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Vol. 27. Núm. 5.
Páginas 6-11 (Septiembre 2013)
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Horizontes de esperanza para la profesión
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Enrique Granda Vegaa
a Doctor en Farmacia grandafarm@gmail.com
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Tabla. I. Objetivos (universales) para la profesión farmacéutica
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El mercado farmacéutico es un gran pastel en el que los farmacéuticos pueden participar, y no solo por medio del subsector de oficinas de farmacia. En torno a él hay publicidad, marketing, fabricación, envasado, exportación, diseño de productos de consumo, finanzas y hasta literatura. Todo ése es el verdadero campo del farmacéutico

La profesión farmacéutica está fundamentalmente ligada al ejercicio en las farmacias en todo el mundo, pero tiene otras muchas posibilidades. El futuro de las farmacias y hacia dónde se dirige la actuación profesional de los farmacéuticos en otros muchos campos es el motivo de esta reflexión, cuya primera conclusión es que el farmacéutico como profesional continúa teniendo grandes posibilidades de desarrollo social y satisfacción económica. Este artículo pone de manifiesto la diversidad de oportunidades, negocios y ámbitos de actuación que se abren para los miles de licenciados que, en el futuro, no podrán acceder a la titularidad de una oficina de farmacia. Pese a la incertidumbre y la inestabilidad que actualmente acucia al sector farmacéutico, en el horizonte también hay esperanzas.

El ejercicio en la farmacia y la retribución del farmacéutico

Antes de nada, hay que decir que el futuro de una profesión puede planificarse como cualquier otra actividad humana y esa planificación pasa por conocer dónde estamos ahora para saber hacia dónde nos dirigimos. En alguna otra ocasión he realizado este tipo de análisis que, como es lógico, cambia con los tiempos, y ahora de una forma más rápida por las urgencias que impone la crisis económica.

Una vez precisado ese punto de partida hay que marcarse los grandes objetivos y líneas de actuación para los próximos años que es lo que se suele denominar planificación estratégica. Tenemos que saber con precisión lo que queremos mantener y aquello a lo que debemos aspirar en el futuro y como ejemplo de ello ofrezco la tabla I que elaboraron las organizaciones farmacéuticas europeas hace algunos años, teniendo en cuenta que hay bastantes estados donde no se dan las condiciones adecuadas para revertir la situación en la que se encuentran. Estos objetivos bien pueden constituirse en universales en cualquier otra parte del mundo, y el hecho de que nuestra farmacia se adecúe bastante bien a la mayor parte de ellos no debe hacernos pensar que será fácil mantenerlos, por más que el Tribunal de Justicia Europeo no deje de darnos satisfacciones, como la que se produjo el pasado mes de septiembre en relación al mantenimiento de los medicamentos de prescripción en la farmacia en una cuestión prejudicial planteada en Lombardía1 (Italia).

Gráfico I. Evolución de consumo de recetas en el Sistema Nacional de Salud

Sin embargo, un debate agrio en este momento es el sistema de retribución sobre el que han surgido entusiastas y detractores en relación con el establecimiento de un honorario profesional fijo para cada dispensación. La verdad es que estamos pillados entre dos fuegos: si se establecieran unos honorarios fijos por dispensación entraríamos de lleno en lo que les va a pasar a quienes han vivido hasta ahora indexando su retribución con el IPC, fundamentalmente funcionarios y pensionistas, para los que el Gobierno prepara fórmulas de revisión que abocan inevitablemente a pérdidas de poder adquisitivo. El otro fuego son los Decretos Leyes y la amenaza fantasma de la Disposición Final Tercera de la Ley de Colegios y Servicios Profesionales que anuncia una mayor progresividad en el pago y lo que llama «carácter finalista del sistema»2, quizá una forma de indicar que las deducciones y descuentos que se practican a las farmacias no pueden ser utilizadas con otros fines por las Comunidades Autónomas.

Salidas profesionales: ¿para qué valemos? 

Haciendo un poco de historia, resulta interesante leer el Decreto de Ordenación de la Facultad de Farmacia de 1944 en el que se sistematiza el ámbito de habilitación del título de licenciado en farmacia en dos grandes apartados: para el ejercicio de la profesión farmacéutica en la dispensación de medicamentos en las oficinas de farmacia oficiales y particulares y, en concurrencia con los titulares a los que se reconozca profesionalidad similar, para todas las actividades3. Era la época en la que los títulos tenían un tufillo a privilegio excluyente que los tiempos han ido haciendo perder y que ahora se perderán con toda seguridad mediante la Ley de Colegios Servicios Profesionales, excepto el ejercicio en las oficinas de farmacia.

Los profesionales farmacéuticos se han incrementado notablemente en los países latinos, lo que ha dado lugar a que aumente el paro, aunque también la búsqueda de oportunidades en otros campos. En estos años, varias organizaciones de farmacéuticos se han preocupado de sistematizar las posibilidades de actuación profesional de los licenciados en farmacia, para demostrar quizá que la oficina de farmacia no es la única posible, por lo que parece interesante ver hasta qué punto es cierto lo que se nos dice.

Especialización y Formación

Uno de los elementos diferenciadores que más importancia tiene en la actualidad son las especializaciones, verdaderos títulos de especialista con el valor de otra licenciatura, que tenemos en España y que no poseen los demás farmacéuticos de la Unión Europea o el de los países anglosajones. El desarrollo de estas especializaciones ha sido lento, porque ha habido que luchar, en algunos casos, contra la influencia de médicos y otros profesionales.

Aparte de las especializaciones, hay una verdadera constelación de diplomas, másteres y otras titulaciones con valor académico, y en algunos casos con verdadera habilitación, como las escuelas de óptica, cada vez más cuestionadas, por la competencia que generan con la diplomatura correspondiente.

El momento actual de la profesión

La carrera de farmacia continúa teniendo un carácter polivalente que permite una multitud de posibilidades laborales, pero esto no quiere decir que esas posibilidades existan realmente. Las Administraciones Públicas padecen una situación de plétora que va haciendo cada vez más difícil el acceso. La industria farmacéutica se encuentra en período de concentración y reducción de personal; la investigación y la docencia no pueden absorber a todos los que les gustaría dedicarse a ellas y ser remunerados dignamente y, por último, la oficina de farmacia sólo puede ofrecer puestos subordinados que no representan, en términos generales, la aspiración de un titulado superior. Son tiempos difíciles y los estamos haciendo más difíciles aún, lanzando al mercado laboral miles de farmacéuticos cada año.

Ha llegado el momento de olvidar que la licenciatura de farmacia habilita para algo o proporciona algún privilegio. Ahora es necesario formarse lo mejor posible y competir con otros titulados superiores para disputar cualquier puesto público o privado. El mercado farmacéutico es un gran pastel en el que los farmacéuticos pueden participar, y no sólo por medio del subsector de oficinas de farmacia. En torno a él hay publicidad, marketing, fabricación, envasado, exportación, diseño de productos de consumo, finanzas y hasta literatura. Todo ése es el verdadero campo del farmacéutico.

Nuevas oportunidades de actuación profesional

El mercado farmacéutico, sin embargo, evoluciona y surgen nuevos e interesantes negocios a los que deberían estar muy atentos los miles de licenciados que, por ley natural, nunca llegarán a la titularidad de una oficina de farmacia. Un ejemplo reciente lo tenemos en lo que se ha dado en llamar market access que es la forma de vencer las resistencias de acceso al mercado ocasionadas por una legislación cambiante y por las originalidades de los gobiernos regionales.

Las perspectivas a medio plazo para el sector farmacéutico son: crecimiento nulo, aportaciones económicas, descuentos, descensos de márgenes, mayor control de las prestaciones públicas e histerias presupuestarias de las Comunidades Autónomas. Los buenos tiempos parecen pasados en los negocios tradicionales, en ocasiones, excesivamente vinculados al gasto público, pero surgen nuevas oportunidades colaterales a las que pueden acceder, por su preparación, los farmacéuticos e incluso algunas son legalmente compatibles con la oficina de farmacia.

La atención farmacéutica no puede ofrecerse como un servicio gratuito o incluido en el margen profesional del farmacéutico por dos razones: porque si se hace bien tiene un coste elevado, y porque si no se cobra no se valora. El coste de los servicios es algo esencialmente cultural, por lo que no debemos caer en el error de proporcionar servicios de asesoría a la población de forma gratuita

La fabricación de medicamentos

Decididamente la fabricación de medicamentos es ya hoy el «sector primario» de la economía farmacéutica. Requiere grandes inversiones y constantes reinversiones para dar cumplimiento a las normas de buena manufactura; demanda una gran cantidad de mano de obra y sus precios están permanentemente sometidos a una presión a la baja por la fuerte competencia y las economías de escala que consiguen otros, instalando fábricas en lugares donde disminuyen los costes salariales. Hasta ahora se ha venido produciendo el fenómeno de desertización de las fábricas de medicamentos que han preferido instalarse en otros países con menores trabas laborales. Hemos vivido el cambio de la fabricación hacia países que reúnen la doble condición de bajos niveles salariales y baja protección social y laboral, pero parece que esta situación está volviendo a la normalidad porque existe una mayor presión de la Unión Europea sobre la calidad de las materias primas y evitar que los medicamentos entren en circuitos de comercialización fraudulentos.

Comercialización de medicamentos

La comercialización de medicamentos es una cuestión cada vez más ligada al territorio de cada país o región. Lo que conoceremos de los laboratorios farmacéuticos, en la mayor parte de los casos, son sólo sus estructuras comerciales. La investigación básica, el registro y la fabricación estarán centralizados (aunque tal vez en países diferentes), pero la comercialización requiere el conocimiento de cada escenario que tienen las personas nativas.

En la comercialización de medicamentos hay, y seguirá habiendo, oportunidades para miles de farmacéuticos. No me estoy refiriendo sólo a la labor de visita médica que es el eslabón más modesto de la comercialización, sino a las distintas escalas de diseño, estrategia y creatividad comercial. Un buen conocimiento de los medicamentos es una ayuda de gran valor al diseñar el posicionamiento de los productos, tan ligado a los mercados concretos y sobre los que la experiencia dicta que no se pueden diseñar estrategias de carácter mundial.

Con toda seguridad, el mercado farmacéutico continuará invirtiendo miles de millones en la comercialización de medicamentos y este hecho es suficientemente importante como para que algunos farmacéuticos aspiren a beneficiarse de ella en sus partidas de diseño y ejecución. Además, la comercialización de medicamentos se ha sofisticado enormemente y hay en ella facetas científicas, lúdicas y de infraestructura en las que un buen conocimiento del mercado y sus peculiaridades técnicas y legales resultan imprescindibles.

Hasta ahora, la labor de los visitadores médicos resulta imprescindible para posicionar un producto entre los 25 o 30 que recuerdan mejor los médicos a la hora de prescribir. Sin embargo, esta situación está cambiando, ya que en muchos casos el decisor es la oficina de farmacia, particularmente en medicamentos genéricos y publicitarios.

En la promoción de los medicamentos de prescripción -éticos- y en los publicitarios -OTC- tienen que surgir nuevas formas de comercialización dirigidas a quienes de forma creciente lo obtienen casi todo en la red y ésta es una cuestión en la que los informáticos tienen su papel, pero que sin el concurso de técnicos en la materia puede dar lugar a un resultado mediocre. En este momento ya pueden ser legales las farmacias en Internet, aunque siempre ligadas a una farmacia real autorizada.

El mundo de los servicios

Hace ya años que la industria farmacéutica multinacional comenzó a extender la idea de que, más que productos, comercializaba servicios. Ahora los farmacéuticos estamos pensando seriamente en promocionar los servicios, dentro de los cuales se encuentra la atención farmacéutica, como servicio dirigido a los pacientes, y la asesoría farmacéutica dirigida a los profesionales y a las empresas. Las actuaciones terapéuticas son complejas, el tiempo de atención a los pacientes es escaso y las posibilidades de los nuevos medicamentos de ocasionar problemas muy altas, por lo que la atención farmacéutica, aunque con detractores, se abre camino día a día, hasta constituirse en uno de los servicios habituales en la oficina de farmacia.

Vengo insistiendo en que la atención farmacéutica no puede degradarse como un servicio gratuito o incluido en el margen profesional del farmacéutico por dos razones: porque si se hace bien tiene un coste elevado, y porque si no se cobra no se valora. El coste de los servicios es algo esencialmente cultural, por lo que no debemos caer en el error de proporcionar servicios de asesoría a la población de forma gratuita.

Otro gran mundo es la asesoría a empresas a cargo de profesionales farmacéuticos. El mundo de los medicamentos es complejo y todo el que se dedique a hacer negocios en el sector está necesitado de asesoría, ya sea un laboratorio, un distribuidor, una empresa de publicidad, un proveedor de servicios informáticos o, incluso, los abogados especializados que tienen que recurrir a los profesionales para conocer ciertos aspectos concretos relacionados con los medicamentos. En este campo hay miles de puestos de trabajo para quienes ya tienen alguna experiencia, pero han sobrepasado la edad de competir en el mercado laboral. Una actividad muy interesante es la de los farmacéuticos que actúan como peritos judiciales, algo que está creciendo en los últimos tiempos. El error de algunas empresas y corporaciones ha sido encomendar labores de asesoría a empresas afamadas, pero poco conocedoras del mundo de la farmacia, con lo que, en ocasiones, han cosechado fracasos importantes a precios elevados.

Una actividad muy interesante es la de los farmacéuticos que actúan como peritos judiciales, algo que está creciendo en los últimos tiempos. El error de algunas empresas y corporaciones ha sido encomendar labores de asesoría a empresas afamadas, pero poco conocedoras del mundo de la farmacia, con lo que, en ocasiones, han cosechado fracasos importantes a precios elevados

Nuevos negocios para nuevos tiempos

El sector farmacéutico, que supone en la mayor parte de los países entre el 0,75 y el 1,5% del producto interior bruto, hasta ahora se ha estructurado de una forma muy conservadora entre tres subsectores principales y un comprador mayoritario, que son los organismos de seguridad social que prestan la asistencia sanitaria.

Si bien las posibilidades de colocación de farmacéuticos parecen agotarse en la necesidad o la imposición de farmacéuticos en las oficinas de farmacia, existen brillantes posibilidades de negocio en el sector, para dar cabida a muchos farmacéuticos que pueden ponerlas en práctica, en mejores condiciones iniciales que otros profesionales.

Conclusión

Tras este repaso de la profesión farmacéutica, ha llegado el momento de profundizar en aquellos aspectos que caracterizan la situación actual, conocer mejor nuestras debilidades y comenzar a «vender» nuestras fortalezas sin olvidar que hay amenazas para las que debemos establecer planes específicos y oportunidades que no es posible desperdiciar. A partir de este análisis, -o de otros que puedan diseñarse- será necesario establecer una planificación estratégica para saber dónde queremos estar dentro de unos años. El camino a seguir es cuestión de los dirigentes, aunque también de cada farmacéutico individual. En cualquier caso, y este ejercicio es una buena muestra de ello, nuestra situación ha cambiado considerablemente -quizá para mejor, eso ya lo veremos-, aunque en otras muchas cuestiones mantenemos los mismos problemas del pasado o no hemos aprovechado suficientemente las oportunidades que se nos ofrecían.

La realidad en la que nos encontramos es más dura de lo que parece: el 50% de las farmacias privadas serán, si no lo son ya, negocios de pura subsistencia en las que su titular tendrá que encargarse de casi todo recurriendo a ayudas familiares y sin poder ofrecer otros servicios que los de pura dispensación. El empleo en el sector puede descender si prosiguen las deducciones a las que estamos sometidos.

El mercado farmacéutico se encuentra en caída libre, aunque comienza a ofrecer signos de recuperación como acaba de publicarse por el Observatorio del Medicamento de FEFE del que ofrecemos la estadística de consumo de recetas en los últimos 12 meses. La evolución del consumo de recetas, respecto al mismo mes del año anterior, es la que aparece en la fig. 1. Así pues, nos encontramos en un proceso de disminución en el número de recetas que tenderá a normalizarse en los próximos meses, pero, aún así, hubiera sido un duro golpe a nuestra retribución si se hubiese ligado a la dispensación de recetas y éste es un fenómeno que tenderá a aumentar, ya que el aumento de aportación se está demostrando como el mejor medio de contener el gasto.

Finalmente, en este repaso de estrategias no puede faltar el tratar de obtener recursos económicos con la prestación de servicios, pero esos servicios, como vengo insistiendo, tienen que ser demandados por los clientes o por las administraciones sanitarias. Los servicios gratuitos, o que implantamos con la única finalidad de fidelizar clientes, comienzan a tener un precio incompatible con la rentabilidad actual de las farmacias. En los servicios o negocios que no se realizan ligados a las oficinas de farmacia, pero que requieren la formación del farmacéutico, pueden también surgir grandes oportunidades, por lo que hay que concluir que con optimismo y formación, el futuro puede ser nuestro.


Notas y bibliografía

1. Respuesta del Abogado General Nils Wahl ante una cuestión prejudicial planteada por un tribunal de Lombardía en la que se pedía que se pudieran dispensar los medicamentos de prescripción fuera de las farmacias.

2. Márgenes, deducciones y descuentos distribución y dispensación de medicamentos de uso humano. El Gobierno a propuesta del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad revisará la tabla de deducciones al beneficio de las oficinas de farmacia recogida en el apartado 5 del artículo 2 Real Decreto 823/2008, de 16 de mayo, por el que se establecen los márgenes, deducciones y descuentos correspondientes a la distribución y dispensación de medicamentos de uso humano fabricados industrialmente a fin de reforzar la progresividad y el carácter finalista del sistema.

3. Granda, E. Para qué valemos. Farmacia Profesional 1997, Noviembre 8-12.

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