Buscar en
Atención Primaria
Toda la web
Inicio Atención Primaria Educación maternal en atención primaria. Eficacia, utilidad y satisfacción de...
Información de la revista
Vol. 24. Núm. 2.
Páginas 66-74 (Junio 1999)
Compartir
Compartir
Más opciones de artículo
Vol. 24. Núm. 2.
Páginas 66-74 (Junio 1999)
Acceso a texto completo
Educación maternal en atención primaria. Eficacia, utilidad y satisfacción de las embarazadas
Maternity education in Primary Care. Efficacy, utility and satisfaction of pregnant women
Visitas
25204
M. Guillén Rodrígueza, JL. Sánchez Ramosa, T. Toscano Márqueza, MI. Garrido Fernándeza
a Centro de Salud Molino de la Vega (Huelva) y Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria de Huelva.
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Resumen
Texto completo
Bibliografía
Estadísticas

Objetivo. Evaluar el programa de educación maternal (EM): mejora de los conocimientos previos, cambios en los hábitos higiénico-dietéticos, actitudes frente al parto, satisfacción con el desarrollo de las sesiones y utilidad percibida.

Diseño. Pretest-postest.

Emplazamiento. Centro de salud urbano.

Participantes. Doscientas veintidós embarazadas que acudieron a EM; 211 respondieron al primer cuestionario, 145 también al segundo y 113 a los 3 cuestionarios.

Mediciones y resultados principales. Cuestionarios autoadministrados sobre perfil sociodemográfico, hábitos higiénico-dietéticos y conocimientos sobre embarazo, parto y cuidados del recién nacido. Encuesta de satisfacción y utilidad percibida.

La media en conocimientos globales subió 4,97 puntos (IC del 95%, 4,5-5,44). La edad (p<0,0001), mayor nivel de instrucción (p<0,001) y no ser primíparas (p<0,001) se asociaron con mejores conocimientos iniciales. Dejaron de fumar entre el inicio de la gestación y el inicio de la EM un 46,7% de las fumadoras. Al final lo hacía el 23,6% de las mujeres, con una media de 4,53 cigarrillos/día. Se incrementó el consumo de derivados lácteos por día de 2,78 a 3,07 (p=0,002) y el porcentaje que realizaba ejercicio físico del 22,4 al 57,6 (p=0,0001). Un 99,5% consideró las sesiones muy amenas, el 89% muy comprensibles y el 100% participó libremente en los debates. El 86,7% tuvo poco o ningún miedo al parto. El 92,8% encontró útiles los ejercicios respiratorios, y el 69,9% las técnicas de relajación. El 98,2% consideró que todas las embarazadas deberían hacer la EM.

Conclusiones. La EM en grupos es eficaz para la mejora de conocimientos y hábitos saludables. Las gestantes la consideran útil para afrontar el parto y tienen alta satisfacción con la metodología seguida.

Palabras clave:
Servicios de salud maternal
Cuidados prenatales
Calidad de los cuidados de salud
Satisfacción de los usuarios
Educación para la salud
Atención primaria de salud

Objective. To evaluate the Maternity Education (ME) programme: improvement of previous knowledge, changes in hygiene and dietary habits, attitudes to giving birth, satisfaction with the development of the sessions and perceived use.

Design. Pre-test/post-test.

Setting. Urban Health Centre.

Participants. 222 pregnant women who attended ME. 211 answered the first questionnaire, 145 also the second, and 113 all three.

Measurements and main results. Self-administered questionnaires on social and demographic profile, hygiene and diet habits and knowledge of pregnancy, birth and caring for the new-born. Satisfaction and perceived use survey. Mean overall knowledge went up by 4.97 points (CI 95%: 4.5-5.44). Age (p<0.0001), greater educational level (p<0.001) and not being primiparas (p<0.001) were linked to better initial knowledge. 46.7% of smokers stopped smoking between the start of pregnancy and the start of ME. By the end 23.6% of the women smoked, with an average of 4.53 cigarettes per day. Consumption of milk products per day went up from 2.78 to 3.07 (p=0.002). Those taking physical exercise went up from 22.4% to 57.6% (p=0.0001). 99.5% considered the sessions very pleasant; 89%, easily understandable; and 100% took part freely in the discussions. 86.7% had little or no fear of giving birth. 92.8% found the breathing exercises useful; and 69.8% the relaxation exercises. 98.2% thought that all pregnant women should experience ME.

Conclusions. Group ME is effective for improving knowledge and health habits. Pregnant women thought it useful for confronting the birth and were very satisfied with the methods used.

Keywords:
Maternal-health services
Prenatal-care
Quality of health care
Patient satisfaction
Health education
Primary health care
Texto completo

Introducción

Desde que se tiene conocimiento de la situación de embarazo, el equipo de atención primaria debe establecer comunicación con la futura madre con el objetivo fundamental de conseguir que la vivencia de su embarazo sea una experiencia natural y gozosa, que su pareja y ella sepan situarse ante los riesgos prevenibles y que tengan normas de comportamiento y cuidados que al final hagan que esta etapa, incluido el parto y el cuidado del recién nacido, estén dentro de un marco positivo y saludable.

La educación maternal (EM) es una actividad que, estando en consonancia con el ámbito sociocultural y respetando el mismo, organiza un conjunto de actividades que realizan profesionales, comunidad e individuos para que la gestación se viva de forma positiva y facilite un parto y puerperio normal, tanto física como emocionalmente1.

Ya que la EM constituye una actividad importante de promoción y prevención de salud que realizamos en los centros de salud, cuya relevancia proviene de la mejora de indicadores perinatales de morbilidad y de intervención obstétrica durante el parto2,3, nos preguntamos qué podíamos hacer para conocer si las actividades que llevábamos a cabo de EM en nuestro de centro de salud respondían a lo que las gestantes pueden esperar de nosotros.

¿Se dirige el programa de educación maternal a las necesidades de las embarazadas? ¿Están satisfechas con las respuestas que les ofrecemos desde los servicios sanitarios? ¿Perciben como útil la EM recibida para afrontar con ciertas garantías una época de la vida de la pareja llena de incertidumbres? Se trata, en definitiva, de evaluar las actividades del programa de EM desarrollado en nuestro centro. Evaluar es una forma de medir la calidad de lo que hacemos y una oportunidad de mejorar nuestros aciertos y de corregir errores4,5.

Los objetivos de este trabajo fueron: a) conocer el perfil sociodemográfico de las embarazadas que acuden al programa de EM; b) evaluar la eficacia del programa en la mejora de los conocimientos previos de embarazo, parto y cuidados del recién nacido y cambios en los hábitos higiénico-dietéticos, y c) conocer las opiniones y actitudes de las embarazadas respecto al parto, el grado de satisfacción con el desarrollo de las sesiones y la utilidad percibida.

Material y métodos

El Programa de Embarazo, Parto y Puerperio se realiza en nuestro centro de salud desde el año noventa, y lo llevan a cabo 4 médicos y un residente de medicina familiar, estando dispensarizadas sus actividades. Se diseñó un subprograma de EM en grupos, con los objetivos de fomentar entre las gestantes y sus parejas una vivencia positiva de su embarazo, considerando el nacimiento como un proceso natural; proporcionar conocimientos básicos sobre anatomofisiología del embarazo y parto, hábitos higiénico-dietéticos saludables, sexualidad, autocuidados y riesgos prevenibles, preparación al parto (ejercicios respiratorios, técnicas de relajación y gimnasia), puerperio, estímulo de la lactancia materna y cuidados del recién nacido (RN).

Desde las consultas médicas, una vez conocido el embarazo, las mujeres son derivadas a consultas programadas de seguimiento y control que se realizan en el centro, en coordinación con las visitas que realizan los tocólogos en ambulatorio. Desde la primera visita a consulta programada, las embarazadas son incluidas en grupos para la EM. Los grupos son formados por 16 embarazadas (en promedio), que a partir del tercer trimestre, y durante 9 sesiones de 150 minutos cada una, en horario de mañana, reciben los conocimientos reseñados. Las sesiones se imparten con contenidos teórico-prácticos y con apoyo en medios audiovisuales (vídeos y diapositivas).

Estos grupos están abiertos a todas las embarazadas y a sus parejas que soliciten la EM, sean de nuestra zona básica o no, y que realicen el seguimiento en nuestro centro o lo hagan de forma privada. La sesiones son impartidas por enfermeras del centro previamente formadas en educación para la salud y manejo de grupos.

Para la evaluación seguimos las siguientes etapas:

Primera etapa: evaluación inicial. Pre-EM

Diseñamos un cuestionario inicial con 30 ítems (anexo 1), en el que se les preguntó a las mujeres por: a) datos sociodemográficos (4 ítems): edad, profesión, domicilio y nivel de instrucción; b) datos de gestación y hábitos higiénico-dietéticos (10 ítems): primiparidad, ilusión y deseo del embarazo (actitud inicial), número de cigarrillos/día antes del embarazo y durante el embarazo, número de copas de alcohol/día antes y durante el embarazo, número de unidades de leche o equivalentes/día antes y durante, práctica de ejercicios antes y durante el embarazo y consumo de otras drogas, y c) conocimientos en las áreas de: embarazo (6 ítems), parto (5 ítems) y cuidados del RN (5 ítems).

El cuestionario fue autoadministrado y se pasó a las mujeres antes de iniciar la EM, con explicación previa de los motivos que nos llevaban a la realización del mismo y tras solicitar su consentimiento. Se excluyó de su realización a las gestantes que se incorporaban una vez impartidas las dos primeras sesiones.

Segunda etapa: post-EM. Evaluación de los cambios producidos en hábitos higiénico-dietéticos y en conocimientos sobre embarazo, parto y cuidados del RN. Satisfacción con el desarrollo de las sesiones

Para ello se diseñó un segundo cuestionario con los ítems ya referidos del primer cuestionario, en cuanto a los hábitos higiénico-dietéticos y datos de conocimientos, al que añadimos 9 ítems más destinado a conocer el grado de satisfacción con la metodología seguida y el desarrollo de las sesiones (horarios, duración, nivel de los profesionales, interés de los temas, amenidad, comprensibilidad, utilización de los medios audiovisuales), más una pregunta de respuesta abierta sobre qué les había gustado más y menos de la EM. Fue igualmente autoadministrado y se pasó a las mujeres cuando finalizaban la EM. Aquellas embarazadas que por motivos extraordinarios (adelanto del parto, visitas al hospital, monitorización, etc.) no acudieron a la última sesión, no cumplimentaron dicho cuestionario.

Tercera etapa: parto realizado. Actitudes y opiniones. Utilidad percibida de la EM

Se diseñó un tercer cuestionario con 11 ítems para conocer: tipo de parto realizado, control del mismo, práctica de las enseñanzas recibidas (ejercicios respiratorios, técnicas de relajación), apoyo de la pareja, opinión sobre la EM y utilidad de la misma.

Este cuestionario se entregaba a las puérperas para su cumplimentación en la visita domiciliaria que realizan los enfermeros dentro de los 15 días posteriores al parto. No respondieron este cuestionario aquellas mujeres que no se encontraban en su domicilio habitual, no eran de nuestra zona o no habían realizado los cuestionarios anteriores.

Antes de su utilización, los cuestionarios fueron sometidos a una prueba de 30 encuestas para cada uno de ellos, que permitió corregir errores (frecuencia de endose, claridad y grado de comprensión, etc.).

Se inició la recogida de datos de los cuestionarios definitivos en julio de 1996 y finalizó en junio de 1997. Las participantes en el estudio fueron todas las gestantes que acudieron a la EM en grupos (222 embarazadas). En el análisis de los resultados fueron incluidas aquellas que alcanzaron una cobertura eficaz (asistir al menos a 3 sesiones del programa de EM), cumplimentaron el primer cuestionario (211), el primer y segundo cuestionarios (145) y los 3 cuestionarios (113).

Las variables referidas a conocimientos se evaluaron de la siguiente forma: las respuestas acertadas sumaron un punto, las erróneas restaron 0,5 puntos y no puntuaron ni positiva ni negativamente las que optaron por la opción «no sé». Para el análisis de las distintas variables se utilizó el cálculo de proporciones, medias, comparación de medias para datos apareados mediante t de Student o métodos no paramétricos (Wilcoxon) cuando no se cumplían las condiciones de aplicación; test de McNemar para comparación de proporciones apareadas; análisis de la variancia para comparación de medias independientes y regresión lineal para relación entre variables cuantitativas, usando el paquete estadístico SPSS.

Resultados

Evaluación inicial preeducación maternal

Respondieron al cuestionario inicial (pre-EM) 211 gestantes (95%).

La edad media es de 29 años (DE, 4,4). Tienen estudios primarios un 47%, BUP el 30% y son universitarios el 23%. Un 43% reside en la zona más próxima al centro de salud y el 26% en la más alejada y deprimida socioeconómicamente. El 27% de las gestantes son amas de casa, repartiéndose la profesión del resto entre administrativas (19%), dependientas (12%), profesoras (8%) y otras profesiones (34%). Son primerizas un 63% y el 82% responde que su embarazo fue deseado. El 95% de ellas respondió que les hacía mucha ilusión su embarazo.

El nivel de conocimientos global promedio obtenido por las embarazadas en el cuestionario previo, sobre un máximo de teórico de 16 puntos, fue de 8,53 (DE, 3,24), con una puntuación mínima de 0 y una máxima de 16.

Por áreas de conocimiento (fig. 1), en lo relativo al embarazo y sobre un máximo de 7, la puntuación media fue de 3,93 (DE, 1,75). Para cuestiones relativas al parto, media, 2,33 (DE, 1,11) sobre un máximo de 4. En cuanto al RN, sobre un máximo de 5, la media fue de 2,27 (DE, 1,66).

Tener más edad se asoció de forma significativa a mejor conocimiento, con un incremento en la puntuación inicial de 0,186 puntos por cada año (coeficiente de correlación, r=0,26; p< 0,0001). Las embarazadas con mejor nivel de instrucción obtuvieron mejores puntuaciones promedio (BUP, 9,48; universitarias, 9,14) que las que tenían un nivel de EGB o inferior, que presentaron una media de 7,72 (F, 7,12; p<0,001). Las mujeres primíparas obtuvieron una puntuación media de 7,95, frente al 9,63 del resto (F, 14,2; p=0,0002). No se detectó relación entre los conocimientos iniciales y las demás variables (domicilio, profesión, ilusión por el embarazo, deseo del embarazo) registradas en el estudio.

Antes de conocer su embarazo, no fumaban 103 (49%) de las mujeres. Al iniciar la EM, este número aumenta significativamente (McNemar, 49; p<0,0001) hasta 153 (73%). No toman ningún derivado lácteo al día antes de conocer su embarazo 29 (13,8%) y 12 consumen habitualmente 4 o más unidades de derivados lácteos al día (6%); al inicio de la EM este último grupo asciende a 50 (24%). No toman ninguna copa de alcohol al día antes del embarazo 183 (88%); al inicio de la EM son 199 (95,2%). Toman una sola copa de alcohol al día 9 (4,3%) y sólo una (0,47%) dice tomar 4 copas/día. Un 100% dice no consumir otras drogas. El 22,9% realiza ejercicio físico antes de conocer su gestación; al inicio de la EM no se produce ninguna variación.

Evaluación posterior a la educación maternal

De las participantes en el estudio (222), alcanzaron una cobertura eficaz (asistir a 3 o más sesiones del programa) 199 mujeres (89,6%). El cambio experimentado fue medido en 145 mujeres que cumplieron las siguientes condiciones: respondieron al cuestionario inicial (pre-EM), cumplimentaron el cuestionario al final de la EM (post-EM) y tuvieron una cobertura eficaz.

La figura 1 resume los resultados en los cambios de conocimiento producidos. Al final de la EM se produjo una ganancia significativa en el nivel de conocimientos alcanzados por las embarazadas. La puntuación global media obtenida fue de 13,11 (DE, 2,44) (t, 20,96; p<0,0001), con una mínima de 3 y máxima de 16. Por apartados de conocimientos, también se experimentó una ganancia en la puntuación media obtenida por las embarazadas; embarazo, 5,07 (DE, 1,75) (t, 9,46; p<0,001); parto, 3,45 (DE, 0,8) (t, 11,05; p<0,001); recién nacido, 4,6 (DE, 0,8) (t, 19,12; p<0,001). Esta mejora en el nivel de conocimientos alcanzados al final de la EM fue independiente de edad, nivel de instrucción, primiparidad y del resto de las variables registradas al inicio del estudio.

Los cambios producidos en los hábitos higiénico-dietéticos al finalizar la EM (tabla 1) fueron relevantes en algunos aspectos. Contestaron que no fumaban 110 (76,4%) de las mujeres, frente al 73,2% inicial. De las que siguen fumando, 12 reducen el número de cigarrillos fumados diariamente, 5 lo aumentan y 15 continúan igual (Wilcoxon, 2,112; p=0,035); un 20,8% fuma menos de 10 cigarrillos/día y el 2,8% continúa fumando más de 10 cigarrillos/día. Contestan que toman 4 o más unidades de leche al día 48 (33%) de las embarazadas, frente al 23,8% inicial. La ingesta media de derivados lácteos por día subió en 40 mujeres y descendió en 16, permaneciendo igual en el resto (Wilcoxon apareado, 3,021; p=0,003). Sólo una embarazada (0,7%) contesta que no toma ningún derivado lácteo. En cuanto al alcohol, al final de la EM, 142 (97,9%) de las gestantes contestan que no consumen ninguna copa, frente al 95,2% inicial (McNemar, 2,01; p=0,063). Ninguna mujer aumentó su consumo de alcohol y 6 lo disminuyeron (Wilcoxon apareado, 2,449; p=0,014). Preguntadas por el ejercicio físico, un 57,6% lo practican al final de la EM, frente al 22,4% inicial (McNemar, 37,5; p=0,0001).

Como se refleja en la tabla 2, las opiniones expresadas por las mujeres que realizaron la EM fueron muy positivas en casi todos los ítems planteados. En el horario seguido, un 7,9% opina que fue poco o nada adecuado y un 23% de las encuestadas respondió que el material audiovisual utilizado fue «regular». No encontramos relación entre el grado de satisfacción mostrado y las variables edad, nivel de instrucción, primiparidad, profesión, barrio, grado de ilusión o deseo del embarazo.

Opiniones y actitudes sobre el parto realizado; utilidad percibida de la EM

Se recogen las opiniones de aquellas mujeres (n=113) que respondieron al tercer cuestionario, y que cumplieron los requisitos de tener una cobertura eficaz y haber respondido al primer y segundo cuestionarios. Los resultados se expresan en la tabla 3.

Los resultados muestran que 64 (57%) de los partos fueron por vía vaginal y 13 (12%), cesáreas. Respondieron no haber percibido miedo en el momento del parto 98 (87%). Un 59,8% no sintió dolor o éste fue soportable. De las mujeres que tuvieron un parto normal o inducido (excluyendo cesáreas o anestesia epidural), el 57,5% declaró presentar un dolor soportable, el 2,5% no experimentó dolor y el 40% un dolor insoportable. Un 91% de las mujeres contestó haber controlado el parto en todo momento o casi en todo momento. Los ejercicios respiratorios les fueron útiles al 43% de las encuestadas en las dos etapas (dilatación y expulsivo) y las técnicas de relajación fueron útiles al 70% de las mujeres. Un 75% de las encuestadas respondió que les fue útil la EM para las 3 etapas: embarazo, parto y cuidados del RN, y un 98% de las mujeres afirma que la EM deberían hacerla todas las embarazadas.

Discusión

Desde la implantación en Andalucía de los Servicios de Control de Embarazo, Parto y Puerperio, la extensión de la oferta y de su cobertura ha ido experimentando un importante incremento, debido sobre todo a su inclusión en la cartera de servicios de los centros de salud6.

La EM en grupos que viene realizando nuestro centro de salud desde su inicio ha ido creciendo de modo progresivo en el número de mujeres que solicitan y acuden a las sesiones, debido fundamentalmente a que atendemos una población en edad fértil cada vez mayor. En nuestra zona básica de salud se producen anualmente unos 240 partos. La EM pudo llegar a 222 embarazadas en el período anual de estudio, lo que nos hace razonablemente optimistas sobre la cobertura del programa. A pesar de las múltiples causas7,8 que pueden llevar al abandono de programas y/o consultas, creemos que una captación temprana y calendarización de las sesiones de la EM, con recordatorio en cada visita al centro de la conveniencia de las mismas, tal como se realiza en nuestro caso, podría explicar la cobertura eficaz alcanzada (89,6%) en nuestro programa y que resulta ser más elevada que las de otros estudios9. El perfil sociodemográfico de nuestras embarazadas no muestra variaciones importantes respecto al de otros estudios10,11.

Los conocimientos iniciales mostrados por nuestras gestantes al inicio de las sesiones fueron «suficientes», tanto en la evaluación global como por áreas de conocimientos. Al final de la EM mejoran significativamente el nivel inicial, alcanzándose el «notable» de forma global y por áreas de conocimiento. Si un mejor nivel de instrucción y poseer más «experiencia» (más edad, y no ser primíparas) se asociaron inicialmente con la mejor puntuación, al final de la EM todas las embarazadas mejoraron en su nivel de conocimientos, por lo que las sesiones impartidas vendrían a igualar las diferencias iniciales, siendo útiles también para las mujeres más experimentadas. La mejora en los conocimientos fue no sólo significativa desde el punto de vista estadístico, sino también relevante en los cambios producidos en las tres esferas de conocimientos estudiadas: embarazo, parto y cuidados del RN. Estos aprendizajes fueron independientes de edad, paridad, nivel educativo, grado de ilusión o deseo del embarazo. Dada la ausencia de diferencias en el aprendizaje, la homogeneidad de los grupos no parece ser un factor necesario para el buen desarrollo de las sesiones.

Sabemos que fumar durante el embarazo está asociado a mayores problemas y complicaciones, como bajo peso al nacer, abortos espontáneos, hemorragias, etc.12,13, sin olvidar aquellas embarazadas que, sin serlo, se convierten en fumadoras pasivas debido al humo que originan sus parejas o el que hay en lugares públicos, con el consiguiente riesgo para su salud y la del feto14. El saberse embarazadas resultó, en nuestra evaluación, ser la motivación más importante para el abandono del hábito tabáquico, puesto que un 46,7% de las embarazadas fumadoras dejaron el tabaco en el intervalo comprendido entre el inicio de su gestación y el inicio de la EM (tercer trimestre). En el desarrollo de la EM hubo poca variación; aunque las fumadoras redujeron el número de cigarrillos al día fumados, un 23,6% siguió fumando al final de la EM. Deberíamos redoblar nuestros esfuerzos en proporcionar a las embarazadas y a sus parejas un consejo antitabáquico, de eficacia conocida15, desde las primeras visitas al centro, dado que al parecer en esta primera etapa es cuando se produce la mayor motivación y el más elevado número de abandonos del hábito tabáquico.

Respecto a otros hábitos higiénico-dietéticos saludables, la EM influyó de forma significativa en el aumento del consumo de derivados lácteos y en la práctica de ejercicio físico. Aun cuando pudiera ser debido a una infradeclaración a causa de la menor aceptación social, es escaso el consumo de alcohol que refieren nuestras gestantes, y prácticamente no se modifica ni al inicio ni tras la EM. El consumo bajo o moderado de alcohol durante la gestación no parece ser un problema de salud para el feto16. Sin embargo, no deberíamos minimizar las posibles repercusiones17 que un consumo, incluso moderado, pudiera tener sobre el feto y la abstinencia debería seguir siendo nuestra recomendación18.

Las gestantes que acudieron a nuestro programa mostraron un elevado grado de satisfacción con los contenidos, los profesionales y la metodología seguida en el desarrollo de las sesiones, con excepción de los medios audiovisuales empleados, lo que durante el período evaluado fue debido a dificultades técnicas con el reproductor de vídeo y proyector de diapositivas y a la falta de recursos para su sustitución oportuna. La evaluación abierta fue asimismo muy favorable, destacando en general la facilidad para la participación y la puesta en común entre personas iguales, con similares dificultades, anhelos e ilusiones. Este grado de satisfacción alcanzado por las usuarias del Programa de Salud Materno-Infantil en general parece ser una de sus fortalezas, como ya se ha puesto de manifiesto en anteriores evaluaciones19.

La valoración que realizaron las encuestadas una vez producido el parto reflejó una actitud psicológica favorable en cuanto al escaso miedo percibido, la soportabilidad del dolor y el elevado grado de control del parto. Asimismo opinan favorablemente acerca de la utilidad de las técnicas aprendidas, y en general de la EM recibida para afrontar embarazo, parto y cuidados del bebé. Es de destacar que un 17% de las mujeres refiere que a sus parejas no les dejaron entrar en el paritorio, cuando se trata de un derecho reconocido20 y una recomendación expresamente defendida por la administración sanitaria andaluza y por todos los organismos internacionales, y una ayuda que puede modificar sustancialmente el desarrollo y el resultado del parto21.

Las posibles debilidades metodológicas de nuestra evaluación provendrían del uso de cuestionarios no validados formalmente. La inexistencia de tales herramientas estandarizadas en nuestro medio nos llevó a la elaboración de nuestros propios instrumentos de medición. Creemos que nos pueden servir como herramientas útiles para la evaluación de aquellas cuestiones que consideramos importantes del programa. La ausencia de un grupo de control de embarazadas que no acuden a EM, siendo una amenaza a la validez interna, no es ni muy justificable éticamente con el estado actual de conocimientos, ni posible numéricamente dada la cobertura de nuestro programa, que deja a muy pocas mujeres sin esta prestación. La pérdida de respuestas a los cuestionarios en la segunda fase (post-EM) podría sesgar los resultados hacia las valoraciones más favorables, tanto en términos de aprendizaje como de satisfacción. Aunque no tenemos cuantificadas las causas de estas pérdidas, la percepción de nuestro equipo fue que los motivos de ausencia a la última sesión de EM, donde se hacía una recopilación de todas las sesiones, se aclaraban dudas y se realizaba el segundo cuestionario se relacionaron mucho más con la proximidad a las fechas de parto (citas en el hospital, monitorización, adelanto del parto...) que con pérdida de interés de las mujeres hacia las sesiones de EM.

Para la mejora de la calidad del programa de EM debemos encaminar nuestros esfuerzos en analizar su efectividad mediante la introducción de indicadores que evalúen aspectos relacionados con la accesibilidad de las mujeres y sus parejas, utilidad de las técnicas audiovisuales y satisfacción de las usuarias. Igualmente, es importante comprobar su eficacia en la promoción de la salud y de hábitos higiénico-dietéticos saludables, lactancia materna y utilidad percibida por las mujeres para el desarrollo de su embarazo, parto y cuidados al RN. La mejora de los cuestionarios y la comprobación de su validez y fiabilidad son objetivos de investigación que ayudarán en esta tarea.

Somos conscientes de la dificultad para extraer conclusiones acerca de la efectividad de la EM para afrontar el parto y otros aspectos, puesto que son múltiples parámetros los que pueden modificar los resultados22. Sin embargo, estamos convencidos de la eficacia de la EM, y hay consenso en afirmar que la preparación (EM) es beneficiosa para un comportamiento satisfactorio de la mujer en el momento siempre difícil del parto23,24. Nuestros resultados vienen a corroborarlo, al menos desde el punto de vista de la experiencia de las propias mujeres.

Nuestros resultados nos hacen concluir que la EM en grupos debe ser una actividad llevada a cabo en los centros de salud por personal previamente formado para ello. De su eficacia y de la utilidad percibida por las embarazadas parecen quedar cada vez menos dudas.

Bibliografía
[1]
Guía para la educación maternal en atención primaria. Sevilla: Junta de Andalucía, 1995.
[2]
Educación maternal. En: Gallo M, González LA, eds. Curso de Actualización en Obstetricia y Ginecología «Dr. Fernando Jiménez Torres». Málaga, 1995.
[3]
Niswaander K, Henson G, Elbourne D, Chalmers I, Redman C, MacFarlan et al..
Adverse outcome of pregnancy and the quality of obstetric care..
Lancet, 13 (1984), pp. 827-831
[4]
El control de calidad en los servicios sanitarios. Barcelona: Masson, 1991.
[5]
Evaluación de los programas de salud. En: Organización del equipo de atención primaria. Madrid: Instituto Nacional de la Salud, 1990.
[6]
Evaluación de programas. Salud Materno-Infantil. Andalucía, 1984-1994. Escuela Andaluza de Salud Pública. Monografía n.º 16. Sevilla: Junta de Andalucía, Consejería de Salud, 1996.
[7]
Sánchez C, Gómez-Calcerrada R, González M, Orueta R..
Causas de incumplimiento y factores asociados en una consulta concertada..
Aten Primaria, 17 (1996), pp. 52-56
[8]
Factores que intervienen en la utilización de los servicios sanitarios. Monografías Clínicas en Atención Primaria. Barcelona: Doyma, 1991.
[9]
Muñoz Cobos F, Ortega Fraile I, Peláez Gálvez E, Moreno Peña P..
Factores asociados a la participación de la embarazada en las actividades de educación maternal en un centro de salud..
Aten Primaria, 20 (1997), pp. 440-443
[10]
Redman S, Oak S, Booth P, Jensen J, Saxton A..
Evaluation of an antenatal education programme: characteristics of attenders, changes in knowledge and satisfaction of participants..
Aust Nz Obstet Gynaecol, 31 (1991), pp. 310-316
[11]
Embarazo y atención primaria, ¿presente o futuro? Aten Primaria 1994; 14: 1.011.
[12]
S. Department of Health, Education, and Welfare. Smoking and health. A report of the Surgeon General. U.S. Department of Health, Education, and Welfare, Public Health Service, Office of the Assistant Secretary for Health, Office on Smoking and Health. Washington DC: DHEW Publication No.(PHS) 79-50066, 1979.
[13]
S. Department of Health and Human Services. The health consequences of involuntary smoking. A report of the Surgeon General. U.S. Department of Health and Human Services. Public Health Service Centers for disease Control. Washington DC: DHHS Publication. No. (CDC)88-8406, 1988.
[14]
Villar J, Hernández C..
El humo que ciega tus ojos (editorial)..
Med Clín (Barc), 96 (1991), pp. 98-99
[15]
Salleras L, Pardell H, Saltó E, Martín G, Serra L, Plans P et al..
Consejo antitabaco..
Med Clín (Barc), 102(Sup1) (1994), pp. 109-117
[16]
Bolúmar F, Ferrer L, Rebagliato M, Pérez-Hoyos S, Pérez Aytés A, Monleón J..
Efecto del consumo moderado de alcohol durante el embarazo sobre el peso del Recién Nacido..
Med Clín (Barc), 102 (1994), pp. 765-768
[17]
Jacobson JL, Jacobson SW, Sokol RJ, Martier SS, Ager JW, Kaplan MG..
Teratogenic effects of alcohol on infant development..
Alcohol Clin Exp Res, 17 (1993), pp. 174-183
[18]
García Fernández JF..
El alcohol y el feto (editorial)..
Med Clín (Barc), 102 (1994), pp. 774-775
[19]
Evaluamos para avanzar. Ponencias y Comunicaciones. Escuela Andaluza de Salud Pública. Granada, 1994.
[20]
Sevilla: Consejería de Salud, Junta de Andalucía.
[21]
Support from caregivers during childbirth. En: Enkin MV, Keirse MJNC, Reufrew MJ, Neilson JP, eds. Pregnancy and childbirth module. Cochranes Database of Systematics Reviews. Review n.º 03871, 3 de octubre de 1994. En: Cochranes Updates on Disk. Oxford: Update Software, 1994. Disk Issue 1.
[22]
Factores psicosociales y embarazo. En: Fabre González E, ed. Manual de asistencia al embarazo normal. Sección de Medicina Perinatal de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Zaragoza: Luis Vives, 1993.
[23]
Florido J, Cuenca C, Ramírez A..
Repercusiones obstétricas de la educación maternal..
Rev Esp Obstet Gine, 40 (1981), pp. 412
[24]
Salvatierra V, Cuenca C..
Estado actual de la psicoprofilaxis obstétrica..
Med Clín (Barc), 84 (1985), pp. 566
Opciones de artículo
Herramientas
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos