Objetivos: La toxoplasmosis cerebral es una infección grave con alta tasa de mortalidad y secuelas, especialmente en personas inmunocomprometidas. Las manifestaciones neurológicas son variadas, incluyendo en un porcentaje no desdeñable la focalidad neurológica aguda, destacando la importancia del diagnóstico diferencial.

Material y métodos: Mujer de 66 años con leucemia mieloide aguda tratada con trasplante de médula ósea haploidéntico y carcinoma ductal de mama en remisión. Ingresada en Hematología por cistitis hemorrágica y enfermedad injerto contra huésped cutánea, en tratamiento con corticoides, presenta el día +37 postrasplante debilidad brusca de extremidades izquierdas de predominio distal, puntuando NIHSS 1. Posteriormente presenta empeoramiento neurológico agudo (NIHSS 10) en contexto de cuadro febril, con deterioro progresivo a pesar de antibioterapia, produciéndose finalmente el fallecimiento.

Resultados: La TC de cráneo urgente muestra hipodensidad cortico-subcortical frontoparietal derecha establecida con estudio neurosonológico normal. Se inicia antiagregación simple. Ante empeoramiento se repite neuroimagen objetivando nuevas lesiones hipodensas a nivel frontal derecho, tálamo-mesencefálico izquierdo y parietooccipital izquierdo. Se completa estudio con RM craneal que objetiva innumerables lesiones supra e infratentoriales, troncoencefálicas y cerebelosas con realce en anillo y leptomeníngeo y abundante edema perilesional. El ecocardiograma transtorácico descarta endocarditis. El estudio de líquido cefalorraquídeo descarta malignidad, resultando la PCR para toxoplasma gondii positiva. En necropsia se confirma toxoplasmosis cerebral.

Conclusión: La presencia de síntomas neurológicos en pacientes oncológicos implica un amplio diagnóstico diferencial. El diagnóstico correcto es crucial para evitar tratamientos innecesarios y asegurar que los pacientes reciban el tratamiento adecuado para su condición subyacente. A pesar de ello, siguen presentando una alta tasa de mortalidad.