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Vol. 17. Núm. 2.
Páginas 108-113 (Febrero 1996)
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Morbilidad crónica y autopercepción de salud en los ancianos de una comunidad rural
Chronic morbidity and elderly people's perception of their own health in a rural community
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F. Gude Sampedroa, MC. Fernández Merinoa, L. Vérez Viveroa
a Centro de Salud A Estrada. Hospital General de Galicia.
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Objetivo. Conocer la morbilidad crónica, la autopercepción de salud y su relación con distintas variables socioeconómicas y sanitarias, en los ancianos de nuestra zona de salud.

Diseño. Estudio transversal mediante encuesta a domicilio.

Emplazamiento. Municipio rural de Galicia.

Participantes. Cuatrocientas ocho personas mayores de 65 años, elegidas mediante muestreo aleatorio simple del censo.

Intervenciones. De un cuestionario de 100 ítems previamente validado se extraen los datos referentes a las características sociodemográficas, morbilidad crónica, autopercepción de salud, utilización de los servicios sanitarios y consumo de fármacos.

Resultados. Se encontró una prevalencia elevada de enfermedades crónicas. El 72% de los encuestados referían presentar alguna enfermedad crónica, siendo las más frecuentes los trastornos visuales (71%), artrosis (71%) e hipoacusia (44%). El 73% de los encuestados refería consumir algún medicamento durante los últimos 15 días. El 32% consultó a algún profesional sanitario en las 2 últimas semanas. Casi una cuarta parte (23,8%) de los encuestados refiere una mala autopercepción de salud, que está asociada al sexo femenino (p=0,001), consumo de fármacos (p=0,0002), considerar insuficientes los recursos económicos (p=0,02), y tener mala relación con su familia (p=0,008). Sin embargo, no encontramos esta asociación con el hecho de vivir solo o el consultar a profesionales sanitarios.

Conclusiones. Existe una prevalencia elevada de enfermedades crónicas en los ancianos. Una mala autopercepción de salud está relacionada no sólo con problemas de salud sino también con problemas económicos y de relación familiar.

Objectives. To find chronic morbidity, self-perception of health status and its relationship with different socio-economic and health variables, among the elderly in our health area.

Design. A crossover study using a home questionnaire.

Setting. A rural area in Galicia.

Participants. 408 people over 65, chosen by simple random sampling from the census.

Interventions. Data referring to socio-demographic features, chronic morbidity, self-perception of health, use of health services and drugs consumption, were extracted from a previously validated questionnaire containing 100 items.

Results. A high prevalence of chronic pathologies was found. 72% of those surveyed stated that they had some chronic illness, with eye disorders (71%), arthrosis (71%) and hypoacusia (44%) being the most common. 73% said they had taken medicine during the previous fortnight. 32% had consulted a health professional in the previous two weeks. Almost a quarter (23.8%) of those surveyed had self-perception of poor health, which was associated with feminine gender (p = 0.001), drug consumption (p = 0.0002), considering their economic resources insufficient (p = 0.02) and getting on badly with their family (p = 0.008). However, we found no association with living alone, nor with consulting health professionals.

Conclusions. There is high prevalence of chronic illnesses among the elderly. Self-perception of poor health is related not only to health problems, but also to economic and family problems.

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Introducción

El envejecimiento progresivo de la población es un hecho ampliamente conocido que ha ocasionado un aumento de la prevalencia de problemas crónicos y sensoriales, y un elevado consumo de fármacos y utilización de los servicios sanitarios1.

Las encuestas de salud por entrevista se han convertido en un instrumento valioso para conocer el estado de salud de la población y su relación con otros factores asociados a ésta. Estas encuestas permiten obtener estimaciones de las variables exploradas referidas a toda la población, usuaria y no usuaria de servicios sanitarios, lo que supone una ventaja respecto a otros métodos de recogida de información de cobertura limitada2.

La morbilidad percibida referida por la población está fuertemente correlacionada con la morbilidad clínica y es un predictor fiable del uso de servicios sanitarios3. La autopercepción de salud se considera un parámetro válido en la medición del estado de salud4.

El objetivo de este estudio es conocer la morbilidad crónica, la autopercepción de salud y su relación con distintas variables socioeconómicas y sanitarias en los ancianos.

Material y método

Se trata de un estudio transversal llevado a cabo, mediante entrevista a domicilio, a una muestra representativa de la población mayor de 65 años del municipio de A Estrada (Pontevedra).

La elección de la muestra ha sido realizada por muestreo aleatorio simple del censo de 1991. Para el cálculo del tamaño se ha considerado una proporción de 0,5 (que corresponde a la máxima variancia poblacional), un error máximo del 5% y un intervalo de confianza del 95%. Obtenemos así un tamaño muestral de 400 elementos, a los que se añadió un 30% más, por posibles pérdidas.

Los individuos seleccionados fueron informados mediante una carta firmada por el Coordinador del Equipo de Atención Primaria de la realización del estudio y de la próxima visita de un encuestador en su domicilio. La recogida de datos fue realizada en el período comprendido entre el 1 de noviembre de 1993 y el 31 de enero de 1994.

El instrumento de medida fue un cuestionario de 100 ítems. Este estudio forma parte de uno más amplio y los contenidos utilizados para éste fueron los referentes a: características sociodemográficas (edad, sexo, estado civil, nivel de estudios, convivencia, relación con la familia, consideración de sus ingresos económicos como suficientes), morbilidad crónica, trastornos de los órganos de los sentidos, autopercepción de salud, consumo de medicamentos y utilización de servicios sanitarios (consultas a profesionales sanitarios en las 2 últimas semanas y hospitalizaciones en el último año). La autopercepción de salud se valoró con la pregunta «¿Cómo se encuentra Vd. de salud?», a la que se contestaba según la siguiente escala: muy bien (1), bien (2), regular (3), mal (4), muy mal (5). Se elaboró una lista de enfermedades crónicas de elevada prevalencia en ancianos, a las que había que contestar sí o no.

Las preguntas del cuestionario eran cerradas y categorizadas para simplificar la codificación, sus contenidos y forma de presentación han sido utilizados de manera similar en otras encuestas de carácter nacional o local5,6. El idioma utilizado fue el gallego o el castellano, según las preferencias del entrevistado. Se realizó un estudio piloto en el que se entrevistaron 20 personas representativas de la población mayor de 65 años, lo que sirvió para modificar algunas preguntas.

Los encuestadores fueron 20 profesionales sanitarios previamente entrenados. En algunos casos y debido a dificultades por parte del anciano, las entrevistas fueron cumplimentadas con ayuda de un familiar.

Al cabo de 2-4 semanas repetimos la encuesta en una muestra de 36 ancianos, empleándose la Kappa en la prueba pre-postest de validación7. Así mismo, también se halló la concordancia entre la encuesta y los datos de la historia clínica en una muestra de 55 ancianos, considerando como presente la enfermedad si ésta se reflejaba en la historia clínica, y ausente en caso contrario (tabla 1).

Para verificar la asociación de las distintas variables en estudio con la autopercepción de salud, hemos utilizado la prueba de ji al cuadrado, considerando significativos aquellos valores de p<0,05.

Resultados

De los 529 ancianos seleccionados, fueron localizados 460; de ellos 30 habían fallecido, uno desaparecido, uno ingresado en un centro hospitalario, 2 eran menores de 65 años, 8 ausentes (emigrados o vivían con sus hijos) y 10 se negaron a participar. Por fallos en el padrón no pudieron ser localizados 60 ancianos. Las pérdidas totales fueron del 23%.

Se realizaron 408 entrevistas a personas de edades comprendidas entre 65 y 102 años con una media de 76 ± 7 años, que pertenecían a una población muy envejecida y con un nivel cultural muy bajo. La descripción de las características sociodemográficas está reflejada en la tabla 2.

El 72% de los ancianos manifiesta tener alguna enfermedad crónica, (IC del 95%: 68-77), porcentaje que aumenta con la edad, y que es mayor para las mujeres (76%; IC del 95%: 71-81) que para los varones (66%; IC del 95%: 59-73; p=0,025).

Las enfermedades referidas con más frecuencia fueron problemas neurosensoriales y artrosis u otros reumatismos. Otras enfermedades crónicas referidas y su distribución por sexo se describen en la tabla 3.

Existía una mayor prevalencia en mujeres que en varones, con diferencias que alcanzan significación estadística en las siguientes enfermedades: artrosis, varices, enfermedades psiquiátricas, incontinencia urinaria, estreñimiento e insomnio. Por el contrario, sólo era más prevalente en los varones el asma/BCO (p<0,05).

El 73% de los ancianos había consumido algún medicamento durante las 2 últimas semanas (IC del 95%: 69-78), con un 65% del total de los encuestados que los consumen de forma crónica (IC del 95%: 60-70).

El 32% consultó a algún profesional sanitario en las 2 últimas semanas (IC del 95%: 27-36), realizadas de forma predominante a médicos (24%; IC del 95%: 20-28) y enfermeras (10%; IC del 95%: 7-13) de atención primaria. Un 8,5% había ingresado en un hospital en el último año (IC del 95%: 6-12).

El 24% de los ancianos consideran su salud como mala o muy mala (IC del 95%: 20-28). Hemos relacionado la autopercepción de salud con distintas variables en estudio (tabla 4) y hemos observado que presentan una peor autopercepción las mujeres, las personas de mayor edad, los que consumen algún medicamento, los que consideran sus recursos económicos insuficientes, y los que tienen mala relación con la familia. Sin embargo, no percibimos esta asociación con la consulta a profesionales sanitarios o con el vivir solo.

Discusión

Al analizar los datos de este estudio no podemos olvidar que estamos recogiendo declaraciones y no constataciones, por lo tanto, la morbilidad percibida por la población, y aunque está fuertemente correlacionada con la morbilidad clínica8,9, también está influida por aspectos socioculturales y emocionales, así como por la validez y capacidad de comprensión de las preguntas utilizadas.

Encontramos un elevado porcentaje de ancianos que refieren padecer alguna enfermedad crónica, lo mismo que en la Encuesta de Salud de Barcelona6, la Encuesta Nacional de Salud5, la Encuesta EDIS10 y los datos del Estudio de Toledo11. Sin embargo, cuando se compara la prevalencia de las distintas enfermedades crónicas, existen grandes discordancias entre unos estudios y otros6,10-12. En este último apartado, encontramos resultados muy similares a los obtenidos en Vigo13.

Parece ser importante la región en la que se realiza el estudio; por ejemplo, en el Estudio EDIS10 se observa que en Galicia y las regiones del Norte hay un mayor porcentaje de ancianos que refieren mala situación de su salud.

En nuestro estudio el 24% de los ancianos dicen encontrarse mal o muy mal de salud, resultados similares a los observados en Toledo14, la Encuesta EDIS10, y Granada12, pero discordantes con los de Gorroñogoitia et al15, y con la Encuesta de Salud de Barcelona16. Roxo et al17 constatan que la autopercepción de salud es mejor en los núcleos rurales que en los urbanos. Como en otros trabajos11,12,18, observamos que la autopercepción de salud es peor para las mujeres que para los varones, probablemente debido a que en ellas existe una mayor prevalencia de enfermedades crónicas. Una percepción negativa de la salud se relaciona con padecer alguna enfermedad crónica y con el consumo de fármacos14. Nosotros también hemos encontrado asociación con la consideración de los recursos económicos como insuficientes o con tener una mala relación con la familia. Sin embargo, a diferencia de Toledo14, no hemos observado que los ancianos que dicen encontrarse peor acudan más al médico, aunque debemos tener en cuenta que nuestra población vive en un municipio rural muy grande y con malas comunicaciones que pueden dificultar el acceso a los servicios sanitarios. Aunque este estudio fue realizado en una pequeña comunidad rural, con relativamente poca población, el soporte para su validez y generalización puede hallarse en las similitudes con los estudios anteriormente señalados.

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