Sleep patterns change with the aging process, resulting in an increased risk of sleep disorders. Sleep quality might be associated with body composition and has been associated with frailty. The objective of the present study was to evaluate the association of sleep quality with frailty components and body compositions of community-dwelling elderly individuals.
MethodsObservational and cross-sectional study conducted with ≥60 years of both sexes. Sleep quality was evaluated by the Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI) and the Epworth Sleepiness Scale (ESS). Self-reports of involuntary weight loss, handgrip strength (HGS), self-reported fatigue by the Geriatric Depression Scale (GDS), gait speed (GS) and levels of physical activity were assessed. Anthropometric measurements of body weight, height, calf circumference (CC) and waist circumference (WC), and body composition was assessed.
ResultsA total of 141 participants (82% female; 69.5±6.4 years old) were studied. It was found 60% of poor sleep quality. The prevalence of frailty was 2%, and 38% of the participants were classified as prefrail. Positive moderate correlations between sleep quality and BMI, CC, WC, GS, fat mass, fat mass and depressive symptoms (p<0.05) were found. The logistic regression test revealed that HGS was positively associated with good sleep quality, while fat mass and depressive symptoms were negatively associated.
ConclusionThe present study demonstrated a high prevalence of poor sleep quality and a low prevalence of frailty in community-dwelling older adults. Sleep was associated with strength, body composition and depressive symptoms in this population.
Los patrones de sueño cambian con el proceso de envejecimiento, dando lugar a un mayor riesgo de trastornos del sueño. La calidad del sueño podría estar asociada a la composición corporal y se ha relacionado con la fragilidad. El objetivo del presente estudio fue evaluar la asociación de la calidad del sueño con los componentes de fragilidad y la composición corporal de ancianos residentes en la comunidad.
MétodosEstudio observacional y transversal realizado con personas de edad≥60 años de ambos sexos. La calidad del sueño se evaluó mediante el Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh y la Escala de Somnolencia de Epworth. Se evaluaron los autoinformes de pérdida involuntaria de peso, la fuerza de prensión de la mano, la fatiga autoinformada mediante la Escala de Depresión Geriátrica, la velocidad de la marcha y los niveles de actividad física. Se evaluaron las medidas antropométricas de peso corporal, altura, circunferencia de la pantorrilla y circunferencia de la cintura, así como la composición corporal.
ResultadosSe estudió a 141 participantes (82% mujeres; 69,5±6,4 años). Se encontró un 60% de mala calidad del sueño. La prevalencia de fragilidad fue del 2%, y el 38% de los participantes fueron clasificados como prefrágiles. Se encontraron correlaciones moderadas positivas entre la calidad del sueño y el IMC, la circunferencia de la pantorrilla, la circunferencia de la cintura, la velocidad de la marcha, la masa grasa, la masa adiposa y síntomas depresivos (p<0,05). La prueba de regresión logística reveló que la velocidad de la marcha se asociaba positivamente con una buena calidad del sueño, mientras que la masa grasa y los síntomas depresivos se asocian negativamente.
ConclusiónEl presente estudio demostró una alta prevalencia de mala calidad del sueño y una baja prevalencia de fragilidad en adultos mayores que viven en la comunidad. El sueño se asoció con la fuerza, la composición corporal y los síntomas depresivos en esta población.







