La cirugía de hipospadias presenta una tasa de fracaso que varía desde el 10% en los casos distales hasta más del 30% en los casos proximales. Sin embargo, los resultados en la práctica clínica real pueden ser peores, ya que algunas complicaciones aparecen de forma tardía durante la pubertad o están infranotificadas. Las expectativas de éxito quirúrgico han evolucionado, pasando de la funcionalidad urinaria y sexual básica a buscar también mejorar el aspecto del pene. Existe un sesgo en los estudios que favorece aquellos de naturaleza retrospectiva con seguimiento breve, y la investigación cualitativa sigue siendo escasa. Esta revisión describe las complicaciones tras la cirugía de hipospadias, su manejo y su pronóstico.
MétodoSe realizó una revisión crítica no sistemática de la literatura existente sobre las complicaciones del hipospadias y su tratamiento quirúrgico.
ResultadosLas complicaciones habituales incluyen fístulas uretrocutáneas (FUC), dehiscencia del glande (DG), estenosis uretral (EU), divertículos uretrales (DU), pulverización del chorro de orina y curvatura recurrente (CR). La FUC es la complicación informada con más frecuencia, y se trata mediante cierre multicapa con cobertura de colgajo vascularizado. La DG es más frecuente en hipospadias proximales, y requiere la reconstrucción del glande y aumento del tejido. La EU suele manifestarse como estenosis del meato o estenosis neouretral, que requiere una meatoplastia o una uretroplastia por etapas. El DU surge a partir de segmentos uretrales laxos expuestos a una elevada resistencia al flujo urinario, y su tratamiento consiste en la exéresis o reconstrucción. La pulverización del chorro urinario se asocia a una fusión insuficiente del glande o a irregularidades del meato, pudiendo requerir corrección quirúrgica. La CR es una complicación importante que afecta a la función sexual, y su corrección debe individualizarse mediante plicatura dorsal o elongación ventral.
ConclusionesLas complicaciones del hipospadias requieren una valoración individualizada y una planificación quirúrgica adecuada. Las complicaciones tardías, con frecuencia infradiagnosticadas, se deben tener en cuenta en el seguimiento a largo plazo. La correcta elección de la técnica quirúrgica y una evaluación postoperatoria exhaustiva ayudan a reducir la recurrencia y mejorar los resultados en los pacientes.
Hypospadias surgery has a failure rate ranging from 10% for distal cases to over 30% for proximal cases. However, real-world outcomes may be worse, as some complications emerge late in puberty or are underreported. The expectations for surgical success have evolved, shifting from basic urinary and sexual functionality to achieving a normal penile appearance. Bias in research favors retrospective studies with short follow-ups, and qualitative research remains scarce. This review describes complications following hypospadias surgery, their management, and prognosis.
MethodA non-systematic critical review of existing literature on hypospadias complications and surgical management was conducted.
ResultsCommon complications include urethrocutaneous fistulae (UCF), glans dehiscence (GD), urethral stenosis (US), urethral diverticulae (UD), urine spraying, and recurrent curvature (RC). UCF is the most frequently reported complication, treated through multilayer closure with vascularized flap coverage. GD occurs more frequently in proximal hypospadias, requiring glans reformatting and tissue augmentation. US often manifests as meatal stenosis or neourethral strictures, requiring meatoplasty or staged urethroplasty. UD arises from loose urethral segments subjected to high urinary flow resistance and is managed via excision or remodeling. Urine spraying is linked to insufficient glans fusion or meatal irregularities, sometimes requiring surgical correction. RC is a significant complication impacting sexual function, requiring individualized correction through dorsal plication or ventral lengthening.
ConclusionsHypospadias complications require individualized assessment and surgical planning. Late complications, often underrecognized, should be considered in long-term follow-up. Proper surgical technique selection and postoperative evaluation help mitigate recurrence and improve patient outcomes.