Justificación: Los programas de TADE han demostrado efectividad y seguridad en diversas infecciones. Su uso es más limitado en infecciones endovasculares, con criterios de derivación a programas TADE más estrictos.
Objetivos: Describir las características de los pacientes incluidos en programas TADE por endocarditis infecciosa (EI) e infección de dispositivos intracardiacos. Determinar las complicaciones derivadas de la antibioterapia y la vía de administración. Conocer la tasa de reingreso y visitas a Urgencias en los primeros 30 días.
Método: Estudio descriptivo y retrospectivo de los pacientes en programas TADE por EI o infección de dispositivo intracardiaco en el periodo 2021-2023, en un área sanitaria de 300.000 habitantes. Los datos se recogieron mediante la historia clínica digitalizada y se analizaron con el programa IBM SPSS.
Resultados: Se recogieron datos de 15 pacientes, 12 varones (80%), con edad media de 65,7 años (33-83 años). De ellos, 3 tenían diabetes (20%) y 2 antecedente de neoplasia (13,33%). Se identificaron 12 EI (80%): 11 sobre válvula izquierda nativa (7 casos) o protésica (4 casos) (73,33%) y 1 sobre válvula derecha nativa (6,67%). Precisaron cirugía 3 casos de EI (20%). Hubo 2 infecciones de desfibrilador automático (DAI) (13,33%) y 1 infección de marcapasos (6,67%), con explante del dispositivo en todos los casos. Hubo 6 infecciones por Staphylococcus spp (40%: 4 S. aureus, 1 resistente a meticilina; 1 S. epidermidis y 1 S. schleiferi), 5 por Streptococcus spp. (20%: 2 S. gallolyticus, 1 S. viridans, 1 S. parasanguinis y 1 S. mitis), 1 por Cardiobacteriumhominis (6,67%) y 1 por Cutinebacterium acnes (6,67%). En un caso no se identificó el agente causal y otro tuvo infección conjunta por S. aureus y S. epidermidis. La estancia media hospitalaria fue de 17,5 días, y en TADE de 34 días. Recibieron ceftriaxona 9 pacientes (60%), 5 daptomicina (20%) y 1 dalbavancina (6,67%). La vía de administración fue la vía venosa periférica (VVP) en 6 (40%), línea media (LM) en 6 (40%) y catéter central de inserción periférica (PICC) en 3 (20%). Hubo una bacteriemia por catéter en un portador de PICC. Completaron el tratamiento domiciliario 12 pacientes (80%), y 3 reingresaron (20%): 1 para cirugía cardiaca programada, 1 por fiebre secundaria a bacteriemia por catéter y 1 por shock séptico, con ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos. Ningún paciente falleció.
Conclusiones: Los programas TADE son seguros y efectivos en la EI. Un alto porcentaje completó el tratamiento domiciliario sin complicaciones. El perfil de paciente son varones jóvenes sin comorbilidad, aunque parece una alternativa eficaz en edades próximas a los 80 años. Las vías de administración fueron la VVP y la LM en igual proporción. Un reingreso se debió a complicaciones relacionadas con la vía de administración y 2 con el proceso infeccioso, reforzando la necesidad de seleccionar y seguir adecuadamente a los pacientes. Los antibióticos más usados fueron ceftriaxona y daptomicina, sin complicaciones asociadas a su administración.



