes, and related leukocyte cell lines..
J Clin Invest, 76 (1985), pp. 2003-2011
[38]
Bevilacqua MP, Stengelin S, Gimbrone MA, Ssed M..
Endothelial leukocite adhesion molecule 1: an inducible receptor for neutrophils related to complement regulatory proteins and lecitins..
Science, 243 (1989), pp. 1160-1165
[39]
Luscinskas FW, Brock AF, Arnaout MA, Gimbrone MR..
Endothelial-leukocyte adhesion molecule-1-dependent and leukocyte (CD11/CD18)-dependent mechanisms contribute to polymorphonuclear leukocite adhesion to cytokine-activated human vascular endothelium..
J Immunol, 142 (1989), pp. 2257-2263
[40]
Raines EW, Dower SK, Ross R..
Interleukin-1 mitogenic activity for fibroblast and smooth muscle cells is due to PDFG-AA..
Science, 243 (1989), pp. 393-396
[41]
Martín S, Maruta K, Burkart V, Guillis S, Kolb H..
IL-1 and INF-* increase vascular permeability..
Immunology, 64 (1988), pp. 301-305
[42]
Miragliotta G, Del Prete R, Mosca A..
Helicobacter pylori infection and coronary heart disease..
Lancet, 334 (1994), pp. 751
[43]
Wilhelmsen L, Svardusudd K, Korsa-Bengsten K, Larson B, Welin L, Tibblin G..
Fibrinogen as a risk factor for stroke and myocardial infarction..
N Engl J Med, 311 (1984), pp. 501-505
[44]
Meade T, Mellows S, Brozovic M, Miller G, Chakrabarti R, North W et al..
Haemostatic function and ischaemic heart disease: Principal results of the nortwick Park Heart Study..
Lancet, 2 (1986), pp. 533-537
[45]
Kannel W, Wolf P, Castelli W, D'Agostino R..
Fibrinogen and risk on cardiovascular disease: The Framingham Study..
JAMA, 258 (1987), pp. 1183-1186
[46]
Carter A, Moayyedi P, Carro A, Heppell R, Axon A, Grant P..
The influence of Helicobacter pylori status on circulating levels on the coagulation factors fibrinogen, von Willebrand factor, factor VII, and factor VIII..
Helicobacter, 1 (1996), pp. 65-69
[47]
Patel P, Carrington D, Strachan DP, Leatham P, Goggin P, Northfield TC et al..
Fibrinogen: a link between chronic infection and coronary heart disease..
Lancet, 343 (1994), pp. 1634-1636
[48]
Murray L, Bamford K, O'Reilly D, McCrum E, Evans A..
Helicobacter pylori infection: Relation with cardiovascular risk factors, ischaemic heart disease, and social class..
Br Heart J, 74 (1995), pp. 497-501
[49]
Parente F, Maconi G, Imbesi V, Sanglaletti O, Poggio M, Rossi E et al..
Helicobacter pylori infection and coagulation in healthy people..
Br Med J, 312 (1997), pp. 1318-1319
[50]
Sammalkorpi K, Valtoven V, Kertula Y, Nikkila E, Taskinen MR..
Changes in serum lipoprotein pattern induced by acute infections..
Metabolism, 37 (1988), pp. 859-865
[51]
Cabana VG, Siegel JW, Sabesin SM..
Effects of the acute phase response on the concentration and density distribution of plasma lipids and apolipoproteins..
J Lipid Res, 30 (1989), pp. 39-49
[52]
Lanza-Jacoby S, Tabares A..
Trygliceride kinetics, tissue lipoprotein lipase and liver lipogenesis in septic rats..
Am J Physiol, 258 (1990), pp. E678-E685
[53]
Martín de Argila C, Boixeda D, Cantón R, Moreno L..
Niveles séricos de colesterol y triglicéridos e infección por Helicobacter pylori. ¿Un papel patogénico en la aterogénesis? [resumen]..
Rev Esp Enferm Dig, 90(Supl1) (1998), pp. 273
[54]
De Luis DA, García Avello A, De la Calle H, Martín de Argila C, Aller R, Ramos F et al..
Disminución del riesgo cardiovascular tras la erradicación de Helicobacter pylori en diabéticos [resumen]..
Gastroenterol Hepatol, 21 (1998), pp. 52
[55]
Denizot Y, Sobhani I, Rambaud JC, Lewin M, Thomas Y, Benveniste J..
PAF-acether synthesis by Helicobacter pylori..
Gut, 31 (1990), pp. 1242-1245
[56]
Dixon MF..
Pathophysiology of Helicobacter pylori infection..
Scand J Gastroenterol, 29(Supl201) (1994), pp. 7-10
[57]
Yoshida N, Granger N, Evans DJ Jr, Evans DG, Graham D, Anderson DC et al..
Mechanisms involved in Helicobacter pylori-induced inflammation..
Gastroenterology, 105 (1993), pp. 1431-1440
[58]
Kurose I, Granger N, Evans DJ Jr, Evans DG, Graham DY, Myasaka M et al..
Helicobacter pylori-induced microvascular protein leakage in rats: role of neutrophils mast cells, and platelets..
Gastroenterology, 107 (1994), pp. 70-79
[59]
Elizalde JI, Gómez J, Panés J, Lozano M, Casadevall M, Ramírez J et al..
Platelet activation in mice and human H. pylori infection..
J Clin Invest, 100 (1997), pp. 996-1005
[60]
Pasceri V, Cammarota G, Patti G, Cuoco L, Gasbarrini A, Grillo RL et al..
Association of virulent Helicobacter pylori strains with ischaemic heart disease..
Circulation, 97 (1998), pp. 1675-1679
[61]
Estudio serológico de la infección por Helicobacter pylori [tesis doctoral]. Universidad de Alcalá de Henares. Facultad de Medicina, Madrid, 1996.
[62]
Ponzetto A, La Rovere M, Sanseverino P, Bazzoli F..
Association of Helicobacter pylori infection with coronary heart disease. Study confirms previous findings..
Br Med J, 312 (1996), pp. 251
[63]
Ossei-Gerning N, Moayyedi P, Axon A, Grant P..
The association between Helicobacter pylori and ischaemic heart disease assessed by coronary angiography [resumen]..
Gut, 39(Supl2) (1996), pp. A91
[64]
Caselli M, Kubbajeh M, Ruina M, Gaudenzi P, Trevisani L, Marangoni M et al..
Helicobacter pylori and heart [resumen]..
Gut, 39(Supl2) (1996), pp. A91
[65]
Malnick S, Adlan K, Golan D, Bass D, Beergabel M, Fink A et al..
High incidence of H. pylori seropositivity in young patients with coronary heart disease [resumen]..
Gut, 39(Supl3) (1996), pp. A63
[66]
Martín de Argila C, Boixeda D, Fuertes A, Cantón R, Barba M, Arocena C..
High prevalence of Helicobacter pylori infection in coronary heart disease demonstrated by the 13C-urea breath test [resumen]..
Gut, 39(Supl2) (1996), pp. A95
[67]
Martín de Argila C, Boixeda D, Cantón R, Gisbert JP, Fuertes A..
High seroprevalence of Helicobacter pylori infection in coronary heart disease..
Lancet, 346 (1995), pp. 310
[68]
Balaban D, Peura D, Watson D, Remblod C, Shifflett J..
Relationship between H. pylori infection and ischemic heart disease [resumen]..
Gastroenterology, 110(Supl4) (1996), pp. A55
[69]
Morgando A, Sanseverino P, Perotto C, Molino F, Gal V, Ponzetto A..
Helicobacter pylori seropositivity in miocardial infarction..
Lancet, 345 (1995), pp. 1380
[70]
McDonagh T, Woodward C, Morrison J, McMurray J, Tunstall-Padae H, Lowe H et al..
Lack of independent association of H. pylori and coronary heart disease [resumen]..
Gut, 38(Supl1) (1996), pp. A1
[71]
Aromaa A, Knekt P, Reunamen A, Rautelin H, Kosumen T..
Helicobacter pylori infection and the risk on myocardial infarction [resumen]..
Gut, 39(Supl2) (1996), pp. A91
[72]
Maier R, Auricchio A, Nilius M, Domínguez-Muñoz JE, Klein H..
Lack of association between Helicobacter pylori infection and angiographically documented coronary heart disease [resumen]..
Gut, 39(Supl2) (1996), pp. A92
[73]
Vakil N, Kushid A, Fenske T, Bajwa T..
H. pylori infection in patients with and without coronary heart disease [resumen]..
Gut, 39(Supl2) (1996), pp. A91
[74]
Strandberg T, Tilvis R, Vuoristo M, Kosunen T..
H. pylori infection and cardiovascular disease in elderly population [resumen]..
Gut, 39(Supl2) (1996), pp. A92
[75]
Whincup PH, Mendall MA, Perry IJ, Strachan DP, Walker M..
Prospective relations between Helicobacter pylori infection, coronary heart disease and stroke in middle aged men..
Heart, 75 (1996), pp. 568-572
[76]
Ossei-Gerning N, Noayyedi P, Smith S, Braunholtz D, Wilson HI, Axon ATR et al..
Helicobacter pylori infection is related to atheroma in patients undergoing coronary angiography..
Cardiovasc Res, 35 (1997), pp. 120-124
Opciones de artículo
Herramientas
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos