XII Simposio de la Asociación Española de Vacunología
Más datosElaborar una guía de buenas prácticas de vacunación en personas con SD, basada en la evidencia científica y adaptada a sus características clínicas y comorbilidades.
MétodoSe realizó una revisión de la literatura reciente (2014–2024) en bases de datos como PubMed/MEDLINE, Dialnet, Cochrane, CUIDEN, SciELO, entre otras. Se incluyeron artículos originales, revisiones sistemáticas, metaanálisis, artículos de revisión narrativa, guías clínicas, consensos de sociedades científicas y recomendaciones oficiales relacionadas con la inmunización en personas con SD. La información se analizó para identificar patrones, barreras y propuestas de mejora.
ResultadosLas personas con SD presentan inmunodeficiencia primaria que incrementa su vulnerabilidad a infecciones respiratorias y otras enfermedades inmunoprevenibles, esto justifica su inclusión como condición de riesgo. Se observa baja adherencia especialmente en adolescentes y adultos, así como reticencia familiar por desconocimiento o miedo. Las vacunas recomendadas incluyen gripe, neumococo, COVID-19, VRS, hepatitis A y B. Se evidenció falta de seguimiento vacunal tras la transición de la atención pediátrica a la de adultos. Las enfermeras destacan como figura esencial en la revisión del historial vacunal, la evaluación clínica individualizada y la educación sanitaria para mejorar la adherencia y protección inmunológica en esta población.
ConclusionesLos hallazgos evidencian una brecha entre las necesidades clínicas y las prácticas vacunales actuales. Las bajas coberturas, sumadas a la falta de continuidad asistencial, comprometen su protección inmunológica. La intervención enfermera, centrada en la valoración individualizada, la educación a familias y la coordinación interprofesional, resulta crucial para optimizar la inmunización y mejorar la calidad de vida en esta población vulnerable.
Recomendaciones:Reconocer el SD como condición de riesgo.
Evaluar el estado vacunal y comorbilidades.
Priorizar vacunas frente a infecciones respiratorias.
Promover la vacunación del entorno cercano.
Evitar oportunidades perdidas de vacunación.
Reforzar el rol de la enfermera como agente clave.


