Los microorganismos que con más frecuencia causan abscesos cutáneos son S. aureus y S. pyogenes. Sin embargo, las bacterias anaerobias también constituyen una etiologÃa frecuente en las infecciones asociadas a heridas1. Entre ellas, el género Clostridium tiene especial relevancia ya que sus esporas pueden infectar heridas y fracturas abiertas, siendo C. perfringens, C. histolyticum, C. novyi y C. septicum las más habituales. A continuación, se presenta un caso de absceso en la extremidad superior por una especie inusual de Clostridium.
Niña de 5 años, con vacunación completa y sin antecedentes de interés, sufre una lesión en el brazo derecho al clavarse un fragmento de madera mientras jugaba en el parque. En urgencias pediátricas se administra una dosis de amoxicilina IV y se retira el fragmento sin complicaciones aparentes, por lo que se da de alta con cefadroxilo oral durante una semana. Sin embargo, en la revisión de la herida, una semana después, la paciente presenta celulitis y drenaje espontáneo de la colección de aspecto purulento. Se decide su ingreso en cirugÃa pediátrica, se pauta terapia con amoxicilina-clavulánico IV, y se solicita estudio microbiológico de la colección. Al tercer dÃa del ingreso, se observa por eco-Doppler la presencia de un fragmento residual de madera de 2,5cm en el codo, por lo que se programa una intervención quirúrgica para su extracción. Durante la cirugÃa, se retira el fragmento, se realizan lavados con vancomicina, agua oxigenada y Betadine®, y se cierra la herida. Al sexto dÃa del ingreso se retira el tratamiento antibiótico y es dada de alta por buen aspecto de la herida. Se realizan controles ambulatorios semanales por parte de ortopedia infantil, siendo dada de alta definitiva en el tercer control debido a la resolución del cuadro.
A su llegada al laboratorio, la muestra del absceso cutáneo es cultivada en condiciones aeróbicas y anaeróbicas. A las 48 h, el cultivo aerobio es negativo, mientras que en el medio de agar sangre para anaerobios (Wilkins Chalgrens®) suplementado con amikacina se evidencia un crecimiento escaso de colonias planas, transparentes, con bordes irregulares y levemente β-hemolÃticas. Mediante MALDI-TOF (Bruker®) se identificó el microorganismo como C. subterminale con un score de 1,9, pero no de manera unánime. La identificación definitiva se llevó a cabo por detección del gen ARNr 16S mediante PCR a tiempo real y posterior secuenciación Sanger del fragmento. Tras comparar la secuencia obtenida en la base de datos Basic Local Alignment Search Tool (BLAST) NCBI, se confirmó la identificación de C. subterminale. La sensibilidad antibiótica se determinó por E-test tal y como se describe en el apartado correspondiente del procedimiento 11 de la SEIMC. Se siguieron los puntos de corte de EUCAST 2023 correspondientes a C. perfringens, como se refleja en la tabla 1.
Estudio de susceptibilidad de C. subterminale mediante E-test
| Antibiótico | CMI (mg/l) | Estado |
|---|---|---|
| Penicilina | 0,032 | Sensible |
| Amoxicilina-clavulánico | ≤0,016 | Sensible |
| Piperacilina-tazobactam | 0,064 | Sensible |
| Cefoxitina | 1 | — |
| Meropenem | 0,006 | Sensible |
| Clindamicina | 0,094 | Sensible |
| Moxifloxacino | 0,19 | — |
| Metronidazol | 0,032 | Sensible |
C. subterminale es una bacteria saprófita del suelo, estrechamente relacionada con C. botulinum grupo IV, que se ha asociado de forma ocasional a infección de piel y tejidos blandos2,3, infección pleuropulmonar2,4 y a bacteriemia5–7, también se ha descrito la producción de toxina botulÃnica tipo A8. En una revisión de la literatura realizada en 20229 se sugiere que la infección por C. subterminale afecta principalmente a los pacientes con enfermedad de base e inmunodeprimidos. En cuanto al tratamiento, en todos los casos fue fundamental el drenaje o el desbridamiento quirúrgico y, aunque en todos los casos se administró antibiótico, solo se disponÃa de antibiograma en 2/14 casos.
Aquà presentamos un caso de infección por C. subterminale en una herida causada por un fragmento de madera en una niña de 5 años inmunocompetente y sin otros antecedentes clÃnicos. La paciente fue tratada inicialmente con cefadroxilo (actividad improbable) y, posteriormente, con amoxicilina-clavulánico (sensible); sin embargo, el caso no se resolvió hasta el drenaje del absceso. Creemos necesario nuevos estudios que evalúen si la antibioterapia supone un beneficio adicional al drenaje en estas infecciones y, de ser asÃ, cual es el antibiótico más adecuado. Este caso refuerza la necesidad de considerar C. subterminale como causante de infecciones incluso en pacientes pediátricos sanos; asà como la utilidad del cultivo anaerobio de los abscesos y la necesidad de confirmar por biologÃa molecular la identificación a nivel de especie.




