22650 - CRISIS EPILÉPTICAS EN PACIENTES CON ENFERMEDAD DE ALZHEIMER: ESTUDIO RETROSPECTIVO UNICÉNTRICO
1Servicio de Neurología. Hospital Universitari Vall d’Hebron; 2Grupo de Enfermedades Neurodegenerativas. Vall d’Hebron Institut de Recerca; 3Departament de Genètica, Microbiologia i Estadística. Facultat de Biologia. Universitat de Barcelona; 4Unidad de Demencias. Hospital Universitari Vall d’Hebron.
Objetivos: Este estudio tiene como objetivo determinar las características de los pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) que presentan crisis epilépticas y explorar su posible relación con el inicio de la enfermedad.
Material y métodos: Estudio retrospectivo unicéntrico de pacientes con EA diagnosticados entre enero de 2020 y enero de 2025. Se registraron crisis epilépticas en el periodo comprendido entre diez años antes y después del diagnóstico, excluyendo aquellas con etiología conocida. Se recopilaron variables clínico-demográficas, así como hallazgos en biomarcadores obtenidos en LCR, EEG, RM cerebral y PET/TC cerebral con 18F-FDG y con trazadores para amiloide. Se compararon pacientes con EA con y sin crisis epilépticas, utilizando las pruebas de Fisher, chi-cuadrado y U de Mann-Whitney.
Resultados: Se incluyeron 213 pacientes (67,6% mujeres; 76,1 ± 8,8 años; MMSE 21,9 ± 3,9) con mediana de tiempo de evolución de 61 meses (RIC: 40,5-84,0). 6 pacientes presentaron crisis epilépticas, 4/6 de inicio focal y 2/6 de inicio incierto. En 4/6 casos, las crisis epilépticas ocurrieron antes del diagnóstico de EA. Los pacientes con crisis epilépticas se asociaron a un nivel educativo superior (83% grado 2-3 vs. 78% grado 0-1; p = 0,001) y mostraron tendencia a menor carga de síntomas neuropsiquiátricos (66 vs. 94,2%; p = 0,052). Las crisis epilépticas fueron más frecuentes en los casos de EA de inicio precoz (66 vs. 15%; p = 0,007). No se observaron diferencias significativas en el resto de las variables analizadas.
Conclusión: Los pacientes con EA de inicio precoz presentaron mayor frecuencia de crisis epilépticas. Su identificación y abordaje precoz podrían contribuir a mitigar el impacto sobre la cognición.



