Objetivos: El mareo postural-perceptual-persistente (PPPD) consiste en una disfunción crónica del sistema vestibular que genera síntomas continuos de mareo, inestabilidad y vértigo no rotatorio. Es una entidad compleja en actual definición y con posibilidades terapéuticas.

Material y métodos: Realizamos un análisis retrospectivo de 53 pacientes con PPPD diagnosticados por un experto en neurootología. Se recogieron variables demográficas, comorbilidades, desencadenantes, exploraciones complementarias, tratamiento y evolución.

Resultados: El 62,3% fueron mujeres, media de edad de 47,7 años. El motivo de consulta fue mareo, vértigo o inestabilidad. El 32% tenía antecedentes neurológicos, siendo la migraña el más frecuente. Un 7,5% presentaba comorbilidad vestibular previa. El 54,7% tenía antecedentes psiquiátricos, principalmente trastorno de ansiedad (72,4%). La mayoría estaba laboralmente activa y realizaba actividad física moderada. Como desencadenantes más frecuentes se encontraron estrés emocional, infección por COVID-19 y cefalea intensa. La mediana de tiempo desde el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico fue de 24 meses. Todos los pacientes contaban con neuroimagen sin hallazgos relevantes. El 56,6% fue valorado por ORL y el 24,5% se estudiaron con vHIT, resultando normal. El 60% se trataron con ISRS, y el 11,3% con ISNR. La evolución se registró a los 4 meses de media, reportándose en un 83% de los casos, mejoría o mucha mejoría.

Conclusión: El PPPD debe considerarse una entidad clínica con perfil definido. La migraña es un factor facilitador, pero el cuadro es diferente al de la migraña vestibular. Reconocer sus patrones característicos y comorbilidades frecuentes permite avanzar hacia un abordaje terapéutico y evita dilatar el diagnóstico.