Buscar en
European Journal of Education and Psychology
Toda la web
Inicio European Journal of Education and Psychology Relación entre el perfeccionismo socialmente prescrito y la conducta agresiva d...
Información de la revista
Vol. 10. Núm. 1.
Páginas 15-22 (Junio 2017)
Compartir
Compartir
Descargar PDF
Más opciones de artículo
Visitas
2190
Vol. 10. Núm. 1.
Páginas 15-22 (Junio 2017)
Open Access
Relación entre el perfeccionismo socialmente prescrito y la conducta agresiva durante la infancia tardía
Relationship between socially prescribed perfectionism and aggressive behaviour during late childhood
Visitas
2190
José Manuel García-Fernándeza, María Vicenta, Cándido J. Inglesb,
Autor para correspondencia
cjingles@umh.es

Autor para correspondencia.
, Carolina Gonzálveza, Ricardo Sanmartína
a Área de Psicología Evolutiva y de la Educación, Departamento de Psicología Evolutiva y Didáctica, Universidad de Alicante, Alicante, España
b Área de Psicología Evolutiva y de la Educación, Departamento de Psicología de la Salud, Universidad Miguel Hernández, Elche, Alicante, España
Este artículo ha recibido

Under a Creative Commons license
Información del artículo
Resumen
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Tablas (3)
Tabla 1. Participantes de la muestra total clasificados en función del sexo y la edad
Tabla 2. Media, desviación estándar y tamaño del efecto para cada dimensión del Aggression Questionnaire obtenidas en los grupos con alto y bajo perfeccionismo socialmente prescrito
Tabla 3. Regresión logística binaria para la probabilidad de presentar alto perfeccionismo socialmente prescrito en función de las 4 subescalas del Aggression Questionnaire
Mostrar másMostrar menos
Resumen

El objetivo de este trabajo consistió en examinar la relación entre el perfeccionismo socialmente prescrito (PSP) y la agresividad, atendiendo a sus componentes: fisiológico-emocional (ira), motor (agresividad física y verbal) y cognitivo (hostilidad). Se empleó una muestra de 776 alumnos de tercero a sexto curso de Educación Primaria (M=9.72; DE=1.14), así como la Child and Adolescent Perfectionism Scale y el Aggression Questionnaire para evaluar, respectivamente, el PSP y los componentes de la conducta agresiva: Ira, Hostilidad, Agresividad Física y Agresividad Verbal. Los análisis de diferencia de medias mostraron que los alumnos con altos niveles de PSP puntuaron significativamente más alto en las 4 subescalas del Aggression Questionnaire, en comparación con sus iguales con bajos niveles de PSP, obteniendo tamaños del efecto moderados en todos los casos, excepto para la variable Hostilidad, cuya magnitud de las diferencias encontradas fue pequeña. Los análisis de regresión logística revelaron que las 4 dimensiones del Aggression Questionnaire predijeron significativa y positivamente altas puntuaciones en PSP, con niveles de OR que oscilaron entre 1.07 y 1.12. Los resultados evidencian que existe una estrecha relación entre el PSP y las manifestaciones de la agresividad.

Palabras clave:
Perfeccionismo socialmente prescrito
Hostilidad
Ira
Agresividad física y verbal
Infancia tardía
Educación Primaria
Abstract

The aim of this study was to assess the relationship between socially prescribed perfectionism (SPP) and aggressiveness according to their components: physiological-emotional (anger), motor (physical and verbal aggression), and cognitive (hostility). The sample included 776 children from the 3rd to 6th year of Primary School (M=9.72 years; SD=1.14). The Child and Adolescent Perfectionism Scale and the Aggression Questionnaire were used to assess, respectively, SPP and components of aggressive behaviour: Anger, Hostility, Physical and Verbal Aggression. The mean difference analysis showed that students with high levels of SPP scored significantly higher on all 4 sub-scales of Aggression Questionnaire, compared with their peers with lower levels of SPP. Moderate effect sizes were obtained for all cases, except for Hostility, where the magnitude of the differences was small. Logistic regression analysis revealed that the 4 dimensions of Aggression Questionnaire predicted significantly and positively high scores on SPP, with the OR ranging from 1.07 to 1.12. The results showed that there is a close relationship between the SPP and manifestations of aggression.

Keywords:
Socially prescribed perfectionism
Hostility
Anger
Physical and verbal aggression
Late childhood
Primary Education
Texto completo
Introducción

Según Flett, Hewitt, Boucher, Davidson y Munro (2000), el perfeccionismo infantil está constituido por las dimensiones del perfeccionismo socialmente prescrito (PSP), definido como la creencia de que las personas del entorno le exigen a uno mismo que sea perfecto, y del perfeccionismo autoorientado, entendido como la motivación por alcanzar la perfección en la consecución de tareas junto con unas altas expectativas de rendimiento. De estas 2 dimensiones, el PSP se considera como la más desadaptativa y perjudicial para la salud (e. g., Frost, Heimberg, Holt, Mattia y Nuebauer, 1993; Gaudreau y Thompson, 2010; Stoeber y Otto, 2006). Así, en población infantojuvenil, el PSP ha sido asociado de forma positiva con una gran cantidad de psicopatologías como la depresión (Asseraf y Vaillancourt, 2015; Dry, Kane y Rooney, 2015), la ansiedad (Christopher y Shewmaker, 2010; DiBartolo y Varner, 2012), los trastornos de la conducta alimenticia (Pamies y Quiles, 2014) y el potencial suicida (Hewitt, Caelian, Chen y Flett, 2014), entre otras.

La conducta agresiva ha sido conceptualizada como un constructo heterogéneo difícil de definir, debido a las múltiples formas que puede adoptar. Así, Buss y Perry (1992) conceptualizaron la agresividad como la combinación de 3 componentes que a menudo son empleados indistintamente, pero cuyo significado encierra algunos matices que deben ser tenidos en cuenta: motor (agresión), cognitivo (hostilidad) y fisiológico-emocional (ira). El componente motor o la agresión supone cualquier acción física o verbal que se lleve a cabo con el objetivo de herir a otros (Leary, Twenge y Quinlivan, 2006), mientras que la hostilidad es un estado cognitivo negativo que envuelve actitudes y creencias hacia los demás, caracterizado por el cinismo, la aprensión, la desconfianza, el resentimiento y la denigración (Miller, Smith, Turner, Guijarro y Hallet, 1996; Sanz, García-Vera y Magán, 2010). Por el contrario, la ira se considera un estado de excitación derivado de condiciones sociales que implican amenaza o frustración y que provocan emociones desagradables de intensidad variable, desde una leve irritación a una intensa furia (Averill, 1982; Lubke, Ouwens, de Moor, Trull y Boomsma, 2015; Miller, Smith, Turner, Guijarro y Hallet, 1996). La investigación de la conducta agresiva desde edades tempranas resulta de gran relevancia por las consecuencias adversas que se derivan de cada una de sus 3 manifestaciones, suponiendo una tendencia al desarrollo de problemas de salud física y mental, consumo de drogas, delincuencia, etc. (e. g., Garaigordobil, Martínez-Valderrey y Aliri, 2013; Hampson, Tildesley, Andrews, Luyckx y Mroczek, 2010; Harachi et al., 2006; Inglés, Gonzálvez, García-Fernández, Vicent y Martínez-Monteagudo, 2015; Inglés et al., 2014; Kerr y Schneider, 2008; Pérez-Fuentes et al., 2015), así como por el hecho de que, una vez establecida, la agresividad en la infancia es un patrón de comportamiento bastante estable (e. g., Huesmann, Dubow y Boxer, 2009; Kokko y Pulkkinen, 2005).

Perfeccionismo socialmente prescrito y agresividad

De las 3 manifestaciones asociadas a la conducta agresiva (ira, hostilidad y agresividad física y verbal), la ira es la que más trabajos ha generado en lo que se refiere al análisis de la relación que se establece entre dicho constructo y el PSP.

Dunkley y Blankstein (2000) analizaron la relación entre el PSP y la ira, encontrando correlaciones positivas y significativas de pequeña magnitud, en una muestra compuesta por 233 estudiantes universitarios canadienses con una media de edad de 21 años. Seleccionando una muestra de 114 estudiantes de entre 10 y 15 años de Canadá, Hewitt et al. (2002) examinaron la relación entre el PSP y 4 dimensiones de la ira, hallando correlaciones significativas, de pequeña magnitud y en sentido positivo entre el PSP y la Ira-Externa (entendida como la expresión externa de la ira), así como en sentido negativo para la Ira-Interna (definida como la represión de la ira). No se observaron correlaciones significativas para la Ira-Reflexión y la Ira-Control. Tampoco se encontraron diferencias estadísticamente significativas en función de la edad o el sexo, excepto en el caso de la Ira-Interna, cuya correlación con el PSP fue mayor en la muestra masculina que en la femenina. Contrariamente a lo esperado, Saboonchi y Lundh (2003) no encontraron correlaciones significativas entre la ira y el PSP, en una muestra compuesta por 186 escoceses de entre 25 y 50 años.

Posteriormente, Blankstein y Lumley (2008) evaluaron la ira en población, igualmente, universitaria canadiense (N=205; media de edad 22.1 años), pero analizando las diferencias en función del sexo. Los autores obtuvieron asociaciones positivas y significativas, de moderada magnitud, entre la ira y el PSP, tanto en los hombres como en las mujeres. No obstante, el PSP únicamente resultó ser un predictor positivo y significativo de la ira en la muestra femenina. Macedo et al. (2009) examinaron la ira en 62 mujeres portuguesas embarazadas, obteniendo correlaciones positivas de magnitud pequeña entre dicha dimensión y el PSP. Similarmente, Myoung-Ho (2009) observó en 238 universitarios asiáticos que el PSP influye de forma desadaptativa en la expresión de la ira. También con población universitaria, pero en este caso con 242 participantes iraníes de entre 18 y 29 años, Saleh-Esfahani y Ali-Besharat (2010) encontraron correlaciones positivas entre el PSP y la Ira-Rasgo, la Ira-Estado, la Ira-Interna y la Ira-Externa, así como negativas con la Ira-Control tanto Interna como Externa, siendo dichas correlaciones de gran magnitud para todos los casos.

Finalmente, Stoeber, Schneider, Hussain y Matthews (2014) analizaron las reacciones de 100 universitarios ingleses de entre 18 y 45 años ante situaciones de repetidos fracasos, comparándolas con las reacciones a repetidos éxitos. Los resultados mostraron que el PSP predijo un incremento de la ira tras el fracaso. Así, los participantes con altas puntuaciones en PSP mostraron un incremento en sus niveles de ira después de fracasar repetidas veces, en comparación con los participantes que reportaron bajos niveles de PSP.

En lo que respecta a la relación entre el PSP y la hostilidad, han sido escasos los trabajos empíricos realizados. El primero de ellos fue elaborado por Besser, Flett y Hewitt (2004), con 200 estudiantes universitarios israelíes de una edad media de 21.75 años. Los autores elaboraron un experimento en el que los participantes realizaron diversas tareas con varios niveles de dificultad. Respecto a los análisis correlacionales, se obtuvo que el PSP se asoció positiva y significativamente con la hostilidad antes y después de la tarea, siendo dichas correlaciones de magnitud pequeña. Los resultados del experimento mostraron que antes de la tarea, los sujetos con elevados niveles de PSP reportaron más altos niveles de hostilidad. Sin embargo, el PSP no se asoció significativamente con incrementos significativos en la hostilidad tras la tarea. En consonancia con Besser, Flett y Hewitt (2004), Lee y Mi (2010) hallaron, en 357 estudiantes coreanos de Educación Media y Secundaria, que los grupos caracterizados por altos niveles de PSP obtuvieron las puntuaciones más altas en hostilidad.

Por último, se desconoce la existencia de estudios que hayan comprobado la relación entre el PSP y el componente conductual de la agresividad. No obstante, la investigación ha demostrado que determinadas facetas desadaptativas (e. g., discrepancia percibida entre el rendimiento real y las altas expectativas) del perfeccionismo están vinculadas de forma positiva con la conducta agresiva. En esta línea, Chester, Merwin y DeWall (2015) concluyeron que el perfeccionismo desadaptativo se asoció con incrementos en la agresividad tras la recepción de un feedback negativo. Similarmente, Öngen (2010) observó que el perfeccionismo desadaptativo predijo significativamente y de forma positiva la agresión física, aunque no la agresión verbal, en una muestra de 445 adolescentes turcos de entre 15 y 18 años.

El presente estudio

De acuerdo con la revisión teórica realizada para este estudio, es posible concluir que ninguna de las investigaciones citadas ha examinado la forma en que el PSP se asocia con los 3 componentes de la agresividad, conjuntamente. Además, y aunque son numerosos los trabajos que analizan la relación entre el PSP y la ira, los antecedentes teóricos son escasos para la hostilidad e inexistentes en lo que se refiere a la agresividad física y verbal. Asimismo, en la literatura científica sobre el campo predomina el empleo, fundamentalmente, de población universitaria norteamericana, siendo un único estudio el efectuado con estudiantes de Educación Media y Secundaria (Lee y Mi, 2010). Además, no se encontró ningún trabajo realizado con población española.

Por tanto, el presente trabajo tiene como finalidad examinar la relación que se establece entre el PSP y la conducta agresiva, atendiendo a sus componentes motor (Agresividad Física y Verbal), cognitivo-fisiológico (Hostilidad) y emocional (Ira), en estudiantes españoles de tercero a sexto curso de Educación Primaria. Dicho objetivo general se concreta en los siguientes objetivos específicos: a) examinar si existen diferencias en las puntuaciones medias en Hostilidad, Ira, Agresividad Física y Agresividad Verbal, entre los alumnos con altos y bajos niveles de PSP, y b) analizar la capacidad predictiva de la Hostilidad, la Ira, la Agresividad Física y la Agresividad Verbal sobre las altas puntuaciones en PSP.

De acuerdo con la evidencia empírica previa, se espera que:

Hipótesis 1: los alumnos con altos niveles en PSP puntúen significativamente más alto en Ira que sus iguales con bajo PSP, así como que la variable Ira prediga significativa y positivamente altos niveles de PSP, ya que los trabajos previos en este sentido coinciden en concluir una relación positiva entre el PSP y la ira (Dunkley y Blankstein, 2000; Hewitt et al., 2002; Macedo et al., 2009; Myoung-Ho, 2009; Saleh-Esfahani y Ali-Besharat, 2010; Stoeber, Schneider, Hussain y Matthews, 2014).

Hipótesis 2: los alumnos con altos niveles en PSP puntúen significativamente más alto en Hostilidad que sus iguales con bajo PSP, así como que la variable Hostilidad prediga significativa y positivamente altos niveles de PSP, en consonancia con los trabajos previos elaborados por Besser et al. (2004) y Lee y Mi (2010), quienes hallaron evidencias acerca de una relación positiva entre el PSP y la hostilidad.

Hipótesis 3: los estudiantes con altos niveles en PSP puntúen significativamente más alto en Agresividad Física y Verbal que sus iguales con bajo PSP, así como que las variables Agresividad Física y Verbal predigan significativa y positivamente altos niveles de PSP, en concordancia con el trabajo de Öngen (2010), el cual concluyó que el perfeccionismo desadaptativo influye positivamente sobre la agresividad tanto física como verbal.

MétodoParticipantes

La selección de la muestra se llevó a cabo a través de un muestreo aleatorio por conglomerados (zonas geográficas: norte, sur, este y oeste) de la provincia de Alicante. Siguiendo este procedimiento, se seleccionaron 11 centros de Educación Primaria, de los cuales se escogió al azar un grupo de cada curso desde tercero hasta sexto. De esta forma, la muestra inicial se compuso por 874 participantes, de los cuales 98 fueron excluidos del estudio porque no presentaban el nivel de lectura mínimo requerido para la cumplimentación de los test, porque sus padres o tutores legales no dieron su consentimiento para participar en el estudio, por ser alumnado repetidor, o por omisiones y/o errores en la cumplimentación de las pruebas.

Por tanto, la muestra final se compuso de 776 participantes de entre 8 y 11 años (M=9.72; DE=1.14). En la tabla 1 puede observarse la distribución de la muestra según el sexo y la edad. La prueba Chi cuadrado para la homogeneidad de las frecuencias reveló que no existían diferencias significativas entre los 8 grupos de sexo por edad (χ2=5.37; p=.15).

Tabla 1.

Participantes de la muestra total clasificados en función del sexo y la edad

  8 años  9 años  10 años  11 años  Total 
Hombres  60 (7,7)  94 (12,1)  66 (8,5)  146 (18,8)  366 (47,2) 
Mujeres  86 (11,1)  108 (13,9)  82 (10,6)  134 (17,3)  410 (52,8) 
Total  146 (18,8)  202 (26,0)  148 (19,1)  280 (36,1)  776 (100) 

Los datos se expresan como n (%).

Instrumentos

Socially Prescribed Perfectionism de la Child and Adolescent Perfectionism Scale (Flett, Hewitt, Boucher, Davidson y Munro, 2000). Este instrumento consta de 10 ítems que evalúan la creencia de que los demás esperan que uno sea perfecto (e. g., «Mis profesores esperan que mi trabajo sea perfecto») con una escala de respuesta tipo Likert de 5 puntos. Esta escala es aplicable a población adolescente e infantil a partir de los 8 años de edad. En su validación original, el PSP obtuvo adecuados índices de consistencia interna y fiabilidad test-retest (α=.81; tr=.74). Castro et al. (2004) aplicaron una versión traducida al español de la Child and Adolescent Perfectionism Scale, reportando niveles de fiabilidad y estabilidad temporal aceptables para el PSP que variaron entre α=.82 y .92 para una muestra clínica y no clínica de mujeres adolescentes españolas, respectivamente. La consistencia interna (alfa de Cronbach) calculada para el presente estudio fue de .76.

Aggression Questionnaire (AQ; Buss y Perry, 1992), validado en población preadolescente española por Santiesteban y Alvarado (2009). Este instrumento consta de 29 ítems que se estructuran en torno a 4 subescalas: Agresividad Física (e. g., «Si me provocan lo suficiente, puedo llegar a golpear a otra persona»); Agresividad Verbal (e. g., «Cuando la gente no está de acuerdo conmigo, no puedo remediar discutir con ellos»); Ira (e. g., «Algunas veces me siento como una bomba a punto de estallar»), y Hostilidad (e. g., «Cuando la gente se muestra especialmente amigable, me pregunto qué querrán»). En su validación original en lengua inglesa, la escala presentó unos adecuados índices de fiabilidad, que rondaron entre α=.72 (para la subescala Agresividad Verbal) y α=.89 (para el total del AQ). En su adaptación a población preadolescente española, Santiesteban y Alvarado (2009) obtuvieron índices de fiabilidad (alfa de Cronbach) entre .65 (para la subescala Ira) y .87 (para la Agresividad Física). En lo que respecta al presente estudio, los niveles de fiabilidad alfa de Cronbach fueron de .82, .77, .74 y .71 para Agresividad Física, Hostilidad, Agresividad Verbal e Ira, respectivamente.

Procedimiento

Primeramente, se contactó con los directores y/o jefes de estudio de cada centro educativo con el fin de informarles sobre los objetivos de este trabajo y solicitar su colaboración. Una vez confirmaron su participación en el estudio, se procedió a solicitar a los padres y/o tutores legales de la muestra seleccionada el consentimiento informado por escrito. Obtenido dicho consentimiento, se procedió a la administración de las pruebas, de forma grupal y en horario escolar, durante una única sesión de aproximadamente 40min, estando presente al menos un investigador. Previamente a la administración de los test, el investigador informó a los participantes sobre el procedimiento a seguir, incidiendo en el carácter voluntario del mismo. La cumplimentación de las pruebas se realizó de forma anónima, asignando una clave personal.

Análisis de datos

Para hallar las posibles diferencias entre estudiantes con alto PSP (puntuaciones iguales o superiores al centil 75) y bajo PSP (puntuaciones iguales o inferiores al centil 25) en las puntuaciones medias obtenidas en Hostilidad, Ira y Agresividad Física y Verbal, se empleó la prueba t de Student de diferencias de medias para medidas independientes. Para establecer la magnitud de las diferencias halladas se recurrió al índice d (diferencia de media tipificada). La interpretación del mismo se realizó de la siguiente manera: valores entre .20 y .50 suponen un tamaño del efecto pequeño, mientras que valores entre .51 y .79 y superiores a .80 indicarán un tamaño del efecto moderado y grande, respectivamente (Cohen, 1988).

Asimismo, se empleó el método de regresión logística binaria a través del procedimiento de regresión por pasos hacia delante basado en el estadístico de Wald para analizar la capacidad predictiva de las 4 dimensiones evaluadas por el AQ sobre el alto PSP. Esta capacidad de predicción es estimada por el estadístico odds ratio (OR), que se interpreta de la siguiente forma: OR>1 indica predicción en sentido positivo, OR<1 indica predicción en sentido negativo, mientras que el valor 1 indica que no hay predicción (De Maris, 2003).

Todos los análisis fueron realizados con el programa informático SPSS versión 20.

ResultadosDiferencia de medias

La tabla 2 muestra los resultados para las diferencias entre el grupo con alto PSP y el grupo con bajo PSP en las puntuaciones medias en Agresividad Física, Hostilidad, Ira y Agresividad Verbal. En todos los casos, el grupo con alto PSP puntuó significativamente más alto que el grupo con bajo PSP, observándose tamaños del efecto moderados para todas las dimensiones del AQ, excepto para la Hostilidad, cuya magnitud de las diferencias encontradas fue pequeña.

Tabla 2.

Media, desviación estándar y tamaño del efecto para cada dimensión del Aggression Questionnaire obtenidas en los grupos con alto y bajo perfeccionismo socialmente prescrito

  Prueba LeveneGrupo alto PSPGrupo bajo PSPSignificación estadística y magnitud de las diferencias
Dimensiones del AQ  F  p  M  DE  M  DE  t424  p  d 
Agresividad física  1.12  .29  23.44  8.08  17.95  7.10  5.66  <.001  .71 
Hostilidad  1.01  .31  23.03  7.59  19.43  7.19  3.82  <.001  .48 
Ira  .16  .68  19.05  5.09  16.22  4.44  4.68  <.001  .58 
Agresividad verbal  1.92  .16  12.72  4.76  10.38  4.13  4.15  <.001  .52 
Regresiones logísticas

La tabla 3 ofrece los resultados de los análisis de regresión logística para la probabilidad de presentar altas puntuaciones en PSP en función de la Agresividad Física, la Hostilidad, la Ira y la Agresividad Verbal. La proporción de casos correctamente clasificados osciló entre el 71% (para Agresividad Verbal) y el 74.3% (para Hostilidad). Asimismo, se obtuvieron valores para la R2 de Nagelkerke que rondaron entre .16, para Ira, y .19, para Agresividad Física y Hostilidad.

Tabla 3.

Regresión logística binaria para la probabilidad de presentar alto perfeccionismo socialmente prescrito en función de las 4 subescalas del Aggression Questionnaire

Variable  χ2  R2  ET  Wald  p  OR  IC 95% 
Agresividad física
Clasificados correctamente: 72%  30.31  .19  .07  .02  26.51  >.001  1.07  1.04-1.11 
Constante      −.94  .28  10.81  .001  .38   
Hostilidad
Clasificados correctamente:74.3%  30.67  .19  .08  .02  27.31  >.001  1.09  1.05-1.12 
Constante      −1.19  .33  13.12  .000  .30   
Ira
Clasificados correctamente: 72%  20.89  .16  .09  .02  18.99  >.001  1.09  1.05-1.14 
Constante      −1.15  .38  9.066  .003  .31   
Agresividad verbal
Clasificados correctamente: 71%  23.85  .17  .11  .02  21.18  >.001  1.12  1.06-1.17 
Constante      −.71  .27  6.82  .009  .49   

Las 4 dimensiones del AQ predijeron de forma positiva y significativa altos niveles de PSP. Concretamente, se obtuvieron niveles de OR que oscilaron entre 1.07 (Agresividad Física) y 1.12 (Agresividad Verbal). Esto implica que la probabilidad de presentar altos niveles en PSP aumenta un 7 y un 12% por cada punto que se incrementan los niveles en Agresividad Física y Verbal, respectivamente. En cuanto a la Hostilidad y la Ira, la probabilidad de presentar elevados niveles de PSP es un 9% mayor por cada punto que aumentan las puntuaciones en dichas variables.

Conclusiones/discusión

En el presente trabajo se examina la relación que existe entre el PSP y los 3 componentes de la conducta agresiva. Se propuso alcanzar dicho objetivo, en primer lugar, comparando las puntuaciones medias en Ira, Hostilidad, Agresividad Física y Verbal, reportadas por los alumnos con alto y bajo PSP; y en segundo lugar, analizando la capacidad predictiva de las manifestaciones de la agresividad sobre los altos niveles en PSP.

En lo que respecta a la Ira, los alumnos que puntúan alto en PSP suelen reportar niveles significativamente superiores que aquellos que puntúan bajo en PSP. En consonancia con ello, se observó que la Ira es una variable que predice positiva y significativamente altas puntuaciones en PSP, confirmando de esta forma la hipótesis 1 y coincidiendo con una gran cantidad de literatura previa que ha hallado evidencias acerca de una relación positiva y significativa entre PSP y el componente emocional de la conducta agresiva (Dunkley y Blankstein, 2000; Hewitt et al., 2002; Macedo et al., 2009; Saleh-Esfahani y Ali-Besharat, 2010; Stoeber et al., 2014; Myoung-Ho, 2009). Saleh-Esfahani y Ali-Besharat (2010) explican la relación entre la Ira y el PSP a través de 2 mecanismos, fundamentalmente: la frustración y la percepción de maltrato o humillación. Según Wranik y Scherer (2010), la Ira surge, bien como resultado de creer que un agente ha obstruido intencionalmente un objetivo importante, bien como consecuencia de la imposición de normas injustas o inmorales. Así, las personas que se caracterizan por un alto PSP tienden a culpar a los demás de la humillación que supone no poder alcanzar las metas perfeccionistas propuestas. Unas metas inalcanzables que, según la percepción del sujeto, le habrían sido impuestas por las personas de su entorno. Las expectativas frustradas, la percepción de maltrato, a través de esa imposición poco realista e injustificada de unos estándares de rendimiento por parte de los demás, junto con una activación del sistema nervioso como consecuencia de dicha frustración, podrían desencadenar sentimientos intensos de furia y disgusto que caracterizan la Ira.

En cuanto a la Hostilidad, se confirmó la hipótesis 2, puesto que los resultados mostraron que los alumnos caracterizados por un alto PSP puntuaron significativamente más alto en Hostilidad que sus iguales con bajo PSP. Del mismo modo, se obtuvo que la Hostilidad predijo de forma estadísticamente significativa y positiva altas puntuaciones en PSP. Estos resultados se sitúan en la misma línea que los obtenidos por estudios previos (Besser et al., 2004; Lee y Mi, 2010), indicando que existe una relación positiva y significativa entre ambos constructos. La Hostilidad es un estilo cognitivo en el que las personas desconfían de los demás, atribuyendo sus acciones a intenciones egoístas y perjudiciales (Schultz, Grodack e Izard, 2010). Una persona que es hostil e insegura atribuirá hostilidad a su entorno. Además, cuando carezca de las habilidades necesarias para la validación social, maximizará la información confirmatoria en dicha situación, reforzándose las creencias paranoides (Cameron, 1951, citado en Novaco, 2010). Este perfil cognitivo coincide con la definición del PSP, la cual implica una tendencia a considerar que los demás son excesivamente duros, críticos y exigentes con uno mismo, coincidan o no con la realidad estas creencias. De hecho, en el caso del entorno familiar, se ha planteado que es posible que los perfeccionistas, debido a sus propias preocupaciones evaluativas, interpreten cualquier amonestación leve de sus padres como duras críticas, o bien que les sea más fácil recordar y enfatizar los casos en los que sus padres fueron más severos y críticos con ellos (Kawamura, Frost y Harmatz, 2002).

De la revisión de la literatura se concluyó que existe un vacío de conocimiento en lo que respecta a la relación entre PSP y Agresividad Verbal y Física. Así, para elaborar la hipótesis 3 se partió de los resultados obtenidos por Öngen (2010), quien afirma que las formas desadaptativas del perfeccionismo ejercen una influencia positiva y significativa sobre la agresividad, tanto física como verbal. Esta hipótesis también fue apoyada por los resultados de este trabajo, pues se observó que el grupo con altos niveles de PSP reportó puntuaciones medias en Agresividad Física y Verbal significativamente superiores a las de sus compañeros con bajo PSP, obteniendo, además, en el caso de la Agresividad Física, los mayores tamaños del efecto, con una magnitud de .71. En la misma línea, se obtuvo que ambos tipos de agresividad predijeron de forma significativa y positiva altos niveles de PSP, siendo en este caso la variable Agresividad Verbal la que alcanzó la mayor capacidad predictiva. Esta relación entre el componente motor de la agresividad y el PSP podría explicarse con base en el modelo de frustración-agresión. Según este modelo explicativo, los actos agresivos son consecuencia de la frustración, y la frustración, un desencadenante de la ira y la hostilidad, aumentando a su vez la disposición a mostrar agresión para defenderse o para causar daño a la fuente de frustración (Dollard, Doob, Miller, Mowrer y Sears, 1939). Es decir, los sujetos caracterizados por PSP, emitirán conductas agresivas, físicas y verbales, incitados por la ira hacia las personas que les hayan impuesto altos estándares, cuando dichos estándares no se vean alcanzados. Por otro lado, cuando estos alumnos no sean capaces de satisfacer las demandas de los demás, dado su PSP, tenderán a percibir su entorno como demasiado crítico y severo. Así, los comportamientos agresivos hacia los demás podrían emerger en un intento por defenderse de un entorno que perciben hostil (Orobio, Veerman, Koops, Bosch y Monshouwer, 2002). Esta idea coincide con el hecho de que la agresividad en sujetos con perfeccionismo desadaptativo es una consecuencia del feedback negativo tras la ejecución de una determinada tarea (Chester, Merwin y DeWall, 2015). Se trataría, por tanto, de una agresión más reactiva que proactiva.

Es necesario mencionar que este estudio posee diversas limitaciones. En primer lugar, el diseño empleado nos impide establecer relaciones causales entre las variables analizadas. De ahí la importancia de que futuros trabajos empleen la metodología de ecuaciones estructurales o datos longitudinales con el fin de comprender si efectivamente existe una relación causa-efecto entre dichos constructos y, si es así, averiguar cuál es la dirección de dicha relación. En segundo lugar, los hallazgos no pueden generalizarse a otras edades y a otras culturas distintas a la población de referencia para este estudio. Así, y dada la escasez de trabajos sobre PSP y hostilidad y agresividad, convendría comprobar si los resultados de este trabajo son extensibles a participantes con otros rangos etarios y/o procedentes de otros países. En este sentido, por ejemplo, se ha evidenciado que el perfeccionismo puede verse influido por la cultura (Marten-DiBartolo y Rendón, 2012). En tercer lugar, este estudio no ha tenido en cuenta variables de interés como el sexo. Así, dado que existen evidencias acerca de las diferencias entre hombres y mujeres en la conducta agresiva (e. g., Archer, 2004), convendría que futuros trabajos tuviesen en cuenta la variable sexo. Finalmente, a la luz de los resultados obtenidos, sería de interés profundizar en la forma en que el PSP se vincula con la agresividad, atendiendo a otras tipologías. En especial, convendría demostrar si, tal y como se ha deducido de los resultados obtenidos, el PSP se asocia más a una agresividad de tipo reactivo que proactivo. Igualmente, sería de interés contrastar si el PSP tiene una influencia directa sobre la Agresividad Física y Verbal, o si dicha relación está mediada por la ira y la hostilidad.

En conclusión, pese a las limitaciones, este es el primer estudio, según nuestro conocimiento, que ha abordado la relación entre el PSP y la conducta agresiva atendiendo a sus componentes fisiológico-emocional, cognitivo y motor. Este trabajo contribuye, además, a enriquecer la investigación sobre el perfeccionismo durante la infancia, demostrando que el PSP se encuentra estrechamente vinculado con la agresividad desde edades tempranas. Con base en estas conclusiones, se recomienda reflexionar sobre las expectativas que docentes y familiares trasladan a sus hijos o alumnos cuando estos tienen claras tendencias perfeccionistas, así como sobre las críticas que se les ofrece cuando no son capaces de superar el elevado listón que se les ha impuesto.

Financiación

Parte de esta investigación ha sido subvencionada por la ayuda para la contratación de personal investigador en formación predoctoral, Programa VALi+d (2014), concedida a María Vicent, las ayudas para contratos destinados a la formación de doctores UA FPU 2013-5795 y 2015-5995, concedidas a Carolina Gonzálvez y Ricardo Sanmartín, respectivamente, así como el proyecto «Evaluación de la ansiedad escolar y su relación con variables psicoeducativas en la infancia. Estudio de la eficacia de un programa preventivo» (EDU2012-35124).

Conflicto de intereses

No existe conflicto de intereses.

Bibliografía
[Archer, 2004]
J. Archer.
Sex differences in aggression in real-world settings: A meta-analytic review.
Review of General Psychology, 8 (2004), pp. 291-322
[Asseraf y Vaillancourt, 2015]
M. Asseraf, T. Vaillancourt.
Longitudinal links between perfectionism and depression in children.
Journal of Abnormal Child Psychology, 43 (2015), pp. 895-908
[Averill, 1982]
J.R. Averill.
Anger and aggression: An essay on emotion.
Springer-Verlag, (1982),
[Besser et al., 2004]
A. Besser, G.L. Flett, P.L. Hewitt.
Perfectionism, cognition, and affect in response to performance failure vs. success.
Journal of Rational-Emotive & Cognitive-Behavior Therapy, 22 (2004), pp. 301-324
[Blankstein y Lumley, 2008]
K.R. Blankstein, C.H. Lumley.
Multidimensional perfectionism and ruminative brooding in current dysphoria, anxiety, worry, and anger.
Journal of Rational-Emotive & Cognitive-Behavior Therapy, 26 (2008), pp. 168-193
[Buss y Perry, 1992]
A.H. Buss, M. Perry.
The Aggression Questionnaire.
Journal of Personality and Social Psychology, 63 (1992), pp. 452-459
[Cameron, 1951]
Cameron, N. (1951). Perceptual organization and behavior pathology. En R. R. Blake y G. V. Ramsay (Eds.), Perception: An approach to personality (pp. 283-306). New York: Ronald Press Company. doi: 10.1037/11505-010.
[Castro et al., 2004]
J. Castro, A. Gila, P. Gual, F. Lahortiga, B. Saura, J. Toro.
Perfectionism dimensions in children and adolescents with anorexia nervosa.
Journal of Adolescent Health, 35 (2004), pp. 392-398
[Chester et al., 2015]
D.S. Chester, L.M. Merwin, C.N. DeWall.
Maladaptive perfectionism's link to aggression and self-harm: Emotion regulation as a mechanism.
Aggressive Behavior, 41 (2015), pp. 443-454
[Christopher y Shewmaker, 2010]
M.M. Christopher, J. Shewmaker.
The relationship of perfectionism to affective variables in gifted and highly able children.
Gifted Child Today, 33 (2010), pp. 21-30
[Cohen, 1988]
J. Cohen.
Statistical power analysis for the behavioral sciences.
Erlbaum, (1988),
[De Maris, 2003]
De Maris, A. (2003). Logistic regression. En J. A. Schinka y W. F. Velicer (Eds.), Research methods in psychology (pp.509-532). New Jersey: John Wiley & Sons.
[DiBartolo y Varner, 2012]
P.M. DiBartolo, S.P. Varner.
How children's cognitive and affective responses to a novel task relate to the dimensions of perfectionism.
Journal of Rational-Emotive & Cognitive-Behavior Therapy, 30 (2012), pp. 62-76
[Dollard et al., 1939]
J. Dollard, L. Doob, N. Miller, O. Mowrer, R. Sears.
Frustration and aggression.
Yale University Press, (1939),
[Dry et al., 2015]
S.M. Dry, R.T. Kane, R.M. Rooney.
An investigation into the role of coping in preventing depression associated with perfectionism in preadolescent children.
Frontiers in Public Health, 3 (2015), pp. 190
[Dunkley y Blankstein, 2000]
D.M. Dunkley, K.R. Blankstein.
Self-critical perfectionism, coping, hassles, and current distress: A structural equation modeling approach.
Cognitive Therapy and Research, 24 (2000), pp. 713-730
[Flett et al., 2000]
G.L. Flett, P.L. Hewitt, D.J. Boucher, L.A. Davidson, Y. Munro.
The Child-Adolescent Perfectionism Scale: Development, validation, and association with adjustment. Unpublished manuscript.
York University, (2000),
[Frost et al., 1993]
R.O. Frost, R.G. Heimberg, C.S. Holt, J.I. Mattia, A.L. Neubauer.
A comparison of two measures of perfectionism.
Personality and Individual Differences, 14 (1993), pp. 119-126
[Garaigordobil et al., 2013]
M. Garaigordobil, V. Martínez-Valderrey, J. Aliri.
Autoestima, empatía y conducta agresiva en adolescentes víctimas de bullying presencial.
European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education, 3 (2013), pp. 29-40
[Gaudreau y Thompson, 2010]
P. Gaudreau, A. Thompson.
Testing a 2×2 model of dispositional perfectionism.
Personality and Individual Differences, 48 (2010), pp. 532-537
[Hampson et al., 2010]
S.E. Hampson, E. Tildesley, J.A. Andrews, K. Luyckx, D.K. Mroczek.
The relation of change in hostility and sociability during childhood to substance use in mid adolescence.
Journal of Research in Personality, 44 (2010), pp. 103-114
[Harachi et al., 2006]
T.W. Harachi, C.B. Fleming, H.R. White, M.E. Ensminger, R.D. Abbott, R.F. Catalano, et al.
Aggressive behavior among girls and boys during middle childhood: Predictors and sequelae of trajectory group membership.
Aggressive Behavior, 32 (2006), pp. 279-293
[Hewitt et al., 2014]
P.L. Hewitt, C.F. Caelian, C. Chen, G.L. Flett.
Perfectionism, stress, daily hassles, hopelessness, and suicide potential in depressed psychiatric adolescents.
Journal of Psychopathology and Behavioral Assessment, 36 (2014), pp. 663-674
[Hewitt et al., 2002]
P.L. Hewitt, C.F. Caelian, G.L. Flett, S.B. Sherry, L. Collins, C.A. Flynn.
Perfectionism in children: Associations with depression, anxiety, and anger.
Personality and Individual Differences, 32 (2002), pp. 1049-1061
[Huesmann et al., 2009]
L.R. Huesmann, E.F. Dubow, P. Boxer.
Continuity of aggression from childhood to early adulthood as a predictor of life outcomes: Implications for the adolescent-limited and life-course-persistent models.
Aggressive Behavior, 35 (2009), pp. 136-149
[Inglés et al., 2015]
C.J. Inglés, C. Gonzálvez-Maciá, J.M. García-Fernández, M. Vicent, M.C. Martínez-Monteagudo.
Current status of research on school refusal.
European Journal of Education and Psychology, 8 (2015), pp. 37-52
[Inglés et al., 2014]
C.J. Inglés, M.S. Torregrosa, J.M. García-Fernández, M.C. Martínez-Monteagudo, E. Estévez, B. Delgado.
Conducta agresiva e inteligencia emocional en la adolescencia.
European Journal of Education and Psychology, 7 (2014), pp. 29-41
[Kawamura et al., 2002]
K.Y. Kawamura, R.O. Frost, M.G. Harmatz.
The relationship of perceived parenting styles to perfectionism.
Personality and Individual Differences, 32 (2002), pp. 317-327
[Kerr y Schneider, 2008]
M.A. Kerr, B.H. Schneider.
Anger expression in children and adolescents: A review of the empirical literature.
Clinical Psychology Review, 28 (2008), pp. 559-577
[Kokko y Pulkkinen, 2005]
K. Kokko, L. Pulkkinen.
Stability of aggressive behavior from childhood to middle age in women and men.
Aggressive Behavior, 31 (2005), pp. 485-497
[Leary et al., 2006]
M.R. Leary, J.M. Twenge, E. Quinlivan.
Interpersonal rejection as a determinant of anger and aggression.
Personality and Social Psychology Review, 10 (2006), pp. 111-132
[Lee y Mi, 2010]
Y. Lee, P. Mi.
Clusters by perfectionism, affect intensity and emotional clarity and psychological adjustment among adolescents.
Asian Journal of Education, 11 (2010), pp. 181-207
[Lubke et al., 2015]
G.H. Lubke, K.G. Ouwens, M. de Moor, T. Trull, D.I. Boomsma.
Population heterogeneity of trait anger and differential associations of trait anger facets with borderline personality features, neuroticism, depression, attention deficit hyperactivity disorder (ADHD), and alcohol problems.
Psychiatry Research, 230 (2015), pp. 553-560
[Macedo et al., 2009]
A. Macedo, S.C. Bos, M. Marques, B. Maia, M.J. Soares, T. Pereira, et al.
Perfectionism dimensions in pregnancy-A study in Portuguese women.
Archives of Women's Mental Health, 12 (2009), pp. 43-52
[Marten-DiBartolo y Rendón, 2012]
P. Marten-DiBartolo, M.J. Rendón.
A critical examination of the construct of perfectionism and its relationship to mental health in Asian and African Americans using a cross-cultural framework.
Clinical Psychology Review, 32 (2012), pp. 139-152
[Miller et al., 1996]
T.O. Miller, T.W. Smith, C.W. Turner, M.L. Guijarro, A.J. Hallet.
A meta-analytic review of research on hostility and physical health.
Psychological Bulletin, 119 (1996), pp. 322-348
[Myoung-Ho, 2009]
H. Myoung-Ho.
The mediating effect of cognitive coping strategies on the relationships between perfectionism and anger expression.
The Korean Journal of Clinical Psychology, 28 (2009), pp. 97-116
[Novaco, 2010]
Novaco, R.W. (2010). Anger and psychopathology. En M. Potegal, G. Stemmler y C. Spielberger (Eds.), International handbook of anger. Constituent and concomitant biological psychological and social processes (pp. 465-498). Minneapolis, USA: Springer.
[Ongen, 2010]
D.E. Öngen.
The relationships between adaptive and maladaptive perfectionism and aggression among Turkish adolescents.
Australian Journal of Guidance and Counselling, 20 (2010), pp. 99-108
[Orobio et al., 2002]
B. Orobio, J.W. Veerman, W. Koops, J.D. Bosch, H.J. Monshouwer.
Hostile attribution of intent and aggressive behavior: A meta-analysis.
Child Development, 73 (2002), pp. 916-934
[Pamies y Quiles, 2014]
L. Pamies, Y. Quiles.
Perfeccionismo y factores de riesgo para el desarrollo de trastornos alimentarios en adolescentes españoles de ambos géneros.
Anales de Psicología, 30 (2014), pp. 620-626
[Pérez-Fuentes et al., 2015]
M.C. Pérez-Fuentes, J.J. Gázquez, M. Molero, F. Cardila, A. Martos, A.B. Barragán, et al.
Impulsividad y consumo de alcohol y tabaco en adolescentes.
European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education, 5 (2015), pp. 371-382
[Saboonchi y Lundh, 2003]
F. Saboonchi, L. Lundh.
Perfectionism, anger, somatic health, and positive affect.
Personality and Individual Differences, 35 (2003), pp. 1585-1599
[Saleh-Esfahani y Ali-Besharat, 2010]
F. Saleh-Esfahani, M. Ali-Besharat.
Perfectionism and anger.
Procedia. Social and Behavioral Sciences, 5 (2010), pp. 803-807
[Santiesteban y Alvarado, 2009]
C. Santiesteban, J.M. Alvarado.
The aggression questionnaire for Spanish preadolescents and adolescents: AQ-PA.
The Spanish Journal of Psychology, 12 (2009), pp. 320-326
[Sanz et al., 2010]
J. Sanz, M.P. García-Vera, I. Magán.
Anger and hostility from the perspective of the Big Five personality model.
Scandinavian Journal of Psychology, 51 (2010), pp. 262-270
[Schultz et al., 2010]
Schultz, D., Grodack, A. y Izard, C.E. (2010). State and trait anger, fear, and social information processing. En M. Potegal, G. Stemmler y C. Spielberger (Eds.), International handbook of anger. Constituent and concomitant biological psychological and social processes (pp. 311-328). Minneapolis, USA: Springer.
[Stoeber y Otto, 2006]
J. Stoeber, K. Otto.
Positive conceptions of perfectionism: Approaches, evidence, challenges.
Personality and Social Psychology Review, 10 (2006), pp. 295-319
[Stoeber et al., 2014]
J. Stoeber, N. Schneider, R. Hussain, K. Matthews.
Perfectionism and negative affect after repeated failure: Anxiety, depression, and anger.
Journal of Individual Differences, 35 (2014), pp. 87-94
[Wranik y Scherer, 2010]
Wranik, T. y Scherer, K.R. (2010). Why do I get angry? A componential appraisal approach. En M. Potegal, G. Stemmler y C. Spielberger (Eds.), International handbook of anger. Constituent and concomitant biological psychological and social processes (pp. 243-266). Minneapolis, USA: Springer.
Copyright © 2016. European Journal of Education and Psychology
Opciones de artículo
Herramientas