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Vol. 34. Núm. 2.
Páginas 92-100 (Marzo 1999)
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Desarrollo y validación preliminar de la Escala de Percepción Subjetiva del Envejecimiento (EPSE)
Development and preliminary validation of the Subjective Perception Scale of Aging (Escala de Percepción Subjetiva del Envejecimiento ­EPSE­)
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Desarrollo y validación preliminar de la Escala de Percepción Subjetiva del Envejecimiento (EPSE)

De Gracia, M.; Garre, J. y Marcó, M.

Universitat de Girona. Departament de Psicología.

Correspondencia: Manuel de Gracia. Departamento de Psicología. Área de Psicología Básica. Universitat de Girona. Plaza Sant Doménech, 9. 17071 Girona. E-mail: degra@zeus.udg.es.

Recibido el 28-5-98; aceptado el 20-1-99.


RESUMEN

OBJETIVO: En este trabajo se describe el desarrollo y la validación preliminar de una nueva medida diseñada para evaluar el autoconcepto en personas mayores: la Escala de Percepción Subjetiva del Envejecimiento (EPSE).

MÉTODO: A partir de una revisión de la literatura sobre el autoconcepto y el bienestar subjetivo, se desarrolló un primer cuestionario piloto de 42 ítems que se aplicó a una muestra de personas mayores. Un primer examen del cuestionario permitió reducir su extensión a 12 ítems que formaron el cuestionario final de validación. El cuestionario se aplicó a tres muestras de sujetos: autónomos (n= 216), dependientes (n= 70) y residentes (n= 54).

RESULTADOS: Un análisis factorial exploratorio y un análisis factorial confirmatorio (LISREL) apoyan la estructura muldimensional de la EPSE. Los cuatro factores que surguieron del análisis fueron: 1) Autoconcepto cognitivo, 2) la percepción subjetiva de tiempo, 3) Percepción Subjetiva de las relaciones sociales, y 4) Autoconcepto físico. La varianza total explicada por los factores es de un 82,24%, con coeficientes de fiabilidad superiores a 0,85. Las comparaciones de las sub-escalas de la EPSE entre los grupos indican diferencias significativas en la mayoría de los factores de la escala. El análisis del discriminante clasificó correctamente el 84,7% de los sujetos.

CONCLUSION: La Escala de Percepción Subjetiva del Envejecimiento es un cuestionario multidimensional autoadministrado del autoconcepto en personas mayores, formado por 12 ítems con unas propiedades psicométricas aceptables, y que puede ser útil como un instrumento de screening en protocolos de evaluación de la calidad de vida en personas mayores. Se recomienda la realización de otros estudios con muestras más amplias.

Palabras clave

Autoconcepto. Bienestar psicológico. Escala de medida. Calidad de vida. Personas mayores. Valoración.

Development and preliminary validation of the Subjective Perception Scale of Aging (Escala de Percepción Subjetiva del Envejecimiento ­EPSE­)

SUMMARY

OBJECTIVES: This work describes the development and preliminary validation of a new measure designed to assess the self-concept in elderly: the Escala de Percepción Subjetiva del Envejecimiento (EPSE).

METHOD: From a revision of the literature about the self-concept and subjective well-being, a first 42 items pilot questionnaire was developed and was applied to a elderly sample. A first exam of this questionnaire allowed to reduce its extension to 12 items that formed the final validation questionnaire. Three samples, autonomous Ss (n= 216), dependent Ss (n= 70) and residents Ss (n= 54) were used to analyze the psychometric properties of the instrument.

RESULTS: An exploratory factor analysis and a confirmatory factor analysis (LISREL) supports the multidimensional structure of the EPSE. A four factor structure was emerged: 1) cognitive self-concept, 2) Subjective perception of time, 3) Subjective perception of social relationships, and 4) Physical self-concept. The total variance explained was 82.24 % and reliability coefficients greater than 0.85 in all factors. Comparing EPSE rating between groups indicate significant differences in most of the factors of the questionnaire. The discriminant analysis correctly assigned the 84.7 % of Ss in source group.

CONCLUSIONS: The Escala de Percepción Subjetiva del Envejecimiento (EPSE) is a new self-administrated multidimensional questionnaire of the self-concept in elderly, formed by 12 items with acceptable psychometric properties, and can be useful as a screening instrument in a quality of life evaluation protocol. The realization of other studies is recommended with wider samples.

Key words

Self-concept. Psychological well-being. Test construction. Quality of live. Elderly. Assessment.


INTRODUCCION

El concepto Calidad de Vida puede acotarse de tres formas diferentes (1). Una primera delimitación del concepto se refiere a la valoración que hace la persona acerca de su satisfacción y bienestar general con la vida (2). Así entendida, la calidad de vida puede evaluarse globalmente a partir de indicadores genéricos en áreas concretas como la física (p.e. en términos de capacidades y limitaciones físicas o salud), la psicológica (p.e. estados emocionales) y la social (p.e. desempeño de roles sociales, relaciones familiares, etc.), o bien a partir de cuestiones generales acerca del bienestar subjetivo (3, 4).

Una segunda acotación de la calidad de vida explora de modo especifico un área determinada o un ámbito de elementos básicos para la satisfacción personal y la percepción del bienestar general (5). Considerada de esta manera, la calidad de vida puede conceptualizarse como un constructo multidimensional que puede ser evaluado específicamente a partir de una o más áreas concretas que se consideren relevantes.

Una última acotación del concepto restringe la calidad de vida a componentes individuales que, inscritos dentro de alguna de las áreas anteriores, son útiles para valorar los efectos que tienen sobre ella los procesos patológicos o los efectos negativos de determinadas intervenciones o tratamientos médicos (p.e. intervenciones quirúrgicas, quimioterapias) (1).

Uno de los constructos subyacentes en todas las acotaciones anteriores es el de bienestar subjetivo. Las investigaciones acerca del bienestar subjetivo se iniciaron en el campo de la Gerontología, como un intento de valorar el nivel de ajuste de las personas mayores a áreas externas de la vida como la salud, el trabajo-ocio y aspectos relacionados con las creencias religiosas (6). El interés en la valoración del bienestar subjetivo ha motivado una amplia variedad de enfoques en su descripción y evaluación. En general, los estudios en este campo han distinguido dos aproximaciones diferentes en su definición (7). La primera se ha centrado en los aspectos emocionales, definidos como las respuestas afectivas de las personas acerca de sus experiencias vitales a lo largo de un continuo de valoraciones positivas y negativas (8). La segunda aproximación hace referencia a un componente cognitivo o racional de satisfacción con la vida, en el que se incluirían elementos diferentes e interrelacionados como el bienestar psicológico, la calidad de vida percibida, el entorno objetivo, y las competencias sociales y conductuales. Desde este marco, la satisfacción por la vida se ha definido como un proceso de juicio o de valoración que hace el individuo sobre su vida y que está referido a un estándar, que cree apropiado para él mismo, con el cual compara sus circunstancias vitales. Es en gran medida un juicio de tipo subjetivo y no un juicio basado en algún estándar objetivo. A pesar de la importancia de aspectos genéricos en la valoración global de la satisfacción con la vida, como son la salud, la riqueza y la felicidad conyugal, parece poco probable que los individuos atribuyan el mismo peso a cada uno de ellos (9).

En la evaluación del bienestar subjetivo se han utilizado varios tipos de instrumentos de medida. Un primer tipo de escalas en la valoración del bienestar subjetivo fueron las de respuesta global a un solo ítem. Entre las más clásicas se encuentran la Self-Anchoring Ladder (10), la Gurin Scale (11), y la Delighted-Terrible Scale (12). Este tipo de escalas tienen la ventaja de ser breves, pero presentan una serie de importantes inconvenientes de tipo psicométrico que han relegado su uso (p.e., no es posible establecer una fiabilidad interna) (13).

Se han desarrollado también varias escalas multi-ítem diseñadas específicamente para personas mayores y que, si bien son más robustas desde el punto de vista psicométrico, están caracterizadas por tener una gran carga de ítems específicos para evaluar aspectos relacionados con contextos residenciales o asistenciales lo que dificulta que su uso pueda hacerse extensivo a otros ámbitos. Además, se ha argumentado que los factores del bienestar incluidos en dichas escalas no son, en un sentido estricto, medidas del bienestar subjetivo (9). Entre las escalas más utilizadas se encuentran la Philadelphia Geriatric Center Morale Scale (PGCMS) (14), la Life Satisfaction Index (LSI) (15) o su versión revisada Life Satisfaction Index A (LSI-A) (16) y la Affect Balance Scale (ABS) (17). Dentro de este apartado se incluye también el Wellnes Index (18), que si bien es aplicable a un espectro más amplio de personas mayores tiene la limitación de valorar exclusivamente dimensiones del bienestar general (salud física, moral, recursos económicos, creencias religiosas y recursos sociales) y es de una extensión considerable (79 ítems) hecho que dificulta su aplicación. Finalmente, la Satisfaction With Life Scale (SWLS) (9) es una escala diseñada para valorar el componente cognitivo del bienestar subjetivo, tiene la ventaja de que es aplicable a distintos grupos de edad, aunque adolece de especificidad suficiente para su empleo en personas mayores.

En los últimos años se han dirigido esfuerzos a remarcar el carácter multidimensional del bienestar subjetivo, con la intención de poder proporcionar una estrategia efectiva o un modelo de intervención adecuado a los servicios que requieren las personas mayores (19). Entre las dimensiones del bienestar subjetivo que no se han visto reflejadas en los instrumentos diseñados para su valoración en personas mayores, se encuentra el Autoconcepto. Tanto el autoconcepto como las percepciones subjetivas se han mostrado como importantes predictores del bienestar subjetivo (20). Esta relación se ha puesto de manifiesto en varios estudios en los que se ha señalado una alta correlación entre la satisfacción con uno mismo y la satisfacción con la vida, así como una relación entre la infelicidad y el deterioro del autoconcepto y la autoestima (21).

El autoconcepto se ha definido como una realidad organizada y estructurada en función de diversas circunstancias (personales, familiares, sociales o culturales), en donde todas las experiencias se organizan en categorías con un significado personal (22-24). Cada una de estas categorías estaría determinada por autopercepciones específicas que se constituirían en un constructo organizado de forma jerárquica en función de distintas dimensiones, tendente a ser estable en sus rasgos más generales y que cristalizaría en la madurez (25-27). A pesar de la aparente estabilidad general del autoconcepto, cuando se desciende a categorías jerárquicas más especificas es menos estable y dependiente de experiencias o situaciones concretas que pueden entrar en conflicto con el propio autoconcepto (28). Desde diversas teorías sobre la autopercepción, se ha sugerido que en determinadas situaciones o períodos vitales hay una acentuación de las referencias personales y de la propia responsabilidad (6, 29). En las personas mayores, situaciones de autopercepción o autoreferencia negativas, pueden estar relacionadas con un aumento en la vulnerabilidad hacia lo que se ha llamado envejecimiento no satisfactorio (30-32).

Dentro de las áreas del autoconcepto que pueden ser sensibles a los cambios que se producen durante el proceso de envejecimiento se encuentran las relativas al autoconcepto físico (sobre todo lo relacionado con la salud), al autoconcepto cognitivo, a la percepción de las relaciones sociales y familiares, y a la percepción de las dimensiones actividad-pasividad en las actividades de la vida diaria.

La elevada prevalencia de problemas crónicos de salud y su relación con muchos aspectos psicológicos del envejecimiento implicados en la satisfacción con la vida, convierten al autoconcepto físico en un elemento imprescindible en la valoración de la calidad de vida en personas mayores (33). Diversas investigaciones han puesto de manifiesto la existencia de una alta correlación entre los indicadores objetivos de salud y las autoevaluaciones o, simplemente, la salud autocomunicada de las personas mayores, lo que permite sugerir que dichos indicadores subjetivos son un buen índice de la salud física global (32, 34, 35).

La existencia de un decremento paulatino en la eficacia de los procesos cognitivos durante el envejecimiento está claramente establecida (36, 37). Sin embargo, se ha constatado una gran disparidad respecto a cuando se inicia ese decremento, ya que no afecta de la misma manera ni o todos por igual, aunque se ha señalado que existe una relación directa con la historia previa al proceso de envejecimiento (38). Los aspectos relacionados con la memoria, el lenguaje y las funciones sensoriomotoras parecen ser una fuente importante de tensión en la vejez, que queda reflejada en la valoración que de ellos hace el individuo.

En las investigaciones sobre el papel de las relaciones sociales y familiares durante el envejecimiento, se han utilizado generalmente el número de amigos, la existencia de relaciones familiares activas y la cantidad de contactos sociales como indicadores de un buen envejecimiento. Sin embargo, se ha reconocido que no todas las relaciones familiares son buenas y no todas afectan de forma positiva (39). Tampoco la mera existencia de interacción social indica necesariamente que las personas mayores envejezcan satisfactoriamente, siendo más importantes los aspectos estructurales y dinámicos de esas relaciones (40, 41). Por otro lado, y aunque no está claramente establecida, parece que existe una cierta evidencia que la calidad de relaciones personales puede influir en la salud y la longevidad (42, 43).

En cualquier caso, las investigaciones muestran una fuerte conexión entre la calidad de la amistad percibida y el bienestar. Una percepción adecuada de las interacciones sociales en términos de cantidad y significación es un buen indicador del bienestar y, aunque es difícil definir un dato objetivo que marque el límite entre la presencia o no de aislamiento social, la referencia subjetiva de la percepción de las relaciones sociales permite establecer un punto de partida en la intervención posterior (44, 45).

Otro elemento relacionado con el autoconcepto es la valoración que hace la persona acerca de cómo emplea el tiempo en sus actividades diarias. El grado de satisfacción por el empleo de tiempo diario en actividades o relaciones sociales puede ser un buen indicador del bienestar subjetivo, en la medida en que está relacionado con la autoestima y es un elemento importante en la determinación de la calidad de esas relaciones y del estado físico y cognitivo del individuo (46). Se ha sugerido la hipótesis de que el modo en que la persona refiere verbalmente su percepción de las dimensiones actividad-pasividad está relacionado con el autoconcepto, y que las implicaciones psicológicas de esas referencias son una fuente de información a tener en cuenta en los programas y cuidados asistenciales (47). En este sentido, diversas investigaciones han puesto de manifiesto que los contextos residenciales pueden tener un efecto restrictivo en el nivel de actividad e independencia afectando negativamente al autoconcepto (48). Por otra parte, la percepción subjetiva del uso del tiempo en actividades satisfactorias para el individuo es un elemento importante en el período posterior a la jubilación en el que, en muchos casos, el cambio en el ritmo de las actividades cotidianas conlleva una reorientación en la ocupación del tiempo no siempre satisfactoria y que puede desembocar en un sentimiento de devaluación o de ociosidad estéril. En cualquier caso, la autovaloración de la satisfacción por el tiempo empleado en actividades lúdicas o laborales y en relaciones sociales y familiares parece estar relacionada con el bienestar subjetivo (49).

Aunque enmarcados en distintas teorías, existen varios instrumentos que evalúan diferentes aspectos del autoconcepto. Entre los más utilizados se encuentran la Self-Esteem Inventory (50), el Self Description Questionaire (51) y la Tennessee Self-Concept Scale (52). A pesar que algunos de estos cuestionarios tienen formas de aplicación para diferentes grupos de edad (p.e. el SDQ), ninguno ha sido específicamente diseñado para su aplicación en personas mayores y no contemplan, en general, aquellos aspectos del autoconcepto más sensibles al envejecimiento.

Con este marco teórico de referencia, el objetivo de este trabajo se ha centrado en desarrollar un indicador multidimensional del autoconcepto específico para personas mayores, sensible a sus posibles variaciones a lo largo del envejecimiento, con unas aceptables propiedades psicométricas, de fácil aplicación y que pueda utilizarse como un instrumento de screening para evaluar aquellas áreas más deficitarias y que necesiten atención.

MATERIAL Y MÉTODO

Muestra

La selección de la muestra se realizó a partir de un muestreo no probabilístico entre la población objeto de estudio, a partir de los siguientes criterios generales: personas jubiladas o pre-jubiladas mayores de 60 años, que no presentaban ningún tipo de trastorno mental o neurológico manifiesto ni estaban bajo tratamiento psicofarmacológico.

A fin de explorar las características del autoconcepto en distintos contextos potencialmente relevantes, se fragmentó la muestra en función de su ámbito de procedencia. Los criterios de inclusión de los sujetos en cada uno de los tres grupos en los que se dividió la muestra fueron los siguientes:

­ Grupo autónomo: personas con autonomía física e independencia económica que disponen de domicilio propio, viven solos, con el cónyuge o familiares. Los sujetos pertenecientes a este grupo fueron contactados a través de centros de reunión social, en los que se realizaban diversas actividades culturales o recreativas.

­ Grupo dependientes: los sujetos pertenecientes a este grupo fueron contactados a través de diversos servicios de asistencia social, y están caracterizados por precisar de asistencia en ciertos aspectos de la vida diaria (p.e. problemas de movilidad) o de ayuda económica de entidades con programas asistenciales, disponían de domicilio particular y vivían solos o con el cónyuge.

­ Grupo residentes: personas residentes en centros especializados en atención geriátrica pública o privada. Incluye tanto aquellos que presentaban cierto grado de dependencia asistencial, como los que tienen un buen nivel de independencia e incluso disponen de domicilio propio o familiar, aunque residen a tiempo parcial en dichos centros.

Los muestra final quedó constituida por 340 sujetos, que fueron entrevistados a lo largo de los dos años que duró el estudio, provenientes de diferentes comarcas de la provincia de Girona. En la tabla I se presentan los datos descriptivos de la muestra.

Tabla I. Datos descriptivos de la muestra por grupos


AutónomosGrupos dependientesResidentes

Sujetos
n2167054
Sexo
Hombres1002820
Mujeres1164234
Edad
Media69,0472,5974,83
Desviación típica3,902,182,65
Rango (min-max)61-7869-7671-80
Estado civil
Solteros (%)3,74,289,25
Casados (%)58,7945,7114,81
Separados (%)0,91,427,40
Viudos (%)36,5748,5768,51

Desarrollo del cuestionario

La primera fase en el proceso de desarrollo del cuestionario estuvo encaminada a generar un conjunto de ítems a partir de una revisión de la literatura existente que reflejaran las dimensiones del autoconcepto (50-52) y aspectos relevantes del bienestar subjetivo (14, 16, 18, 19), el resultado final de esta fase se concreto en una lista de 102 ítems que fue revisada por tres jueces independientes (educadores sociales con experiencia en el campo de la asistencia a personas mayores). Se solicitó a los jueces que valorasen la adecuación de cada ítem en un rango de puntuaciones de 1 (nada adecuado) a 5 (muy adecuado). Los ítems valorados con una media de 4 puntos pasaron a formar parte de un cuestionario piloto de 42 ítems.

El cuestionario se construyó como una escala tipo Likert de siete puntos. Los ítems podían valorarse en un rango de puntuaciones de 1 («Totalmente en desacuerdo») a 7 («Totalmente de acuerdo»), la disposición de cada ítem en el cuestionario se realizó de forma aleatoria.

Se realizó una primer examen empírico del cuestionario piloto con una muestra de 22 sujetos (media edad = 68,77, desv.= 5,30). Inicialmente se eliminaron aquellos ítems que se evidenciaron de difícil comprensión, ambiguos o, en general, problemáticos. Un análisis factorial preliminar permitió una reducción substancial del conjunto de datos a cuatro factores, reteniendo tres ítems en cada factor. El criterio de exclusión de los ítems se basó en el peso factorial aportado menor que 0,65 y en la redundancia de sus contenidos. El cuestionario final de validación quedó constituido por 12 ítems (véase anexo A).

Procedimiento seguido en la recogida de datos

En primer lugar se realizó una breve presentación de los objetivos de la investigación y de las preguntas, así como del procedimiento a seguir en las respuestas, finalmente se solicitó el consentimiento del entrevistado para su realización, garantizándose el anonimato de los datos recogidos.

La aplicación del cuestionario base se llevó a cabo por cuatro entrevistadores experimentados, y se realizó de forma individual. Su duración total aproximada fue de 30 minutos. Para la recogida de las respuestas, el entrevistador mostraba al sujeto una tarjeta con la escala numérica en la que cada puntuación posible estaba identificada por un color. El entrevistado podía referir la valoración numérica, o bien señalar directamente su respuesta en la tarjeta. Una vez finalizado el proceso de recogida de datos se eliminó alrededor de un 5% de los casos debido a las reticencias mostradas o a la poca rigurosidad en las respuestas.

RESULTADOS

El análisis de resultados se centra en el estudio de las propiedades psicométricas del instrumento, concretamente en la determinación de su consistencia factorial y estructural así como de su fiabilidad interna, se analizan también aspectos relacionados con la validez predictiva de la escala.

Validación factorial del cuestionario

El siguiente paso en el desarrollo del cuestionario consistió en su validación factorial sobre una muestra total de 340 sujetos. En la tabla II se muestra el resultado del análisis factorial de componentes principales con rotación Varimax de los 12 ítems de la EPSE.

Tabla II. Resultados del análisis de componentes principales con rotación varimax (normalización Kaiser)


Factor 1Factor 2Factor 3Factor 4MediaDesv.

Ítem 80,8704,981,78
Ítem 40,8494,791,96
Ítem 120,8074,761,97
Ítem 20,8484,031,90
Ítem 60,8294,462,01
Ítem 100,7884,652,08
Ítem 30,8815,161,90
Ítem 70,8595,281,93
Ítem 110,8405,241,85
Ítem 10,8124,182,20
Ítem 50,8094,212,14
Ítem 90,7844,392,05
Valor propio6,0451,7411,2771.096
% de la varianza explicada por cada componente rotado21,05320,76420,55519,870
Total de la varianza explicada de los componentes rotados 82,242%

Las escalas derivadas para cada factor fueron las siguientes:

Factor 1. Autoconcepto cognitivo: Está formado por ítems referentes a la valoración que realiza el sujeto de su memoria y estado cognitivo general (ítems 8, 4, 12).

Factor 2. Percepción subjetiva del tiempo: Incluye ítems relativos a la satisfacción y ocupación diaria del tiempo (ítems 2, 6, 10).

Factor 3. Percepción subjetiva de las relaciones sociales: Incluye ítems que hacen referencia a la percepción subjetiva del estado de las relaciones con los familiares y amigos (ítems 3, 7, 11).

Factor 4. Autoconcepto físico: Los ítems aquí incluidos se refieren a la autoevaluación del estado físico y de salud de los sujetos (ítems 1, 5, 9).

La puntuación total de cada escala se obtiene sumando el valor de cada uno de los ítems que la forman, teniendo en cuenta que los ítems 6, 10 y 11 se puntúan inversamente (p.e. 1= 7, 2= 6, ... 7= 1).

Análisis factorial confirmatorio y consistencia interna

Se utilizó un análisis factorial confirmatorio, realizado con Lisrel 8 (53), para verificar la supuesta estructura factorial compuesta por 12 variables observadas (ítems), sustentadas en cuatro constructos latentes (dimensiones) (Fig. 1).

Figura 1.Coeficientes estimados del modelo.

El análisis estructural del cuestionario se realizó partir de la matriz de varianza-covarianza obtenida de los datos brutos. Para determinar la adecuación del modelo, se examinaron siete índices de ajuste. El índice *2, el cociente entre *2 y los grados de libertad (*2 /gl), el error medio cuadrático residual (RMSR) (54), el índice de bondad de ajuste (GFI), el índice ponderado de ajuste (AGFI) (55), el índice no-normalizado (NFI) y el índice comparado (CFI). En función de dichos índices hay varios criterios recomendados para determinar la bondad del ajuste (56, 57). Un índice *2 no significativo indica un buen ajuste, aunque raramente se obtiene en la práctica. Un cociente *2 /gl menor que 2,0 sugiere un ajuste óptimo. Un índice RMSR de 0,10 indica un ajuste bastante bueno, mientras que si se considera un valor próximo a 0,05 el ajuste se puede valorar como bueno. Del mismo modo valores próximos a 0,90 de los índices GFI y AGFI sugieren también que el modelo es adecuado. Como indicador complementario del ajuste se suele considerar un valor superior a 0,90 para los índices de NFI y CFI (58).

En la tabla III se muestran los índices relevantes para valorar la adecuación del modelo propuesto. Todos los valores que relacionan las variables manifiestas con las dimensiones latentes y los coeficientes que relacionan dichas dimensiones entre sí son significativos (t> 1,96).

Tabla III. Índices estadísticos de ajuste del modelo


x2x2 /glGFI AGFIRMSRNFICFI

168,883,510,0370,930,880,940,96
gl 48

Intercorrelaciones entre variables

El análisis de las correlaciones entre las distintas variables (dimensiones latentes) apoya los resultados obtenidos en el modelo estructural, observándose una apreciable correlación entre ellas. Como se indica en la tabla IV, se observa una importante correlación de signo positivo entre un buen autoconcepto físico y un buen autoconcepto cognitivo, así como con la ocupación del tiempo disponible. Sin embargo hay que destacar que, a pesar de mostrar una correlación significativa y de signo positivo, el papel de las relaciones sociales está débilmente relacionado con el autoconcepto físico y el autoconcepto cognitivo, aunque sí se aprecia una correlación de mayor magnitud entre la calidad de dichas relaciones con la percepción subjetiva del tiempo.

Tabla IV. Intercorrelaciones escalas EPSE


ACPSTPSRSAF

AC1,00
PST0,513*1,00
PSRS0,326*0,435*1,00
AF0,606*0,617*0,391*1,00

* p< 0,01. AC: Autoconcepto cognitivo. PST: Percepción subjetiva del tiempo. PSRS: Percepción subjetiva de las relaciones sociales. AF: Autoconcepto físico.

Fiabilidad interna

La consistencia interna de cada escala se determinó calculando el coeficiente alfa de Cronbach. Las cuatro escalas mostraron una aceptable fiabilidad: Autoconcepto cognitivo *= 0,89, Percepción subjetiva del tiempo *= 0,89, Percepción subjetiva de las relaciones sociales *= 0,87 y el Autoconcepto físico *= 0,88.

Validez predictiva del cuestionario

Se realizaron contrastes previos univariantes de igualdad de medias para saber si los grupos se diferencian o no significativamente respecto a cada una de las cuatro variables del cuestionario. El análisis de la varianza (ANOVA) indicó diferencias significativas entre grupos en las variables Percepción subjetiva del tiempo [F (2,339)= 27.027, p< 0,05], Autoconcepto físico [F (2,339)= 10.514, p< 0,05] y el Autoconcepto cognitivo [F (2,339)= 12.197, p< 0,05]. No se hallaron diferencias significativas en las puntuaciones medias de las variables Percepción subjetiva de las relaciones sociales entre los grupos de autónomos y de dependientes [F (2,339)= 0,612, p> 0,205], pero sí se encontraron diferencias significativas entre estos y el grupo de residentes [F (2,339)= 96.185, p< 0,05]. En la tabla V se muestran las puntuaciones medias de cada variable.

Tabla V. Medias y desviaciones de las escalas de la EPSE por grupos


Autónomos (n=216)Dependientes (n=70)Residentes (n=54)

Media DesviaciónMedia DesviaciónMedia Desviación

AC17,003,8711,404,688,703,24
PST14,265,6411,425,288,554,35
PSRS17,164,2616,454,078,663,10
AF15,674,499,173,678,183,97

AC: Autoconcepto cognitivo. PST: Percepción subjetiva del tiempo. PSRS: Percepción subjetiva de las relaciones sociales. AF: Autoconcepto físico.

Se realizó también un análisis discriminante para tratar de asignar los sujetos a cada uno de sus grupos de pertenencia iniciales en función de las variables del cuestionario. Los resultados del análisis indican una aceptable sensibilidad del instrumento para identificar el grupo de pertenencia de los individuos. El porcentaje total de sujetos correctamente clasificados por las variables de la escala fue de un 84,7%. En la tabla VI se muestran las correlaciones de las variables con las dos funciones discriminantes resultantes del análisis y los resultados de la clasificación. Cabe destacar el 17,1% de errores de clasificación observados en el grupo de sujetos dependientes, hecho que probablemente puede ser debido al peso de la variable Percepción subjetiva de las relaciones sociales en la función discriminante. Hay que tener en cuenta que en los contrastes previos esta variable no presentó diferencias significativas entre los grupos autónomos y dependientes.

Tabla VI. Correlación de las variables con las funciones discriminantes y resultados de la clasificación


Función 1 Función 2

Valor de la correlación de cada variable con la función
AC 0,713 –0,259
PST 0,639 –0,492
PSRS 0,339 0,020
AF 0,567 0,739
Valor propio 1,391 0,223
% varianza explicada 86,2 13,8
Resultados de la clasificación
Autónomos Dependientes Residentes
Autónomos 85,2% 5,6% 9,3%
(n= 184) (n= 12) (n= 20)
Dependientes 17,1% 77,1% 5,7%
(n= 12) (n= 54) (n= 4)
Residentes 3,7% 3,7% 92,6%
(n=2) (n= 2) (n= 50)

AC: Autoconcepto cognitivo. PST: Percepción subjetiva del tiempo. PSRS: Percepción subjetiva de las relaciones sociales. AF: Autoconcepto físico.

Discusión

En este trabajo se han presentado los datos del desarrollo y validación preliminar de un instrumento de evaluación del autoconcepto en personas mayores. La Escala de Percepción Subjetiva de la Vejez (EPSE) está formada por 12 ítems que reflejan cuatro dimensiones subyacentes del autoconcepto ­Autoconcepto Cognitivo (AC), Percepción Subjetiva del Tiempo (PST), Percepción Subjetiva de las Relaciones Sociales (PSRS) y Autoconcepto Físico (AF)­, y presenta unas aceptables propiedades psicométricas tanto estructurales como de consistencia interna. Los resultados obtenidos apoyan también la hipótesis que el autoconcepto posee una estructura multidimensional que se sustenta en dichas dimensiones básicas.

La escala se ha mostrado como un instrumento sensible a las posibles diferencias en el autoconcepto entre los distintos grupos que formaban el estudio. Los resultados obtenidos indican valoraciones diferenciales del autoconcepto entre las personas mayores según el contexto de procedencia, con unas puntuaciones más elevadas en el grupo de sujetos autónomos frente al grupo de dependientes y residentes.

Por otra parte, las distintas dimensiones del autoconcepto parecen estar fuertemente relacionadas entre sí. Los referentes reales del autoconcepto condicionan cierta interdependencia entre sus dimensiones. Un buen referente real físico y cognitivo facilita la movilidad y el nivel de actividad diaria, aunque no incide necesariamente en la percepción de las relaciones sociales, ya que este último factor presenta una débil correlación de signo positivo con los otros tres. Por lo tanto, es posible suponer que las limitaciones en alguna de las áreas reales como la salud física, la cognitiva o la de actividad, condicione un autoconcepto negativo en alguna de sus dimensiones. Una limitación física real restringe las posibilidades de actividad diaria incidiendo negativamente en las restantes dimensiones del autoconcepto, aunque en menor medida en las relaciones con la familia y amigos. También es posible suponer que, en muchos casos, ciertas necesidades asistenciales incrementan la cantidad o la calidad de las relaciones sociales, ya sea con la familia, con los amigos o con los asistentes y voluntarios sociales.

En resumen, el estudio preliminar de la EPSE presenta una buena fiabilidad y robustez estructural, así como una aceptable sensibilidad discriminante, lo que recomendaría su uso como instrumento de screening dentro de protocolos más amplios de valoración de la calidad de vida y del bienestar subjetivo. Sin embargo, son necesarios más estudios empíricos que apoyen la validez de la escala con criterios externos (validez de constructo) y su especificidad como medida del autoconcepto en personas mayores. Serían aconsejables estudios correlacionales con otros instrumentos de medida del autoconcepto y con diferentes variables psicológicas, así como su aplicación a muestras más representativas que incluyan contextos más específicos (p.e. con población clínica).


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ANEXO A

EPSE. Escala de percepción subjetiva del envejecimiento

1. Creo que para la edad que tengo me encuentro muy en forma.

2. Estoy tan ocupado que los días se me hacen cortos.

3. Tengo una buena relación con mis familiares más cercanos.

4. Creo que tengo la misma agilidad mental que antes.

5. Creo que tengo una buena salud y me encuentro bien a pesar de algunas molestias de vez en cuando.

6. Me aburro frecuentemente.

7. Creo que la relación que tengo con mis amigos es buena.

8. Recuerdo con la misma claridad las cosas que sucedieron hace mucho tiempo y las que han ocurrido hace poco.

9. En comparación con la gente de mi edad creo que tengo más energía y salud.

10. Siento que paso la mayor parte del día sin hacer nada.

11. Creo que mis familiares me tienen un poco olvidado y no se preocupan demasiado por mí.

12. Considero que mi memoria sigue siendo muy buena.

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