La enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-19) supuso un impacto en las personas de edad avanzada y con pluripatologÃa1. La situación mejoró sustancialmente con la vacunación (minimizando la gravedad de la COVID-19 en las personas vulnerables y frágiles), otras medidas farmacológicas y no farmacológicas y la entrada de la variante ómicron, que nos situó en un escenario bastante bueno1.
De las vacunas anti-COVID-19 comercializadas, 2 utilizan la tecnologÃa RNAm (BioNTech/Pfizer y Moderna) y otras 2son de vector adenovirus (AstraZeneca/Oxford y Janssen)2,3. La comercialización de las vacunas va siempre vinculada a la puesta en marcha de programas de farmacovigilancia, en los que se describieron numerosas reacciones adversas, la gran mayorÃa de las cuales son de carácter leve y autolimitadas en el tiempo. En los estudios clÃnicos de fase I de las principales vacunas RNAm no se describió la aparición de infección por el virus herpes varicela-zóster (VHVZ), sin embargo, cada vez más publicaciones encuentran una asociación con la reactivación del VHVZ4-8, como el caso que aquà describimos.
Se trata de un paciente varón octogenario, con situación basal independiente para las actividades de vida cotidiana, con historia de enfermedad lumbar crónica degenerativa sin afectación neurológica y sin otros antecedentes destacables. El dÃa 11 de octubre del 2022 se le administró la 4.a dosis de recuerdo de la vacuna BioNTech/Pfizer, sin que presentara complicaciones inmediatas. A las 48 h consultó en urgencias por inestabilidad de la marcha sin traumatismo previo ni ninguna otra aparente sintomatologÃa neurológica, donde le recomendaron control ambulatorio. El dÃa 16 de octubre, consultó de nuevo por debilidad del miembro inferior izquierdo, asà como por aparición de novo de erupción cutánea locorregional en el tórax y el abdomen. A la exploración se destacó hemiparesia crural izquierda sin ninguna otra focalidad neurológica ni dolor lumbar, asà como lesiones vesiculosas y dolorosas en el trayecto de las metámeras dorso-lumbares (shingles), sugestivas de infección por el VHVZ (fig. 1A). Una RM lumbar evidenció estenosis degenerativa crónica del canal lumbar a nivel de L4-L5 sin signos de compresión medular (fig. 1B), estableciéndose el diagnóstico de mieloneuropatÃa herpética sobre enfermedad lumbar degenerativa crónica subyacente. Se inició tratamiento intravenoso con aciclovir y terapia rehabilitadora, con evolución clÃnica favorable a las 2 semanas de su estancia hospitalaria, tanto de las lesiones cutáneas como de la paresia.
En la literatura publicada, se encontró una incidencia de 0,8 casos de VHVZ por cada 1.000 personas vacunadas con la tecnologÃa RNAm, con aparición de los sÃntomas principalmente después de la segunda dosis en el 74% de los casos, el 56% fueron mujeres y la mayorÃa fueron en la sexta década de la vida4. McMahon et al. encontraron una prevalencia de 2,4% de VHVZ en una serie de 414 casos de reacciones cutáneas adversas asociadas a las vacunas RNAm (83% de Moderna)5. En una revisión sistemática de 54 casos, Desai et al. describieron un periodo de latencia de 7,6 dÃas y el 86% de los casos fueron después de una vacuna RNAm6.
Respecto al caso que presentamos, caben destacar algunas peculiaridades. Primero, la infección por VHVZ fue después de la 4.ª dosis de vacuna frente a la COVID-19, a diferencia de los casos publicados en la literatura, que fueron después de la primera o segunda dosis, que en nuestro paciente fueron bien toleradas, sin reacciones adversas. Segundo, la manifestación inicial del paciente fue atÃpica, con radiculopatÃa simulando espondilosis espinal degenerativa, y a los 4 dÃas (periodo de latencia) aparición del shingles, tras lo que se estableció el diagnóstico definitivo de radiculopatÃa por VHVZ, que es infrecuente y poco descrita en la literatura7.
Por otro lado, cabe mencionar que el 20% de la población presenta infección por VHVZ en su vida, que es más frecuente en pacientes de edad avanzada o inmunodeprimidos y cuya complicación más frecuente es la neuralgia postherpética (10-20%) si no se instaura tratamiento precoz. Asà mismo, se describieron casos de reactivación del VHVZ por la propia COVID-19, por la linfopenia causada por el SARS-CoV-2, a partir de la teorÃa de que la latencia de los virus herpes tiene una inmunidad dependiente4 de los linfocitos T.
Por último, las reacciones cutáneas de la vacunación masiva frente a la COVID-19, pero no exclusivas de esas vacunas, pueden generar preocupación entre los pacientes. No obstante, podemos considerar que suelen ser leves y que no son una contraindicación para la primovacunación ni para recibir dosis de recuerdo.
Contribuciones de autorÃaRami Qanneta se ha encargado de la concepción y redacción del manuscrito remitido.
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FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesNinguno.




