En el segmento de los antisépticos dermatológicos se incluyen medicamentos con diferentes mecanismos y características, en general. Se trata de un mercado estabilizado y sometido a una fuerte competencia por parte del canal extrafarmacéutico, pero aún hay cierto margen de maniobra para mejorar su posición en las boticas.
Un botiquín sin un antiséptico es un botiquín incompleto. Los antisépticos se aplican sobre heridas, cortes, arañazos, rozaduras, etc., con el fin de evitar posibles infecciones. En este artículo se analiza la situación actual de estas especialidades en la oficina de farmacia, desde la perspectiva de las ventas.
Mercado de los antisépticos dermatológicos
Nos encontramos ante un mercado con una notable cifra de ventas (20 millones de euros en el año 2007, resultado de las 8.414.000 unidades comercializadas) y con un importante volumen de compra directa de las farmacias a los laboratorios. En este artículo sólo se manejan las cifras derivadas de la venta intermediada por la distribución mayorista, por lo que el retrato del segmento puede resultar parcial.
Un total de 37 laboratorios comercializan los 71 productos existentes.
Cuotas de mercado por laboratorios
Con algo más de la mitad de las ventas, Meda se situó en cabeza. Este laboratorio cuenta con 6 productos en las farmacias y registró un total de ventas de 4.088.000 unidades (48,6%) y 11,38 millones de euros (58,4%).
El segundo lugar fue para Pérez Giménez, con 1.399.000 unidades (16,6%) y 2,46 millones de euros (12,6%). A continuación se situó Salvat, con un número sensiblemente inferior de unidades, 694.000 (8,2%), y 1,92 millones de euros (9,9%).
Le siguió Seid, con 452.000 unidades (5,4%) y 964.000 euros (4,9%), que fue siendo el primer laboratorio con un porcentaje en valor inferior al 5%.
En quinta posición encontramos a Esteve, con 359.000 unidades (4,3%) y 523.000 euros (2,7%). Lainco fue el sexto con 226.000 unidades (2,7%) y 477.000 euros (2,4%).
Y en las posiciones séptima a décima se colocaron Cinfa, con 316.000 unidades (3,7%) y 476.000 euros (2,4%); Peróxidos Farmacéuticos, con 312.000 unidades (3,7%) y 422.000 euros (2,2%); Mab Dental, con 72.000 unidades (0,9%) y 249.000 euros (1,3%) e Interapothek, con 250.000 unidades (3,0%) y 218.000 euros (1,1%). La tabla I y la figura 1 reflejan estos datos.
Figura 1. Antisépticos dermatológicos: cuotas de mercado por laboratorios (valores)
Cuotas de mercado por formas farmacéuticas
Podemos encontrar antisépticos con formas farmacéuticas muy distintas, pero pese a esta gran variedad está claro que hay una forma claramente predominante: las soluciones no jabonosas líquidas, que supusieron un 80,6% del total.
El grupo en el que agrupamos pomadas, cremas y geles consiguió un 10,9% frente al 3,5% de los jabones y el 5,0% de aerosoles/sprays (fig. 2)
Figura 2. Antisépticos dermatológicos: cuotas de mercado por formas farmacéuticas (valores)
Los antisépticos se aplican sobre heridas, cortes, arañazos, rozaduras, etc., con el fin de evitar posibles infecciones
Soluciones antisépticas no jabonosas líquidas
Durante el año 2007 se vendió en las farmacias españolas un total de 7.063.000 unidades de estos antisépticos, por un importe aproximado de 15,72 millones de euros.
Cuotas de mercado por marcas
La marca líder y claramente destacada respecto a las demás fue Betadine Dérmico de laboratorios Meda. Se vendió un total de 3.588.000 unidades (50,8%) por un importe de 9,73 millones de euros (61,9%).
En segunda posición se situó Alcohol Cuve de Pérez Giménez, con 699.000 unidades (9,9%) y 1,37 millones de euros (8,7%) de facturación. Cristalmina de Salvat ocupó el tercer lugar, vendiendo 318.000 unidades (4,5%) y facturando 856.000 euros (5,4%).
A continuación figuran Topionic (Esteve), con 358.000 unidades (5,1%) y 517.000 euros (3,3%), y Mercromina Lainco (del laboratorio del mismo nombre), con 223.000 unidades (3,2%) y 471.000 euros (3,0%).
En sexto lugar encontramos la primera agua oxigenada: Agua oxigenada Foret, de Peróxidos Farmacéuticos, que vendió 312.000 unidades (4,4%) por un valor de 422.000 euros (2,7%). Le sigue Agua oxigenada Cuve, con 287.000 unidades (4,1%) y 393.000 euros (2,5%). En octava posición figura Alcohocel (Pérez Giménez), con 211.000 unidades (3,0%) y 270.000 euros (1,7%), y en novena, Alcohol Cinfa, con 153.000 unidades (2,2%) y 238.000 euros (1,5%).
Todavía por encima del 1%: se encuentran Agua oxigenada Cinfa (235.000 euros; 1,5%) y Povidona Yodada Cuve (179.000 euros; 1,1%). Por último cabe citar el Alcohol Interapothek que consiguió un 0,8% del mercado (fig. 3).
Figura 3. Soluciones antisépticas no jabonosas: cuotas de mercado por marcas (unidades y valores). Fuente: CEAH.
Cuotas de mercado por principios activos
En complemento de la visión anterior, la figura 4 nos muestra los porcentajes de los distintos grupos de antisépticos en forma de solución no jabonosa, agrupados según su principio activo único o principal.
Figura 4. Soluciones antisépticas no jabonosas: cuotas de mercado por principios activos (valores). Fuente: CEAH.
Comprobamos la posición dominante de los productos a base de povidona yodada (Betadine Dérmico, Topionic, Cuve, etc.), que, con 4.038.000 unidades, acapararon un 57,2% del volumen total y un 66,5% de las ventas en valor (10,45 millones de euros).
En segunda posición se sitúan los productos con alcohol etílico (Cuve, Alcohocel, Cinfa, Interapothek, etc.) que suponen el 19,4% de las unidades vendidas (1.369.000) y el 14,4% en valor (2,27 millones de euros).
El tercer segmento corresponde a las aguas oxigenadas (Foret, Cuve, Cinfa), con un 12,4% de las unidades (877.000) y un 7,2% de los valores (1,14 millones de euros). El cuarto agrupa las clorhexidinas (como Cristalmina, Hibimax, Cuvefilm), con un 5,3% de las unidades (371.000) y un 6,5% de los valores (1,02 millones de euros).
Los mercurocromos (Mercromina Lainco, Mercurocromo Pérez Giménez, etc.) se sitúan a continuación, en quinto lugar, con unas ventas que rondan los 559.000 euros (3,6%).
Quedan aún dos pequeños segmentos adicionales: el sexto, el de las tinturas de yodo, que consigue sólo un 0,9% (146.000 euros) y un séptimo, con el 0,9% restante, que corresponde al grupo que llamaremos «otros», ya que no pueden incluirse en ninguno de los grupos anteriores (fig. 4).
Antisépticos dermatológicos
Se definen como antisépticos las sustancias que destruyen o inhiben el crecimiento de los microorganismos y pueden ser utilizadas sobre la piel sana o dañada. Precisamente la posibilidad de aplicación sobre la piel los diferencia de los desinfectantes. Éstos, si bien destruyen también los gérmenes, sólo pueden aplicarse en objetos y superficies inertes, dada su notable agresividad.
En la superficie de la piel hay una abundante población de microorganismos saprofitos que no causan problema alguno cuando la piel está intacta. Si se produce una herida, estos gérmenes pueden penetrar hacia los tejidos profundos dando lugar a una infección.
Los principios activos antisépticos se suelen clasificar según la estructura química que presentan. Los más utilizados en la actualidad son los siguientes:
Yodo y derivados. El yodo libre es un eficaz bactericida, pero con bastantes inconvenientes tales como su precipitación en presencia de proteínas, su carácter irritante y que puede retrasar la formación de la cicatriz. Se ha utilizado en forma de tintura de yodo (solución alcohólica de yodo al 2,7%) y lugol (alcohol yodado, que es una solución yodo-yodurada en alcohol al 50%).
Mucho más utilizados desde hace ya bastantes años son los yodóforos, polímeros neutros que se unen con el yodo libre, originando complejos en los que el yodo está unido débilmente a los átomos de oxígeno del polímero. El más utilizado es la povidona yodada, que es un complejo molecular de yodo con polivinilpirrolidona. Es bactericida, fungicida, esporicida y virucida.
El complejo carece de actividad hasta que de él se va liberando lentamente el yodo, verdadero agente de la acción antiséptica. Los yodóforos no presentan los inconvenientes del yodo metálico.
Alcoholes. Los alcoholes son utilizados en medicina desde la antigüedad. Cuanto mayor es el número de carbonos, mayor es su eficacia antimicrobiana, pero también su toxicidad. Por ello, los más utilizados son el etanol (alcohol etílico) y, en menor medida, el isopropanol (alcohol isopropílico).
Actúan como antisépticos desnaturalizando las proteínas de las bacterias. Por tanto, son especialmente activos frente a ellas. En muchos casos al alcohol se le añade una pequeña proporción de otros activos (amonios cuaternarios, clorhexidina, etc.) que complementan la acción antiséptica mediante su propio mecanismo de acción.
Los alcoholes son poco activos frente a hongos y virus, y su actividad es nula frente a esporas.
Oxidantes. Un ejemplo es el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), que actúa como oxidante sobre los grupos sulfidrilo de las enzimas bacterianas. Por su efecto oxidante y la liberación de oxígeno molecular en la herida, es muy efectivo frente a anaerobios. La concentración usual como antiséptico es de un 3% (también conocida como agua oxigenada de 10 volúmenes).
Biguanidinas. La clorhexidina es la más efectiva de las biguanidinas con poder antiséptico. Actúa sobre la membrana plasmática, disminuyendo su permeabilidad y causa la pérdida de los elementos constituyentes de la bacteria. Bacteriostático de amplio espectro, en especial, sobre grampositivos. Es fungistático y esporostático. No actúa sobre los virus sin cubierta, aunque sí inactiva los virus con cubiertas lipídicas. Poco soluble en agua, se utiliza en forma de sales: diacetato, diclorhidrato y sobre todo, el digluconato.
Metales pesados. Como las sales de plata y los derivados mercuriales. Entre las sales de plata encontramos el nitrato de plata y la sufadiazina argéntica. El primero de ellos tiene acción bactericida, y a concentraciones del 0,5% puede ser utilizado en infecciones oculares.
La sulfadiazina argéntica es bactericida y fungicida. Su aplicación fundamental es en crema al 1% en la prevención y el tratamiento de las infecciones en quemaduras.
Los derivados mercuriales orgánicos como la merbromina (mercurocromo) actúan inhibiendo determinadas enzimas bacterianas mediante la formación de sulfuros. Interfieren así en el metabolismo bacteriano, pero garantizan la no interferencia con el proceso normal de cicatrización de las heridas. Su acción es bacteriostática y fungistática. Si bien son muy eficaces y se utilizan mucho en pequeños cortes y heridas, no se recomienda su uso en superficies extensas de piel por el riesgo de toxicidad por absorción que supondría.
Un mercado digno de atención
Este segmento, en buena medida independiente de la prescripción médica y, por tanto, en manos de la oficina de farmacia, merece un esfuerzo especial --profesional y empresarialmente hablando-- por parte del farmacéutico comunitario. Con más de 8 millones de unidades anuales vendidas en las farmacias y una facturación superior a los 19 millones de euros a PVP, éste es todavía un mercado interesante y que deberíamos cuidar.
Hemos de tener en cuenta que las ventas en unidades de estos productos en las oficinas de farmacia se mantienen estancadas desde hace algunos años, aunque mantengan un leve crecimiento debido al incremento de precio por efecto de la inflación. Ello es debido principalmente a la gran competencia de otros canales, como los «lineales de parafarmacia», que pueden encontrarse en cualquier supermercado.
Pero una vez más, debemos reivindicar con nuestros actos que sólo los profesionales farmacéuticos cuentan con los conocimientos necesarios para aconsejar el producto idóneo a sus clientes y formarles en su uso. Para ello, estamos obligados a conocer en profundidad los diferentes tipos de antisépticos y sus características particulares, para poder así recomendar el más adecuado en cada caso concreto. Y dedicarles un cierto cariño en la exposición, combinándola con campañas puntuales de educación al respecto, puede significar un valor añadido importante. Con buena voluntad, un ordenador con conexión a internet y una impresora de color se pueden hacer muchas cosas con un coste irrisorio.