Buscar en
Neurología
Toda la web
Inicio Neurología ¿Qué preguntar, cómo explorar y qué escalas usar en el paciente con cefalea?...
Información de la revista
Vol. 37. Núm. 7.
Páginas 564-574 (Septiembre 2022)
Visitas
28762
Vol. 37. Núm. 7.
Páginas 564-574 (Septiembre 2022)
Revisión
Open Access
¿Qué preguntar, cómo explorar y qué escalas usar en el paciente con cefalea? Recomendaciones del Grupo de Estudio de Cefalea de la Sociedad Española de Neurología
Headache: What to ask, how to examine, and which scales to use. Recommendations of the Spanish Society of Neurology's Headache Study Group
Visitas
28762
A.B. Gago-Veigaa,
Autor para correspondencia
dra.anagago@gmail.com

Autora para correspondencia.
, J. Camiña Muñizb, D. García-Azorínc, V. González-Quintanillad, C.M. Ordáse, M. Torres-Ferrusf,g, S. Santos-Lasaosah, J. Viguera-Romeroi, P. Pozo-Rosichf,g
a Unidad de Cefaleas, Servicio de Neurología, Instituto de Investigación Sanitaria Princesa, Hospital Universitario de la Princesa, Madrid, España
b Servicio de Neurología. Clínica Rotger y Hospital Quirónsalud Palmaplanas, Grupo Quirónsalud, Palma de Mallorca, España
c Unidad de Cefaleas, Servicio de Neurología, Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid, España
d Unidad de Cefaleas, Servicio de Neurología, Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander, España
e Servicio de Neurología, Hospital Universitario Rey Juan Carlos, Móstoles, Madrid, España
f Unidad de Cefalea, Servicio de Neurología, Hospital Universitari Vall d’Hebron, Barcelona, España
g Grupo de Investigación en Cefalea, VHIR, Universitat Autònoma Barcelona, Barcelona, España
h Unidad de Cefaleas, Servicio de Neurología, Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España
i Unidad Gestión Clínica de Neurología, Hospital Virgen Macarena, Sevilla, España
Ver más
Este artículo ha recibido

Under a Creative Commons license
Información del artículo
Resumen
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Figuras (1)
Resumen
Introducción

La cefalea es el motivo de consulta neurológico más prevalente en los distintos niveles asistenciales, donde la anamnesis y exploración son primordiales para realizar un diagnóstico y tratamiento adecuados. Con la intención de unificar la atención de esta patología, el Grupo de Estudio de Cefalea de la Sociedad Española de Neurología (GECSEN) ha decidido elaborar unas recomendaciones consensuadas para mejorar y garantizar una adecuada asistencia en atención primaria, urgencias y neurología.

Metodología

El documento es práctico, sigue el orden de la dinámica de actuación durante una consulta: anamnesis, escalas que cuantifican el impacto y la discapacidad y exploración. Además, finaliza con pautas para realizar un seguimiento adecuado y un manejo de las expectativas del paciente con el tratamiento pautado.

Conclusiones

Esperamos ofrecer una herramienta que mejore la atención al paciente con cefalea para garantizar una asistencia adecuada y homogénea a nivel nacional.

Palabras clave:
Cefalea
Anamnesis
Exploración
Escalas
Educación
Diario electrónico
Abstract
Introduction

Headache is the most common neurological complaint at the different levels of the healthcare system, and clinical history and physical examination are essential in the diagnosis and treatment of these patients. With the objective of unifying the care given to patients with headache, the Spanish Society of Neurology's Headache Study Group (GECSEN) has decided to establish a series of consensus recommendations to improve and guarantee adequate care in primary care, emergency services, and neurology departments.

Methods

With the aim of creating a practical document, the recommendations follow the dynamics of a medical consultation: clinical history, physical examination, and scales quantifying headache impact and disability. In addition, we provide recommendations for follow-up and managing patients’ expectations of the treatment.

Conclusions

With this tool, we aim to improve the care given to patients with headache in order to guarantee adequate, homogeneous care across Spain.

Keywords:
Headache
Clinical history
Examination
Scales
Education
Electronic diary
Texto completo
Introducción

La cefalea es uno de los motivos de consulta más frecuentes en neurología por lo que es prioritario que los médicos que van a atender a pacientes con este síntoma dominen su diagnóstico y abordaje terapéutico.

Realizar una adecuada anamnesis y exploración es fundamental1,2, dado que desde la primera visita y sin necesidad de realizar ninguna exploración complementaria podemos llegar a un diagnóstico correcto, y así empezar un tratamiento adecuado.

Con el objetivo de asegurar una atención médica adecuada al paciente con cefalea, unificar nuestra práctica clínica y garantizar una equidad en la atención a nuestros pacientes, desde el Grupo de Estudio de Cefalea (GECSEN) hemos elaborado estas recomendaciones consensuadas con el objetivo de sistematizar la anamnesis, exploración, valoración y seguimiento que se realiza a un paciente que acude con cefalea.

Se ha incluido una tabla resumen para facilitar su uso en ámbitos tan diferentes como atención primaria, urgencias o consultas de neurología que son los lugares donde se atienden a pacientes con cefalea. Siguiendo en la línea de otras publicaciones del grupo, desde la Junta de GECSEN se ha invitado a neurólogos jóvenes con experiencia en cefaleas a redactar este consenso, basado en la práctica habitual y en una búsqueda actualizada bibliográfica.

Anamnesis

La anamnesis debe recoger el motivo de consulta y la enfermedad actual (centrada en las características del dolor y del paciente)3.

Motivo de consulta

El motivo de consulta incluye la edad, el curso clínico de la cefalea concretando el inicio y evolución e historia previa de cefalea. En urgencias además debe recogerse la razón por la que se consulta de forma urgente3.

Enfermedad actualAnamnesis dirigida a las características del dolor

Es esencial que el paciente inicialmente describa de forma espontánea cómo es su dolor de cabeza. El tiempo empleado por los pacientes en su exposición suele ser breve, entre 1-2min4,5. Tras esto se debe iniciar la anamnesis dirigida y estructurada (tabla 1), abordando los siguientes apartados6:

Tabla 1.

Esquema de los puntos clave que han de ser interrogados en la anamnesis dirigida a las características del dolor del paciente con cefalea

Características temporales 
Edad de inicio 
Instauración: súbita, gradual, tiempo hasta el acmé 
Frecuencia: diaria, semanal, mensual/alternancia crisis-remisiones 
Duración: segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años 
Horario: matutina, vespertina, nocturna, hora fija/ritmo circadiano y/o estacional 
Remisión: brusca, progresiva, permanece desde el inicio 
Cualidad 
Pulsátil, terebrante, urente, lancinante, opresiva 
Intensidad 
Leve, moderada o intensa 
Incompatibilidad con la vida diaria 
Despierta por la noche 
Localización 
Focal, hemicraneal, holocraneal 
Frontal, occipital, en vértex, en «banda», orbitaria 
Cambios de localización durante la evolución 
Factores desencadenantes o agravantes 
Estrés 
Patrón del sueño 
Ejercicio físico 
Factores hormonales (menstruación, anticonceptivos) 
Dietas, alcohol 
Cambios atmosférico 
Maniobras de Valsalva (tos, coito…) 
Cambios posturales 
Movimientos cefálicos 
Tacto sobre la «zona gatillo» 
Factores atenuantes 
Medicamentos, descanso/dormir, posición decúbito 
Síntomas acompañantes y momento de aparición (previo al dolor/ durante/ posteriormente) 
Náuseas/vómitos 
Sono/foto/osmofobia 
Fotopsias, escotomas, hemianopsia, diplopía 
Hemiparesia/hemidisestesia 
Inestabilidad, vértigo 
Afasia 
Síntomas disautonómicos 
Confusión/crisis comiciales/fiebre 
Síntomas constitucionales/claudicación mandibular 
Características temporales.

Es un punto fundamental saber si el inicio fue brusco o insidioso y si, al valorar el curso evolutivo, nos encontramos ante un proceso agudo (menos de 72h), subagudo (entre 72h y 3 meses), o crónico (más allá de 3 meses). Debemos evaluar la duración del episodio, si es continuo y/o paroxístico, y en este último caso se definirá su duración aproximada. La patocronia es de las características que más ayuda con el diagnóstico diferencial. La frecuencia también nos orienta a evaluar la discapacidad del paciente y el tipo de tratamiento que debemos indicar. Finalmente, existen cefaleas que tienen un claro ritmo circadiano como la cefalea en racimos.

Cualidad del dolor

Pulsátil (latido)/opresivo (presión o tensión)/punzante (tipo pinchazo)/terebrante (perforante)/ eléctrico.

Si bien es cierto que el dolor en la migraña suele percibirse como pulsátil, en la cefalea tensional como opresiva, en la cefalea en racimos como terebrante, en las neuralgias epicraneales como urente y continuo y en las neuralgias de tronco principal y en el SUNCT/SUNA como eléctricas, se debe tener en cuenta que este criterio no es por sí mismo decisivo para el diagnóstico y se ha de atender cuidadosamente al resto de las características del dolor. En un buen número de casos los pacientes no encuadran el tipo dolor en ninguna de estas categorías6.

Intensidad

Escala numérica7: 0 (ausencia de dolor) y 10 (el dolor más insoportable imaginable). Considerando dolor leve 1-3, moderado 4-6 y grave 7-10.

El dolor es una experiencia subjetiva y asimismo su intensidad, por lo que es importante su valoración y comparación evolutiva intrasujeto. Hay que tener en cuenta que, salvo en el caso de la cefalea en trueno, en la mayoría de las ocasiones la intensidad del dolor no se correlaciona con la gravedad de la causa que la genera8.

Localización.

  • Circunscrito/unilateral/holocraneal/territorio de inervación de un nervio

  • Irradiación

Es muy importante que el paciente delimite con exactitud el lugar de inicio del dolor y su posible extensión a zonas circundantes, así como la variación o migración del mismo a otras regiones craneales, faciales o cervicales. De esta manera, un dolor que se inicia y permanece unilateral sin sobrepasar nunca la línea media tiene una consideración diferente a un dolor que se inicie de forma similar pero que se extienda holocranealmente o que alterne de lado, así como otro que se mantenga circunscrito a un área circular o elíptica, o aquel que coincida con el territorio de un nervio determinado6.

Factores desencadenantes o agravantes

La cefalea en racimos puede desencadenarse por el uso de alcohol o fármacos vasodilatadores. Las maniobras de Valsalva desencadenan o empeoran cefaleas secundarias, pero existen también cefaleas primarias que ocurren típicamente en estas situaciones, como la cefalea asociada con la tos, con el ejercicio físico o con la actividad sexual. La cefalea hípnica aparece exclusivamente en relación con el sueño. La cefalea por hipotensión de líquido cefalorraquídeo ocurre típicamente con el ortostatismo y mejora en decúbito, al contrario que las cefaleas por hipertensión intracraneal. El movimiento cefálico empeora cefaleas como la migraña o la cefalea cervicogénica. La palpación en la zona de emergencia de ramas terminales puede precipitar ataques de neuralgias en sus territorios correspondientes.

Factores atenuantes.

Los factores atenuantes son los que mejoran el dolor, como por ejemplo el tipo de tratamiento y la respuesta al mismo o la posición que nos pueden orientar sobre el tipo de cefalea. Por ejemplo el uso de la indometacina en la hemicránea que es diagnóstico si el paciente mejora o el decúbito que suele aliviar característicamente la cefalea por hipotensión intracraneal.

Síntomas acompañantes.

La presencia de sono-fotofobia y náuseas es un elemento habitual en una crisis de migraña aunque también puede aparecer en cefaleas secundarias. La osmofobia y las alteraciones del gusto pueden ser incluso más específicas9 de esta patología. La aparición de síntomas de focalidad transitorios (escotomas, espectros de fortificación, síndromes sensitivos o del lenguaje progresivos y autolimitados e instaurados de forma progresiva) compatibles con aura migrañosa típica y de síntomas premonitorios como astenia, rigidez nucal, hiperfagia o bostezos eleva el grado de certidumbre diagnóstica10,11. Debemos preguntar también por signos y síntomas autonómicos oculofaciales ipsilaterales al lado del dolor; en el contexto clínico adecuado orienta al diagnóstico de cefalea trigémino-autonómica aunque, sin ser de una forma tan característica, también se han descrito asociados a una cefalea de tipo migrañoso. Las cefaleas secundarias se pueden acompañar de síntomas de focalidad neurológica, nivel de conciencia, síndrome febril o crisis epilépticas. La hipertensión intracraneal puede manifestarse con acúfenos o fenómenos de oscurecimiento visual transitorio. La arteritis de células gigantes puede asociarse a cuadro constitucional y reumatológico así como a claudicación mandibular.

Inicialmente, debemos descartar la presencia de cefaleas secundarias basándonos en la presencia de signos y/o síntomas del propio dolor y también de las características clínicas asociadas a la cefalea (ver tabla 2).

Tabla 2.

Signos y síntomas de alarma que pueden indicar la presencia de una cefalea secundaria

  Tipo de signos/síntomas de alarma 
Según características del dolor  Inicio brusco o explosivo±asociado a esfuerzo o ValsalvaInicio reciente con aumento progresivo en intensidad o frecuenciaCambio llamativo y reciente en características de una cefalea previaAumento progresivo en intensidad y/o frecuencia con pérdida de respuesta a analgésicos previamente efectivosEmpeoramiento claro y consistente con los cambios posturalesCefalea que despierta por la nocheLocalización unilateral estricta 
Según características clínicas  Inicio>50 años, especialmente si asociado a cuadro reumático, claudicación mandibular o síndrome constitucionalPresencia de neoplasia y/o inmunodepresiónRiesgo de hemorragia aumentado (p. ej., en tratamiento con anticoagulantes)Asociación a fiebre sin foco, especialmente en presencia de síndrome meníngeoPresencia de vómitos no explicables por cefalea primaria (migraña) o en escopetazoFocalidad neurológicaCefalea asociada a crisis epilépticaPresencia de una alteración visual sugerente de papiledema 

Sin embargo, hay algunos signos y/o síntomas que pueden indicar la presencia tanto de una cefalea primaria como de una secundaria (ver tabla 3).

Tabla 3.

Síntomas y signos que pueden estar presentes tanto en una cefalea primaria como secundaria

Síntoma/signo  Cefalea primaria  Cefalea secundaria 
Pulsatilidad, empeoramiento con el Valsalva, náuseas y/o vómitos  Migraña  MeningitisCrisis HTA/PRESTrombosis cerebral de senos venosos 
Aura visual atípica  Migraña con aura  IctusSíndrome HaNDL 
Ptosis, miosis  CefaleasTrigeminoautonómicas  Disección carotídeaSíndromes del seno cavernoso 
Dolor orbitario, ojo rojo, alteraciones pupilares  CefaleasTrigeminoautonómicas  Glaucoma de ángulo cerradoUveítisSíndromes del seno cavernoso 
Holocraneal, opresiva, intensidad leve o moderada  Cefalea de Tensión  Muy inespecífica. Múltiples procesos. 
Dolor en región temporal  Síndrome miofascial  Arteritis de la temporalPatología de la ATM 
Cefalea que despierta exclusivamente durante la noche  Cefalea hípnica  HTA nocturna 

ATM: articulación temporomandibular; HaNDL: cefalea y déficit neurológico transitorio con pleocitosis linfocitaria en líquido cefalorraquídeo; HTA: hipertensión arterial; PRES: encefalopatía posterior reversible.

Adaptada de Irimia3.

Anamnesis dirigida a las características del paciente

En esta parte de la anamnesis se deben abordar los siguientes aspectos (tabla 4):

Tabla 4.

Esquema de los puntos claves que han de ser interrogados en la anamnesis dirigida del paciente con cefalea

Antecedentes personales 
Alergias medicamentosas 
Factores de riesgo vascular 
Hábitos tóxicos 
Patología craneofacial (ATM…) 
Patología cardíaca/asma/nefrolitiasis/glaucoma 
Alteraciones anímicas 
Alteraciones del sueño (somnolencia, insomnio, bruxismo, SAHS) 
Traumatismos craneoencefálicos 
Fase del ciclo menstrual y periodo reproductivo. Toma de ACO 
Antecedentes familiares 
Aspectos sociales 
Tipo de trabajo-horarios 
Número de hijos y situación socioeconómica 
Factores de cronificación 
Uso excesivo de medicación 
Índice de masa corporal 
Alteración anímica 
Alteración del ritmo del sueño 
Consumo de cafeína 
Estrés crónico 
Sedentarismo 
Medicación 
Tratamientos actuales/previos 
Dosis máxima alcanzada/duración 
Efectividad/efectos adversos 

ACO: anticonceptivos orales; SAHS: síndrome de apnea-hipopnea del sueño.

Antecedentes personales.

Es importante conocer los antecedentes del paciente, ya que pueden estar influyendo en su cefalea, como por ejemplo un síndrome de apnea-hipopnea. A su vez, condicionan el uso de los tratamientos que podemos utilizar, ya que algunos de ellos pueden agravar una patología basal del paciente (como puede ser la toma de flunarizina, que empeora la depresión y con frecuencia produce aumento de peso) y, en otras ocasiones, pueden ayudarnos a elegir un tratamiento que nos permita un efecto dual, por ejemplo si el paciente es hipertenso, tenderemos a utilizar un betabloqueante, lisinopril o candesartán para su dolor.

Antecedentes familiares de cefalea.

Se debe interrogar acerca de la presencia de cefaleas similares a las que sufre el paciente, sobre todo en familiares cercanos. Un ejemplo de cefalea primaria que afecta a varios miembros de la misma familia es la migraña, donde la carga hereditaria se estima en un 40-60%, mayor en la migraña con aura, por lo que los familiares tienen un incremento del riesgo relativo en comparación con la población general12. La cefalea tensional también tiende a distribuirse en grupos familiares, sobre todo en su forma crónica13. En muchos casos de cefalea en racimos está descrita historia familiar incluso de migraña, y hay un incremento del riesgo en familiares de primer grado14.

Aspectos sociales.

Debemos interrogar sobre si existe o ha existido una situación de estrés o conflicto como factor precipitante de la cefalea, sobre todo de la forma crónica. En ocasiones, problemas familiares, personales, sociales o laborales interfieren en la forma de presentación de las cefaleas6. Y viceversa, el propio dolor puede generar importante discapacidad al paciente, sobre la que también debemos interrogar, así como su posible repercusión en su estado anímico y rendimiento cognitivo.

Factores de cronificación.

Se debe interrogar sobre los factores que pueden conducir a un cambio de frecuencia e incluso, a la aparición de una cefalea crónica15,16. Los más habituales están indicados en la tabla 4.

Medicación.

Es útil conocer las medicaciones utilizadas para el control de la cefalea y cuáles son, entre ellas, a las que mejor respondió y a las que no lo hizo (donde es importante investigar dosis máxima alcanzada y periodo real de tratamiento). También se debe valorar el consumo de fármacos que pueden producir cefalea. Entre los fármacos que pueden empeorar el curso clínico de la migraña destacan los tratamientos con terapia hormonal sustitutiva, los anticonceptivos orales, la vitamina A y los derivados del ácido retinoico. Tanto la migraña como la cefalea en racimos se agravan por el consumo de vasodilatadores como nitritos, minoxidil o el nifedipino. Además, no debe olvidarse que la utilización crónica de medicamentos con opiáceos, barbitúricos, cafeína, ergotamínicos o la combinación de estos puede provocar cefaleas de rebote o de retirada17. También es importante preguntar por el uso de anticoagulantes orales dado el riesgo de cefaleas secundarias o de cara a la realización de técnicas en consultas.

Escalas recomendadas

Los instrumentos que presentamos son autoaplicados y con versiones validadas al español para adultos y pueden ser útiles tanto en la práctica clínica habitual como en investigación clínica. El objetivo es cuantificar la discapacidad, el impacto, las comorbilidades y otras variables de interés en cefalea, permitiendo medir la mejoría o empeoramiento.

Evaluación de discapacidad

El Cuestionario de Discapacidad de la Migraña (Migraine Disability assessement o MIDAS)18 es una escala ampliamente validada y traducida a múltiples lenguas. Se compone de 5 ítems que evalúan la reducción en el rendimiento en trabajo o escuela, trabajo doméstico y actividades sociales durante los últimos 3 meses. La puntuación final indica el nivel de discapacidad en 4 grados. Más recientemente, y con el fin de caracterizar mejor la discapacidad relacionada las migrañas crónicas, el grado iv se ha subdividido en A y B.

Otra herramienta de medida de impacto funcional de la cefalea es el Test de Impacto de la Cefalea (Headache Impact Test o HIT-6)19. Consta de 6 ítems que evalúan la frecuencia de cefalea intensa, la limitación de las actividades diarias (incluyendo el trabajo, escuela y ámbito social), deseo de acostarse en la cama, fatiga, irritabilidad y dificultad de concentración. Esta escala también es útil para la valoración de respuesta al tratamiento, ya que una disminución de 2 o 3 puntos en la escala HIT-6 tras 4 semanas de tratamiento se correlacionó con mejoría clínica significativa. Además, también puede ser utilizada para la valoración de pacientes con migraña crónica o cefalea crónica diaria.

Por último, el Cuestionario para el Deterioro de la Actividad y la Productividad Laboral (Work Productivity and Activity Impairment Questionnaire o WPAI)20 consta de 6 ítems y evalúa la discapacidad sobre las actividades diarias y su productividad laboral. Aunque no es específico, existe una versión adaptada para cefalea y dolor.

Evaluación de la calidad de vida

Además de la disminución de la discapacidad, la mejora en la calidad de vida también se ha utilizado para evaluar la respuesta a determinados tratamientos e intervenciones en cefalea. El Cuestionario de calidad de vida específico de la migraña (Migraine-Specific Quality of Life Questionnaire o MSQ)21 es un cuestionario específico para migraña ideado para evaluar las limitaciones en la calidad de vida y el efecto de los tratamientos. Se estructura en 3 dominios que evalúan la reducción o prevención en socialización, actividades relacionadas con el trabajo y las emociones relacionadas con la migraña. La versión 2.1 mejoró su contenido para una mayor claridad y se acortó para facilitar la administración.

Aunque no es específico de cefalea, el instrumento más ampliamente utilizado para valoración de calidad de vida es el cuestionario de Salud SF-36 (Short Form 36)22 que explora función física, rol físico, dolor corporal, salud general, vitalidad, función social, rol emocional y salud mental a partir de 36 preguntas con referencia a las 4 últimas semanas. Existe una versión reducida de este cuestionario, el SF-1223, que cubre las 8 dimensiones pero no permite obtener puntuaciones específicas para cada una.

Otra escala ampliamente utilizada pero no específica de migraña es el Cuestionario Europeo de Calidad de vida en 5 dimensiones (European Quality of Life-5 Dimensions o EQ-5D)24, que valora la calidad de vida relacionada con la salud. Consta de una primera parte que, en 5 preguntas, cubre 5 dimensiones: movilidad, autocuidado, actividades habituales, dolor y/o malestar y ansiedad y/o depresión. La segunda parte es la Escala Visual Analógica donde el paciente puntúa su salud entre 0 y 100.

Evaluación de comorbilidades psiquiátricas

Es útil disponer de herramientas para el cribado o valorar la necesidad de tratamiento de los trastornos psiquiátricos asociados a la cefalea. La Escala de Ansiedad y Depresión hospitalaria (Hospital Anxiety and Depression Scale o HADS)25 es una herramienta indicada para el screening de ansiedad y depresión. Consta de 14 ítems, 7 que valoran ansiedad (HAD-A) y 7 más que valoran depresión (HAD-D). A partir de la puntuación final se establecen 3 categorías: normal, «borderline» o patológico.

En cuanto a los síntomas depresivos, el Inventario de depresión de Beck (Beck Depression Inventory o BDI-II)26 es un cuestionario de 21 preguntas que cubre los criterios diagnósticos de depresión del DSM-IV (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) más indicado para valorar gravedad de la enfermedad. Cada ítem se valora de 0 a 3, y la puntuación total se divide en 4 categorías: ausente o mínima, leve, moderada o grave. El Cuestionario sobre la Salud del Paciente-9 (9-item Patient Health Questionnaire o PHQ-9)27 puede ser útil para diagnóstico, monitorizar la intensidad de los síntomas depresivos y la respuesta al tratamiento. Se construye sobre 9 ítems valorados de 0 a 3, estableciendo gracias a la puntuación final en 3 categorías: no patología, trastorno depresivo menor o trastorno depresivo mayor.

Para la evaluación de ansiedad el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (State-Trait Anxiety Inventory o STAI)28 mide la presencia y severidad de síntomas de ansiedad. Se construye con 2 subescalas de 20 preguntas: la escala «estado» pregunta sobre el estado actual («en este momento») y la escala «rasgo» valora más la propensión («en general»). Por último, el Inventario de Ansiedad de Beck (Beck Anxiety Inventory o BAI)29 es un cuestionario de 21 ítems que valora los síntomas somáticos de la ansiedad, útil para el cribado de esta patología.

Otros instrumentos

En la evaluación de un paciente con cefalea nos puede interesar cuantificar otros síntomas o comorbilidades que pueden influir en el funcionamiento diario del paciente. Aunque no es el objetivo de este trabajo revisarlas todas, en la tabla 5 se resumen algunas de las de mayor utilidad30–35.

Tabla 5.

Resumen de las principales escalas autoaplicadas para evaluar al paciente con cefalea

  Uso  Específico  Ítems  Tiempo 
Discapacidad
MIDAS  Laboral, doméstica, social  Migraña  5 (+2)  <5min 
HIT-6  Actividad diaria  Migraña  <5min 
WPAI  Actividad diaria y laboral  No específico  <5min 
Calidad de vida
MSQ  Limitaciones vida  Migraña  14  5min 
SF-36  Estado salud general  No específico  36  10min 
SF-12  Estado salud general  No específico  12  <5min 
EQ-5D  Relacionada con salud  No específico  <5min 
Comorbilidad psiquiátrica
HADS  Cribado ansiedad/depresión  No específico  14  <5min 
BDI-II  Grado depresión  No específico  21  5-10min 
PHQ-9  Cribado y grado depresión  No específico  <5min 
STAI  Grado ansiedad  No específico  40  10min 
BAI  Cribado ansiedad  No específico  21  5-10min 
Otros
Short IPAQ  Actividad física  No específico  5-10min 
PSQI  Calidad de sueño  No específico  19  5-10 min 
ISI  Insomnio  No específico  <5min 
PSS  Estrés percibido  No específico  14  5-10min 
ASC-12  Alodinia  Migraña  12  5min 
CPAS  Síntomas autonómicos  Migraña  <5min 

ASC-12: Allodynia Symptom Checklist; BAI: Beck Anxiety Inventory; BDI-II: Beck Depression Inventory; CAPS: cranial autonomic parasympathetic symptoms; EQ-5D: European Quality of Life-5 Dimensions; HADS: Hospital Anxiety and Depression Scale; HIT-6: Headache Impact Test; IPAQ: International physical activity questionnaire; ISI: Insomnia Severity Index; MIDAS: Migraine Disability assessement; MSQ: Migraine-Specific Quality of Life Questionnaire; PHQ-9: 9-item Patient Health Questionnaire; PSQI: Pittsburg Sleep Quality Index; PSS: Perceived Stress Scale; SF: Short Form; STAI: State-Trait Anxiety Inventory; WPAI: Work Productivity and Activity Impairment Questionnaire.

Exploración del paciente con cefalea

La exploración debe ser sistemática e incluir una exploración neurológica general y una específica de la zona craneal (tabla 6).

Tabla 6.

Esquema de los puntos clave a realizar durante la exploración del paciente con cefalea

Exploración general 
Exploración craneofacial 
Fundoscopia 
Inspección 
Cambios en el trofismo/coloración 
Signos trigémino-autonómicos 
Palpación 
Alodinia/zonas de hipo-/hiperalgesia 
Nervios pericraneales: supra-/infraorbitario, GON, LON, mentoniano, supra-/infratroclear, lacrimal, auriculotemporal 
Tenderness test 
Región troclear 
Senos paranasales 
Músculos craneocervicales: Valorar puntos gatillo 
Articulación temporomandibular 
Pulso temporal 
Test de flexión-rotación 

GON: nervio occipital mayor (greater occipital nerve); LON: nervio occipital menor (lesser occipital nerve).

Exploración general

Se debe prestar especial atención a los signos que pueden presentarse en las cefaleas secundarias como la presencia de signos meníngeos o focalidad neurológica.

Exploración craneofacialFundoscopia

Se debe realizar SIEMPRE. Es de especial relevancia identificar la papila o disco óptico, ubicado hacia el lado nasal, de un tamaño aproximado de 1,5cm, de color rosado pálido, con forma circular y bordes definidos. Verificar la salida de los vasos y la pulsación venosa e identificar exudados y hemorragias.

Debemos valorar la presencia de edema o palidez de papila. El término de papiledema hace referencia específicamente a una inflamación del disco óptico secundaria a un aumento de la presión intracraneal, pero no es la única causa de edema de papila y, por otro lado, también está descrito el síndrome de hipertensión intracraneal sin papiledema36. Observar pulso venoso es un signo adicional que nos indica una presión intracraneal inferior a 20cmH2O.

Inspección

Durante la inspección debemos valorar cambios en la coloración o en el trofismo (como en la cefalea numular) y valorar presencia de signos trigémino-autonómicos tales como hiperemia ocular, lagrimeo, ptosis, miosis, rinorrea. En ocasiones podemos encontrar datos en la exploración que sin ser plenamente específicos son altamente sugestivos, como la asimetría exploratoria en una hemicránea continua.

Palpación

  • Valoración de la alodinia craneal haciendo una palpación suave, en la región parietal. A continuación, compararemos puntos simétricos contralaterales para descubrir zonas de menor sensibilidad o de hiperalgesia.

  • Nervios pericraneales: Siempre tras descartar una alodinia craneal difusa. Aquellos que son evaluados de manera más habitual son:

  • Nervio supraorbitario: Emerge a través de su escotadura, en el tercio medio ciliar37.

  • Nervio infraorbitario: Siguiendo una línea recta en el plano vertical desde el supraorbitario por el arco cigomático38.

  • Nervio occipital mayor: Situándonos en la región posterior del cráneo y trazando una línea imaginaria entre el occipucio y la mastoides, este nervio emerge en la unión del tercio medio con el tercio medial. Normalmente es fácil localizar de forma precisa su trayecto, realizando presión firme en dicha línea y solicitando al paciente que refiera el punto de máximo dolor39.

  • Nervio occipital menor: Situado lateralmente al nervio occipital mayor.

  • Otros: mentoniano, supra- e infratrocleares, lacrimal y auriculotemporal40.

Es recomendable emplear algún dedo como punto de apoyo, generalmente el segundo y tercero, mientras ejercemos una presión de intensidad creciente en el trayecto del nervio. Este apoyo es importante para evitar el deslizamiento y la introducción accidental del dedo en el globo ocular. Un dato clínico que suele indicar la presencia de hipersensibilidad de un nervio es el signo del respingo, en el cual el paciente, además de quejarse, realiza un movimiento cefálico y/o corporal tratando de alejarse de la presión. Hemos de tener en cuenta también, que incluso en la población sana, si se presiona sobre un nervio, el sujeto experimentará una sensación desagradable e incluso dolorosa. Adicionalmente esta parte de la exploración también nos permite plantear opciones terapéuticas como el bloqueo anestésico41.

  • Tenderness test: Utilizado sobre todo en la cefalea tipo tensión, nos permite discriminar si hay hipersensibilidad pericraneal.

  • Región troclear: Ubicada de manera superior a la carúncula lagrimal, entre el globo ocular y el hueso frontal (fig. 1). Debemos valorar si existe una clara hipersensibilidad por palpación, exacerbada típicamente con las excursiones oculares verticales (las que demandan la acción del músculo oblicuo superior). Es importante matizar que la trocleítis es la inflamación de dicha región; concretamente de la polea del músculo oblicuo superior y consideramos trocleodinia al dolor típico de la región troclear pero sin demostración de proceso inflamatorio.

    Figura 1.

    Área de dolor referida por el paciente con afectación de la región troclear.

    (0,11MB).
  • Senos paranasales: Es importante tratar de diferenciar la palpación de un nervio de la palpación de los senos paranasales, ya que los nervios supratroclear y supraorbitario discurren en proximidad, siendo el dolor evocado de estos mucho más focalizado.

  • Palpación de los principales músculos craneocervicales: Debemos buscar si hay punto gatillo o «trigger point» que es un foco de irritabilidad en el músculo, el cual produce tanto dolor local como un patrón de dolor referido, en caso de encontrarse activo y puntos sensibles o «tender points» que son puntos extremadamente dolorosos a la palpación, que se caracterizan porque desencadenan en el paciente una clara respuesta de huída42. En aquellos pacientes con disfunción de la articulación temporomandibular es habitual encontrar puntos gatillo en la musculatura temporal y en maseteros. En estos pacientes, palpar la articulación temporomandibular y objetivar chasquido y dolor a su palpación, así como la visualización de un desgaste desproporcionado de las cúspides dentarias son datos que deben alertar ante un posible síndrome de disfunción de articulación temporomandibular.

  • Palpación del pulso temporal bilateral: Importante en el paciente anciano con sospecha de arteritis de la temporal.

Test de flexión-rotación

Se ha de realizar en aquellos pacientes en los que el dolor sea de predominio posterior. Nos colocaremos tras el sujeto en sedestación y tras una flexión cervical en el plano vertical de unos 10°, giraremos la cabeza en el plano horizontal, tratando de ver si el sujeto es capaz de realizar un giro de al menos 70° en ambas direcciones. La ausencia de asimetría o de la reproducción del dolor motivo de consulta descarta razonablemente una cefalea cervicogénica.

Recomendaciones para la educación del paciente, manejo de expectativas y seguimiento

Tras el explicar el tratamiento farmacológico, se darán unas recomendaciones claras para el seguimiento en domicilio con el uso de diarios y calendarios de cefaleas, y se realizará una educación sanitaria adecuada aclarando las dudas y manejando expectativas terapéuticas.

Diario y calendario de cefaleas

La diferencia entre ambos es que el diario registra de una forma más precisa la semiología de cada episodio de dolor del paciente (útil sobre todo al inicio de la valoración) y el calendario estudia la distribución cronológica, permitiendo identificar factores agravantes o evaluar la eficacia de los tratamientos preventivos, evitando el sesgo de recuerdo43–45.

Los puntos clave que han de marcarse son:

  • Días de dolor: diferenciar según intensidad entre leve/moderado/grave

  • Días de discapacidad

  • Días de uso de tratamiento sintomático (número comprimidos)

  • Menstruación

Se puede recomendar hacer un registro en papel (no siempre disponible, lo que puede implicar menor cumplimiento u olvidos) o electrónico. El desarrollo de las tecnologías de la información ha permitido disponer de herramientas digitales específicamente diseñadas para pacientes y médicos simultáneamente46. Existen también diarios de uso específico como aquellos que sirven para mejorar la descripción semiológica de las auras47 o la sintomatología posdrómica48. Su rentabilidad clínica es escasa, es necesario un entrenamiento a los pacientes, pero ayuda al diagnóstico diferencial en casos dudosos. Asimismo, gracias al uso de estas herramientas, se mejora la comunicación médico-paciente49-51.

Educación del paciente

Diversos estudios han mostrado que las intervenciones sobre la conducta son bien aceptadas por el paciente52 y que si se dirigían a mejorar la adherencia del tratamiento preventivo y el estilo de vida, producían mejores resultados clínicos53. En la tabla 7 mostramos unas recomendaciones «tipo» para ayudar en la educación del paciente de cefalea.

Tabla 7.

Medidas de educación para el paciente con migraña y otras cefaleas primarias

Medidas generales  Estrés 
Evitar desencadenantes  Técnicas de relajación 
Evitar estímulos molestos  Biofeedback 
Minimizar uso de pantallas  Intervención conductual 
Prevención del traumatismo craneal  Terapia cognitivoconductual 
Sueño  Ejercicio 
Horario de sueño regular  Aumento de actividad basal 
8h de sueño al día  Ejercicio aeróbico 
Cenar 4h antes de acostarse  Intensidad moderada 
Evitar los líquidos 2h antes de acostarse  Frecuencia regular 
Eliminar las siestas  Adaptada a condición física 
Evitar utilizar pantallas en la cama  Inicio progresivo 
Técnicas de visualización  Correcta hidratación 
Dieta  Sobrepeso y obesidad 
Dieta equilibrada variada y moderada  Medidas dietéticas 
5 comidas al día  Ejercicio físico 
Evitar ayuno prolongado  Terapia conductual 
Ingesta de agua 2,5l/día  Valorar tratamientos farmacológicos 
Menos de 2 cafés al día de forma regular  Valorar cirugía bariátrica 
Minimizar bebidas alcohólicas  Evitar fármacos que aumenten peso 
Tratamiento agudo  Tratamiento preventivo 
Individualizado  Medidas no farmacológicas 
Precoz  Cumplimiento diario 
Vía adecuada  Valorar eficacia a los 3 meses 
Repetir toma en caso de recidiva  Mantener 6-12 meses 
Tratamiento síntomas acompañantes  Advertir potenciales efectos adversos 
Acudir a urgencias si dolor refractario a tratamiento  Facilitar contacto con equipo médico 
Evitar opioides y combinaciones   
Evitar uso excesivo analgésicos   

Adaptada de Torres-Ferrus y Pozo-Rosich55.

A su vez y paralelamente al empoderamiento del paciente, las nuevas tecnologías de la información también le han permitido profundizar en su autocuidado. Los beneficios percibidos por los pacientes en las aplicaciones y páginas web para el seguimiento de enfermedades crónicas54 incluyen mayor autoconciencia, capacidad para compartir datos con el médico y su revisión histórica y mejor control de su enfermedad.

En la web existen varios tipos de recursos con información para pacientes en inglés pero algunos también en español como:

Aplicaciones para móviles que incluyen calendarios como MyMigraines y MyMigrainesPro (Guerrero-Peral et al.), que tiene además la posibilidad de visualización, en tiempo real, por el neurólogo responsable o la aplicación MigraineBuddy, que también ayuda a identificar posibles factores desencadenantes incluyendo los cambios atmosféricos de la ubicación del paciente.

El sitio web midolordecabeza.org (Pozo-Rosich et al.) es un espacio dedicado a la cefalea tanto para pacientes como para profesionales, que ofrece la posibilidad de realización de calendarios, seguimiento mediante escalas (que se pueden enviar al médico para optimizar la duración de la anamnesis), un foro para compartir experiencias y un blog con información de actualidad, llevado a cabo por especialistas. También pretender ser un punto de información sobre acceso a proyectos de investigación.

Otras páginas de educación para pacientes y médicos sobre la cefalea y otras patologías neurológicas son la web de neurodidacta.es o la web de neurowikia.es

Conclusiones

Una anamnesis y exploración rigurosa y sistemática son clave para poder llegar al diagnóstico y tratamiento adecuado en cefalea, sobre todo porque las exploraciones complementarias no son diagnósticas y solo ayudan a descartar algunas cefaleas secundarias. La formación en estos aspectos no es siempre la adecuada en atención primaria, servicios de urgencias, ni en neurología. Estas recomendaciones pretenden ser una guía que, si bien no sustituye una rotación específica en una unidad de cefaleas, esperamos pueda ofrecer las herramientas básicas para enfrentarse a la entrevista del paciente con cefalea de una manera holística y dirigida, sistematizando y unificando la atención de nuestros pacientes a nivel nacional.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Agradecimientos

A Esperanza González Perlado, por la autoría y belleza de su dibujo.

Bibliografía
[1]
S.D. Silberstein, R.B. Lipton, P.J. Goadsby.
Headache in clinical practice.
Isis Medical Media, (1998),
[2]
J.W. Lance, P.J. Goadsby.
Recording the patient́s case history.
Mechanism and management oh Headache, Butterworth Heinemann, (1999),
[3]
P. Irimia.
Anamnesis básica de la Cefalea en Urgencias.
Guía práctica diagnóstico terapéutica de la cefalea del adulto y el niño en urgencias, pp. 15-22
[4]
A. Cano, E. Palomeras, P. Sanz, C. Serrano, P. Fossas.
Explicación espontánea de las características de la cefalea por los pacientes.
Neurología, 17 (2002), pp. 449-493
[5]
W. Langewtiz, M. Denz, A. Keller, A. Kiss, S. Rüttimann, B. Wössmer.
Spontaneous talking time at start of consultation in outpatient clinic: Cohort study.
[6]
Morales Asín F. La historia clínica en cefaleas. En: Tratado de cefaleas. Madrid: Luzan 5, S.A. de Editores; 2009.
[7]
C.T. Hartrick, J.P. Kovan, S. Shapiro.
The numeric rating scale for clinical pain measurent: A ratio measure?.
Pain Pract, 3 (2003), pp. 310-316
[8]
F.J. Molina Martínez.
Aproximación diagnóstica al paciente con cefalea.
Migraña otras cefaleas. V, pp. 31-62
[9]
L. Kelman.
The place of osmophobia and taste abnormalities in migraine classification: A tertiary care study of 1237 patients.
Cephalalgia., 24 (2004), pp. 940-946
[10]
M.B. Russell, J. Olesen.
A nosographic analysis of the migraine aura in a general population.
Brain., 119 (1996), pp. 355-361
[11]
E. Quintela, J. Castillo, P. Muñoz, J. Pascual.
Premonitory and resolution symptoms in migraine: A prospective study in 100 unselected patients.
Cephalalgia., 26 (2006), pp. 1051-1060
[12]
E.J. Mulder, C. van Baal, D. Gaist, M. Kallela, J. Kaprio, D.A. Svensson, et al.
Genetic and environmental influences on migraine: A twin study across six countries.
Twin Res, 6 (2003), pp. 422-431
[13]
M.B. Russell, S. Ostergaard, L. Bendtsen, J. Olesen.
Familial occurrence of chronic tension-type headache.
[14]
L. Leone, M. Russell, M.B. Rigamonti, A. Attanasio, A. Grazzi, L. D’Amico, et al.
Increased familial risk of cluster headache.
Neurology., 56 (2001), pp. 1233-1236
[15]
E.A. Macgregor, J.D. Rosenberg, T. Kurth.
Sex-related differences in epidemiological and clinic-based headache studies.
[16]
S. Ashina, D. Serrano, R.B. Lipton, M. Maizels, A.N. Manack, C.C. Turkel, et al.
Depression and risk of transformation of episodic to chronic migraine.
J Headache Pain., 13 (2012), pp. 615-624
[17]
G.D. Solomon, T.G. Lee, C.S. Solomon.
Manual clínico sobre la migraña.
2.a ed., Science Press Ltd, (1998),
[18]
W.F. Stewart, R.B. Lipton, J. Whyte, A. Dowson, K. Koloner, J.N. Liberman, et al.
An international study to assess reliability of the Migraine Disability Assessment (MIDAS) SCORE.
Neurology, 53 (1999), pp. 988-994
[19]
M. Kosinski, M.S. Bayliss, J.B. Bjorner, J.E. Ware, W.H. Garber, A. Batenhorst, et al.
A six-item short-form survey for measuring headache impact: the HIT-6.
Qual Life Res, 12 (2003), pp. 963-974
[20]
M.C. Reilly, A.S. Zbrozek, E.M. Dukes.
The validity and reproducibility of a work productivity and activity impairment instrument.
Pharmacoeconomics, 4 (1993), pp. 353-365
[21]
Martin BC, Pathak DS, Sharfman MI, Adelman JU, Taylor F, Kwong WJ, et al. Validity and reliability of the migraine-specific quality of life questionnaire (MSQ Version 2.1). Headache. 2000; 40: 204-215.
[22]
J.E.J. Ware, C.D. Sherbourne.
The MOS 36-item short-form health survey (SF-36) I. Conceptual framework and item selection.
Me Care, 30 (1992), pp. 473-483
[23]
J.J. Ware, M. Kosinski, S.D. Keller.
A 12-Item Short-Form Health Survey: Construction of scales and preliminary tests of reliability and validity.
[24]
EuroQol Group.
EuroQol--a new facility for the measurement of health-related quality of life.
Health Policy, 16 (1990), pp. 199-208
[25]
A.S. Zigmond, R.P. Snaith.
The hospital anxiety and depression scale.
Acta Psychiatr Scand, 67 (1983), pp. 361-370
[26]
A.T. Beck, C.H. Ward, M. Mendelson, J. Mock, J. Erbaugh.
An inventory for measuring depression.
Arch Gen Psychiatry, 4 (1961), pp. 561-571
[27]
R.L. Spitzer, K. Kroenke, J.B. Williams.
Validation and utility of a self-report version of PRIME-MD: The PHQ primary care study Primary Care Evaluation of Mental Disorders. Patient Health Questionnaire.
JAMA, 282 (1999), pp. 1737-1744
[28]
N.V. Ramanaiah, M. Franzen, T. Schill.
A psychometric study of the State-Trait Anxiety Inventory.
J Pers Assess, 47 (1983), pp. 531-535
[29]
A.T. Beck, N. Epstein, G. Brown, R.A. Steer.
An inventory for measuring clinical anxiety: Psychometric properties.
J Consult Clin Psychol, 56 (1988), pp. 893-897
[30]
C.H. Bastien, A. Vallieres, C.M. Morin.
Validation of the Insomnia Severity Index as an outcome measure for insomnia research.
Sleep Med, 2 (2001), pp. 297-307
[31]
D.J. Buysse, C.F. Reynolds, T.H. Monk, S.R. Berman, Dj. Kupfer.
The Pittsburgh Sleep Quality Index: A new instrument for psychiatric practice and research.
Psychiatry Res, 28 (1989), pp. 193-213
[32]
S. Cohen, T. Kamarck, R. Mermelstein.
A global measure of perceived stress.
J Health Soc Behav, 24 (1983), pp. 385-396
[33]
C.L. Craig, A.L. Marshall, M. Sjostrom, A.E. Bauman, M.L. Booth, B.E. Ainsworth.
International physical activity questionnaire: 12-country reliability and validity.
Med Sci Sports Exerc, 35 (2003), pp. 1381-1395
[34]
R.B. Lipton, M.E. Bigal, S. Ashina, R. Burstein, S. Silberstein, M.L. Reed.
Cutaneous allodynia in the migraine population.
Ann Neurol, 63 (2008), pp. 148-158
[35]
N. Riesco, A.T. Pérez-Alvarez, L. Verano, García-Cabo c, J. Martinez-Ramos, P. Sanchez-Lozano, et al.
Prevalence of cranial autonomic parasympathetic symptoms in chronic migraine: Usefulness of a new scale.
Cephalalgia, 36 (2016), pp. 346-350
[36]
H.L. Lipton, P.E. Michelson.
Pseudotumor cerebri syndrome without papilledema.
JAMA, 220 (1972), pp. 1591-1592
[37]
O. Sjaastad, A. Stolt-Nielsen, J.A. Pareja, T.A. Fredriksena, M. Vincent.
Supraorbital neuralgia. The clinical manifestations and a possible therapeutic approach.
[38]
R.W. Taylor, H.S. Samuels.
Neuralgia involving the infraorbital nerve: Report of case.
J Oral Surg (Chic), 10 (1952), pp. 248-250
[39]
F. Dach, A.L. Eckeli, K.S. Ferreira, J.G. Speciali.
Nerve block for the treatment of headaches and cranial neuralgias. A practical approach.
Headache, 55 Suppl 1 (2015), pp. 59-71
[40]
L. Testut, A. Latarjet.
Traité d’anatomie humaine.
9 éd revue et corrigeé, Doin, (1948),
[41]
S. Santos Lasaosa, M.L. Cuadrado Pérez, A.L. Guerrero Peral, M. Huerta Villanueva, J. Porta-Etessam, P. Pozo-Rosich, et al.
Guía consenso sobre técnicas de infiltración anestésica de nervios pericraneales.
Neurología, 23 (2017), pp. 316-330
[42]
M. Ruiz, V. Nadador, J. Fernández-Alcantud, J. Hernández-Salván, I. Riquelme, G. Benito.
Dolor de origen muscular: dolor miofascial y fibromialgia.
Rev Soc Esp Dolor, 1 (2007), pp. 36-44
[43]
G. Nappi, R. Jensen, R.E. Nappi, G. Sances, P. Torelli, J. Olesen.
Diaries and calendars for migraine. A review.
Cephalalgia, 26 (2006), pp. 905-916
[44]
K.G. Vetvik, E.A. MacGregor, C. Lundqvist, M.B. Russell.
A clinical interview versus prospective headache diaries in the diagnosis of menstrual migraine without aura.
Cephalalgia, 35 (2015), pp. 410-416
[45]
P. Torelli, R. Jensen, calendars. Headache diaries.
Handb Clin Neurol, 97 (2010), pp. 137-146
[46]
K.D. Nielsen, C. Rasmussen, M.B. Russell.
The diagnostic headache diary: A headache expert system.
Stud Healt Technol Inform, 78 (2000), pp. 149-160
[47]
M.B. Russell, H.K. Iversen, J. Olesen.
Improved description of the migraine aura by a diagnostic aura diary.
[48]
N.J. Giffin, R.B. Lipton, S.D. Silberstein, J. Olesen, P.J. Goadsby.
The migraine postdrome: An electronic diary study.
Neurology, 87 (2016), pp. 309-313
[49]
W.F. Holmes, E.A. MacGregor, J.P. Sawyer, R.B. Lipton.
Information about migraine disability influences physicians’ perceptions of illness severity and treatment needs.
[50]
V. Baos, F. Ester, A. Castellanos, G. Nocea, M.T. Caloto, W.C. Gerth, et al.
Use of a structured migraine diary improves patient and physician communication about migraine disability and treatment outcomes.
Int J Clin Pract, 59 (2005), pp. 281-286
[51]
S. Bandarian-Balooch, P.R. Martin, B. McNally, A. Brunelli, S. Mackenzie.
ElectronicDiary for recording headaches, triggers and medication use: development and evaluation.
Headache, 57 (2017), pp. 1551-1569
[52]
M.T. Minen, J. Torous, J. Raynowska, A. Piazza, C. Grudzen, S. Powers, et al.
Electronic behavioral interventions for headache: A systematic review.
J Headache Pain, 17 (2016), pp. 51
[53]
A.M. Kroon van Diest, R. Ramsey, B. Aylward, J.W. Kroner, S.M. Sullivan, K. Nause, et al.
Adherence to biobehavioral recommendations in pediatric migraine as measured by electronic monitoring: The Adherence In Migraine (AIM) Study.
Headache, 56 (2016), pp. 1137-1146
[54]
K. Anderson, O. Burford, L. Emmerton.
Mobile health apps to facilitate self-care: A qualitative study of user experiences.
PLoS One, 11 (2016), pp. e0156164
[55]
Torres-Ferrus M, Pozo-Rosich P. Educación en migraña y otras cefaleas. En:: Pozo-Rosich P, editor. Actualización en las opciones terapéuticas en cefalea. Madrid: Luzán 5; 2018.
Copyright © 2019. Sociedad Española de Neurología
Opciones de artículo
Herramientas
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos