El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmune con tendencia a tener un curso creciente y menguante. A diferencia de otras afecciones autoinmunitarias, la actividad de la enfermedad en el sistema gastrointestinal es relativamente rara, y su abordaje puede variar, de acuerdo con diferentes puntos de vista. Las manifestaciones gastrointestinales, a pesar de su baja prevalencia, pueden llegar a ser potencialmente fatales, como sucede en los casos de vasculitis intestinal y la consecuente isquemia mesentérica. El espectro del compromiso gastrointestinal en esta enfermedad es amplio, e incluye actividad de la enfermedad, infección asociada a la inmunosupresión, efectos adversos de algunos medicamentos y otros procesos intercurrentes como la cistitis lúpica. Los síntomas clínicos y los hallazgos de laboratorio son de una gran diversidad, lo que conlleva un retraso en su diagnóstico y la consecuente disfunción orgánica. El diagnóstico temprano puede llegar a ser un desafío, debido a que una gran proporción de pacientes comienza con síntomas constitucionales inespecíficos asociados a náuseas, emesis y dolor abdominal. Este sinnúmero de factores ha sido un obstáculo para profundizar en la investigación en este campo, y ha hecho difícil un enfoque diagnóstico y terapéutico unificado. Por ello, se hace una búsqueda avanzada de la literatura, con el fin de tener la mayor evidencia disponible hasta la fecha en cuanto a los métodos diagnósticos y los tratamientos disponibles, de manera que se ofrezcan al clínico mayores herramientas para lograr un abordaje integral. Las anomalías gastrointestinales relacionadas con el lupus eritematoso sistémico incluyen: esofagitis, pseudoobstrucción intestinal, enteropatía perdedora de proteínas, hepatitis lúpica, pancreatitis aguda, isquemia mesentérica y peritonitis.
Systemic lupus erythematosus is an autoimmune disease with a tendency to wax and wane. Unlike other autoimmune conditions, disease activity in the gastrointestinal system is relatively rare, and its approach can vary, according to different points of view. Despite its low prevalence, gastrointestinal manifestations can be potentially fatal, as occurs in cases of intestinal vasculitis and the consequent mesenteric ischaemia. The spectrum of gastrointestinal involvement in this disease is broad, and includes disease activity, infection associated with immunosuppression, adverse effects of some medications, or other intercurrent processes such as lupus cystitis. The clinical symptoms and laboratory findings are highly diverse, which leads to a delay in diagnosis with consequent organ dysfunction. Early diagnosis can be a challenge because a large proportion of patients present with nonspecific constitutional symptoms associated with nausea, emesis, and abdominal pain. These numerous factors have been an obstacle to further research in this field, making a unified diagnostic and therapeutic approach difficult. Therefore, an advanced search of the literature will be undertaken to obtain the most evidence available on the diagnostic methods and treatments currently available, providing the clinician with more tools to achieve a comprehensive approach.





