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Se definió la aterosclerosis como la afectación carotídea o coronaria.</p><p id="p0020" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Se observó que la hiperglucemia y la hipertrigliceridemia se asocian con la albuminuria, si bien dicha asociación sólo se aprecia en los pacientes diabéticos. El análisis multivariable mostró que la elevación de la presión arterial (pero no la albuminuria) se asociaba de forma significativa con la aterosclerosis carotídea. Al excluir a los pacientes tratados con antihipertensivos, dicha elevación tensional se asociaba con la albuminuria en todos los subgrupos de pacientes. Esta asociación fue muy estrecha incluso en sujetos con presión arterial normal-alta tanto en pacientes no diabéticos sin aterosclerosis como en diabéticos ateroscleróticos.</p><p id="p0025" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En conclusión, la presión arterial, incluso en el nivel de normal-alta, se asocia consistentemente con la albuminuria tanto en pacientes diabéticos como ateroscleróticos. Estos resultados sugieren que los efectos de la presión arterial sobre la albuminuria no están mediados únicamente por la lesión vascular generalizada.</p><p id="p0030" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Hsu CC, Brancati FL, Astor BC, Kao WH, Steffes MW, Folsom AR, et al. Blood pressure, atherosclerosis, and albuminuria in 10 113 participants in the Atherosclerosis Risk In Communities study. J Hypertens. 2009;27:397–409.</p><span id="s0010" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0010">Comentario</span><p id="p0035" class="elsevierStylePara elsevierViewall">El incremento de la excreción urinaria de albúmina es un predictor significativo de complicaciones cardiovasculares y de la progresión de la enfermedad renal. Los mecanismos fisiopatológicos que subyacen en la asociación entre la micro-macroalbuminuria y el aumento del riesgo cardiovascular no han sido completamente analizados, si bien hay abundante evidencia sobre la utilidad de la albuminuria como un marcador de daño vascular generalizado y de disfunción endotelial, que puede promover la afectación aterosclerosa del árbol vascular.</p><p id="p0040" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Varios estudios han mostrado que la asociación entre la albuminuria y la aterosclerosis puede ser parcialmente explicada por los efectos de la presión arterial y otros factores de riesgo cardiovascular. Sin embargo, otros trabajos han descrito que dicha relación es independiente de estos factores.</p><p id="p0045" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En dicha relación entre presión arterial y albuminuria podrían intervenir diferentes procesos, como el incremento de la filtración glomerular como resultado de la elevación de la presión arterial, con el consiguiente daño renal y la aparición de la albuminuria, o la albuminuria podría ser un marcador de daño vascular generalizado y disfunción endotelial asociados a la elevación de la presión arterial.</p><p id="p0050" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Este trabajo muestra que la relación entre la presión arterial y la excreción urinaria de albúmina es continua y gradual, incluso a partir de niveles de presión arterial normal-alta. Además esta relación se observa en pacientes con o sin aterosclerosis. Aunque la albuminuria puede ser un marcador de daño vascular generalizado y de disfunción endotelial, este trabajo sugiere que la influencia de la presión arterial sobre la albuminuria no está relacionada únicamente con el daño vascular. La consistencia de estos hallazgos tanto entre pacientes diabéticos como en no diabéticos apoya la hipótesis de que gran parte de la afectación renal puede ser multifactorial, con la implicación de diferentes mecanismos fisiopatológicos.</p></span></span><span id="s0015" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0015">Presión sistólica y presión de pulso medidas a nivel central o periférico: relación con la lesión de órganos diana y la mortalidad</span><p id="p0055" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Este trabajo analiza la relación entre la presión arterial braquial y carotídea y la lesión de órganos diana al inicio del seguimiento y su asociación con la aparición de eventos mortales.</p><p id="p0060" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Se trata por tanto de un estudio transversal y longitudinal, que analiza la relación de la presión arterial sistólica y la presión de pulso centrales (cuantificadas mediante tonometría de pulso de la arteria carótida) y periféricas (medidas a nivel braquial mediante esfigmomanometría de mercurio) con la masa ventricular izquierda, el grosor íntima-media carotídeo, filtrado glomerular estimado y la mortalidad cardiovascular y de cualquier causa a 10 años, en un grupo de 1.272 sujetos (47% mujeres, edad media 30–79 años) representativa de una comunidad china.</p><p id="p0065" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La masa ventricular izquierda se relacionó más estrechamente con la presión sistólica central y periférica que con la presión de pulso. El grosor íntima-media y el filtrado glomerular se relacionaron más estrechamente con las presiones centrales que con las periféricas.</p><p id="p0070" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Se registraron 130 fallecimientos, 37 de ellos de causa cardiovascular. En el análisis univariable, las cuatro medidas de presión arterial se relacionaron de forma significativa con la mortalidad cardiovascular y de cualquier causa.</p><p id="p0075" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Después de un estricto ajuste para diversas variables (edad, sexo, frecuencia cardiaca, índice de masa corporal, consumo de tabaco, glucosa, cociente colesterol total/colesterol LDL, velocidad de onda de pulso carótido-femoral, masa ventricular izquierda, grosor íntima-media carotídea y filtrado glomerular), sólo la presión sistólica central se relacionó de forma independiente con la mortalidad cardiovascular <span class="elsevierStyleItalic">(hazards ratio</span> 1,30 por 10 mmHg). No se observaron interacciones significativas en función del sexo.</p><p id="p0080" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En conclusión, la presión sistólica y la presión de pulso se relacionan de forma diferente con la lesión de los diferentes órganos diana. La presión sistólica central es más útil que otros componentes de la presión arterial en la predicción de la mortalidad cardiovascular.</p><p id="p0085" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Wang KL, Cheng HM, Chuang SY, Spurgeon HA, Ting CT, Lakatta EG, et al. Central or peripheral systolic or pulse pressure: which best relates to target organs and future mortality? J Hypertens. 2009;27:461–7.</p><span id="s0020" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0020">Comentario</span><p id="p0090" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La elevación mantenida de la presión arterial sistólica (PAS), diastólica (PAD) y de la presión de pulso (PP) se relaciona con la lesión de órganos diana y con la aparición de complicaciones cardiovasculares. Tanto la PAS como la PP muestran una mayor capacidad de predicción de complicaciones coronarias que la PAS en pacientes menores de 50 años, así como un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca congestiva. La PAS es una variable que integra tanto el componente pulsátil como el de carga continua, mientras que la PP representa principalmente el componente pulsátil. Aunque un incremento de la PP se relaciona con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, su importancia relativa respecto a la PAS en la lesión de órganos diana puede variar y requiere nuevos estudios.</p><p id="p0095" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La presión arterial en arterias centrales, como la aorta ascendente o la carótida común, se relaciona de forma directa con la poscarga a la que se ve sometido el corazón. La sucesiva ramificación y las propiedades mecánicas del sistema arterial transmiten la presión arterial a las arterias periféricas, como las arterias braquial y radial, y la amplifican, por lo que la presión arterial periférica no necesariamente es un reflejo de la presión central. Puesto que la presión central puede estimarse de forma no invasiva, cabe suponer que podría mostrar una mayor capacidad que la presión braquial en la predicción de complicaciones cardiovasculares.</p><p id="p0100" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Este estudio evidencia en el análisis multivariable que ningún componente de la presión arterial predomina sobre los demás en la mortalidad de cualquier causa, mientras que sólo la PAS central predijo la mortalidad cardiovascular, por encima incluso de la PP central. Esta conclusión difiere de lo descrito en otros estudios, como el estudio CAFE <span class="elsevierStyleItalic">(Conduit Artery Function Evaluation),</span> en el que la PP central fue un factor determinante del pronóstico, o el <span class="elsevierStyleItalic">Strong Heart Study,</span> en el que la PP fue un determinante de la aparición de complicaciones cardiovasculares, o el <span class="elsevierStyleItalic">Second Australian National Blood Pressure Study,</span> en el que la PP braquial se relacionó de forma independiente con la aparición de complicaciones cardiovasculares. La principal diferencia de este estudio respecto a los demás es que se destaca el valor de la PAS central como predictor del riesgo cardiovascular por encima de otros predictores.</p><p id="p0105" class="elsevierStylePara elsevierViewall">J. Segura</p></span></span><span id="s0025" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0025">La interrupción de la actividad de los receptores tipo 1 de la angiotensina II mediante manipulación genética alarga la vida de los ratones</span><span id="s0030" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0030">Antecedentes</span><p id="p0110" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Hace aproximadamente 40 años que comenzaron a describirse los efectos potencialmente nocivos que tiene la angiotensina II en numerosos órganos y especialmente sobre el corazón y los riñones, y de aquí que al lado de la funciones fisiológicas fundamentales del sistema renina angiotensina (SRA) en la regulación de la presión arterial y en fisiología cardiovascular, se comenzase a hablar de su papel crítico en la patogénesis de numerosas enfermedades. De hecho, los elementos que componen el sistema son actualmente importantes dianas terapéuticas en hipertensión y en numerosas enfermedades.</p><p id="p0115" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Las acciones a la angiotensina II se producen a través de su interacción con dos tipos de receptores diferenciados desde un punto de vista farmacológico, que se conocen como receptores tipo 1 y tipo 2 (AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> y AT<span class="elsevierStyleInf">2</span>). El incremento de la presión arterial y en general los efectos patológicos de la angiotensina II están mediados por los receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> cuya presencia se ha podido demostrar en diversos órganos y sistemas como el corazón, las arterias, los riñones, las glándulas adrenales y los centros cerebrales de control cardiovascular.</p><p id="p0120" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los ratones presentan dos subtipos de receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1</span>. El receptor AT<span class="elsevierStyleInf">1A</span> es la principal isoforma y es la equivalente a los AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> humanos. El gen <span class="elsevierStyleItalic">Agtr1a</span> es el encargado de la codificación de estos receptores y su manipulación genética, inactivando su expresión, ya que ha sido descrita como una forma de reducir experimentalmente los niveles de presión arterial en este modelo animal y también de proteger de las complicaciones cardiovasculares inducidas por la angiotensina II.</p><p id="p0125" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En este trabajo que comentamos se documenta además que también la inhibición de la expresión de los receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> da lugar a un significativo alargamiento de la vida de estos roedores.</p></span></span><span id="s0035" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0035">Métodos</span><p id="p0130" class="elsevierStylePara elsevierViewall">El estudio se ha llevado a cabo en la generación F1 de ratones machos genéticamente manipulados para no expresar los receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> para la angiotensina II (agtr1a <span class="elsevierStyleSup">−/−</span>) y en ratones intactos que sirvieron de control. Los animales fueron sacrificados cuando la muerte parecía inminente con el objeto de obtener los tejidos de diferentes órganos para su análisis.</p></span><span id="s0040" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0040">Resultados</span><p id="p0135" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los principales resultados fueron:<ul class="elsevierStyleList" id="l0005"><li class="elsevierStyleListItem" id="o0005"><span class="elsevierStyleLabel">1.</span><p id="p0140" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los ratones con inactivación de los receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1A</span> (agtr1a <span class="elsevierStyleSup">−/−</span>) vivieron significativamente más tiempo que los animales control, de tal manera que a los 29 meses de estudio, cuando todos los controles habían fallecido, el 85% de los ratones deficientes en receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1A</span> estaban vivos todavía. Este 26% más de vida fue estadísticamente significativo (p<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span><<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>0,0001). Dado que la restricción de la ingesta calórica es un factor clásicamente relacionado con un aumento de la longevidad, se prestó especial atención a la monitorización de la ingesta, que fue similar entre ambos tipos de animales, no observándose tampoco diferencias significativas en la evolución del peso. Por otro lado, la capacidad de respuesta al ejercicio físico y la incidencia de tumores fueron similares en ambas cohortes de animales.</p></li><li class="elsevierStyleListItem" id="o0010"><span class="elsevierStyleLabel">2.</span><p id="p0145" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los ratones agtr1a <span class="elsevierStyleSup">−/−</span> , que no expresaban receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1A</span>, desarrollaron un menor daño cardiaco y vascular, lo cual se pudo comprobar por el análisis histológico en diversos tejidos. Es interesante constatar que el índice de masa ventricular fue comparable entre ambos tipos de ratones, aunque no el grado de fibrosis cardiaca que fue significativamente menor en los ratones agtr1a <span class="elsevierStyleSup">−/−</span>, que además mostraban una reducción de aproximadamente el 50% de las lesiones de ateroesclerosis en la aorta.</p></li><li class="elsevierStyleListItem" id="o0015"><span class="elsevierStyleLabel">3.</span><p id="p0150" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los ratones agtr1a <span class="elsevierStyleSup">−/−</span> presentaron evidencias de menor daño oxidativo y también un menor grado de alteración de la actividad mitocondrial asociada con el envejecimiento. Este fenómeno pudo demostrase por la menor formación de nitrotirosina en diferentes muestras celulares obtenidas de riñón, corazón o aorta y por el recuento de la densidad de mitocondrias.</p></li><li class="elsevierStyleListItem" id="o0020"><span class="elsevierStyleLabel">4.</span><p id="p0155" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La función renal no se vio afectada en los ratones deficientes en receptores AT,</p></li><li class="elsevierStyleListItem" id="o0025"><span class="elsevierStyleLabel">5.</span><p id="p0160" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Finalmente, la mayor longevidad de los ratones sin receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1A</span> se pudo asociar significativamente con un aumento en la expresión de genes cuya relación con la mayor supervivencia es conocida, Así la expresión del gen <span class="elsevierStyleItalic">sirt3,</span> de la superfamilia de la sirtuina, relacionado con la mayor duración de vida en estudios previos, estaba aumentada en las células renales de los ratones agtr1a <span class="elsevierStyleSup">−/−</span> , observándose además en otros experimentos cómo la expresión del gen disminuía en las células tubulares renales en cultivo por la acción de la angiotensina II administrada, mientras que, por el contrario, la incubación de las células con el antagonista de los receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> candesartan, restituía la respuesta.</p></li></ul></p></span><span id="s0045" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0045">Conclusiones</span><p id="p0165" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En resumen, en este trabajo se demuestra cómo la deficiencia de receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1A</span> alarga la vida de los ratones, probablemente como consecuencia fundamentalmente de una disminución de la oxidación mitocondrial, lo cual repercute en un menor daño mitocondrial debido a una atenuación del estrés oxidativo y posiblemente también por el efecto estimulador de la reregulación de los genes de supervivencia como <span class="elsevierStyleItalic">Nampt</span> y <span class="elsevierStyleItalic">Sirt3.</span> Estos hallazgos ofrecen la posibilidad teórica de que antagonizar farmacológicamente los AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> en seres humanos pudiese también tener un efecto sobre la longitud del ciclo vital, añadido a los beneficios directos ya demostrados sobre la disminución de los efectos patológicos derivados del aumento de la presión arterial y del resto de las complicaciones asociadas al exceso de angiotensina II.</p><p id="p0170" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Benigni A, Corna D, Zoja J, Sonzogni A, Latini R, Salio M, et al. Disruption of the Ang II type 1 receptor promotes longevity in mice. J Clin Invest. 2009;119: 524–30.</p><span id="s0050" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0050">Comentario</span><p id="p0175" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Posiblemente uno de los resultados más interesantes del presente trabajo sea el hallazgo de una estimulación de la regulación, a nivel de las células renales de los ratones carentes de receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1A</span>, de los genes <span class="elsevierStyleItalic">Nampt</span> y <span class="elsevierStyleItalic">Sirt3,</span> en comparación con los ratones no manipulados. Estos hallazgos sugieren que estos genes podrían desempeñar un papel en los resultados a través de promover la vitalidad mitocondrial en los ratones agtr1a <span class="elsevierStyleSup">−/−</span>. Las proteínas SIRT3 y SIRT4 mitocondriales son miembros de una familia de deacetilasas amplimenente representadas en diversos organismos en seres vivos desde bacterias hasta humanos que usan NAD<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>+<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>(dinucleotido de nicotinamida adenina) como cosustrato y que parecen tener un papel importante para mantener la vitalidad mitocondrial, lo cual es fundamental en la determinación de la duración del ciclo vital . Si este aumento de la expresión de sirtuinas es efecto o causa de la preservación mitocondrial es actualmente objeto de estudio, pero el hallazgo en el presente trabajo de que candesartan (un antagonista de los receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1</span>) pueda prevenir la disminución del poder inductor de la angiotensina II sobre <span class="elsevierStyleItalic">Sirt3</span> y <span class="elsevierStyleItalic">Nampt</span> en los cultivos de células epiteliales tubulares, también sugiere que existe alguna relación bioquímica entre angiotensina II y genes de supervivencia, que presumiblemente tendría que ser mediada por los receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1</span>.</p><p id="p0180" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Es interesante constatar, como comentan los autores del trabajo, que la mayor supervivencia inducida por la molécula resveratrol, encontrada en el vino tinto y que imita a la restricción calórica en cuanto a la inducción de mayor longevidad y que también activa proteínas de la familia de las sirtuinas, es capaz de subregular los receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> en cultivos de células musculares lisas, lo cual hace sospechar que la inhibición de la acción de los AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> podría contribuir al efecto de esta molécula en el incremento de la longevidad.</p><p id="p0185" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La familia de las sirtuinas está empezando a ser considerada una diana terapéutica para enfermedades relacionadas con el envejecimiento y como un medio de prolongar la vida; y una forma de actuar sobre dichas moléculas teóricamente podría ser a través del efecto de los fármacos que antagonizan los receptores de la angiotensina.</p><p id="p0190" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Del resto de los hallazgos merece la pena destacar especialmente cómo los animales agtr1a <span class="elsevierStyleSup">−/−</span> carentes de receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1A</span> desarrollan menos lesiones ateroesclerosas y menos daño cardiaco con menor deposito intersticial de colágeno que los animales control no manipulados, lo cual viene a destacar el papel de la angiotensina II a través de los receptores AT<span class="elsevierStyleInf">1</span> para regular la producción de matriz extracelular por los fibroblastos cardiacos y especialmente la observación de cómo se produce una significativa reducción de la oxidación tanto a nivel cardíaco, como en aorta y en los riñones.</p><p id="p0195" class="elsevierStylePara elsevierViewall">J.L. Tovar</p></span></span><span id="s0055" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0055">La microalbuminuria como marcador de deterioro cognitivo y de lesiones de sustancia blanca en el anciano</span><p id="p0200" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Antecedentes.</span> La albuminuria, un marcador renal de enfermedad microvascular, puede anunciar también enfermedad microvascular en otros territorios, incluido el cerebro. El objetivo del estudio fue evaluar la asociación entre albuminuria, función cognitiva y lesiones de sustancia blanca.</p><p id="p0205" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Diseño del estudio.</span> Estudio observacional transversal.</p><p id="p0210" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Ámbito y participantes.</span> Se incluyeron ancianos de Boston que recibían atención sanitaria domiciliaria para mantener una vida independiente, y que otorgaban consentimiento para la práctica de una resonancia magnética cerebral.</p><p id="p0215" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Variable predictora.</span> Índice albúmina-creatinina en orina (IAC).</p><p id="p0220" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Medidas e intervenciones.</span> Evaluación de la función cognitiva mediante una batería de tests de función ejecutiva y de memoria y exploración de las lesiones de sustancia blanca cerebral con resonancia. Análisis mediante modelos de regresión logística y lineal.</p><p id="p0225" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Resultados.</span> Se incluyeron un total de 335 pacientes, con una media de edad de 73,4<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>±<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>8,1 años; 73,4% mujeres, de los cuales 123 presentaban microalbuminuria o macroalbuminuria. Por cada vez que se duplicaba el IAC se deterioraba significativamente la función ejecutiva (β<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>=<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>−<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>0,05; p<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>=<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>0,005 en el análisis univariante y β<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>=<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>−<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>0,07; p<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>=<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>0,004 en el análisis multivariante controlando por edad, sexo, raza, educación, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, fármacos, y estimación del filtrado glomerular), pero no se deterioraba la memoria. Los pacientes con microalbuminuria o macroalbuminuria tenían más probabilidades de estar en el menor tercil frente a el mayor tercil de función ejecutiva (odds-ratio 1,18; intervalo de confianza del 95% [IC 95%] 1,06 a 1,32; odds-ratio 1,19; IC 95% 1,05 a 1,35 por duplicación del IAC en el análisis univariado y multivariado, respectivamente). La albuminuria se asoció con mayor probabilidad de presentar lesiones de sustancia blanca en la resonancia (odds-ratio 1,13; IC95% 1,02 a 1,25; odds-ratio 1,15; IC 95% 1,02 a 1,29 por duplicación del IAC) en el análisis univariado y multivariado. Los resultados fueron similares al excluir a los sujetos con macroalbuminuria.</p><p id="p0230" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Limitaciones.</span> Población anciana seleccionada con predominio importante de mujeres (no se puede extrapolar a población general), una única determinación de IAC y evaluaciones retrospectivas en la historia clínica.</p><p id="p0235" class="elsevierStylePara elsevierViewall"><span class="elsevierStyleItalic">Conclusiones.</span> En el paciente anciano con limitación de su autonomía personal, la albuminuria se asocia con un mayor déficit cognitivo, en particular de las funciones ejecutivas, así como con un aumento de las lesiones de sustancia blanca. La albuminuria predice una mayor carga de enfermedad microvascular cerebral.</p><p id="p0240" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Weiner DE, Bartolomei K, Scott T, Price LL, Griffith JL, Rosenberg I, et al. Albuminuria, cognitive functioning, and white matter hyperintensities in homebound elders. Am J Kidney Dis. 2009;53:438–47.</p><span id="s0060" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0060">Comentario</span><p id="p0245" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En los países occidentales, la prevalencia de demencia para los mayores de 65 años es del 5-10% y se dobla aproximadamente cada 4 años hasta llegar a aproximadamente a un 30% en la década de los 80 años. Los pacientes ancianos todavía sin criterios diagnósticos de demencia pero con cierto deterioro cognitivo o con alteraciones inespecíficas de la memoria tienen mayor probabilidad de presentar una demencia. De ahí el interés de evaluar precozmente a este grupo de pacientes, con objeto de detectar un inicio potencial de demencia. En el hipertenso mal controlado, una intervención temprana con fármacos antihipertensivos ha demostrado una protección sobre la incidencia de demencia.</p><p id="p0250" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Se acepta que la hipertensión, así como otros factores de riesgo (tabaquismo, diabetes, hipercolesterolemia, obesidad) o el antecedente de evento cardiovascular (ictus) son predictores de deterioro cognitivo, de demencia tipo Alzheimer y de demencia vascular.</p><p id="p0255" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La evaluación de la microalbuminuria mediante el índice albúmina/creatinina se ha generalizado en los últimos años en casi todos los laboratorios de referencia y actualmente es una exploración accesible para la gran mayoría de los centros de Atención Primaria. Se trata de una variable independiente -y continuade- riesgo de enfermedad cardiovascular y de mortalidad para todas las causas en población general, mujeres posmenopáusicas, ancianos, diabéticos o hipertensos. Por lo tanto, permite evaluar y monitorizar la evolución del paciente hipertenso e, indirectamente, el estado de su microcirculación.</p><p id="p0260" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Por otro lado, las imágenes de lesiones de sustancia blanca (traducción de una afectación cerebrovascular de pequeño vaso) también se consideran un factor de riesgo cardiovascular (una lesión de órgano diana) y se asocian a un futuro deterioro cognitivo. Sin embargo, desde el punto de vista práctico, la evaluación rutinaria de dichas lesiones mediante resonancia en el hipertenso no es posible por un problema logístico y de costes. La microalbuminuria y la macroalbuminuria tienen una buena correlación con dichas lesiones de sustancia blanca y, tal como se describe en el presente original, el incremento progresivo de la excreción de albúmina puede predecir deterioro cognitivo en el anciano. En este sentido, los resultados de este estudio pueden ser útiles para estimar indirectamente tanto el riesgo cardiovascular como el riesgo de comienzo de deterioro cognitivo.</p><p id="p0265" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Desde el punto de vista práctico, a partir de los resultados de este original, podríamos concluir que ante un paciente anciano con empeoramiento progresivo de su excreción urinaria de albúmina deberíamos considerar, además, una evaluación rutinaria precoz de su función cognitiva.</p><p id="p0270" class="elsevierStylePara elsevierViewall">E. Vinyoles</p></span></span><span id="s0065" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0065">Factores asociados a la falta de descenso tensional nocturno</span><p id="p0275" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La monitorización ambulatoria de presión arterial (MAPA) es una exploración útil para el diagnóstico y manejo de los hipertensos. Además de los valores tensionales medios de 24 horas, la variabilidad circadiana de la PA añade valor pronóstico y predictivo sobre la incidencia de eventos cardiovasculares. Sin embargo, hasta la fecha, existe poca información sobre las características de los patrones tensionales circadianos evaluadas en grandes estudios.</p><p id="p0280" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los objetivos fueron tanto determinar la prevalencia de los distintos patrones circadianos de PA, como evaluar las condiciones clínicas asociadas específicamente al patrón no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> en grupos de hipertensos tratados y no tratados, estudiados por separado. Los datos clínicos y de MAPA de 24 horas se obtuvieron a partir de 42.947 hipertensos incluidos en el Registro Cardiorisc de la Sociedad Española de Hipertensión. Eran 8.384 no hipertensos no tratados previamente y 34.563 hipertensos en tratamiento farmacológico. Todas las MAPA se realizaron con un equipo oscilométrico validado (Spacelabs 90207®). Se definió patrón no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> cuando la PA sistólica media nocturna descendía menos de un 10% con respecto a la media tensional diurna. La prevalencia de patrón no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> fue del 41% en el grupo no tratado y del 53% en los pacientes tratados. En ambos grupos, la edad avanzada, la obesidad, la diabetes mellitus y la presencia de enfermedad cardiovascular asociada o de enfermedad renal se relacionó con un menor descenso tensional nocturno (p<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span><<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>0,001). En los hipertensos tratados, el patrón no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> se asoció al uso de un mayor número de antihipertensivos, pero no con la hora del día en que se administraban dichos fármacos antihipertensivos. En conclusión, la falta de descenso tensional nocturno (patrón no <span class="elsevierStyleItalic">dipper)</span> es común en pacientes hipertensos. Un perfil de alto riesgo cardiovascular se asocia con el patrón no <span class="elsevierStyleItalic">dipper,</span> lo que sugiere que la falta de descenso tensional nocturno puede ser un marcador de alto riesgo cardiovascular.</p><p id="p0285" class="elsevierStylePara elsevierViewall">De la Sierra A, Redón J, Banegas JR, Segura J, Parati G, Gorostidi M, et al. Prevalence and factors associated with circadian blood pressure patterns in hypertensive patients. Hypertension. 2009;53:466–72.</p><span id="s0070" class="elsevierStyleSection elsevierViewall"><span class="elsevierStyleSectionTitle" id="st0070">Comentario</span><p id="p0290" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La evaluación de los valores de PA nocturna está ganando interés a raíz de varias publicaciones que demuestran su elevado valor predictivo de eventos cardiovasculares. Es un factor de riesgo independiente de la PA media de 24 horas. En un metaanálisis a partir de un seguimiento de 23.264 pacientes-año, la PA nocturna fue incluso mejor predictora de eventos cardiovasculares que la presión diurna. La ratio día-noche también predijo mortalidad, incluso tras ajustar por la PA media de 24 horas.</p><p id="p0295" class="elsevierStylePara elsevierViewall">De hecho, el período nocturno, desde el punto de vista fisiológico, se trata de una situación que podríamos considerar basal, en la que el hipertenso duerme más o menos profundamente. La MAPA puede interferir en el sueño, sin embargo los valores de PA nocturna seguirán siendo valorables únicamente si el paciente no deambula y permanece en reposo en la cama durante toda la noche, independientemente de la calidad del sueño. Por otra parte, parece razonable disponer de un suficiente número de lecturas por la noche, especialmente cuando el período nocturno sea corto: al menos tres lecturas cada hora.</p><p id="p0300" class="elsevierStylePara elsevierViewall">La definición de paciente no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> se basa por consenso en la relación entre PA sistólica diurna y nocturna, es decir, en una caída tensional media nocturna inferior al 10% de la media diurna. Por lo tanto, la definición se fundamenta en una ratio entre las presiones medias de ambos períodos. La falta de descenso tensional nocturno (patrón no <span class="elsevierStyleItalic">dipper)</span> también se ha asociado a una precoz lesión de órganos diana y a mayor incidencia de eventos cardiovasculares. El patrón no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> se da más a menudo en diabéticos, en pacientes con apneas del sueño y en normotensos con insuficiencia cardíaca congestiva. Estudios prospectivos indican que los pacientes sin descenso tensional nocturno tienen un incremento de la morbimortalidad, con una mayor incidencia de eventos cardiovasculares que los pacientes dipper.</p><p id="p0305" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Por todo ello, establecer si un hipertenso es <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> o no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> tiene interés porque permite filiar con más exactitud su perfil de riesgo cardiovascular. En esta línea, el original de De la Sierra et al demuestra que un perfil de alto riesgo cardiovascular se asocia a la falta de descenso nocturno. Ante un hipertenso de mayor edad, diabético, obeso o con enfermedad clínica asociada, debemos sospechar un patrón no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> y evaluar la PA nocturna. La MAPA de 24 h permite en estos casos mejorar la estratificación del riesgo cardiovascular. En la práctica clínica, podríamos definir y diferenciar dos patrones no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> con distintos riesgos: el paciente no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> con hipertensión nocturna y el no <span class="elsevierStyleItalic">dipper</span> con cifras nocturnas de normotensión. El primero presenta mayor riesgo cardiovascular que el segundo. La época en la que se proponía evaluar por MAPA únicamente el período diurno parece cada vez más lejana.</p><p id="p0310" class="elsevierStylePara elsevierViewall">E. Vinyoles</p></span></span></span>" "textoCompletoSecciones" => array:1 [ "secciones" => array:8 [ 0 => array:3 [ "identificador" => "s0005" "titulo" => "Presión arterial, aterosclerosis y albuminuria" "secciones" => array:1 [ 0 => array:2 [ "identificador" => "s0010" "titulo" => "Comentario" ] ] ] 1 => array:3 [ "identificador" => "s0015" "titulo" => "Presión sistólica y presión de pulso medidas a nivel central o periférico: relación con la lesión de órganos diana y la mortalidad" "secciones" => array:1 [ 0 => array:2 [ "identificador" => "s0020" "titulo" => "Comentario" ] ] ] 2 => array:3 [ "identificador" => "s0025" "titulo" => "La interrupción de la actividad de los receptores tipo 1 de la angiotensina II mediante manipulación genética alarga la vida de los ratones" "secciones" => array:1 [ 0 => array:2 [ "identificador" => "s0030" "titulo" => "Antecedentes" ] ] ] 3 => array:2 [ "identificador" => "s0035" "titulo" => "Métodos" ] 4 => array:2 [ "identificador" => "s0040" "titulo" => "Resultados" ] 5 => array:3 [ "identificador" => "s0045" "titulo" => "Conclusiones" "secciones" => array:1 [ 0 => array:2 [ "identificador" => "s0050" "titulo" => "Comentario" ] ] ] 6 => array:3 [ "identificador" => "s0055" "titulo" => "La microalbuminuria como marcador de deterioro cognitivo y de lesiones de sustancia blanca en el anciano" "secciones" => array:1 [ 0 => array:2 [ "identificador" => "s0060" "titulo" => "Comentario" ] ] ] 7 => array:3 [ "identificador" => "s0065" "titulo" => "Factores asociados a la falta de descenso tensional nocturno" "secciones" => array:1 [ 0 => array:2 [ "identificador" => "s0070" "titulo" => "Comentario" ] ] ] ] ] "pdfFichero" => "main.pdf" "tienePdf" => true ] "idiomaDefecto" => "es" "url" => "/18891837/0000002600000004/v1_201307261510/S1889183709721786/v1_201307261510/es/main.assets" "Apartado" => array:4 [ "identificador" => "16603" "tipo" => "SECCION" "es" => array:2 [ "titulo" => "Resúmenes" "idiomaDefecto" => true ] "idiomaDefecto" => "es" ] "PDF" => "https://static.elsevier.es/multimedia/18891837/0000002600000004/v1_201307261510/S1889183709721786/v1_201307261510/es/main.pdf?idApp=UINPBA00004N&text.app=https://www.elsevier.es/" "EPUB" => "https://multimedia.elsevier.es/PublicationsMultimediaV1/item/epub/S1889183709721786?idApp=UINPBA00004N" ]
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2018 Marzo | 7 | 0 | 7 |
2018 Febrero | 2 | 1 | 3 |
2018 Enero | 9 | 5 | 14 |
2017 Diciembre | 2 | 2 | 4 |
2017 Noviembre | 5 | 3 | 8 |
2017 Octubre | 6 | 3 | 9 |
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2017 Agosto | 5 | 0 | 5 |
2017 Julio | 9 | 3 | 12 |
2017 Junio | 14 | 24 | 38 |
2017 Mayo | 17 | 2 | 19 |
2017 Abril | 16 | 1 | 17 |
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2016 Diciembre | 11 | 6 | 17 |
2016 Noviembre | 12 | 3 | 15 |
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2015 Enero | 41 | 6 | 47 |
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2014 Septiembre | 19 | 2 | 21 |
2014 Agosto | 16 | 2 | 18 |
2014 Julio | 15 | 3 | 18 |
2014 Junio | 20 | 2 | 22 |
2014 Mayo | 11 | 0 | 11 |
2014 Abril | 14 | 2 | 16 |
2014 Marzo | 30 | 1 | 31 |
2014 Febrero | 26 | 5 | 31 |
2014 Enero | 24 | 1 | 25 |
2013 Diciembre | 22 | 3 | 25 |
2013 Noviembre | 22 | 5 | 27 |
2013 Octubre | 18 | 5 | 23 |
2013 Septiembre | 17 | 3 | 20 |
2013 Agosto | 23 | 3 | 26 |
2013 Julio | 34 | 2 | 36 |
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2013 Mayo | 28 | 0 | 28 |
2013 Abril | 9 | 0 | 9 |
2013 Marzo | 8 | 0 | 8 |
2013 Enero | 3 | 0 | 3 |
2012 Diciembre | 1 | 0 | 1 |
2012 Noviembre | 3 | 0 | 3 |
2012 Octubre | 4 | 0 | 4 |
2009 Junio | 454 | 0 | 454 |