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Vol. 19. Núm. 10.
Páginas 18-23 (Noviembre 2005)
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Primer semestre de 2005
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MARIOLA PINILLOSa, CARMEN PINILLOSa, FERNANDO ANTOÑANZASa
a Economistas. Universidad de La Rioja.
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Los datos económicos de las principales economías internacionales registrados durante la primera mitad de 2005 confirman las previsiones de desaceleración económica mundial con las que se cerraba el año 2004.

Así, mientras que la economía estadounidense muestra signos de estancamiento en su ritmo de crecimiento, las economías de Japón y de la zona euro (esta última de forma más evidente) parecen incapaces de superar definitivamente su atonía y recuperar el protagonismo que les corresponde en el contexto económico internacional (fig. 1.1).

Frente a la debilidad de las economías desarrolladas, el dinamismo de las emergentes, fundamentalmente las asiáticas y las de la Comunidad de Estados Independientes (antigua URSS), será el que, según las previsiones de los principales organismos internacionales, lidere el crecimiento de la economía mundial en el bienio 2005-2006.

En este contexto, la economía española, de forma casi autónoma, dado el contexto que la rodea, acelera su ritmo de crecimiento (fig. 1.1).

Crecimiento y actividad económica

Los datos referidos a la actividad económica desarrollada por nuestra economía durante el primer semestre de 2005 se han visto afectados por el cambio de base llevado a cabo en la Contabilidad Nacional de España; un cambio cuyo objetivo último es mejorar la representatividad y comparabilidad de las estimaciones de las cuentas nacionales y que introduce novedades importantes.

Las principales diferencias entre la nueva Contabilidad Nacional (CNE-2000) y la anterior (CNE-1995) se deben a la incorporación de dos tipos de modificaciones: modificaciones causadas por la aplicación de nuevos métodos de estimación y por la utilización de nuevas fuentes de información básica (como, por ejemplo, el Censo 2001 o la nueva EPA-2005), y modificaciones metodológicas, exigidas por la normativa comunitaria a todos los países de la Unión Europea (UE), que afectan a aspectos tan importantes del procedimiento de elaboración de las cuentas nacionales como el tratamiento de Servicios de Intermediación Financiera Medidos Indirectamente (SIFMI) o el método de ajuste utilizado en las valoraciones monetarias para aislar el efecto de la variación en los precios1.

Evidentemente, el ajuste contable llevado a cabo en este período ha causado cambios cuantitativos importantes, entre los que cabe mencionar la revisión al alza tanto de las estimaciones del PIB y del empleo, como de sus tasas de crecimiento, y el cambio en el perfil de crecimiento del PIB de 2004 (que, con los nuevos criterios contables, pasa a ser creciente, en vez de prácticamente plano, como se estimaba con los datos de la CNE-1995).

La actividad económica española durante el primer semestre de 2005

El ritmo de crecimiento mostrado por la economía española en el primer y segundo trimestre de 2005 (con tasas de variación interanual del 3,3 y 3,4%, respectivamente) reafirma el perfil de crecimiento acelerado registrado por la economía española desde mediados de 2004 (fig. 1.1); crecimiento que contrasta con la desaceleración de la zona euro (fig. 1.1) y que amplía el diferencial de crecimiento hasta los 2,3 puntos porcentuales en junio de 2005 (fig. 1.2).

El crecimiento registrado por la economía española durante la primera mitad de 2005 obedece a un patrón similar (aunque con algunos matices) al observado durante 2004 (fig. 1.2): una demanda nacional fuerte (que eleva su aportación al crecimiento hasta los 6 puntos porcentuales) y una demanda externa que, aunque parece estabilizar su comportamiento negativo en los primeros meses de 2005, continúa minorando el crecimiento económico español.

Los matices diferenciadores se descubren al analizar el comportamiento de los diferentes componentes de la demanda nacional y del sector exterior. Así, mientras que el gasto en consumo desacelera su crecimiento (consecuencia de la estabilización del consumo de los hogares en torno al 4,8% y de la reducción del consumo de las Administraciones Públicas), la formación bruta de capital fijo muestra un crecimiento acelerado (del 7 y 7,5% interanual en el primer y segundo trimestre de 2005, respectivamente), como resultado del impulso de todos sus componentes, principalmente de la inversión en bienes de equipo.

Por su parte, la fortaleza de las importaciones, con tasas de crecimiento muy superiores a las de las exportaciones, pese a la depreciación del euro y el elevado precio del petróleo, (un 8% de variación interanual en el segundo trimestre de 2005, frente al casi 2% de crecimiento registrado por las exportaciones) explica que el sector exterior haya incrementado su contribución negativa al crecimiento económico español en un punto porcentual durante el último año.

La evolución que las balanzas de bienes y servicios han mostrado en el último año confirma las estimaciones de la Contabilidad Nacional. Así, mientras que, según los datos publicados por el Banco de España para junio de 20052, la balanza comercial incrementa su déficit en un 36,5%, la balanza de servicios, fuertemente condicionada por la evolución negativa del turismo, reduce su superávit en un 2,7%. Si a ello se añade la evolución de las balanzas de renta y de transferencias corrientes (ambas amplían su saldo deficitario respecto a junio de 2004), el resultado final es un déficit por cuenta corriente que, en junio de 2005, supera los 7.000 millones de euros.

Mercado de trabajo

Al igual que ocurriera con el análisis de la actividad económica, el estudio de la situación del mercado de trabajo durante la primera mitad del año 2005 también se ha visto condicionado por la introducción de cambios metodológicos importantes en las principales fuentes estadísticas laborales. Ests cambios afectan a la Encuesta de Población Activa (EPA) y al registro de parados realizado por las oficinas públicas de empleo.

Los cambios observados en la cifra de paro registrado vienen causados por la entrada en vigor, en mayo de 2005, de un nuevo sistema de información, el Sistema de Información de los Servicios de Empleo Públicos (SISPE), cuya implantación busca mejorar la coordinación entre los distintos servicios de empleo, actualmente transferidos a la mayoría de las comunidades autónomas, así como el proceso de recogida y actualización de la información registrada por estos servicios.

Los motivos que han llevado a la modificación de la EPA son tres: la necesidad de incorporar a la encuesta la nueva realidad demográfica y laboral causada, fundamentalmente, por la en- trada masiva de inmigrantes; la obligación de introducir los cambios exigidos por la Eurostat (Oficina Estadística de la Unión Europea) relacionados con la aplicación del sistema de submuestras y con la inclusión de seis nuevas variables en la encuesta (Reglamento 2257/2003), y la mejora del método de recogida de la información mediante la reformulación de las preguntas del cuestionario y la implantación de un procedimiento centralizado para la realización de las entrevistas telefónicas.

Los cambios metodológicos introducidos han causado la ruptura en las series de datos; ruptura que los técnicos del INE y del Servicio Público de Empleo Estatal (antiguo INEM) han tratado de compensar mediante simulaciones estadísticas con las que se ha conseguido reconstruir la serie histórica de paro registrado y, en el caso de la EPA, a través de una encuesta testigo3 que permite corregir las variaciones interanuales del impacto de los cambios incorporados en el cuestionario durante el período de enlace entre la EPA-2002 y la EPA-2005. Estos datos corregidos son los que se utilizarán para analizar la situación coyuntural del mercado de trabajo.

 

Población activa. Tras crecer un 3,5% a lo largo del último año, la población activa, esto es, la que está dispuesta a participar en el mercado de trabajo, supera los 20,8 millones de personas, al finalizar el primer semestre de 2005. Este crecimiento, similar al logrado en el mismo período el año anterior, añade 1,3 puntos porcentuales a la tasa de actividad registrada a finales de 2004, hasta situarla en el 57,4%.

Una vez más, los dos colectivos protagonistas del incremento de la actividad económica son la población extranjera y la población femenina: de los 693.000 activos que se incorporan al mercado de trabajo español a lo largo del último año, 358.000 son mujeres, y 475.500, inmigrantes.

 

Ocupación y empleo. El ritmo de creación de empleo se aceleró en el primer semestre de 2005. Según los datos de la EPA, la ocupación se incrementó en el primer trimestre de 2005 un 4,3%; crecimiento que se eleva hasta el 5% en el segundo trimestre del año. La Contabilidad Nacional (CNE-2000) también registra un crecimiento acelerado del empleo; si bien el ritmo es inferior al estimado por la EPA (un 3 y un 3,2% anual en el primer y segundo trimestres de 2005, respectivamente). Como puede observarse, pese a las mejoras metodológicas a las que ambas estadísticas se han sometido, las disparidades en las estimaciones del empleo persisten, aunque el perfil evolutivo de las dos estimaciones es similar (fig. 2).

El empleo creado en los últimos 12 meses (897.100 nuevos puestos de trabajo) es un empleo asalariado, temporal y a tiempo parcial4, generado, fundamentalmente, por la construcción y los servicios (cuyas tasas de crecimiento interanual son, respectivamente, del 7,5 y 6,3%) y cubierto, principalmente, por mujeres e inmigrantes (de hecho, mientras que la ocupación femenina crece un 7,2% anual en el segundo trimestre de 2005, las cifras de empleo masculino lo hacen en un 3,6% y, mientras que la población inmigrante incrementa su ocupación en un 25,3%, la ocupación nacional crece en un 3%).

 

Desempleo y paro. El fuerte crecimiento del empleo ha permitido que, pese al aumento de la población activa, durante el primer semestre de 2005, se reduzca tanto la tasa de paro como el número de desempleados. Además, dado que el descenso del número de parados es más intenso que el incremento de la población activa (un 9,2% de reducción interanual en el segundo trimestre del año, frente al 3,5% de crecimiento de los activos), la tasa de paro registra una de las reducciones más altas de los últimos años (casi un punto porcentual en el segundo trimestre de 2005 y 1,8 puntos en los últimos doce meses) (fig. 2). Esta reducción ha conseguido acercar la tasa de paro española a la media de la Zona Euro en casi 8 décimas, durante la primera mitad del año (frente al 10,4 y 8,8% de tasa armonizada de paro en España y en la zona euro, respectivamente en diciembre de 2004, en junio de 2005 las cifras son, respectivamente, del 9,5 y 8,7%).

La disminución del número de desempleados también se observa si se analizan las cifras de paro registrado (estadística que, al igual que la EPA, también ha estado sujeta a cambios metodológicos en este período; cambios que han supuesto la afloración de casi medio millón de parados).

Inflación

El primer semestre del año 2005 se cierra con una tasa de crecimiento interanual del índice de precios de consumo (IPC) del 3,1%, cuatro décimas por debajo de la registrada en junio de 2004. Pese a la mejoría, la economía española supera ya el objetivo de inflación, fijado por el Banco Central Europeo en el 2%, al acumular, en junio de 2005, una subida del IPC del 2,1%.

Un análisis más detallado de la evolución que los precios de los principales componentes de la cesta de la compra han mantenido durante el período objeto de estudio ayudará a comprender no sólo el comportamiento del IPC, sino los motivos por los que la economía española no consigue reducir el diferencial de inflación con la Zona Euro (1,1 puntos porcentuales, en junio de 2005).

La inflación subyacente, esto es, la que se obtiene si se eliminan de la cesta de la compra los elementos más volátiles (alimentos no elaborados y productos energéticos), no sólo continúa siendo inferior a la inflación total, como viene ocurriendo en los últimos 15 meses (tabla I), sino que se sitúa en los niveles más bajos registrados desde abril de 2004.

El descenso registrado por la inflación subyacente en este período se debe a la moderación del precio de los alimentos elaborados y de los bienes industriales no energéticos (BINE), fuertemente influidos por el efecto que el período de rebajas ocasiona sobre los precios en ámbitos como menaje, vestido y calzado. Frente a ellos, el crecimiento estable mostrado por el precio de los servicios durante todo el semestre ha servido para convertir a este componente de la inflación subyacente en el segundo más inflacionista de toda la cesta de la compra, tras los productos energéticos.

Ahora bien, si hay un protagonista incuestionable en la explicación de la evolución del IPC durante la primera mitad del año 2005, este es, sin duda, el precio de los productos energéticos (tabla I). El encarecimiento del petróleo no sólo ha disparado el precio de los carburantes y combustibles (cuyo crecimiento supera el 10% anual en junio de 2005), sino también el de componentes tan relevantes de la cesta de la compra como el transporte y la vivienda (con incrementos, en ambos casos, por encima del 5% interanual).

Aunque menos intensa que la registrada por los productos energéticos e inferior a la esperada teniendo en cuenta las heladas de comienzo de año y la persistencia de la sequía, los alimentos no elaborados también han mostrado una tendencia alcista durante los 6 primeros meses del año. En este caso, los mayores incrementos se observan en las frutas en conserva y los frutos secos, el aceite y la carne de ave (con tasas de crecimiento interanuales del 13,8, 8,7 y 6,5%, respectivamente). *

Bibliografía general

Albacete R, Laborda A. Cambios en la Encuesta de Población Activa y en la Contabilidad Nacional. Cuadernos de Información Económica. 2005;186:44-55.

Pinillos M, Antoñanzas F. Coyuntura económica. Elementos para el análisis. Farmacia Profesional. 2001;15(8):13-23.

Pinillos M, Antoñanzas F. Coyuntura económica. Primer trimestre de 2002: cambios metodológicos y ¿de tendencia? Farmacia Profesional. 2002;16(9):16-31.

http://www.ine.es/

http://www.bde.es/

http://www.bea.doc.gov/

http://europa.eu.int/eurostat.html

 

 

Notas

1. Si bien el propósito de este informe no es explicar el alcance conceptual y cuantitativo de los cambios metodológicos introducidos por la CNE-2000, puede resultar interesante conocer, al menos, la dirección de estos cambios. Así, mientras que los SIFMI pasarán a asignarse y distribuirse entre los diferentes sectores usuarios de éstos (en vez de ser considerados globalmente como servicios de consumo intermedio de un sector ficticio), las valoraciones monetarias a precios constantes de base fija utilizadas hasta ahora, se reemplazan por estimaciones a precios del año precedente (base móvil) con índices encadenados. Para mayor información sobre estos cambios, en la página web del INE pueden encontrarse documentos específicos donde se abordan estas dos cuestiones.

2. Cabe indicar que, coincidiendo con el cambio de base de la Contabilidad Nacional, el Banco de España también ha procedido a revisar la serie histórica de alguna de las principales rúbricas de la Balanza de Pagos para el período 1995-2004.

3. Se trata de una encuesta adicional que se ha administrado con el cuestionario y procedimiento de recogida de la información vigente en 2004 (EPA-2002) y que permite tener para el primer trimestre de 2005 una estimación procedente de la encuesta nueva y otra de la antigua (encuesta testigo).

4. Una de las virtudes de la EPA-2005 es la de registrar mejor situaciones de ocupación esporádica como los trabajos de corta duración o pocas horas, lo que explicaría buena parte del incremento de la ocupación a tiempo parcial registrado en el primer semestre de 2005.





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