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Vol. 56. Núm. 1.
Páginas 29-34 (enero - febrero 2021)
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Vol. 56. Núm. 1.
Páginas 29-34 (enero - febrero 2021)
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Impacto en residencias de la atención centrada en las personas (ACP) sobre la calidad de vida, el bienestar y la capacidad de salir adelante. Estudio transversal
Impact of a Person Centred Care Model on the quality of life, well-being, and thriving in nursing homes. A cross-sectional study
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Xavier Rojano i Luquea,b,
Autor para correspondencia
xavier.rojano@uab.cat

Autor para correspondencia.
, Elisenda Serra Marsalc, Olga Soler Corsc, Antoni Salvà Casanovasa,b
a Fundació Salut i Envelliment, UAB, Barcelona, España
b Institut d’Investigació Biomèdica Sant Pau (IIB Sant Pau), Barcelona, España
c SUMAR. Serveis Públics d’Acció Social de Catalunya, Girona, España
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Tablas (3)
Tabla 1. Descriptiva variables categóricas
Tabla 2. Descriptiva variables cuantitativas
Tabla 3. Tamaño del efecto (ajustado)*
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Resumen
Introducción

El envejecimiento de la población hace que se introduzcan cambios cualitativos y cuantitativos en los recursos asistenciales, entre los que están la introducción de modelos de atención centrada en la persona (ACP), aunque hay escasez de información sobre su impacto. El objetivo del presente estudio es evaluar el impacto de un modelo ACP en relación al modelo tradicional sobre la calidad de vida, el bienestar y la capacidad de salir adelante (thriving) en personas que viven en residencias.

Métodos

Estudio transversal. Población: todas las personas que vivieran de manera indefinida en los dos centros participantes, que dieran su consentimiento. Se evaluó el impacto sobre la calidad de vida, el bienestar y la capacidad de seguir adelante de un modelo ACP en relación con el modelo tradicional mediante el tamaño del efecto (d de Cohen) ajustado por problemas de salud, índice de Charlson y presencia de depresión.

Resultados

La participación general fue del 78% de residentes (59/77 personas del centro convencional y 66/88 del ACP). Las personas del centro ACP presentaron mejor bienestar (d = 0,378) y capacidad de seguir a delante (d = 0,566). No se encontraron diferencias en la calidad de vida.

Conclusión

El modelo de ACP puede tener un impacto positivo sobre el bienestar y la capacidad de seguir adelante en personas que viven en residencias.

Palabras clave:
Atención centrada en la persona
Bienestar
Calidad de vida
Capacidad de seguir adelante
Residencia
Abstract
Introduction

The aging of the population has led to the introduction of qualitative and quantitative changes in healthcare resources, among which are the introduction of models of person-centred care (PCC), although there is a lack of information on their impact. The objective of this study is to assess the impact of a PCC model on the quality of life, well-being and thriving, in people living in nursing homes

Methods

Cross-sectional study. Population: all persons who lived indefinitely in the two participating centres that gave their consent. Impact of PCC vs. traditional model was assessed in terms of quality of life, well-being and thriving. Effect size was estimated with Cohen d adjusted for health problems, Charlson index, and presence of depression.

Results

Overall participation was 78% (59/77 persons from the conventional centre and 66/88 from the PCC). The people of the PCC centre had better well-being (d = 0.378) and thriving (d = 0.566). No differences were found in quality of life.

Conclusion

The PCC model can have a positive impact on well-being and thriving in persons living in nursing homes.

Keywords:
Person-centred care
Well-being
Quality of life
Thriving
Nursing Homes
Texto completo
Introducción

El incremento de la población mayor de 65 de años ha provocado cambios en los recursos destinados a su atención. Por una parte, han aumentado (entre 2004 y 2017, el número de plazas residenciales se ha incrementado un 24%, pasando de 296.000 a cerca de 367.0001) y por otra se han producido cambios cualitativos. Junto al modelo tradicional, en que el usuario se ha de ajustar a un sistema centrado en la atención y resolución de deficiencias y problemas (donde los profesionales marcan las directrices) han aparecido modelos de atención centrada en la persona (ACP) en los que el sistema se ajusta al individuo, quien dirige (en función de sus capacidades y preferencias) su proyecto de vida con el apoyo de los profesionales para vivir lo mejor posible, de manera que las residencias son vistas como hogares para vivir donde se ofrecen cuidados de larga duración2,3. Si bien los inicios de la ACP se remontan a la década de 1960, en España los modelos ACP comienzan a eclosionar a partir de la década de 2010 con proyectos como «Etxean Ondo» en Euskadi o «En mi casa» en Castilla y León4-6.

A pesar de las múltiples experiencias desarrolladas bajo el paraguas de la ACP, no ha habido un consenso en su definición ni en sus elementos principales, buenas prácticas o medidas para evaluar su efectividad. En 2015, un panel de expertos de la Sociedad Americana de Geriatría definió que la ACP significa que se averiguan los valores y preferencias de la persona y, una vez expresados, guían todos los aspectos de su cuidado, apoyando sus objetivos realistas de vida y de salud7. Entre sus elementos esenciales se encuentra la realización de planes de cuidado individualizados en función de las preferencias de la persona, que son reevaluados periódicamente; la atención integral interdisciplinaria y coordinada; la formación de los profesionales y, si es apropiado, de la persona y sus allegados; la presencia de un profesional de referencia y medidas de rendimiento y de mejora de la calidad que tengan presente la persona y sus cuidadores7,8. La transición de un modelo a otro no es sencilla y requiere la sensibilización de todos los agentes de dentro y fuera del centro que estén implicados en el cambio, liderazgo, la evaluación de la situación y la realización de los cambios estructurales y organizativos que se estime oportunos, que tienen que ser evaluados9,10. El efecto de estos cambios se puede valorar en diferentes dimensiones, desde las propias personas usuarias y sus familiares hasta los profesionales de los centros11,12.

En relación a los resultados de la ACP en personas que viven en residencias, se dispone de pocos estudios y estos son poco concluyentes debido a la heterogeneidad y calidad de los estudios, aunque sugieren que puede tener efectos positivos tanto entre los profesionales como entre los residentes13 y, en personas con demencia, favorecer el control de los síntomas de comportamiento y mejorar la calidad de vida14-16.

Dado que el principal fin de la ACP es proporcionar la mejor vida posible a las personas atendidas, el objetivo del presente estudio es evaluar el impacto de un modelo de ACP en las personas que viven en residencias sobre su calidad de vida, su bienestar y su capacidad de salir adelante (thriving). Esta capacidad para salir adelante se entiende en términos generales como la condición de vida deseable o la situación de vida óptima teniendo en cuenta todas las circunstancias y, en el contexto de centros residenciales, al grado en que la persona se establece, encuentra su sitio, y experimenta su vida tan bien como le es posible17, no obstante, queremos resaltar que el concepto de thriving ha ido evolucionando a lo largo del tiempo18.

Material y métodosDiseño y población

Estudio observacional transversal realizado en dos centros residenciales para personas mayores, uno convencional de 77 plazas y otro ACP de 83.

La población objeto de estudio está constituida por todas las personas que estuvieran viviendo de manera indefinida en los centros, quisieran participar y tuvieran una expectativa de vida superior a seis meses.

Modelos

El centro de intervención ha implementado el programa «Tu decideixes com vols envellir»19, un modelo de ACP que incluye una unidad de convivencia de 15 plazas, basado en valores de respeto a la persona, a su entorno y a su desarrollo, con dos ejes principales:

Eje 1: centrado en la atención a las personas, fundamentada en su conocimiento (biografía, intereses, preferencias y rechazos), el reconocimiento y respeto, la promoción de la autonomía dando información comprensible para la toma de decisiones y tener control sobre la vida cotidiana; trato personalizado, con atención y cuidado integral e individualizado, flexible para adaptarse a cada persona; la protección del bienestar físico, promoviendo hábitos saludables; la promoción de la independencia en las actividades cotidianas y la protección de la intimidad.

Eje 2: centrado en la atención al entorno físico y social, basado en el espacio físico y entorno significativo, que incluyen la accesibilidad, comodidad, ambiente hogareño, espacios estimuladores de la actividad física, las relaciones sociales y las actividades que son significativas para la persona; las relaciones sociales, con la cercanía y la colaboración de las familias, el apoyo a las relaciones sociales, la apertura del centro a la comunidad y el acceso a los servicios y espacios de la comunidad; así como creación de una organización amiga, con profesionales que mantengan relaciones empáticas y empoderadoras con las personas usuarias y la organización, una metodología que permite la autonomía de las personas y la flexibilidad en la atención.

El centro tradicional no recibió ninguna pauta específica sobre ACP. No se recogieron datos que permitieran comparar los recursos y los modelos de atención entre centros, por lo que no se puede descartar que haya elementos de atención comunes a ambos centros

Variables

Un investigador evaluó las personas participantes. En las que no fueran capaces de mantener una comunicación mínimamente fluida o con una puntuación superior o igual a cinco puntos en la escala de deterioro global de Reisberg (GDS)20, la información subjetiva se obtuvo de una persona allegada del participante, o (si no había ninguna disponible) de un profesional del centro.

Para evaluar las variables de resultado se utilizaron cuestionarios que pudieran ser utilizados en personas con deterioro cognitivo: la calidad de vida se evaluó con el EUROQOL 5D-521,22 convirtiendo las puntuaciones en un índice de salud y con preguntas genéricas sobre su situación actual y su evolución percibida en los últimos seis meses, el bienestar con el «OMS (cinco) Índice de Bienestar» (OMS5IB) (versión de 1998)23,24 y la capacidad de salir adelante con una adaptación del Thriving of Older People Assessment Scale (TOPAS)17,25, una escala de 32 preguntas tipo Likert puntadas de 1 (totalmente en desacuerdo) a 6 (totalmente de acuerdo), estructurada en cinco dimensiones: la actitud del residente en relación a estar viviendo en el centro (cuatro preguntas); la calidad de los cuidados y los cuidadores (11 preguntas); el compromiso del residente y la relación con sus iguales (ocho preguntas); el mantenimiento del contacto con personas y sitios (cuatro preguntas), y la calidad del entorno físico (cinco preguntas). Todas estas escalas se normalizaron de 0 (peor situación) a 100 (mejor situación).

La caracterización de los residentes se realizó utilizando los instrumentos habitualmente utilizados en los centros participantes: el estado cognitivo con el GDS y el miniexamen cognitivo (MEC) de Lobo, los síntomas depresivos con la escala de Yesavage o la de Cornell (en caso de demencia), los síntomas neuropsiquiátricos con el Inventario Neuropsiquiatrico Abreviado de Cummings (NPIQ)26, la capacidad funcional con el SPPB y la autonomía con los índices de Barthel y de Lawton. Para evaluar la historia de caídas, el consumo de medicamentos, el índice de Charlson y el número de enfermedades de interés (de un listado cerrado) se consultaron los registros del centro.

Análisis estadístico

El análisis univariado se ha realizado mediante el test exacto de Fisher para las variables categóricas y la t de Student para las cuantitativas. Para las variables de resultado donde se detectaron diferencias, se evaluó el efecto ajustado por las variables que pudieran afectar los resultados con distribución desigual entre grupos (número de problemas de salud, índice de Chalson y presencia de síntomas depresivos) mediante el coeficiente β de regresión lineal27,28 que indica las unidades absolutas de cambio. A partir de su estandarización se calculó la d de Cohen29, el indicador U3 de Cohen (indica el % del grupo de interés que tiene una puntuación por encima de la media del grupo de referencia), y la probabilidad de superioridad (indica la probabilidad que, entre personas sacadas al azar, el resultado de una persona del grupo de interés sea superior a la del grupo de referencia). Se utilizaron los programas SPSS 21 y Microsoft R Open® 3.5.3 con el paquete esc 0.4.1.

La empresa gestora de los centros financió el estudio. Las personas fueron incluidas tras obtener su consentimiento informado para participar y consultar sus datos. En el caso de personas que no pudieran entender la información, tomar decisiones o expresarlas, el consentimiento se obtuvo de una persona legalmente habilitada para proporcionarlo.

Resultados

Han participado el 78% de los residentes (59 en el centro convencional y 66 en el ACP), sin que se encuentren diferencias de participación entre centros. Las principales características se encuentran en las tablas 1 y 2. Cabe destacar que en el centro convencional hay un mayor porcentaje de personas provenientes de otras instituciones, más y más graves problemas de salud, mayor prevalencia de síntomas depresivos, mayor consumo de medicamentos y peores niveles de bienestar, calidad de vida y capacidad de seguir adelante. No se han encontrado diferencias en la percepción de salud, capacidad funcional, nivel de autonomía, estado cognitivo o presencia de síntomas neuropsiquiátricos.

Tabla 1.

Descriptiva variables categóricas

  ACPConvencionalTotal 
 
Fuente información    64    59    123  0,969 
Persona seleccionada  37,5  24  37,3  22  37,4  46   
Familiar/persona allegada  46,9  30  49,2  29  48,0  59   
Profesional centro  15,6  10  13,6  14,6  18   
Motivos para cuestionario indirecto    37    37    74  0,805 
Deterioro cognitivo  94,6  35  89,2  33  91,9  68   
Problemas de comunicación  2,7  2,7  2,7   
Otros  2,7  8,1  5,4   
Sexo    66    59    125  0,260 
Hombre  15,2  10  23,7  14  19,2  24   
Mujer  84,8  56  76,3  45  80,8  101   
Procedencia    65    57    122  < 0,001 
Propia casa  76,9  50  49,1  28  63,9  78   
Casa de familiar  16,9  11  17,5  10  17,2  21   
Otra residencia  4,6  10,5  7,4   
Hospital  5,3  2,5   
Centro sociosanitario  1,5  17,5  10  9,0  11   
Tiempo en el centro    66    59    125  0,239 
Menos de un año  33,3  22  23,7  14  28,8  36   
Uno a menos de 5 años  47,0  31  44,1  26  45,6  57   
5 años o más  19,7  13  32,2  19  25,6  32   
Con pareja estable    65    59    124  0,795 
No  87,7  57  84,7  50  86,3  107   
Sí  12,3  15,3  13,7  17   
Calidad de vida autopercibida    66    59    125  0,126 
Muy mala   
Mala  4,5  16,9  10  10,4  13   
Ni buena ni mala  28,8  19  30,5  18  29,6  37   
Buena  57,6  38  45,8  27  52,0  65   
Muy buena  9,1  6,8  8,0  10   
Evolución calidad de vida (6 meses)    66    59    125  0,008 
Mucho peor  5,1  2,4   
Peor  19,7  13  25,4  15  22,4  28   
Más o menos igual  51,5  34  61,0  36  56,0  70   
Mejor  28,8  19  8,5  19,2  24   
Mucho mejor   
Percepción general salud    65    59    124  0,256 
Excelente   
Muy buena  3,1  3,4  3,2   
Buena  41,5  27  37,3  22  39,5  49   
Regular  50,8  33  44,1  26  47,6  59   
Mala  4,6  15,3  9,7  12   
Medicación    66    58    124  0,030 
1 a 3 fármacos  18,2  12  5,2  12,1  15   
4 o más fármacos  81,8  54  94,8  55  87,9  109   
Caídas    66    59    125  0,736 
Ninguna  56,1  37  54,2  32  55,2  69   
Una  13,6  10,2  12,0  15   
Dos o más  30,3  20  35,6  21  32,8  41   
Escala de deterioro global    64    57    121  0,397 
Sin demencia (0 a 3)  32,8  21  40,4  23  36,4  44   
Demencia leve (4)  6,2  10,5  8,3  10   
Demencia moderada/grave (5 a 7)  60,9  39  49,1  28  55,4  67   
Sintomatología depresiva    65    57    122  0,034 
Ausente  41,5  27  22,8  13  32,8  40   
Presente  58,5  38  77,2  44  67,2  82   
NPIQ    62    58    120  0,102 
Sin ningún síntoma  24,2  15  12,1  18,3  22   
Uno o más síntomas  75,8  47  87,9  51  81,7  98   
Barthel    66    55    121  0,276 
Dependencia total (0-20)  22,7  15  32,7  18  27,3  33   
Dependencia severa (25-40)  7,6  7,3  7,4   
Dependencia moderada (45-60)  19,7  13  21,8  12  20,7  25   
Dependencia leve (65-95)  50,0  33  34,5  19  43,0  52   
Autónomo (100)  3,6  1,7   
SPPB.    41    25    66  0,718 
0 a 3 puntos  65,9  27  64,0  16  65,2  43   
4 a 6 puntos  24,4  10  32,0  27,3  18   
7 a 9 puntos  9,8  4,0  7,6   
10 a 12 puntos   
MNA    61    54    115  0,359 
Malnutrición  9,8  16,7  13,0  15   
Riesgo de malnutrición  47,5  29  51,9  28  49,6  57   
Normal  42,6  26  31,5  17  37,4  43   
Tabla 2.

Descriptiva variables cuantitativas

  ACPConvencional 
  x̅  DS  P25  P50  P75  x̅  DS  P25  P50  P75 
Edad (años)  66  86,7  7,5  84,3  87,8  92,2  59  85,3  8,3  81,7  85,9  91,8  0,365 
Tiempo en el centro (años)  66  3,0  3,5  0,6  2,0  3,7  59  4,6  4,6  1,0  2,5  6,2  0,041 
OMS5IB  65  55,6  21,6  40,0  60,0  72,0  58  43,9  21,0  36,0  42,0  56,0  0,003 
EUROQOL5D-5L. Índice de salud  64  64,6  15,5  52,0  64,0  76,0  58  57,8  18,0  44,0  54,0  68,0  0,027 
EUROQOL5D-5L. Puntuación EVA  64  55,1  17,5  50,0  50,0  70,0  59  46,1  20,8  30,0  50,0  50,0  0,011 
TOPAS. Puntuación general  66  75,6  14,8  66,3  76,9  87,5  59  66,8  14,3  54,2  65,6  80,0  0,001 
Dimensión I. Actitud del residente hacia estar viviendo en el centro.  66  71,4  20,6  50,0  75,0  90,0  59  53,9  22,5  35,0  50,0  75,0  < 0,001 
Dimensión II. Calidad de los cuidados y cuidadores.  66  88,8  14,3  83,6  94,5  100,0  59  88,5  14,2  81,8  92,7  100,0  0,913 
Dimensión III. Compromiso del residente y relación con sus iguales.  66  52,6  32,7  25,0  55,0  82,5  59  32,8  30,4  2,5  22,5  60,0  0,001 
Dimensión IV. Mantenimiento del contacto con personas y lugares.  66  79,9  22,2  70,0  87,5  100,0  59  81,4  27,8  70,0  100,0  100,0  0,737 
Dimensión V. Calidad del entorno físico  66  83,7  12,5  80,0  84,0  92,0  59  72,1  16,7  60,0  72,0  84,0  < 0,001 
Número de problemas de salud  66  4,6  2,1  4,0  5,0  6,0  59  5,6  1,9  4,0  6,0  7,0  0,005 
Índice de Charlson  66  1,2  1,1  0,0  1,0  2,0  59  1,8  1,6  1,0  1,0  3,0  0,017 
Número de medicamentos  66  6,4  3,0  4,0  6,0  9,0  58  8,2  3,1  6,0  8,0  11,0  0,001 
Puntuación MEC Lobo  66  15,3  10,0  8,0  14,0  25,0  54  15,8  12,2  1,0  16,5  25,0  0,819 
NPIQ: N° síntomas  63  1,7  1,4  1,0  2,0  3,0  58  1,6  1,3  1,0  1,0  2,0  0,983 
NPIQ: Puntuación (frecuencia × severidad).  62  9,7  9,0  1,0  8,0  16,0  58  9,1  8,7  4,0  8,0  12,0  0,475 
SPPB  41  2,9  2,5  1,0  3,0  4,0  25  2,8  2,3  1,0  3,0  4,0  0,951 
Índice de Barthel  66  54,8  31,7  30,0  62,5  85,0  55  44,6  34,2  0,0  55,0  70,0  0,094 
Índice de Lawton (actividades autónomas)  65  1,3  1,4  0,0  1,0  2,0  56  1,4  1,8  0,0  1,0  2,0  0,867 

x̅ = media; DS = desviación estándar; P25, P50 y P75 percentiles 25, 50 y 75.

En los datos crudos se aprecian diferencias favorables a la ACP en bienestar, calidad de vida y capacidad de seguir adelante (si bien no se encuentran diferencias para la calidad de los cuidados y cuidadores o el mantenimiento del contacto con personas y lugares). Una vez ajustados (tabla 3) las diferencias en la calidad de vida desaparecen, mientras que se mantienen para el bienestar y en la capacidad de seguir adelante. En relación a esta, los efectos son más notables en la calidad del entorno físico, seguida de la actitud del residente hacia estar viviendo en el centro y del compromiso del residente y relación con sus iguales.

Tabla 3.

Tamaño del efecto (ajustado)*

  Coeficiente β  Cohen d  Cohen U3  Probabilidad de superioridad 
OMS5IB  8,248 (0,626 a 15,869)  0,378 (0,023 a 0,734)  64,7% (50,9 a 76,9%)  60,5% (50,6 a 69,8%) 
EUROQOL índice salud  5,568 (-0,538 a 11,674)  0,338 (-0,019 a 0,696)  63,2% (49,2 a 75,7%)  59,4% (49,5 a 68,9%) 
EUROQOL EVA  6,290 (-0,873 a 13,454)  0,326 (-0,03 a 0,682)  62,8% (48,8 a 75,2%)  59,1% (49,2 a 68,5%) 
TOPAS. Puntuación general  8,195 (2,983 a 13,407)  0,566 (0,208 a 0,924)  71,4% (58,2 a 82,2%)  65,6% (55,8 a 74,3%) 
TOPAS. Dimensión I: actitud del residente  14,946 (6,976 a 22,916)  0,676 (0,315 a 1,037)  75,0% (62,4 a 85,0%)  68,4% (58,8 a 76,8%) 
TOPAS. Dimensión III: compromiso del residente  19,917 (8,446 a 31,388)  0,632 (0,272 a 0,992)  73,6% (60,7 a 83,9%)  67,3% (57,6 a 75,8%) 
TOPAS. Dimensión V: calidad del entorno  10,740 (5,535 a 15,945)  0,767 (0,403 a 1,131)  77,8% (65,7 a 87,1%)  70,6% (61,2 a 78,8%) 
*

Ajustado por número de problemas de salud, índice de Chalson y presencia de síntomas depresivos. Entre paréntesis se indica el intervalo de confianza del 95%.

Discusión

Los datos sugieren que el modelo de ACP puede tener un efecto beneficioso sobre el bienestar y la capacidad de salir adelante una vez que se han ajustado por las variables que pudieran influir sobre las mismas, aunque el tamaño muestral no nos permite saber si los cambios en el OMS5IB son superiores a 10 puntos, que es lo considerado como clínicamente relevante23. No se han encontrado diferencias de calidad de vida en los indicadores del EUROQOL y calidad de vida autorreportada, posiblemente porque en su percepción el papel de capacidad funcional es superior al del modelo de atención. Estos resultados se contraponen con los de una revisión sistemática en personas con demencia16, que encontraba mejoras en la calidad de vida, pero no el bienestar, así como en unidades de convivencia30, aunque las diferencias con nuestro estudio referentes a la población y diseño los hacen difícilmente comparables. Aunque por el momento no disponemos de datos sobre diferencias relevantes en la escala TOPAS y sus subescalas, la capacidad de salir adelante es donde se obtiene más beneficios de acuerdo con los indicadores del tamaño del efecto, cabiendo destacar las elevadas puntuaciones en el grupo de referencia (con poco margen de mejora) en las dimensiones del TOPAS donde no se han encontrado diferencias. Cabe destacar que hay otras herramientas que tienen ciertas similitudes con el TOPAS31-33, aunque varían en la extensión, las dimensiones evaluadas, la metodología de recogida y a las personas a las que van dirigidas.

Nuestro estudio tiene algunas limitaciones: al ser un estudio transversal, no se puede establecer la direccionalidad de las asociaciones atendiendo únicamente a los datos del estudio, la adaptación del TOPAS utilizada no ha sido formalmente validada y la recogida de la información se ha centrado en los resultados en las personas, sin que se hubieran obtenido datos sobre el contexto organizativo global y los recursos disponibles de cada centro (personal, habilidades, formación, entorno, etc.) por lo que no podemos establecer la importancia de cada elemento sobre los resultados. Por otra parte, al contar únicamente con dos centros no se ha podido realizar un análisis que separe el efecto del centro del efecto del modelo, por lo que no se puede descartar que las diferencias sean debidas a otras causas no relacionadas con el modelo de atención.

Entre las fortalezas del presente estudio está su contribución a la difusión sobre el modelo ACP en nuestro entorno, cuya investigación es escasa, además de ser el primero en evaluar (con las limitaciones mencionadas) la capacidad de salir adelante, siendo el TOPAS uno de los instrumentos recomendados para la evaluación de la humanidad (personhood) por la iniciativa WE-THRIVE34.

Conclusión

El modelo ACP puede tener un efecto beneficioso sobre sobre la capacidad de salir adelante y el bienestar en personas que viven en residencias, aunque este punto debe ser confirmado por otros estudios.

El modelo ACP pone el foco en aspectos poco desarrollados bajo el modelo tradicional, por lo que es necesario disponer de instrumentos validados para evaluarlos correctamente.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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