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Vol. 18. Núm. 8.
Páginas 64-66 (Septiembre 2004)
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El calcio en la alimentación
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PURIFICACIÓN GÓMEZ-ÁLVAREZ SALINASa
a Farmacéutica.
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La autora analiza la importancia del calcio para el buen funcionamiento del organismo

humano, los requerimientos e ingestas recomendadas de este elemento y los problemas de salud asociados a su deficiencia. Valora, asimismo, el aporte de calcio que hacen algunos de los alimentos comunes de nuestra dieta, atendiendo a su biodisponibilidad y absorción.

El aporte correcto de calcio a lo largo de la vida es actualmente el mejor método para prevenir la osteoporosis, una patología que afecta en el mundo a más de 200 millones de personas. En España la padecen 3 millones, de las cuales, 2 millones y medio son mujeres, aunque se estima que únicamente está diagnosticado el 18% del total de enfermos.

El coste económico de la enfermedad va en aumento, igual que su prevalencia, de modo que la falta de información sobre ella y su prevención es un lujo para cualquier país. En la oficina de farmacia, cabe aconsejar y recomendar dietas con un aporte adecuado de calcio, así como resolver dudas y corregir errores referentes a los alimentos ricos en calcio.

CONTENIDO CORPORAL Y DISTRIBUCIÓN DEL CALCIO

El calcio es uno de los elementos minerales más abundantes en el organismo y el 99% se encuentra en el tejido óseo en forma de hidroxiapatita sódica. Se absorbe en el organismo a través del intestino, siendo la vitamina D el principal regulador de su absorción, aunque también tiene influencia el aporte dietético de fósforo, de manera que si es elevado, disminuye la absorción de calcio y la aumenta cuando es deficitario.

Absorción

Existe una gran variabilidad individual respecto a la eficiencia de su absorción intestinal, pudiendo oscilar desde valores inferiores a 10 hasta superiores al 60%, aunque en cada persona suele ser constante. Pero se observa una mayor eficiencia en aquellos individuos adaptados a aportes dietéticos de calcio bajos (300 mg/día) que en quienes reciben cantidades mayores.

 

Homeostasis

En el mantenimiento de su homeostasis participan el intestino, el hueso y los riñones, estando implicados como mediadores la parathormona (PTH), la vitamina D y la calcitonina. Así, cuando el aporte dietético de calcio es insuficiente para mantener su concentración plasmática, se incrementa la eficiencia de la absorción gracias a un aumento del transporte activo desde el intestino, dependiente de la vitamina D. Cuando la concentración plasmática de calcio disminuye, por mediación de la hormona paratiroidea, se produce un aumento de la 1,25 dihidroxivitamina D, en plasma, que estimula la absorción intestinal de calcio por el mecanismo activo o transcelular. Al mismo tiempo disminuye la excreción urinaria, al incrementarse la reabsorción renal de calcio.

 

Reserva

Si estos mecanismos resultan insuficientes, se metaboliza el calcio del tejido óseo. Según ya se ha mencionado, el tejido óseo constituye la reserva de calcio del organismo, aunque no se conoce con exactitud cómo se regula el intercambio del calcio entre el plasma y el hueso. El contenido mineral del hueso puede utilizarse por dos mecanismos: la osteólisis osteocítica y la resorción osteoclástica. En la primera se produce una movilización mineral sin destrucción del hueso y en la segunda intervienen los osteoclastos y el tejido óseo se destruye. Se desconoce el grado exacto de participación de ambos procesos.

 

Eliminación

Su principal vía de eliminación es la renal. El riñón regula su excreción, tanto por filtración glomerular como por reabsorción en los túbulos proximal y distal. Las vías fecal y sudoral son secundarias.

 

Funciones

Las funciones del calcio en el organismo son variadas. Por un lado, como componente de la hidroxiapatita, es responsable de la integridad estructural del hueso. Y en forma iónica participa en la activación de sistemas enzimáticos, la coagulación de la sangre, la contractilidad muscular, la transmisión nerviosa y el transporte de la membrana celular. Pero para que se puedan desarrollar estas funciones, es necesario que la concentración se mantenga constante en un intervalo de valores, tanto en el líquido extracelular como en el intracelular. Y esto se lleva a cabo mediante el control hormonal homeostático.

REQUERIMIENTOS E INGESTAS RECOMENDADAS

La dificultad para establecer una ingesta óptima de calcio se debe, por un lado, a la capacidad de adaptación del organismo a distintos aportes dietéticos y por otro, al largo período que se necesita para detectar cambios en el estado nutricional respecto a este elemento. En virtud de esta dificultad, diferentes países y organizaciones internacionales proponen distintas recomendaciones.

Las recomendaciones para la población española están indicadas en la tabla I. Pero hay estudiosos que señalan la conveniencia de elaborar en un futuro recomendaciones que tengan en cuenta tanto el grado de actividad física como el aporte energético y las ingestas de vitamina D y fósforo.

Para evaluar el estado nutricional de un individuo en relación con el calcio, el mejor patrón es la concentración sérica del calcio iónico, puesto que las concentraciones séricas de calcio total están reguladas homeostáticamente y suelen ser constantes. Valores anormales pueden responder a patologías como el hipoparotidismo en el caso de hipocalcemia. La hipercalcemia se relaciona con períodos prolongados de inmovilización, hiperparotidismo o hipertiroidismo.

Los niveles de los depósitos corporales se estudian indirectamente, haciendo determinaciones de masa ósea por densitometría.

DEFICIENCIAS DE CALCIO

Se caracterizan por una desmineralización del esqueleto (osteopenia), que se presenta de manera lenta y como resultado de la combinación de factores dietéticos, genéticos, endocrinos y otros relacionados con la edad.

Como actualmente está claro que la deficiencia de calcio es la responsable fundamental de la osteoporosis, se podría pensar que la suplementación con calcio en las personas enfermas conllevaría mejoras en su estado de salud. Pero los resultados de diversos estudios llevados a cabo a lo largo de varios años no confirman esas hipótesis y ello puede explicarse argumentando que la presencia de calcio disponible (procedente del incremento en la resorción ósea) provoca una disminución homeostática de la absorción intestinal de calcio. Así, únicamente se ha demostrado que existe reducción en la pérdida posmenopáusica de tejido óseo gracias a la suplementación cuando ésta se realizaba en mujeres cuyo aporte habitual de este mineral era inferior a 400 mg/día.

De manera que, según los conocimientos que se tienen actualmente, la mejor manera de reducir el riesgo de osteoporosis es proporcionar las ingestas recomendadas de calcio en todas las edades, especialmente en la niñez y hasta los 25-30 años.

CONTENIDO Y DISPONIBILIDAD DEL CALCIO EN LOS ALIMENTOS

El grupo de alimentos que contiene mayor cantidad de calcio es el de la leche y derivados. En ellos la biodisponibilidad del mineral es alta y el porcentaje de absorción varía entre el 20 y el 45%.

Los alimentos vegetales no son una buena fuente de calcio, pero sí influyen significativamente en su biodisponibilidad, en función de los oxalatos que contengan.

Los cereales sí son una buena fuente de calcio, aunque el salvado influye negativamente en su absorción. Otro alimento que es una buena fuente, tanto desde el punto de vista de su contenido como de su porcentaje de absorción, es la sardina, sobre todo si se consume con espinas.

 

Alimentos enriquecidos

En el mercado actual están proliferando los llamados alimentos enriquecidos, especialmente los que han sido enriquecidos con calcio. Los consumidores los adquieren cada vez más, influenciados de alguna manera por la publicidad que hacen las empresas fabricantes, pero sin tener conocimientos muy certeros sobre el modo en que actúan estos alimentos en el organismo. Y realmente, muy pocos alimentos de este tipo han sido valorados mediante un ensayo clínico, con lo cual no se tienen datos sobre sus verdaderos efectos, ya que desde el punto de vista tecnológico está claro que el hecho de incrementar el contenido de un nutriente en un alimento no implica siquiera que dicho nutriente esté disponible. Una cosa está clara: si no se conoce la disponibilidad del calcio incorporado a un zumo, pero sí se conoce la del calcio contenido en un vaso de leche, que es del 30%, ante la duda, será más conveniente consumir el segundo producto que el primero.

Por eso es tan importante que la población conozca la importancia de seguir una alimentación correcta y equilibrada. Desde la farmacia podemos aconsejar y dar a conocer aquello que recomienda la OMS: observar una dieta rica en calcio, no fumar, moderar el consumo de alcohol, realizar ejercicio físico y acudir a controles médicos para conocer el estado de nuestros huesos. *

 

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Gimeno Creus E. Alimentos funcionales ¿Alimentos del futuro? Offarm 2003;22(7).

Hernández Rodríguez M, Sastre Gallego A. Tratado de nutrición. Madrid: Díaz de Santos, 1999.

Moreiras O, Carvajal A, Cabrera L, Cuadrado C. Ingestas recomendadas de energía y nutrientes (revisadas 1998). En: Tablas de composición de alimentos. Madrid: Ediciones Pirámide, 2001.

VVAA. Nutrición y dietética, aspectos sanitarios. Madrid: Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, 1993.

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