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Revista Colombiana de Psiquiatría Relaciones Fisiopatológicas Entre el Déficit Cognitivo en el Trastorno Afectiv...
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Vol. 53. Núm. 3.
Páginas 376-384 (Julio - Septiembre 2024)
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Páginas 376-384 (Julio - Septiembre 2024)
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Relaciones Fisiopatológicas Entre el Déficit Cognitivo en el Trastorno Afectivo Bipolar y el Síndrome Metabólico
Pathophysiological Relationships Between Cognitive Deficit in Bipolar Affective Disorder and Metabolic Syndrome
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Natalia Piedrahíta Palacioa,
Autor para correspondencia
natalia.piedrahitap@udea.edu.co

Autor para correspondencia.
, Jenny García Valenciab, Cristian David Vargas Upegüia, Carlos López Jaramilloa
a Grupo de Investigación en Psiquiatría (GIPSI), Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia
b Grupo Académico en Epidemiología Clínica (GRAEPIC), Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia
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Resumen
Introducción y objetivos

El trastorno bipolar (TB) se ha relacionado con diversas disfunciones cognitivas y una alta prevalencia de síndrome metabólico (SM), el cual parece influir en el desempeño cognitivo de los pacientes con TB, por lo que se han generado diferentes hipótesis para tratar de explicar la relación fisiopatológica entre el déficit cognitivo en el TB y el SM. El objetivo es revisar la literatura en busca de las posibles explicaciones fisiopatológicas de la relación entre TB y SM y su efecto en el desempeño cognitivo de los pacientes con TB.

Métodos

Se realizó una búsqueda bibliográfica utilizando las bases de datos MEDLINE, ClinicalKey, EMBASE, Literatura Latino-Americana y del Caribe en Ciencias de la Salud (LILACS), APA PsycNet, Scopus y Scielo, y la librería electrónica Médica Panamericana; se utilizaron los siguientes términos de búsqueda: “bipolar disorder”[MeSH Terms] OR “bipolar disorder”[All Fields] OR “mood disorders”[All Fields] AND “cognitive deficit”[MeSH Terms] OR “cognitive deficit”[All Fields] OR “cognitive dysfunction”[All Fields] OR “cognitive impairment”[All Fields] OR “cognitive decline”[All Fields] AND “metabolic syndrome” [MeSH Terms] OR “metabolic abnormalities”[All Fields] OR “metabolic effects”[All Fields] OR “obesity” [All Fields] OR “abdominal obesity” [All Fields] OR “overweight” [All Fields] OR “diabetes” [All Fields] OR “hypertension” [All Fields] AND “antipsychotics” [MeSH Terms] OR “antipsychotics”[All Fields] AND “antidepressants” [MeSH Terms] OR “antidepressants”[All Fields] AND “mood stabilizers” [MeSH Terms] OR “mood stabilizers”[All Fields] Filters: Free full text, Full text, from 2001-2022. Se seleccionaron en total 80 artículos en español y en inglés, de cualquier tipo de diseño. Todos los autores efectuaron la selección y la lectura.

Resultados y conclusiones

Las diversas hipótesis fisiopatológicas descritas (inflamatoria, endocrina, medicamentosa, ambiental y social) plantean que una serie de cambios macrocelulares y microcelulares se correlacionan en los pacientes con TB y SM con un efecto negativo en la cognición de los pacientes, tanto general como en dominios específicos, principalmente función ejecutiva, memoria, atención y habilidades perceptuales motoras. Deben continuarse los procesos de investigación que permitan explorar las diversas hipótesis que sustentan la relación entre TB, SM y cognición.

Palabras clave:
Trastorno bipolar
Síndrome metabólico
Disfunción cognitiva
Abstract
Introduction and objectives

Bipolar disorder (BD) has been related to various cognitive dysfunctions as well as to a high prevalence of metabolic syndrome (MS), which seems to influence the cognitive performance of patients with BD. Therefore, different hypotheses have been generated to try to explain the pathophysiological relationship between cognitive deficit in BD and MS. The objective was to review the current literature regarding the possible pathophysiological explanation of the relationship between BD and MS and its effect on cognitive performance of patients with BD.

Methods

A bibliographic search was carried out using MEDLINE, ClinicalKey, EMBASE, Literatura Latino-Americana y del Caribe en Ciencias de la Salud [Latin American and Caribbean Literature in Health Sciences] (LILACS), APA PsycNet, Scopus and Scielo databases, and the Pan-American Medical Electronic Library; using the following search terms: “bipolar disorder”[MeSH Terms] OR “bipolar disorder”[All Fields] OR “mood disorders”[All Fields] AND “cognitive deficit”[MeSH Terms] OR “cognitive deficit”[All Fields] OR “cognitive dysfunction”[All Fields] OR “cognitive impairment”[All Fields] OR “cognitive decline”[All Fields] AND “metabolic syndrome” [MeSH Terms] OR “metabolic abnormalities”[All Fields] OR “metabolic effects”[All Fields] OR “obesity” [All Fields] OR “abdominal obesity” [All Fields] OR “overweight” [All Fields] OR “diabetes” [All Fields] OR “hypertension” [All Fields] AND “antipsychotics” [MeSH Terms] OR “antipsychotics”[All Fields] AND “antidepressants” [MeSH Terms] OR “antidepressants”[All Fields] AND “mood stabilizers” [MeSH Terms] OR “mood stabilizers”[All Fields]. Filters: Free full text, Full text, from 2001-2022. A total of 80 articles in Spanish and English, of any type of design, were selected. Selection and reading were carried out by all the authors.

Results and conclusions

The various pathophysiological hypotheses proposed, inflammatory, endocrine, drug, environmental and social, suggest that a series of changes at the macro and microcellular level are correlated in patients with BD and MS with a negative effect on cognition of patients both globally and in specific domains, mainly executive function, memory, attention, and perceptual motor skills. Research processes should be continued to explore the various hypotheses that support the relationship between BD, MS and cognition.

Keywords:
Bipolar disorder
Metabolic syndrome
Cognitive dysfunction
Texto completo
Introducción

El trastorno bipolar (TB) es episódico, con un curso variable, recurrente y crónico, caracterizado por episodios alternos de manía o hipomanía y depresión, que afecta a más del 1% de la población mundial y se asocia con disminución de la expectativa de vida y aumento de las muertes prematuras en relación con suicidio y condiciones médicas crónicas como el síndrome metabólico (SM) y la enfermedad cardiovascular prematura1–8.

El SM incluye un grupo de anormalidades clínicas, bioquímicas y metabólicas como adiposidad central, resistencia a la insulina, hipertensión arterial y dislipemia, cuyo mecanismo fisiopatológico no se conoce completamente. Se diagnostica mediante los criterios de diversos grupos y asociaciones como la Federación Internacional de Diabetes (IDF), la Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos (AACE), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Grupo Europeo para el estudio de la Resistencia a la Insulina (EGIR)6,8–16.

Estudios internacionales han mostrado una alta prevalencia de SM en pacientes con TB8–10,12,17–19, con tasas entre el 16 y el 67%5,8,12,17. Esta asociación entre TB y SM influye significativamente en la presentación clínica del trastorno —es más grave y difícil de tratar12,17,20–22— y, al parecer, en el déficit cognitivo observado en estos pacientes y su pronóstico.

El déficit cognitivo es el deterioro de los procesos mentales relacionados con el pensamiento, el aprendizaje y la memoria; puede objetivarse mediante diferentes pruebas psicométricas que permiten calcular la capacidad de abstracción, asimilación y razonamiento lógico, así como medir el coeficiente intelectual y otras funciones corticales superiores como el lenguaje, la ejecución de órdenes, el reconocimiento de objetos y la construcción de figuras23,24.

Los pacientes con TB cursan con diversos déficits cognitivos que suelen extenderse incluso a los periodos de remisión o de eutimia y se ven reflejadas en el rendimiento en las diferentes pruebas neuropsicológicas y en los puntajes de coeficiente intelectual. Estos déficits se han asociado con una peor calidad de vida, un deterioro del funcionamiento psicosocial, dificultades laborales y sociales y aumento de la mortalidad2,4,6,9,14,17–29.

En los últimos años ha aumentado el interés por comprender por qué mecanismos ocurre la disfunción cognitiva en el TB30; sin embargo, la relación entre el SM y la neurocognición en los pacientes con TB ha recibido escasa atención25. Por ello, con este artículo nos proponemos exponer la literatura actual en busca de las posibles explicaciones fisiopatológicas de la relación entre TB y SM y su efecto en el desempeño cognitivo de los pacientes con TB.

Métodos

Se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos MEDLINE, ClinicalKey, EMBASE, Literatura Latino-Americana y del Caribe en Ciencias de la Salud (LILACS), APA PsycNet, Scopus y Scielo, y la librería electrónica Médica Panamericana, utilizando los siguientes términos: bipolar disorder, bipolar affective disorder, mood disorder, mania, euthymia, metabolic syndrome, obesity, hypertension, diabetes, cognitive function, cognitive dysfunction, neurocognitive dysfunction, cognitive impairment y executive dysfunction y los conectores AND y OR entre cada uno de los términos. Tras ello se revisaron de manera selectiva fuentes primarias de información como artículos científicos, libros, publicaciones, tesis y trabajos de grado. No se emplearon fuentes secundarias de información como compilaciones, resúmenes o memorias de conferencias de expertos. Solamente se revisaron artículos en español e inglés publicados en los últimos 20 años.

Alteraciones cognitivas en pacientes con trastorno bipolar

El TB se ha catalogado en todo el mundo como una de las principales causas de discapacidad en relación con déficit cognitivo, el cual se observa desde antes de la primera manifestación de los síntomas y durante todas las fases del trastorno, incluida la eutimia12,31–36. Si bien no todos los pacientes con TB sufren problemas cognitivos, aproximadamente un 40-60% de los pacientes sufren algún grado de déficit, el cual puede variar desde leve hasta grave, según el resultado en diversas pruebas neuropsicológicas37. El déficit incluye alteraciones en la atención, la memoria, las habilidades verbales (capacidad para aprender, ordenar, relacionar y razonar la información mediante el lenguaje hablado) y las funciones ejecutivas (actividades mentales de planificación, organización y regulación de una tarea, capacidad de hacer varias actividades a la vez y de ajustar la atención con rapidez ante los diversos estímulos)12,25,32-34,38-41.

Durante la fase de manía son más notables los déficits cognitivos; cuanto más grave la manía, peor la puntuación de los dominios42. La atención es uno de los más afectados, seguida por las alteraciones en tareas de formación de conceptos y de función ejecutiva13,35,43,44. En la fase depresiva se evidencia un pobre desempeño en tareas de toma de decisiones, estrategias para resolver problemas y formación de conceptos y disminución de la sensibilidad para detectar estímulos, la velocidad de reacción y la memoria de trabajo13,35,44–46.

Durante la eutimia se observa disminución en la atención y la respuesta verbal y psicomotora, fallas en la memoria y disfunción ejecutiva13,20,26,44,45. Se ha descrito que estos déficits persisten en los periodos de remisión y, aunque suelen permanecer a un nivel subsindrómico, pueden llegar a ser clínicamente importantes en un 5-35% de los pacientes34,40,42,47,48. Sin embargo, se necesitan más estudios de seguimiento, tanto a corto como a largo plazo, que permitan evaluar la trayectoria del déficit cognitivo de los pacientes con TB.

Alteraciones cognitivas en pacientes con trastorno bipolar y síndrome metabólico

En pacientes con TB y SM se ha observado peor desempeño neurocognitivo, tanto general como en dominios específicos, en comparación con aquellos sin SM8,18,20,21,25,26,49,50. Un estudio reciente llevado a cabo en pacientes con TB encontró relación entre SM y disminución del desempeño en la función ejecutiva (d de Cohen=0,52; intervalo de confianza del 95% [IC95%], 0,16-0,90), la memoria (d=–0,57; IC95%, –0,92 a –0,22) y las habilidades perceptuales motoras (d=–0,39; IC95%, –0,76 a –0,03) después de ajustar por factores de confusión como la edad, el sexo, la escolaridad y el tratamiento psicofarmacológico51.

La evidencia actual indica que cada uno de los componentes del SM (adiposidad central, resistencia a la insulina, hipertensión arterial y dislipemia), tiene un efecto negativo en la cognición de los pacientes con TB8,25,52,53 (fig. 1). La obesidad es el más estudiado y se ha relacionado tanto con déficit cognitivo global como con alteración en la velocidad de procesamiento, la atención y la memoria8,20,25,33,49,50,53-56. La resistencia a la insulina se ha asociado con disminución acelerada de la memoria y la velocidad de procesamiento y con puntajes más bajos en el Mini-Mental State Examination (MMSE)21,52,57. La presión arterial alta se ha relacionado con peor desempeño en fluidez y memoria verbal, funciones ejecutivas y atención14,18,19. La dislipemia, principalmente la distrigliceridemia, se ha asociado con alteración de la función ejecutiva en los pacientes con TB25.

Figura 1.

Efecto de los componentes del síndrome metabólico en la cognición.

HipótesisHipótesis endocrina

Varias anormalidades neuroendocrinas se han asociado con el SM y su desarrollo en pacientes con TB, entre ellas la hiperactividad del eje hipotalámico-pituitario-adrenal, la alteración del eje hipotalámico-pituitario-tiroideo, la desregulación del cortisol y la resistencia a los glucocorticoides. Cuando el eje hipotalámico-pituitario-adrenal se activa, además de producirse un aumento de las hormonas adrenocorticotropas, se genera un aumento de la producción y la liberación de cortisol, hormona contrarreguladora de la insulina que tiene un importante papel en el aumento de los lípidos circulantes, la redistribución y la acumulación de la grasa visceral en la región abdominal, la inhibición del uso periférico de la glucosa, la activación de la gluconeogénesis y el aumento de las concentraciones de adrenalina y noradrenalina8,16,43,46.

Esta hipersecreción de cortisol se ha observado en todas las fases del TB (manía, depresión y eutimia), con el consecuente desarrollo de los cambios ya mencionados, que se han asociado, en primer lugar, con sobrepeso y obesidad abdominal, la cual a su vez se ha relacionado con atrofia de varias estructuras corticales y subcorticales, y de regiones frontales que median la función ejecutiva, el aprendizaje, la memoria y la toma de decisiones12,20,49,55,58; en segundo lugar, se ha asociado con hiperglucemia, resistencia a la insulina, hiperlipemia e hipertensión vinculados con atrofia hipocampal, reducción del tamaño de la amígdala, lesión neuronal, pérdida de tejido cerebral y alteraciones en la estructura, la composición y la función de los vasos sanguíneos cerebrales. Todo lo anterior, de manera individual y sinérgica, se ha asociado con disminución de la velocidad de procesamiento, disfunción ejecutiva, fluidez verbal más pobre y, por ende, disminución del desempeño cognitivo9,12,22,39,54,55,58–61.

Se han hallado con frecuencia alteraciones en el eje hipotalámico-pituitario-tiroideo de los pacientes con TB, vinculadas con la aparición de síntomas depresivos o maniacos en las diferentes fases del trastorno y con menor respuesta al tratamiento y duración de la remisión. A su vez, las hormonas tiroideas se han relacionado con una variedad de cambios metabólicos en el organismo, tales como disfunción endotelial vascular y dislipemia, que pudieran estar vinculados con el desarrollo de SM en los pacientes con TB62.

Hipótesis inflamatoria

Las anormalidades en el sistema inmunitario son otra potencial explicación para la asociación entre TB, SM y déficit cognitivo. Estudios realizados en los últimos años han evaluado los marcadores de estrés oxidativo e inflamación tanto centrales como periféricos, y se ha demostrado que los cambios en la producción de citocinas proinflamatorias en las diferentes fases del TB (manía, depresión y eutimia)9,22,63,64 y una variación en la expresión de marcadores proinflamatorios como la proteína C reactiva, el factor de necrosis tumoral alfa y el interferón gamma pueden no solo interferir con la acción de la insulina en el metabolismo hepático de la glucosa y los lípidos, sino también contribuir a la resistencia a los glucocorticoides a través de efectos directos en la expresión y la función del receptor de glucocorticoides y a su vez con el desarrollo de SM y déficit cognitivo9,12,39,55,63. A partir de estos resultados, se ha propuesto una correlación entre inflamación, SM y déficit cognitivo en los pacientes con TB; sin embargo, los resultados han sido poco concluyentes e incluso contradictorios en ocasiones63,64.

En 2013 se realizó un estudio observacional de corte transversal con 41 pacientes con TB tipo I en las diferentes fases de la enfermedad y 11 sujetos de control, en los que se determinaron las concentraciones de 10 factores de inflamación periférica; se observaron una tendencia a la disminución de las concentraciones séricas de interleucina 2 y un aumento de la interleucina 4 en el grupo de pacientes en fase depresiva en comparación con los de manía, eutimia y control, pero sin diferencias estadísticamente significativas entre las concentraciones de estas y las demás interleucinas ni del factor de necrosis tumoral63. Otro estudio realizado ese mismo año describió deterioro en los dominios de memoria, lenguaje y atención en pacientes con TB que tenían mayor expresión de adipocinas y proteína C reactiva39. Estos son marcadores inflamatorios involucrados en el estrés oxidativo, la alteración en el metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas, la resistencia a la insulina en músculo esquelético y tejido adiposo y la alteración de la secreción de insulina por las células beta del páncreas, con el consiguiente desarrollo de SM65.

Hipótesis medicamentosa

Los efectos secundarios de los medicamentos psicotrópicos contribuyen al aumento de las tasas de SM en pacientes con TB, al inducir cambios en los receptores serotoninérgicos, adrenérgicos, dopaminérgicos e histaminérgicos en el centro hipotalámico del apetito; estos llevan al incremento de la ingesta calórica, con los consiguientes aumento de peso, sobreproducción de ApoB-100, hiperlipemia, resistencia a la insulina, diabetes y aumento de sustancias como la leptina, los ácidos grados libres, la adiponeptina, el factor de necrosis tumoral alfa y la resistina 8,9,49,51,66–68.

Los antidepresivos con efecto antihistaminérgico, como los tricíclicos y la mirtazapina, se han asociado con obesidad abdominal, reducción de lipoproteínas de alta densidad (HDL) y aumento de la prevalencia de SM (PR=2,17; IC95%, 1,24-3,80; p=0,007)18,69. El carbonato de litio y el ácido valproico están relacionados con una ganancia de peso significativa (del 13 y el 21% respectivamente) y con efectos en el metabolismo de la glucosa y la resistencia a la insulina. Específicamente con el carbonato de litio, el fármaco eutimizante de primera elección en TB, se ha demostrado que lleva a un aumento de la absorción de glucosa por los adipocitos y a la estimulación del apetito en algunos pacientes22 y a efectos negativos leves en el aprendizaje verbal inmediato, la memoria y el rendimiento psicomotor de los pacientes con TB en fase de eutimia36,70–72. Con el ácido valproico se ha encontrado alteración en el metabolismo de los ácidos grados y déficit de memoria verbal70,71. Con la carbamazepina y el topiramato se han descrito efectos negativos menos específicos en la cognición71,72, mientras que con la lamotrigina no se han evidenciado efectos en la cognición o el desarrollo de SM72,73.

Los antipsicóticos son una opción de tratamiento para los pacientes con TB, en monoterapia o en combinación con estabilizadores del ánimo, y son unos de los principales contribuyentes al aumento de peso, la hiperlipemia, la diabetes y el SM74. La frecuencia de SM en pacientes en tratamiento con varios antipsicóticos es del 50% y en aquellos con uno solo, del 34,3% (p=0,015)68. La clozapina y la olanzapina son los antipsicóticos más asociados con el desarrollo de SM, con incrementos de peso entre 4 y 10 kg tras su inicio, seguidos por la quetiapina y la risperidona, con incrementos entre 2 y 4 kg; sin embargo, en lo referente a la alteración de los lípidos y los carbohidratos, los hallazgos son variables51,66,74,75. Si bien parece que en el curso temprano de la enfermedad los antipsicóticos mejoran la cognición contrarrestando los efectos perjudiciales de la enfermedad mental, a largo plazo, al aumentar su efecto en el metabolismo, su uso continuo podría tener un impacto negativo en las funciones cognitivas, especialmente cuando se administran dosis altas o en tratamientos combinados18,22,36,76. Sin embargo, se necesitan más estudios a largo plazo para comprender mejor el impacto de los antipsicóticos en el funcionamiento neurocognitivo de los pacientes con TB41,72.

Hipótesis ambiental y social

La exposición a un entorno temprano adverso, pobreza, aislamiento social, desnutrición y escasa educación, los cuales según estudios epidemiológicos presentan una alta prevalencia en pacientes con TB, se ha asociado con una mayor susceptibilidad al desarrollo de SM55. De igual manera, las experiencias traumáticas en la infancia y el antecedente de abuso físico, emocional o sexual se han relacionado no solo con el riesgo de alteraciones del estado del ánimo y desarrollo de TB, sino también con impacto negativo significativo en la salud metabólica y aumento del riesgo de obesidad, resistencia a la insulina, diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y SM en la edad adulta, con el posterior desarrollo de enfermedad cardiovascular prematura y deterioro en la función cognitiva55.

Los estilos de vida también se han relacionado con el aumento de peso y la obesidad en los pacientes con TB. Los malos hábitos de alimentación, con dietas hipercalóricas ricas en carbohidratos refinados y alimentos procesados, y la inactividad física son frecuentes en este grupo de pacientes, lo que a su vez contribuye a la alteración de los perfiles inflamatorios y el posterior desarrollo de SM, con sus consecuencias tanto en la salud cardiovascular como cognitivas39,51,55.

El tabaquismo, un hábito común en los pacientes con TB con una frecuencia de consumo del 35,2 frente al 12,8% en la población general, se ha descrito como factor de riesgo de múltiples enfermedades y está relacionado con alteraciones en la función de la insulina, aumento del riesgo metabólico y peor rendimiento cognitivo51. Un estudio publicado en enero de 2015 y realizado con 363 pacientes con TB reportó peor rendimiento cognitivo en fumadores, con una asociación negativa entre paquetes/año y rendimiento cognitivo general39.

El estrés crónico, uno de los más importantes desencadenantes conocidos de los episodios afectivos en los pacientes con TB, produce múltiples cambios adaptativos como parte de un mecanismo compensatorio. El peso de esta adaptación en el cuerpo se conoce como “carga alostática”, cuyo impacto se evidencia no solo en los diferentes sistemas corporales como el cardiovascular y el neuroendocrino —que afectan al metabolismo de la glucosa y los lípidos, con el consecuente desarrollo de obesidad, resistencia a la insulina, interrupción en la regulación lipídica y finalmente SM—, sino también en el cerebro, pues se producen cambios en el volumen cerebral y deterioro de la atención, la memoria y la función visuoespacial18,55,77,78.

Discusión

Tanto el TB como el SM se han asociado con déficit cognitivo; por esto, en esta revisión se exponen los hallazgos relacionados con las posibles explicaciones fisiopatológicas de la relación entre TB y SM y su efecto en el desempeño cognitivo de los pacientes con TB, divididas en un grupo de 4 hipótesis: endocrina, inflamatoria, medicamentosa y ambiental y social. Con las hipótesis neuroendocrina e inflamatoria, se ve que la hiperactividad del eje hipotálamico-pituitario-adrenal, la desregulación del cortisol y la sobreproducción de citocinas proinflamatorias presentes en los pacientes con TB se asocian no solo con desarrollo de SM, sino también con déficit cognitivo. En la hipótesis medicamentosa se describe que el efecto de los psicofármacos en el metabolismo puede tener un impacto negativo en las funciones cognitivas. Y finalmente, desde la perspectiva ambiental y social, se plantea que los entornos adversos tempranos, el trauma, el estrés y los estilos de vida poco saludables contribuyen al desarrollo de SM y, a su vez, a un menor rendimiento cognitivo.

Otras posibles hipótesis que se podría considerar y no se mencionan en el desarrollo del tema serían las alteraciones del sueño y la genética. Las alteraciones del ritmo circadiano se han considerado de gran importancia en el TB, incluso un marcador temprano de las crisis; además, la pérdida de sueño también es prevalente en la obesidad, la diabetes y el SM15. Entre los numerosos factores que influyen directamente en el rendimiento cognitivo se encuentra el sueño, indispensable en la consolidación y el procesamiento de la memoria79; pese a esto, no está claro que la alteración del ciclo circadiano en una persona con TB y SM conlleve un mayor déficit cognitivo solo por el trastorno del sueño o se deba al factor sumatorio de las comorbilidades. De igual manera, dada la marcada poligenia y su interacción con factores medioambientales, implicada en las 3 afecciones (TB, SM y déficit cognitivo), que incluye genes que codifican canales iónicos, transportadores de neurotransmisores y componentes sinápticos80, es difícil establecer un único factor genético como posible explicación para la relación fisiopatológica entre el déficit cognitivo en el TB y el SM.

Cuando analizamos estas hipótesis en conjunto, todas indican el desarrollo de una serie de cambios macrocelulares y microcelulares, los cuales a su vez se correlacionan en los pacientes con TB y SM con un efecto negativo en la cognición de los pacientes tanto general como de dominios específicos, principalmente función ejecutiva, memoria, atención y habilidades perceptuales motoras. Se podrían plantear entonces que, entre ellas, existe un posible factor sumatorio y sinérgico, y parecería que la hipótesis de la “inflamación” hace un papel intermedio entre ellas, al potenciar los efectos independientes de cada una. Por ejemplo, la inflamación es una de las respuestas producidas por la alteración del cortisol y el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, que hacen parte de la hipótesis endrocrina, y uno de los mecanismos mediadores de los cambios estructurales y vasculares desencadenados también por los factores genéticos y ambientales y la epigenética (fig. 2). Por consiguiente, según lo revisado, nos atrevemos a decir que la hipótesis inflamatoria y los cambios dinámicos asociados son una de las más fuertes, pese a los hallazgos contradictorios en los estudios sobre esta.

Figura 2.

Relaciones fisiopatológicas entre trastorno bipolar, síndrome metabólico y déficit cognitivo.

Si bien se ha logrado obtener información de distintas fuentes que indicaban que la coexistencia de TB y SM afecta a la función cognitiva de estos pacientes, en esta revisión se ha encontrado como limitación el predominio de estudios de tipo transversal, con tamaños de muestras pequeños y múltiples formas de evaluación de las funciones cognitivas, lo que aumenta la heterogeneidad de los resultados. Por lo tanto, son necesarios nuevos y continuos procesos de investigación, de preferencia longitudinales, que permitan dilucidar y explicar los mecanismos comunes entre TB, SM y déficit cognitivo. Además, es necesario establecer qué factores son modificables, pues con una identificación temprana e intervención apropiada, se podría afectar de manera positiva al curso de la enfermedad y el progreso del déficit cognitivo. Esto se convertiría en un reto para los profesionales que diariamente interactuamos con esta población de pacientes, además de la reducción del número de crisis, el aumento del tiempo libre de síntomas, la adecuada adherencia al tratamiento y el mantenimiento de un adecuado perfil metabólico.

Conclusiones

La coexistencia de TB y SM, al parecer, se ha asociado con diversas disfunciones cognitivas, debido a lo cual en los últimos años ha aumentado el interés por comprender los mecanismos fisiopatológicos por los que la concomitancia de ambas enfermedades en un mismo paciente afecta al desempeño cognitivo.

Todos los componentes del SM se han relacionado con un efecto negativo en la cognición de los pacientes tanto general como de dominios específicos, principalmente función ejecutiva, memoria, atención y habilidades perceptuales motoras.

Las diversas hipótesis fisiopatológicas planteadas: inflamatoria, endocrina, medicamentosa, ambiental y social plantean que una serie de cambios macrocelulares y microcelulares se correlacionan en los pacientes con TB y SM con el deterioro de diferentes dominios cognitivos.

Deben continuarse los procesos de investigación que permitan identificar mecanismos biológicos y fisiopatológicos compartidos que sustenten la relación entre TB, SM y cognición, los cuales a su vez permitan establecer nuevas opciones de tratamiento con miras a la prevención del déficit cognitivo.

Conflicto de intereses

Ninguno.

Financiación

Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, Colombia (código 111577757629. Contrato 781 de 2017).

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