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Vol. 65. Núm. 7.
Páginas 402-408 (Agosto - Septiembre 2018)
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Vol. 65. Núm. 7.
Páginas 402-408 (Agosto - Septiembre 2018)
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Asociación de un cribado positivo para disfagia con el estado nutricional y la mortalidad a largo plazo en pacientes ancianos hospitalizados
Association of positive screening for dysphagia with nutritional status and long-term mortality in hospitalized elderly patients
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Ana B. Mañas-Martíneza,
Autor para correspondencia
anab.manas@gmail.com

Autor para correspondencia.
, Marina Bucar-Barjudb, Julia Campos-Fernándeza, José Antonio Gimeno-Ornaa, Juan Pérez-Calvob, Julia Ocón-Bretóna
a Departamento de Endocrinología y Nutrición, Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España
b Departamento de Medicina Interna, Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Zaragoza, España
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Tabla 1. Características demográficas y clínicas de los pacientes
Tabla 2. Características clínicas y demográficas de los pacientes según riesgo de disfagia orofaríngea por el EAT-10
Tabla 3. Características clínicas de los pacientes según la aparición del evento mortalidad durante el seguimiento
Tabla 4. Factores de riesgo de mortalidad en análisis variante y multivariante. Se presentan las HR de las variables significativas en análisis univariante y también en análisis multivariante plenamente ajustado
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Resumen
Objetivos

Evaluar la prevalencia de disfagia orofaríngea (DO) mediante el Eating Assessment Tool-10 (EAT-10) y su asociación con desnutrición y mortalidad a largo plazo.

Material y métodos

Estudio de cohortes retrospectivo de pacientes hospitalizados en medicina interna. En las primeras 48h del ingreso de los pacientes se evaluó la DO mediante el test EAT-10 y la presencia de desnutrición con el Mini Nutritional Assessment-Short Form (MNA-SF). Se estudió la asociación de la presencia de DO con la desnutrición y la mortalidad a largo plazo.

Resultados

Se incluyeron 90 pacientes con una edad media de 83 (DE: 11,74) años. El 56,7% (n=51) presentaron riesgo de DO según EAT-10. Este grupo de pacientes presentó mayores prevalencias de desnutrición (88,2% vs. 48,7%; p=0,001) y mortalidad (70% vs 35,9%; p=0,001). Durante un seguimiento de 872,71 (DE: 642,89) días el riesgo de DO según EAT-10 fue un factor predictivo independiente de mortalidad en análisis multivariante (HR: 2,8; IC95%: 1,49-5,28; p=0,001).

Conclusiones

El test EAT-10 es una herramienta útil en el cribado de la DO. Es importante realizar un cribado adecuado de DO debido a los riesgos asociados de desnutrición y mortalidad a largo plazo que conlleva.

Palabras clave:
Disfagia orofaríngea
Deglución
Eating Assessment Tool-10
Desnutrición
Mortalidad
Abstract
Objectives

To assess the prevalence of oropharyngeal dysphagia (OD) using the Eating Assessment Tool (EAT-10) and its association with malnutrition and long-term mortality.

Material and methods

A retrospective cohort study of patients admitted to the general internal medicine ward. In the first 48hours after hospital admission, OD was assessed using the EAT-10, and presence of malnutrition with the Mini Nutritional Assessment-Short Form (MNA-SF). Association of OD to malnutrition and long-term mortality was analyzed.

Results

Ninety patients with a mean age of 83 (SD: 11.8) years were enrolled. Of these, 56.7% were at risk of OD according to EAT-10. This group of patients had greater prevalence rates of malnutrition (88.2% vs. 48.7%; P=.001) and mortality (70% vs 35.9%; P=.001). During follow-up for 872.71 (SD: 642.89) days, risk of DO according to EAT-10 was an independent predictor of mortality factor in a multivariate analysis (HR: 2.8; 95%CI: 1.49-5.28; P=.001).

Conclusions

The EAT-10 is a useful tool for screening OD. Adequate screening for OD is important because of its associated risks of malnutrition and long-term mortality.

Keywords:
Oropharyngeal dysphagia
Swallowing
Eating Assessment Tool-10
Malnutrition
Mortality
Texto completo
Introducción

La disfagia orofaríngea (DO) es un problema común que afecta a la población anciana. Se ha estimado que hasta el 47% de los pacientes hospitalizados ancianos y hasta el 75% de las personas de edad avanzada institucionalizadas pueden presentar signos clínicos de DO1,2.

Es primordial la identificación de pacientes en riesgo de presentar DO. La presencia de DO se asocia significativamente a la aparición de dos grupos de complicaciones clínicamente relevantes: una reducción en la eficacia de la deglución que puede cursar con desnutrición y deshidratación, y una reducción en la seguridad de la deglución que puede cursar con aspiración y neumonía por aspiración2. Por todo ello, la DO está claramente asociada con un aumento de la estancia hospitalaria y la mortalidad tanto hospitalaria como tras un año del alta hospitalaria3. Debido a su prevalencia y a las consecuencias clínicas que conlleva, la DO es considerada hoy un síndrome geriátrico que debe ser evaluado de modo sistemático en la población anciana para tratar y prevenir sus principales complicaciones4.

La videofluoroscopia es la técnica gold standard para realizar el diagnóstico de DO5. Se trata de una técnica radiológica dinámica mediante la cual se obtienen secuencias de las diferentes fases de la deglución tras la administración de un contraste radiológico con distintas viscosidades. El gran inconveniente de esta técnica es que precisa de una especialización médica y de unos medios técnicos no disponibles con facilidad en la mayoría de niveles asistenciales y centros sanitarios. Además, para su realización es necesario un grado importante de colaboración por parte del enfermo, no siempre posible en muchos pacientes, sobre todo en los crónicos y con pluripatología5.

Por lo tanto, el objetivo del cribado en la DO debe ser el de identificar a aquellos sujetos en riesgo de broncoaspiración y/o desnutrición para ser derivados a un estudio más exhaustivo de DO como es la videofluoroscopia6. En la práctica clínica diaria se han desarrollado métodos más sencillos que la videofluoroscopia para realizar el cribado adecuado de personas en riesgo de presentar DO6,7. El Método de Exploración Clínica Volumen-Viscosidad (MECV-V) es un método clínico que evalúa la aparición de signos clínicos de DO con la administración de bolos de distinta viscosidad al sujeto en riesgo de presentarla. Es un método con adecuada sensibilidad para detectar DO (83,7%) y aspiración (100%)6,8. Presenta además adecuada concordancia interobservador8. No obstante, precisa de un adecuado entrenamiento para su realización, por lo que su uso no está extendido3. Otra de las herramientas de cribado utilizadas es el Eating-Assessment Tool-10 (EAT-10)7. El EAT-10 es un instrumento analógico verbal, unidimensional, autoadministrado y de puntuación directa para la evaluación de síntomas específicos de disfagia, que ha mostrado una consistencia interna y reproductibilidad excelentes. Además, ha sido validado en población española9 y ha demostrado su capacidad para predecir broncoaspiración8,10.

El objetivo principal de nuestro estudio fue evaluar si la puntuación en el test EAT-10, realizado a las 48h del ingreso hospitalario, se asociaba con incremento de mortalidad a largo plazo en una cohorte de pacientes ancianos hospitalizados por una enfermedad aguda. Los objetivos secundarios fueron estimar la prevalencia de DO y su relación con broncoaspiración y desnutrición en el momento del ingreso hospitalario.

Material y métodosDiseño

Estudio observacional, analítico, de cohortes retrospectivo.

Pacientes

Se incluyeron pacientes adultos de ambos sexos hospitalizados en la planta de medicina interna de un hospital general terciario de 802 camas durante los meses de enero, febrero y marzo de 2012, con seguimiento posterior hasta su fallecimiento o la fecha de cierre del estudio en abril de 2016. El seguimiento se realizó mediante revisión de la historia clínica electrónica. Se excluyó a los pacientes no colaboradores en la realización del test EAT-10 debido a la presencia de demencia avanzada o de enfermedad neurológica grave y sin familiar acompañante que pudiera ser entrevistado en lugar del paciente.

Variables clínicas

Se recogieron variables demográficas, lugar de procedencia del paciente y motivo del ingreso. La situación cognitiva se valoró mediante la formulación de preguntas sencillas al sujeto relacionadas con la orientación temporoespacial y de persona. Si había informes médicos previos de diagnóstico de demencia los pacientes eran incluidos en el grupo de deterioro cognitivo. Para la evaluación antropométrica se determinó el peso (kg) y la talla (cm). El índice de masa corporal (IMC) se calculó dividiendo el peso por la talla al cuadrado (kg/m2). En las situaciones en que no se pudo pesar y/o tallar al enfermo, estas variables se obtuvieron mediante métodos estimativos. La talla se estimó mediante la longitud del antebrazo y se emplearon las tablas propuestas por la British Association for Parenteral and Enteral Nutrition (BAPEN)11. El peso fue estimado mediante la ecuación de Chumlea12 y el IMC se estimó utilizando la circunferencia braquial y los valores propuestos por la BAPEN11.

En las primeras 48h del ingreso se realizó cribado nutricional y de DO. El cribado nutricional se realizó mediante el Mini Nutritional Assessment-Short Form (MNA-SF)13. El MNA-SF es el test aconsejado por la European Society for Clinical Nutrition and Metabolism para detectar desnutrición y riesgo de desnutrición en la población anciana a nivel ambulatorio y hospitalario14. Se consideró riesgo de desnutrición la obtención de una puntuación entre 8 y 11, y desnutrición, una puntuación ≤7. El cribado de DO se realizó con la versión española del cuestionario EAT-109. El test EAT-10 consiste en la contestación por parte del paciente o familiar de 10 preguntas relacionadas con la aparición y severidad de síntomas de DO. Cada una de las preguntas se puntúa en una escala de 0 (sin problema) a 4 (problema severo). Los datos de diferentes estudios establecen una puntuación ≥3 para establecer riesgo de DO10.

Como medida resumen de la presencia de comorbilidades del paciente se utilizó el Índice de Comorbilidad de Charlson (ICC)15.

Punto final clínico

Se consideró como punto final clínico la mortalidad durante el seguimiento tras la hospitalización.

Métodos estadísticos

Las variables cuantitativas se describen con su media y desviación estándar (DE) o con su mediana y rango intercuartil (RIC) y las variables cualitativas con su distribución de frecuencias.

La comparación de variables cuantitativas entre dos grupos se realiza con test de t de Student o test no paramétrico de Mann-Whitney, y la comparación de proporciones, con test de chi cuadrado. Se aplica test de tendencia lineal para variables con categorías ordenadas.

La diferencia en la supervivencia de los pacientes según su puntuación en cuestionario EAT-10 se evalúa con curvas de Kaplan Meier y log rank test. El riesgo de mortalidad de las variables se establece con modelos de regresión de Cox uni y multivariante, calculándose las hazards ratios (HR) con sus intervalos de confianza del 95%. Los modelos multivariante se construyeron con la inclusión de edad, sexo y otras variables con p<0,1 en análisis univariante. Posteriormente se aplicó procedimiento de exclusión secuencial para seleccionar el mejor modelo. Se consideran significativas las asociaciones con p<0,05.

Resultados

Se valoraron inicialmente un total de 90 pacientes (34 mujeres y 56 hombres) con edad media de 83 (DE: 11,8) años. La estancia media hospitalaria fue de 12,1 (DE: 7,8) días. Los datos más relevantes de la muestra inicial quedan reflejados en la tabla 1. Se realizó el seguimiento en 89 pacientes (uno de los pacientes fue perdido durante el seguimiento sin poder constatarse su estatus vital). La mediana del seguimiento fue de 1.187 (RI: 1.342) días y la media de 872 (DE: 68) días. Fallecieron 49 (54,4%) pacientes.

Tabla 1.

Características demográficas y clínicas de los pacientes

Variable  n=90 
Edad media, años  83,05 (DE: 11,74) 
Sexo femenino  34 (37,8%) 
Deterioro cognitivo  33 (36,7%) 
Índice de comorbilidad de Charlson (puntuación media)  4,31 (DE: 2,38) 
Insuficiencia cardiaca  30 (33,3%) 
Pacientes institucionalizados  19 (21,1%) 
Motivo de ingreso
Neumonía  39 (33%) 
Insuficiencia cardíaca  14 (15,9%) 
Anemia  4 (4,5%) 
Infección tracto urinario  9 (10,2%) 
Otras causas  24 (26,7%) 
Estado nutricional según MNA-SF (%)
Normal (≥12 puntos)  26 (28,9%) 
Riesgo (8-11 puntos)  39 (43,3%) 
Desnutrición (≤7 puntos)  25 (27,8%) 
Riesgo de disfagia orofaríngea según EAT-10 (%)
No riesgo (<3 puntos)  39 (43,3%) 
Riesgo (≥3 puntos)  51 (56,7%) 
Estancia hospitalaria media (días)  12,06 (7,81) 
Mortalidad hospitalaria (%)  2 (2,2%) 

DE: desviación estándar; EAT-10: Eating Assessment Tool-10; MNA-SF: Mini Nutritional Assessment-Short Form; NRS-2002: Nutrition Risk Screening-2002.

La mediana de la puntuación alcanzada en el test EAT-10 fue 4, correspondiendo a los percentiles 25, 50 y 75 una puntuación de 0, 4 y 14 puntos, respectivamente. Se clasificó a los pacientes en dos grupos según el riesgo de presentar DO de acuerdo con el EAT-10: pacientes en riesgo de DO (n=51; 56,7%) y sin riesgo de DO (n=39; 43,3%). Los pacientes en riesgo de DO tenían mayor edad, menor IMC, peor puntuación en MNA-SF y un porcentaje más elevado de pacientes con deterioro cognitivo (tabla 2). Una mayor proporción de pacientes en riesgo de DO presentaron mortalidad durante el seguimiento (70% vs. 35,9%; p<0,001). Asimismo, pudimos constatar que, en el grupo de riesgo de DO, 8 (15,7%) pacientes presentaron diagnóstico de neumonía por broncoaspiración al ingreso vs. 1 (2,6%) de los sujetos sin DO (p=0,043).

Tabla 2.

Características clínicas y demográficas de los pacientes según riesgo de disfagia orofaríngea por el EAT-10

VariablesTotal (n=90)Riesgo de disfagia detectada por EAT-10p
No (n=39)  Sí (n=51) 
Edad (años)  83,05 (DE: 11,74)  80,11 (DE: 11,93)  85,30 (DE: 11,19)  0,037 
Peso actual (kg)  68,69 (DE: 12,86)  70,87 (DE: 12,08)  66,84 (DE: 13,34)  0,157 
IMC (kg/m2)  25,94 (DE: 4,61)  27,07 (DE: 27,07)  24,99 (DE: 24,99)  0,04 
Índice de comorbilidad de Charlson (puntos)  4,31 (DE: 2,38)  4,00 (DE: 2,38)  4,55 (DE: 2,38)  0,28 
Deterioro cognitivo  33 (36,7%)  5 (12,8%)  28 (54,9%)  <0,001 
Paciente institucionalizado  19 (23,8%)  9 (24,3%)  10 (23,3%)  0,911 
Motivo ingreso: broncoaspiración  9 (10,1%)  1 (2,6%)  8 (15,7%)  0,043 
MNA-SF
Puntuación media  9,43 (DE: 3,19)  11,38 (DE: 2,41)  7,94 (DE: 2,90)  <0,001 
Riesgo de desnutrición (8-11 puntos)  39 (43,3%)  17 (43,6%)  22 (43,1%)  <0,001
Desnutrición (≤ 7 puntos)  25 (27,8%)  2 (5,1%)  23 (45,1%) 
Total riesgo de desnutrición y desnutrición (≤ 11 puntos)  64 (71,1%)  19 (48,7%)  45 (88,2%) 
Estancia hospitalaria media (días)  12,06 (DE: 7,81)  10,67 (DE: 6,23)  13,14 (DE: 8,76)  0,139 

DE: desviación estándar; EAT-10: Eating Assessment Tool-10; MNA-SF: Mini Nutritional Assessment-Short Form.

Por otra parte, se distribuyó a los pacientes en dos grupos según la aparición de mortalidad en el seguimiento (tabla 3). La mediana en la puntuación en el EAT-10 fue 7 en el grupo de pacientes que fallecieron vs. 1. Los pacientes que fallecieron tenían mayor edad y puntuación de ICC, peor puntuación en el MNA-SF y una prevalencia más elevada de deterioro cognitivo (tabla 3). No hubo influencia del género sobre el riesgo de mortalidad (tabla 4).

Tabla 3.

Características clínicas de los pacientes según la aparición del evento mortalidad durante el seguimiento

VariablesMortalidadp
No (n=40)  Sí (n=49) 
Edad (años)  79 (DE: 11,79)  86,94 (DE: 9,83)  0,001 
IMC (kg/m2)  26,21 (DE: 4,9)  25,58 (DE: 4,35)  0,538 
Sexo
Hombres  25 (62,5%)  30 (61,2%)  0,902
Mujeres  15 (37,5%)  19 (38,8%) 
Motivo de ingreso
Neumonía  13 (32,5%)  16 (33,3%)  0,01
Broncoaspiración  2 (5%)  6 (12,5%) 
Insuficiencia cardíaca  3 (7,5%)  11 (22,9%) 
Sepsis  1 (2,5%)  3 (6,2%) 
Infección tracto urinario  5 (12,5%)  4 (8,3%) 
Paciente procedente de residencia  8 (22,9%)  10 (22,7%)  0,989 
Deterioro cognitivo  8 (20%)  24 (49%)  0,005 
Índice de Charlson (puntuación media)  3,35 (DE: 1,83)  5,16 (DE: 2,46)  <0,001 
Duración media del ingreso (días)  10,89 (DE: 6,21)  13,14 (DE: 8,82)  0,188 
Test MNA-SF
Puntuación media  10,8 (DE: 2,76)  8,35 (DE: 3,14)  <0,001 
Riesgo de desnutrición (8-11 puntos)  18 (45%)  20 (40,8%)  0,001
Desnutrición (≤ 7 puntos)  5 (12,5%)  20 (40,8%) 
Total riesgo de desnutrición y desnutrición (≤ 11 puntos)  23 (57,5%)  40 (81,6%) 
Test EAT-10
Puntuación media  4,28 (DE: 6,03)  9,84 (DE: 9,23)  0,001 
Riesgo de disfagia (≥ 3 puntos)  15 (37,5%)  35 (71,4%)  0,001 

DE: desviación estándar; EAT-10: Eating Assessment Tool-10; IMC: índice de masa corporal; MNA-SF: Mini Nutritional Assessment-Short Form.

Tabla 4.

Factores de riesgo de mortalidad en análisis variante y multivariante. Se presentan las HR de las variables significativas en análisis univariante y también en análisis multivariante plenamente ajustado

Variables  Predictores univariantes mortalidad (HR)  IC 95%  Predictores multivariantes mortalidad (HR)  IC 95% 
Edad (años)  1,06  1,019-1,096  0,003  1,03  0,99-1,08  0,13 
Deterioro cognitivo  1,92  1,096-3,378  0,023  0,59  0,28-1,25  0,17 
Índice de Charlson (puntos)  1,19  1,073-1,337  0,001  1,16  1,01-1,34  0,042 
Paciente institucionalizado  1,01  0,49-2,06  0,98       
Test MNA-SF
Puntuación (1 punto)  0,85  0,778-0,916  <0,0001       
Riesgo de desnutrición (8-11 puntos)  2,12  0,962-4,669  0,062  2,10  0,89-4,99  0,092 
Desnutrición (≤ 7 puntos)  3,99  1,803-8,842  0,001  2,31  0,86-6,22  0,097 
Test EAT-10
Puntuación (1 punto)  1,07  1,03-1,1  <0,0001       
Riesgo de disfagia (≥ 3 puntos)  3,17  1,691-5,935  <0,0001  2,22  1,06-4,64  0,034 

EAT-10: Eating Assessment Tool-10; HR: hazard ratio; MNA-SF: Mini Nutritional Assessment-Short Form.

Se construyeron curvas de Kaplan Meier para evaluar la supervivencia de los pacientes estratificados por la puntuación obtenida en el EAT-10. La significación estadística de las diferencias entre las curvas de cada grupo se analizó mediante log-rank test (fig. 1). La supervivencia estuvo significativamente reducida en aquellos con riesgo de DO según el EAT-10 (media de supervivencia en días=666 vs. 1.242; p<0,001).

Figura 1.

Curva de supervivencia de Kaplan-Meier comparando los pacientes en riesgo de disfagia orofaríngea (n=50) y sin riesgo (n=39) según el cuestionario Eating-Assessment Tool (EAT).

(0,06MB).

Mediante regresión de Cox, los factores predictivos en análisis univariante de incremento del riesgo de mortalidad fueron la edad, el ICC, el EAT-10, el MNA-SF y la presencia de deterioro cognitivo. En análisis multivariante, tras aplicación de procedimiento de exclusión secuencial, las únicas variables que fueron predictoras del riesgo de mortalidad fueron el ICC (HR: 1,17; IC95%: 1,04-1,32; p=0,011) y el riesgo de DO según el cuestionario EAT-10 (HR: 2,8; IC95%: 1,49-5,28; p=0,001).

Discusión

Este estudio muestra una prevalencia de riesgo de DO detectada por el cuestionario EAT-10 del 56,7% en pacientes ancianos ingresados por enfermedad aguda en un hospital terciario. Asimismo, nuestro estudio demuestra que el riesgo de DO, evaluado por el test EAT-10, fue un factor predictivo independiente de mortalidad a largo plazo y estuvo asociado a la presencia de broncoaspiración y desnutrición evaluada por el test MNA-SF.

La DO es una condición prevalente en los pacientes ancianos. Puede afectar hasta el 40% de los sujetos mayores de 65años y al 60% de los ancianos institucionalizados16. En los ancianos ingresados en un hospital por una condición aguda puede llegar a afectar hasta al 47,4% de ellos1. Esta prevalencia puede aumentar y llegar a ser de hasta el 75% si se evalúa la presencia de DO por videofluoroscopia en pacientes ingresados por neumonía17. Nuestra prevalencia fue del 56,7%. Probablemente la prevalencia de DO en nuestro estudio es similar a la hallada en los anteriores estudios, debido a que el test EAT-10, al ser una prueba de cribado, detecta un número mayor de casos de DO que los detectados por la videofluoroscopia, que sería el test de confirmación5. Galán Sánchez-Heredero et al.18 constataron que el 88,9% de los pacientes con cribado positivo para DO con el test EAT-10, finalmente la presentaron conforme el test MECV-V. Posiblemente la prevalencia de DO de nuestro estudio estaría en torno al 45,6% si tenemos en cuenta los datos anteriores.

La DO es una condición seria en la población anciana asociada a factores de riesgo como la edad avanzada y la comorbilidad elevada1,18. La edad es un claro factor de riesgo de DO en la gran mayoría de estudios realizados en pacientes con enfermedades crónicas evolucionadas1,2,19,20. Pudimos constatar que la mayoría de los pacientes que ingresaron en la unidad de medicina interna de nuestro hospital presentaban un ICC elevado (puntuación media=4,3; DE: 2,38). El ICC fue un predictor de riesgo de mortalidad en el análisis multivariante (HR: 1,17; IC95%: 1,04-1,32). Otros estudios19 han puesto de manifiesto que, en efecto, el ICC influye en la mortalidad de los pacientes con DO, incrementándose el riesgo 5 veces (ORCharlson>5=5,16; IC95%: 1,32-20,07). La implicación pronóstica de la presencia de DO a nivel hospitalario es importante debido a su asociación con el declive funcional del paciente y la desnutrición, además de la prolongación de la estancia hospitalaria y el aumento de los costes sanitarios2,4,15,19-21.

La DO es uno de los problemas más infradiagnosticados entre los pacientes ancianos y que mayor afectación tiene sobre la desnutrición2,4,17,19. El 88,2% de los pacientes con riesgo de DO identificado por el EAT-10 presentó desnutrición y riesgo de desnutrición según MNA-SF en nuestro estudio. Este dato se encuentra en concordancia con lo aportado en otros estudios, que sitúan la prevalencia de problemas nutricionales en más del 70% de los enfermos con DO18,22. Del mismo modo, la presencia de DO se ha evidenciado como predictor independiente de desnutrición, incrementándose hasta 8 veces el riesgo de problemas nutricionales en el estudio publicado por Galán Sánchez-Heredero et al.18.

Diversos estudios han puesto en evidencia que la desnutrición, además de estar relacionada con serias implicaciones para la recuperación de diversas patologías, está asociada con un aumento de la estancia hospitalaria y un incremento de la mortalidad a largo plazo1,23. En nuestro estudio pudimos observar que el grupo de pacientes con desnutrición según el MNA-SF mostró mayor mortalidad en el seguimiento; no obstante, la significación estadística se perdió en el análisis multivariante con ajuste para EAT-10. Otros estudios, como el presentado por Carrión et al.1, mostró que la desnutrición según el test MNA (puntuación <17 puntos) fue un factor de riesgo independiente para mortalidad un año después del alta hospitalaria (OR: 1,7; IC95%: 1,2-2,4). Del mismo modo, los autores de este estudio pudieron establecer la relación que existe entre la presencia de DO y la mortalidad en el seguimiento a un año (OR: 1,68; IC95%: 1,2-2,3)1. Otros estudios han puesto de manifiesto que, en efecto, la presencia de DO es un predictor independiente del riesgo de mortalidad3. En nuestro estudio pudimos objetivar que la presencia de riesgo de DO según EAT-10 fue un predictor independiente de mortalidad a largo plazo en análisis multivariante ajustado para ICC, edad, MNA-SF y deterioro cognitivo.

La DO ha sido reconocida como un síndrome geriátrico por diversas sociedades médicas europeas4. Un síndrome geriátrico es una condición clínica, muy prevalente en población anciana, asociada con múltiples comorbilidades y con un pronóstico vital claramente reducido. Para su manejo, requiere un enfoque multidisciplinar4. La detección temprana de DO ha demostrado mejorar el estado nutricional y la capacidad funcional de los sujetos con DO, además de reducir la incidencia de neumonía, los costes hospitalarios y la mortalidad intrahospitalaria y extrahospitalaria24. Para su correcta identificación sería importante implementar un programa protocolizado de detección e intervención de la DO en un medio con alta prevalencia de esta como el nuestro. Algunos autores proponen el cribado de DO en los pacientes ancianos que ingresan por patología aguda y, sobre todo, en aquellos con supuestos diagnósticos de neumonía adquirida en la comunidad, en los que pudiera haber aspiraciones inadvertidas17. Muchas veces las aspiraciones son silentes y pueden que no sean obvias al observar al paciente durante el proceso de la deglución alimentaria5. Por lo tanto, el cribado para la DO debería ser rápido, de bajo coste y de fácil aplicación para detectar a la mayoría de pacientes con esta alteración. La videofluoroscopia es el gold standard para el diagnóstico de la DO, pero no es viable utilizarla en todos los escenarios clínicos debido a que requiere equipamiento específico y solo se encuentra en algunos hospitales terciarios4,5. El test EAT-10 es una herramienta adecuada y sencilla que es útil para la detección de alteraciones en la deglución. Su aplicación universal ayudaría a detectar a los individuos en riesgo de presentar desnutrición y un aumento de la mortalidad a largo plazo, como hemos constatado en nuestro estudio. Desde su elaboración por parte de Belafsky et al.7, en 2008, han surgido diversas publicaciones que cuestionan aspectos del test8,25. Aunque el punto de corte establecido inicialmente por Belafsky et al.7 para considerar a un paciente en riesgo de presentar DO es 3, autores como Rofes et al.8 han sugerido que 2 sería un punto de corte más adecuado, tras haber contrastado los resultados del test EAT-10 con los de la videofluoroscopia. De este modo, la sensibilidad de la prueba parece incrementarse en un 5%, con un aumento correspondiente de su valor predictivo negativo, sin verse afectada su especificidad8. En nuestro estudio los sujetos presentaron riesgo de DO si presentaban una puntuación igual o mayor de 3 en el test EAT-10, según lo validado por Belafsky et al.7. El objeto de nuestro estudio no fue estudiar la capacidad de detectar riesgo de DO del EAT-10. No obstante, pudimos constatar que el test EAT-10 fue un predictor independiente de mortalidad en el análisis multivariante. Sería interesante estudiar si la aplicación de una puntuación de 2 para discernir a los individuos en riesgo de DO se acompañaría también de un aumento de la mortalidad. Por otra parte, aunque el EAT-10 parece tener una adecuada consistencia interna y una buena reproducibilidad7,10, hay algunos autores25 que han propuesto una modificación de los ítems evaluados debido a la repercusión que pueden tener los actuales sobre la consistencia interna y la capacidad para discernir de forma específica a grupos de sujetos con diferentes escalas de DO.

Las limitaciones de nuestro estudio son tener un número reducido de pacientes y no haber recogido otras variables que podrían haber actuado como factores de confusión, tales como el estado funcional medido por el índice de Barthel y variables analíticas. Tampoco pudimos detectar la prevalencia real de DO en la planta de medicina interna de nuestro hospital debido a que no se realizó el cribado de manera sistemática en todos los nuevos ingresos. El carácter retrospectivo del estudio limitó la posibilidad de analizar la aparición de nuevos episodios de broncoaspiración con la presencia de cribado positivo en el EAT-10, así como poder ajustar para variables analíticas. Tampoco se pudo especificar la causa de mortalidad. No obstante, la ventaja es haber realizado un seguimiento prolongado con solo una pérdida y haber podido ajustar para los principales factores de confusión, como son la desnutrición y el ICC.

En conclusión, el cribado precoz del riesgo de DO mediante el test EAT-10 en los pacientes ancianos hospitalizados por una condición aguda ayuda a detectar a una población en riesgo de presentar desnutrición relacionada con la DO y un aumento de la mortalidad a largo plazo. Recomendamos la utilización sistemática del cuestionario EAT-10 como una medida útil en el cribado de la DO.

Conflicto de intereses

No hay ningún conflicto de intereses.

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