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Vol. 28. Núm. 6.
Páginas 28-32 (Noviembre 2014)
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Consejos dietéticos al paciente hipertenso
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Montse Vilaplana i Batallaa
a Farmacéutica comunitaria. Máster en Nutrición y Ciencias de los Alimentos
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Tabla 1. Alimentoscon un alto contenido en sal a restringir por los pacientes hipertensos
Tabla 2. Alimentos que aportan > 100 mg de cloruro sódico/100 g de alimento
Tabla 3. Aditivos desaconsejados por su aporte de sodio
Tabla 4. Sabores de algunas de las hierbas y /o condimentos utilizados
Tabla 5. Alimentos con los que se pueden asociar algunas especias o condimentos que actuaran como sustitutos de la sal
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El paciente hipertenso está infradiagnosticado y, a menudo, mal controlado, lo que conlleva un riesgo cardiovascular muy alto. Por ello, el presente artículo abordará cómo podemos controlarlo en la oficina de farmacia desde su control terapéutico y, especialmente, desde el consejo sobre medidas higiénico-dietéticas.

La enfermedad cardiovascular es uno de los problemas de salud más arraigados en las sociedades occidentales. Engloba un gran abanico de patologías relacionadas con procesos circulatorios, vasculares y cardiopatías, especialmente patologías coronarias y problemas vasculares cerebrales, como ictus, hemorragias cerebrales, etc.

Su alta incidencia, morbilidad y mortalidad hacen que sea imprescindible evaluar cuáles son los factores de riesgo sobre los que podremos incidir:

Tabaquismo

Dislipemia

Diabetes

Edad (hombres mayores de 55 años y mujeres mayores de 65)

Obesidad abdominal entre 88 y 102 cm.

Antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular

Hipertensión

Hipertensión

Diagnóstico

La hipertensión arterial (HTA) se define como una elevación en las cifras de presión arterial sistólica ≥ 140 mmHg y/o presión arterial diastólica ≥ 90 mmHg.

La presión debe medirse dos veces en cada visita y calcular la media. Las mediciones se valoran en tres visitas consecutivas. Para que un paciente sea diagnosticado de hipertensión arterial debemos obtener valores elevados en las tres visitas

Complicaciones habituales de la HTA

Son la isquemia coronaria, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad vascular cerebral, la hipertrofia benigna de próstata y la enfermedad obstructiva crónica.

Reducción en valores tensionales

La reducción en los valores tensionales se ha demostrado que es una buena prevención, tanto primaria como secundaria, para prevenir los accidentes cerebrovasculares y el infarto de miocardio.

La hipertensión afecta al 20% de la población adulta. Su prevalencia aumenta con la edad, y en mujeres es mucho más prevalente a partir de la menopausia.

La hipertensión no controlada afecta directamente en forma de enfermedad cardiovascular, teniendo como órganos diana el corazón, los riñones, el cerebro y los vasos arteriales.

Medida de la tensión arterial

Para realizar una medida correcta de la tensión arterial se recomienda no haber realizado ejercicio físico en los 30 minutos previos a la medición y no haber fumado. Un ambiente relajado favorece la toma correcta de la tensión arterial.

Se aconseja medir la tensión con un brazalete de diámetro adecuado en el brazo izquierdo colocándolo centrado en la cara anterior del antebrazo, de manera que el sensor esté colocado sobre la arteria braquial que discurre por la parte central del brazo.

Es normal que la tensión arterial varíe hasta en10 y 20 unidades si se mide en diferentes momentos del día, incluso en cuestión de minutos. Por ejemplo, el estrés emocional y la actividad pueden hacer variar la tensión arterial.

Puede ayudar medir la tensión siempre a la misma hora.

Ejemplo de una receta apta para pacientes hipertensos. Ensalada de garbanzos

Ingredientes

• 150 g de garbanzos cocidos

• 40 g de puntas de espárragos

• 50 g de lechuga

• 1 diente de ajo

• 50 g de tomate maduro

• 30 ml de aceite de oliva virgen

• 30 g de cebolleta

• 10 ml de vinagre de sidra

• 1 huevo cocido

Elaboración

Lavamos, pelamos y troceamos el tomate. Por otro lado, lavamos las hojas de lechuga y cortamos en finas láminas la cebolleta. Preparamos una vinagreta con aceite de oliva, vinagre de sidra y el ajo pelado cortado en brunoisse (cuadraditos muy pequeños) con una pizca de sal, y dejamos macerar en esta vinagreta los garbanzos escurridos de la conserva durante al menos 20 minutos.

Preparamos una base en el plato de lechuga troceada, tomate troceado, sobre ellos los garbanzos escurridos de la vinagreta, trocitos de huevo duro, cebolleta en juliana y unas puntas de espárragos. Batimos ligeramente la vinagreta donde hemos macerado los garbanzos y aliñamos la ensalada y servimos fresca.

Valores nutricionales por ración

Comentario dietético

Los garbanzos son una excelente fuente de nutrientes: vitamina K, B9 y magnesio. Son, además, ricos en proteínas, calcio, yodo, sodio, fósforo y vitaminas A, B3, B5 y C. Sin embargo, esta legumbre es un alimento con un elevado contenido en purinas, lo que debe tenerse en cuenta en aquellos consumidores con niveles altos de ácido úrico. El huevo suma importantes cantidades de vitaminas B5 y B7, además de potasio, zinc, yodo, magnesio, sodio y fósforo. Por su parte, el tomate junto a la cebolleta, añaden importantes antioxidantes como el licopeno, además de potasio, calcio, magnesio, fósforo y vitaminas A, B7, B9 o C. Es una receta con un contenido graso medio y con bajo aporte de ácidos grasos saturados.

Objetivos del tratamiento en la hipertensión

Se pretende reducir la morbilidad y mortalidad cardiovascular derivada de la propia hipertensión arterial. Para ello, reduciremos al máximo el uso de fármacos, haciendo especial hincapié en los que toma el paciente para el tratamiento de otras patologías y que pueden desencadenar una elevación de tensión arterial (ver tabla adjunta). Además, limitaremos al máximo el uso de los indicados para el tratamiento de la misma hipertensión. Con ello conseguiremos que la calidad de vida del paciente sea la mejor posible.

Es importante, por otra parte, saber si el paciente presenta o no hipertensión ante la recomendación de cualquier medicamento que no precise receta médica (medicamentos EFP tales como multivitamínicos, antigripales, descongestivos, AINE sin receta,…) .

En el caso de la toma de otras sustancias que no sean estrictamente consideradas medicamentos pero que sí pueden elevar la tensión, como el alcohol o la regaliz, habrá que detectar cuál es la frecuencia de su consumo y juzgar cómo afecta éste a la tensión arterial.

La educación sanitaria de la persona hipertensa, en la que juega un papel fundamental el farmacéutico como agente de salud, es clave para promover modificaciones en el estilo de vida. Las dos modificaciones en el estilo de vida más eficaces para conseguir una disminución en los valores de tensión arterial son la pérdida de peso y la reducción de la ingesta de sodio. Por lo que respecta al café, se debe moderar su consumo.

Un buen seguimiento del paciente hipertenso tiene como objetivos:

1. Asegurar el correcto control de la tensión arterial, así como de otros factores de riesgo cardiovascular (FRC).

2. Comprobar el correcto cumplimiento terapéutico.

3. Descartar efectos secundarios e interacciones de la medicación.

4. Reforzar de manera positiva el cumplimiento terapéutico así como el buen seguimientode las normas higiénico-dietéticas

5. Derivar al paciente al médico para posibles modificaciones terapéuticas en el caso de que se den circunstancias que así lo aconsejen.

La hipertensión afecta al 20% de la población adulta. Su prevalencia aumenta con la edad, y en mujeres es mucho más prevalente a partir de la menopausia.

Consejos al paciente

Los consejos que se ofrecen al paciente desde la oficina de farmacia deben ser claros y adaptados al mismo.

El paciente debe aceptar que es hipertenso y que debe cuidarse

Debemos indicar al paciente que padece una enfermedad crónica. Eso debemos trasmitirlo incidiendo en que no siempre provoca síntomas, pero que puede ocasionar complicaciones muy graves si no se controla.

Cumplimiento terapéutico

El paciente debe ser responsable de su medicación. Debemos indicarle que tome los medicamentos que ha prescrito su médico.

Para bajar la presión a los valores normales, en ocasiones pueden ser necesarios uno, dos o hasta tres medicamentos diferentes. El médico puede cambiar la dosis, pero hay que insistir al paciente que nunca deje de tomar su medicación sin consultar ni alterar las dosis si el médico no lo considera oportuno.

Será muy adecuada nuestra labor como farmacéuticos al explicarle cuándo y cómo debe tomar sus medicamentos, así como los posibles efectos secundarios.

Un buen seguimiento terapéutico siguiendo rigurosamente las instrucciones médicas puede llegar a reducir en un 30% las complicaciones en el riñón, el corazón y las embolias asociadas a la enfermedad.

Reduzca su peso

Si el IMC es superior a 27, una pérdida de entre 4 y 5 kg, especialmente en pacientes obesos, repercute favorablemente en la tensión arterial. Esta es la medida más efectiva en estas condiciones, tanto, que a menudo no es necesario el uso de fármacos.

Por otro lado, el peso excesivo puede elevar los niveles de colesterol y aumentar el riesgo de infarto. Una dieta baja en calorías (1.200 Kcal) y baja en grasas puede llegar a producir una disminución de 10 unidades de presión por cada 10 kg de disminución de peso.

Reduzca el consumo de sal

El consumo de sal debe ser reducido por debajo de 6 g al día. El paciente debe evitar el aporte de sal a través de los alimentos. El 80% de la sal que ingerimos a través de la dieta viene a través de los alimentos que ya la contienen (tablas 1 y 2). Este conjunto de alimentos debe ser restringido por los pacientes hipertensos. Por otro lado, en la tabla 3 quedan recogidos aditivos a cuyo consumo debe ser restrictivo a causa de su alto aporte en sodio. Es importante transmitir al paciente que se puede acostumbrar el paladar a la comida con poca sal o sin ella.

Numerosos estudios demuestran que con una reducción de la ingesta de tan solo 9,8 g a 5 g de sal por persona al día evitaría cada año 20.000 accidentes cardiovasculares y 30.000 eventos cardíacos, según datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad.

Reduzca el consumo de alcohol

El alcohol debe ser reducido por debajo de los 20 g al día en el caso de los hombres y por debajo de los 10 g en las mujeres.

Practique ejercicio físico de manera regular

La práctica del ejercicio físico de manera regular ayuda a reducir la tensión arterial y a bajar de peso. Si el paciente presenta alguna enfermedad cardíaca es necesario hacer una valoración previa del mismo. La actividad que se aconseja es el ejercicio aeróbico (andar, ir en bicicleta, nadar) y debe de realizarse con una frecuencia semanal de tres días por semana como mínimo, con una frecuencia cardíaca aconsejada de entre el 60 y el 80% de la frecuencia cardíaca máxima.

Recomendaremos, pues, ejercicio físico aeróbico con una duración de entre 45 a 60 minutos y a días alternos.

Abandone el hábito tabáquico

Existe una medida fundamental para reducir la tensión arterial, pero aún de más ayuda para disminuir el riesgo cardiovascular en general, que es la supresión del hábito tabáquico. Es importante no olvidarla ante cualquier paciente susceptible de ser diagnosticado como hipertenso.

Debemos indicar al paciente que padece una enfermedad crónica. Eso debemos trasmitirlo incidiendo en que no siempre provoca síntomas, pero que puede ocasionar complicaciones muy graves si no se controla.

Amplios estudios demuestran que el abandono del hábito tabáquico prolonga la vida y proporciona una mayor calidad de vida. Transcurridos 10 o 15 años tras dejar el tabaco, el riesgo de muerte del exfumador se aproxima al de una persona que no ha fumado nunca. Con la cesación tabáquica, la circulación sanguínea mejora y el nivel de monóxido de carbono en sangre comienza a descender; también el pulso y la presión arterial tienden a normalizarse.

Dieta mediterránea

La dieta debe ser rica en frutas, verduras, lácteos desnatados y, en general, baja en grasas totales y grasas saturadas. El aceite de oliva debe ser la grasa de adición de elección para cocinar y aliñar.

La dieta mediterránea utiliza una serie de hierbas y condimentos, algunos de los cuales son ricos en antioxidantes (tablas 4 y 5) que además de sustituir la sal potencian el sabor de los alimentos.

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