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Vol. 21. Núm. 11.
Páginas 36-40 (Diciembre 2002)
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Marián Carrero
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La existencia en la Unión Europea de países con diferentes modelos farmacéuticos ha generado un amplio debate sobre la necesidad de unificar criterios que permitan la implantación de un espacio farmacéutico común. Uno de los más relevantes dirigentes de la farmacia francesa es Jean-Etienne Martineau, secretario general de la Federación de Sindicatos Farmacéuticos de Francia (FSPF), quien aborda en esta entrevista los retos a los que debe enfrentarse la farmacia europea para adaptarse al nuevo escenario político, económico, legislativo y sanitario.

Jean-Etienne Martineau

Secretario general de la Federación de Sindicatos Farmacéuticos de Francia

«Es demasiado pronto para hablar de la implantación de un modelo único europeo de farmacia»

Usted ha sido presidente del sindicato farmacéutico de la Haute-Vienne. ¿Qué actividades realiza el sindicato y qué relaciones mantiene con los colegios de farmacéuticos?

En Francia hay dos organismos que representan a los farmacéuticos: el Colegio de Farmacéuticos, que vela por los derechos y deberes de sus colegiados, su independencia y ética profesional, y los sindicatos farmacéuticos, que son dos, la Federación de Sindicatos Farmacéuticos de Francia (FSPF), mayoritario, y la Unión Nacional de Farmacias de Francia (UNPF), cuya misión es defender los intereses económicos y morales de la profesión. La primera organización, de la que soy secretario general, es una organización federal. Los sindicatos departamentales son reagrupados en federaciones regionales que nombran sus representantes en el Consejo de Administración de la Federación Nacional. El presidente elegido por la asamblea de presidentes departamentales y su equipo se encargan de llevar a cabo la política definida por la Asamblea General de presidentes. He sido presidente del Sindicato Farmacéutico de la Haute-Vienne durante 11 años, y en la actualidad desempeño la presidencia de mi región, que comprende siete departamentos.

El sindicato departamental asegura la representatividad de los farmacéuticos dentro de los organismos de protección social y del poder político local. Tiene a su cargo la correcta organización de la profesión en el departamento, interviene en las nuevas aperturas y traspasos de farmacias, la organización de guardias, la gestión de centros de formación y, en general, en todo aquello que afecta el ejercicio profesional farmacéutico. El sindicato posee, además, representaciones en numerosos organismos locales. La presidencia de un sindicato departamental es, sin duda, una apasionante tarea, ya que permite un contacto directo entre los diversos interlocutores y la profesión. Muy a mi pesar presenté mi dimisión de la presidencia cuando pasé a desempeñar funciones nacionales.

En cuanto a las relaciones con los colegios, opino que la acción sindical, para que sea eficaz, debe mantener una buena relación con ellos. De hecho, en nuestra región la relación entre sindicato y colegio es óptima.

¿Cómo ha repercutido en el sindicato el proceso de integración europeo?

Con la formación de la Europa comunitaria deberíamos replantearnos la organización de la federación y el papel de los sindicatos departamentales. Cada vez con mayor frecuencia, las decisiones se toman a nivel nacional o europeo, modificando el papel de los presidentes de los departamentos. En la actualidad, la federación a la que pertenezco se plantea evolucionar hacia una estructura que se adapte mejor a la evolución política para conservar la fuerza representativa de la profesión frente al poder público.

En los países latinos está consolidado un modelo de farmacia en el que la propiedad es siempre del farmacéutico y en el que hay un sistema de planificación de nuevos establecimientos. ¿Cree que este modelo experimentará cambios en el futuro?

Los tres pilares de la farmacia francesa son la exclusividad de la dispensación de los medicamentos en las farmacias, la propiedad farmacéutica de las oficinas y la regulación demogeográfica de las farmacias. La propiedad de la farmacia a cargo de un farmacéutico garantiza la independencia de la profesión. Pero esta independencia necesita una autonomía financiera, por lo que la farmacia debe generar una facturación suficiente para asegurar su buen funcionamiento y una remuneración justa para el farmacéutico. Con este criterio, la profesión ha logrado la modificación de la ley sobre la distribución de farmacias. La ley precedente no se aplicaba correctamente y tenía como consecuencia la creación de farmacias por vía derogatoria a causa de motivos políticos que, en la mayoría de ocasiones, nada tenían que ver con la salud pública. Estas prácticas desestabilizaban el sistema. En la actualidad, la apertura de nuevas farmacias por vía derogatoria ha dejado de existir y la nueva ley favorece también las agrupaciones de farmacias, que permiten dotar a éstas de medios financieros y de contratación de personal sin perjudicar la red y garantizando la calidad del servicio.

El porvenir es difícil de prever. Citando unas palabras del Prof. Gallucci, catedrático de ESADE en Barcelona, yo diría que el presente es complicado y el futuro extremadamente incierto, sobre todo en lo que se refiere a las cadenas de farmacias. La situación varía en este punto de un país a otro, dependiendo de su sistema de salud, su tradición y la importancia de su red de farmacias.

«La farmacia debe generar una facturación suficiente para asegurar su buen funcionamiento y una remuneración justa para el farmacéutico»

¿Será posible un modelo único de farmacia europeo?

En el marco del foro de Alliance UniChem he presidido la comisión encargada de reflexionar sobre el modelo de farmacia. Las conclusiones de nuestro grupo de trabajo revelan que existen dos modelos de práctica farmacéutica: el anglosajón y el latino. En la actualidad, y teniendo en cuenta las profundas diferencias existentes entre estos dos modelos, creo que es demasiado pronto para hablar de la implantación de un modelo único europeo. Sin embargo, en cada uno de los modelos existen puntos positivos y cada cual podrá inspirarse en estos puntos para avanzar en el camino hacia un modelo europeo único y también hacia una armonización de las diversas legislaciones, aunque creo que el camino a recorrer es largo todavía.

¿Cómo cree que evolucionarán las cadenas de farmacias?

En Francia, un farmacéutico sólo puede tener la propiedad de una farmacia, y el propietario de ésta sólo puede ser farmacéutico. En este contexto, la tentación de crear cadenas es grande. Algunos grupos hablan de formar una red bajo la misma marca, sin hablar de cadenas. Ciertas disposiciones legislativas recientes han hecho temer la posibilidad de la creación de cadenas mediante la autorización de la apertura de capital de la sociedad de ejercicio liberal de farmacéuticos a sociedades financieras de profesiones liberales, lo que excluye a la industria y a la distribución. Los decretos de la aplicación de esta nueva ley no han sido publicados hasta el momento. La profesión está colaborando en la redacción de estos decretos. Para algunos, las cadenas son la única alternativa posible para la supervivencia de las farmacias y la mejor manera de disminuir el gasto sanitario.

La mejor imagen que se puede dar de una cadena de farmacias es la de la cuerda de un pozo que sirve para extraer el agua hacia la superficie, es decir, las cadenas de farmacias pueden hacer mejorar el margen económico, pero también comportan la pérdida de la libertad y la desaparición del espacio liberal.

Nos acaba de comentar que preside el foro farmacéutico de Alliance UniChem. ¿Cuáles son sus funciones y objetivos?

Fui elegido presidente del foro farmacéutico de Alliance UniChem en marzo de 2002. El foro se creó hace 3 años y agrupa a farmacéuticos de diversos países en los que está presente el grupo europeo de distribución farmacéutica Alliance UniChem. Los farmacéuticos que componen el foro han sido elegidos por su actividad destacada y por desempeñar en sus países responsabilidades políticas, profesionales o sindicales. Por ello, el foro se convierte en un punto de intercambio de opiniones entre los miembros del equipo directivo de Alliance UniChem y sus clientes farmacéuticos de diversos países.

En el foro se debaten temas muy interesantes que tienen por objetivo el acercamiento de los farmacéuticos a su distribuidor mayorista y viceversa. De este modo, Alliance UniChem posee un extenso conocimiento de los acontecimientos profesionales en los diferentes países y puede adaptar sus estrategias para optimizar el servicio al farmacéutico. El foro se reúne una vez al trimestre en uno de los países donde está presente Alliance UniChem, para debatir temas de actualidad. Los problemas que afectan a los distintos países son abordados con total libertad, lo que permite un enriquecimiento de los debates.

El mercado de EFP es muy diferente en los diversos países de la UE. ¿Cómo cree que evolucionará este mercado en Europa? ¿Qué papel debe desempeñar el farmacéutico en el control de este tipo de medicamentos?

El pasado mes de abril participé en Madrid en las Jornadas de EFP y Parafarmacia. Allí pude apreciar las diferencias que existen entre los distintos países de Europa en cuanto a la situación legal de este segmento del mercado farmacéutico. Algunos Estados miembros practican una política muy liberal, que se traduce en la salida de las EFP de la farmacia hacia otros canales. Parece ser que esta realidad coincide con el deseo de ciertos laboratorios, que esperan de este modo aumentar las ventas en un mercado de lenta evolución. Otros países, como es el caso de Francia, permanecen a la expectativa. En el artículo L 511 de nuestro Código de Salud Pública se encuentra la definición de medicamento, aplicable también a las EFP y que indica claramente que estas especialidades sólo pueden ser dispensadas por un farmacéutico o bajo su responsabilidad en la farmacia. El único modo de preservar la salud pública es que el farmacéutico garantice el control del medicamento y su correcta utilización. En Estados Unidos se está estudiando el coste que supone para el sistema de salud el mal uso de los medicamentos, debido a su fácil adquisición, sin control farmacéutico. Entiendo que es preferible no adoptar un sistema que ha mostrado claramente sus limitaciones.

¿Cómo ve usted las perspectivas del mercado de medicamentos genéricos en España?

El mercado de medicamentos genéricos, por sí mismo, podría ser objeto de una entrevista aparte. No soy un experto en el tema, pero creo que en la actualidad el mercado de especialidades genéricas supone en España un 4% del volumen total del mercado farmacéutico y que está en vías de desarrollo. Se ha pasado de facturar 11 millones de euros en 1998 a cerca de 350 millones de euros en 2001. Este mercado no podrá desarrollarse en aquellos países donde no exista una cultura de medicamentos genéricos, y especialmente en aquellos en los que los pacientes apenas contribuyen a sufragar el gasto farmacéutico, a menos que médicos, farmacéuticos, industria, organismos de protección social y pacientes se impliquen plenamente en su desarrollo.

En Francia, el mercado ha crecido en los últimos meses a pesar de que algunos piensan que se podía haber hecho mejor. El mercado de medicamentos genéricos alcanza en la actualidad la cifra de 980 millones de euros PVP, lo que supone un 7% de volumen total de ventas. Esto representa un ahorro de 360 millones de euros para la Seguridad Social. Sin duda, la política farmacéutica de cada país puede influir sobre la evolución de este mercado, por lo que una política irracional podría ser fatal para el mercado de medicamentos genéricos. La auténtica política de desarrollo pasa por el paciente y no solamente por la industria y la distribución.

La profesión está experimentando cambios profundos. ¿Cuáles cree que son sus perspectivas?

La profesión se está enfrentando a cambios profundos, ya que el mundo cambia deprisa, tal vez demasiado deprisa. Creo que estamos todos de acuerdo en que la farmacia de principios del siglo xxi no tiene nada que ver con la de principios del siglo xx, ni tampoco con la que yo conocí cuando me instalé como farmacéutico hace 30 años. El gran desafío del farmacéutico es demostrar su profesionalidad, algo indispensable para llegar a ser un verdadero consejero de salud y protagonista en la salud pública. El conocimiento se amplía cada vez más y nadie puede vanagloriarse de saberlo todo. En medicina, por ejemplo, a principios de siglo sólo existían unas cuantas especialidades, pero en la actualidad cada especialidad se subdivide en numerosas subespecialidades. Dejemos, pues, la farmacia en manos de los farmacéuticos, que son los verdaderos especialistas del medicamento. También es preciso que en la cadena de salud aprendamos a trabajar unos con otros y no unos contra otros. Creo que éste es el gran reto de los años venideros.

«Es preciso que en la cadena de salud aprendamos a trabajar unos con otros y no unos contra otros»

Por último, ¿qué opina de la prensa profesional y de las funciones que realiza como puente de unión entre los laboratorios y los farmacéuticos de oficina?

Con la perspectiva de mantener un alto nivel de profesionalidad, es importante que el farmacéutico tenga a su disposición las herramientas necesarias para su formación y para la actualización de sus conocimientos. Por supuesto, existe la formación continuada en todas sus facetas, pero también es importante la prensa profesional. La cuestión para el lector farmacéutico es saber seleccionar la información más adecuada a sus necesidades.

Las revistas aportan a los farmacéuticos la información necesaria para poner al día sus conocimientos e informarse sobre las novedades del mercado farmacéutico. Personalmente, sólo leo con atención dos revistas: una de contenido político, necesaria para desempeñar mi cargo, y otra de contenido farmacéutico que la profesionalidad me exige. El resto sólo las hojeo y selecciono algún artículo de interés.

Biografía profesional

Jean-Etienne Martineau nació en París el 14 de julio de 1947. Se licenció en Farmacia el año 1972, en la Facultad de Medicina y Farmacia de Limoges, en la que se doctoró en 1983. Fue Vicepresidente del Sindicato de Farmacéuticos de la Haute-Vienne antes de acceder a la Presidencia de 1985 a 1996, fecha en la que fue elegido Secretario General de la Federación de Sindicatos Farmacéuticos de Francia, organización sindical que en la actualidad tiene más de 11.000 afiliados. Es miembro del consejo Superior de la Farmacia, desempeña las funciones de Juez en el Tribunal de Comercio y preside la Región Consular Limousin-Auvergne, que agrupa los once Tribunales de Comercio de la región. Como Secretario General de la Federación de Sindicatos Farmacéuticos de Francia se encarga de las relaciones con los Sindicatos departamentales, los expedientes sobre apertura y traspasos de farmacias y la relación con los farmacéuticos de otros países. Desde 1974 es titular de una oficina de farmacia en Limoges.

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