El manejo de la vía aérea es un aspecto crítico de la anestesiología, esencial para garantizar la seguridad del paciente durante diversas intervenciones médicas que incluyen cirugías, atención urgente y cuidados críticos. A pesar de los avances, la laringoscopia y la intubación traqueal difíciles siguen siendo desafíos significativos, particularmente en escenarios urgentes, planteando riesgos de hipoxia, daño cerebral y muerte. Este artículo examina la eficacia de los videolaringoscopios (VLS) y las videomascarillas laríngeas (VML) para mejorar los resultados del manejo de la vía aérea en comparación con las técnicas tradicionales en diversos entornos clínicos.
Realizamos una revisión amplia de la literatura y de las prácticas actuales, analizando las ventajas y limitaciones de los VLS y las VML. El artículo destaca la importancia de la visualización en el manejo de la vía aérea y evalúa la efectividad de dichos dispositivos en diversos ámbitos. Los VLS y las VML ofrecen diversos beneficios con respecto a la laringoscopia directa tradicional, incluyendo mejora de la visualización glótica, tasas más altas de éxito al primer intento, reducción de las tasas de desaturación de oxígeno y menos eventos adversos. Dichos dispositivos aportan un mayor ángulo de visión y permiten la monitorización en tiempo real, lo que mejora la seguridad global del paciente. Además, actúan como herramientas educacionales excelentes para la formación de anestesiólogos y otros profesionales sanitarios implicados en el manejo de la vía aérea.
En situaciones de emergencia y cuidados críticos, la colocación rápida y precisa de dispositivos para la vía aérea es crucial. Los VLS y las VML facilitan la intubación rápida y fiable, reduciendo la probabilidad de complicaciones tales como intubación esofágica o traumatismo en la vía aérea. Estas tecnologías también mejoran el trabajo en equipo y la coordinación, ya que la visión de la vía aérea puede ser compartida con el equipo médico al completo.
La adopción de los VLS y las VML como práctica estándar para el manejo de la vía aérea puede mejorar considerablemente la visualización y las tasas de éxito, reduciendo el riesgo de complicaciones. Dichos dispositivos deben integrarse en el uso clínico rutinario para mejorar los resultados de los pacientes. Se necesita más investigación para optimizar su aplicación y explorar avances como la inteligencia artificial en el manejo de la vía aérea.
Airway management is a critical aspect of anesthesiology, essential for ensuring patient safety during various medical interventions, including surgery, emergency care, and critical care settings. Despite advancements, difficult laryngoscopy and tracheal intubation remain significant challenges, particularly in emergency scenarios, posing risks of hypoxia, brain damage, and death. This article examines the efficacy of videolaryngoscopy (VLS) and video laryngeal mask airways (VLMA) in improving airway management outcomes compared to traditional techniques across diverse clinical environments.
We conducted a comprehensive review of literature and current practices, analyzing the advantages and limitations of VLS and VLMA. The paper highlights the importance of visualization in airway management and evaluates the effectiveness of these devices in various settings. VLS and VLMA offer several benefits over traditional direct laryngoscopy, including enhanced glottic visualization, higher first-attempt success rates, reduced rates of oxygen desaturation, and fewer adverse events. These devices provide a larger angle of view and allow for real-time monitoring, improving overall patient safety. Additionally, they serve as excellent educational tools for training anesthesiologists and other healthcare providers involved in airway management.
In emergency and critical care scenarios, the rapid and accurate placement of airway devices is crucial. VLS and VLMA facilitate quicker and more reliable intubation, reducing the likelihood of complications such as esophageal intubation or airway trauma. These technologies also allow for better teamwork and coordination as the airway view can be shared with the entire medical team.
The adoption of VLS and VLMA as standard practice in airway management can significantly enhance visualization and success rates, reducing the risk of complications. These devices should be integrated into routine clinical use to improve patient outcomes. Further research is warranted to optimize their application and explore advancements such as artificial intelligence in airway management.
El manejo de la vía aérea es una parte altamente compleja y vital de la anestesiología debido a su papel crítico en garantizar una vía aérea permeable, el intercambio eficiente de gases y la seguridad del paciente durante las intervenciones quirúrgicas. La laringoscopia difícil no prevista y la intubación traqueal difícil, especialmente en casos urgentes, siguen suponiendo desafíos potencialmente mortales en la práctica diaria, ya que la vía aérea es esencial para una adecuada oxigenación1.
Es bien sabido que el manejo de la vía aérea comporta un riesgo considerable de complicaciones debido a la variabilidad de la anatomía y fisiología del paciente, la naturaleza dinámica e impredecible de las condiciones de la vía aérea, los factores específicos del paciente, la necesidad crítica de una evaluación preoperatoria precisa, los desafíos técnicos en el uso de diversos dispositivos y técnicas, la necesidad de habilidades avanzadas y experiencia, y la importancia de la efectividad de una preparación y trabajo en equipo efectivos1.
La desaturación rápida y la hipoxia pueden causar daño cerebral y muerte. Sigue reportándose morbilidad relacionada con la vía aérea en las demandas legales cerradas y en las auditorías de práctica clínica2-5. Los estudios Closed Claims de la ASA2 y NAP44 describen ‘la demora en el manejo de la vía aérea’ y la falta de reconocimiento oportuno de un escenario cambiante ‘no puedo ventilar, no puedo oxigenar’ como contribución mayor al daño cerebral y la muerte. Hasta un tercio de las muertes relacionadas con la anestesia se deben a un fallo en la intubación traqueal, ventilación y oxigenación del paciente, mientras que el 75% de estos casos de demandas cerradas implicó fallos de juicio que originaron complicaciones graves4,6.
La incidencia del manejo de la vía aérea difícil o fallido reportada en la literatura difiere sustancialmente según los contextos, siendo la menor incidencia en el quirófano (hasta el 8%) y la mayor (hasta el 30%) en anestesia obstétrica y pediátrica y los ámbitos prehospitalario, de urgencias y de cuidados críticos7. Los fallos se deben a dificultades tales como sostener adecuadamente una mascarilla facial, insertar correctamente un tubo endotraqueal (TET) o un dispositivo supraglótico (DSG) y los riesgos asociados con múltiples intentos, especialmente la perseverancia en la aplicación consistente de cualquier técnica o herramienta para el manejo de la vía aérea más de dos veces sin desviación o cambio de técnica8. Idealmente, los intentos de manejo de la vía aérea solo deben realizarse mientras el paciente permanezca bien oxigenado.
El manejo óptimo de los problemas en la vía aérea es un enfoque multidimensional que implica la evaluación cuidadosa de la misma, la identificación de factores de riesgo potenciales, la selección de dispositivos óptimos, la comprobación de la disponibilidad del equipo y el desarrollo de estrategias alternativas de contingencia en caso de intentos iniciales fallidos. Esto incluye planes para la intubación traqueal difícil y el acceso quirúrgico urgente a la vía aérea, como por ejemplo eFONA, que es un acceso de emergencia a la vía aérea mediante una cricotiroidotomía con técnica de bisturí y guía, en casos de urgencia de «no se puede ventilar, no se puede oxigenar»9. Todas las guías actuales sobre la vía aérea difícil recomiendan algoritmos establecidos para la gestión de estas situaciones y respaldan el uso de opciones de estrategias de salida en caso de fallo en la inserción del TET1,7-11. Dichas estrategias incluyen declarar la intubación traqueal fallida a la vez que se solicita ayuda extra, despertar al paciente, utilizar temporalmente un DSG, proceder con un intento controlado adicional realizado por un anestesiólogo experimentado, utilizando una técnica diferente, o realizar un acceso cervical urgente7-9,11,12.
¿Por qué es complicado el manejo de la vía aérea en ciertas circunstancias?Existen numerosos motivos por los que el manejo de la vía aérea es particularmente complicado durante la inducción de la anestesia. Cada paciente presenta una anatomía única, y algunos pueden tener condiciones específicas, como obesidad, macroglosia, micrognatia, anomalías congénitas, traumatismo intraoral, edema, hemorragia, infecciones y tumores. Además, pueden surgir eventos inesperados que comprometan la vía aérea, como la aspiración gástrica, la obstrucción de la vía aérea o fallos en el equipo. La gestión de la vía aérea en pacientes en los extremos de la vida (neonatos y ancianos) presenta desafíos adicionales debido a diferencias en la anatomía, fisiología y patologías asociadas13. Sin embargo, la visibilidad limitada o nula de orofaringe y laringe es un problema frecuente, a menudo relacionado con la inserción «a ciegas» de herramientas para la vía aérea. Esto puede resultar en complicaciones como la intubación esofágica o el mal funcionamiento de DSG.
¿Los tests de evaluación preoperatoria predicen con precisión la vía aérea difícil?Existen múltiples pruebas disponibles para predecir y manejar la vía aérea difícil como, por ejemplo, el test de Mallampati, las distancias tiromentoniana, hiomentoniana y esternomentoniana, el test de mordida del labio superior, la apertura bucal, la circunferencia del cuello, la escala de Wilson y el índice de riesgo multivariado de El-Ganzouri6,14. Sin embargo, todos estos parámetros y puntuaciones utilizados durante las pruebas a pie de cama para predecir una vía aérea difícil muestran baja sensibilidad y alta variabilidad15. De hecho, a pesar de los grandes esfuerzos realizados, no existen medidas efectivas y precisas recomendadas que predigan debidamente la vía aérea difícil, dada la naturaleza impredecible de las condiciones de la vía aérea. La ecografía en el punto de atención (point-of-care ultrasound [POCU]) de la vía aérea ha surgido como una herramienta no invasiva más útil y confiable para anticipar posibles dificultades y optimizar las estrategias de manejo de la vía aérea, aunque se requiere más investigación6,16-21.
Asimismo, el análisis de la causa raíz en caso de incidente relacionado con la vía aérea puede ser difícil de resolver cuando las cosas van mal, momento en que el operador está bajo presión de tiempo para comprender el problema y tomar decisiones precisas y rápidas en cuanto al mejor enfoque para manejar la vía aérea.
El manejo óptimo de los problemas de la vía aérea requiere un enfoque multidimensional que implica preparación, evaluación, competencia técnica y uso de las herramientas y estrategias adecuadasEl manejo exitoso de la vía aérea requiere ser competente en diversas técnicas, incluyendo la ventilación con mascarilla facial, el uso de DSG, la intubación endotraqueal y la cricotirotomía. El manejo efectivo de la vía aérea requiere un conocimiento extenso, habilidades, experiencia y entrenamiento continuo, ya que la industria nos proporciona continuamente nuevos dispositivos tecnológicos avanzados para la vía aérea. Sin embargo, incluso con buenas visualizaciones glóticas, tanto con laringoscopia directa como indirecta, la colocación del TET puede ser difícil en uno de cada 20 pacientes22. Una vez colocado el dispositivo para la vía aérea (TET/DSG), es necesaria la confirmación de su adecuada colocación. El uso de pruebas subjetivas (auscultación, palpación, inspección, vaho en el tubo, dispositivo de detección esofágica, capnografía calórica) carece de alta sensibilidad y especificidad, causando falsos positivos/negativos. Incluso el estándar de oro, que es la onda de capnografía continua, no siempre garantiza la confirmación de la posición exacta del TET.
¿Cuál es el potencial de la videolaringoscopia y las videomascarillas laríngeas?Han surgido nuevas técnicas para visualizar la inserción, posición y función del dispositivo de la vía aérea para ayudar al anestesiólogo, como son los videolarongoscopios (VLS) o las videomascarillas laríngeas (VML), que incorporan un videoscopio. La cuestión que surge es si estos nuevos equipos pueden identificar adecuadamente las estructuras anatómicas durante la inserción de un TET o un DSG.
VideolaringoscopiaLa videolaringoscopia es una técnica avanzada para el manejo de la vía aérea que ofrece diversas ventajas sobre la laringoscopia directa tradicional, gracias a su capacidad para mejorar la visión de la glotis y la visualización de la vía aérea en la pantalla del monitor debido a23: a) su visualización mejorada de la glotis y estructuras circundantes, que es especialmente beneficiosa en casos en que la laringoscopia directa puede fallar; b) su capacidad de visión de las estructuras de la vía aérea en tiempo real en una pantalla por parte de todo el equipo, que permite la visualización compartida, una mejor monitorización y ajuste durante la intubación, lo que potencialmente aumenta la seguridad del paciente; c) sus tasas más altas de éxito de intubación al primer intento, incluso en pacientes con vía aérea difícil; d) su asociación con menores tasas de desaturación de oxígeno durante la intubación, lo cual es esencial para mantener la estabilidad del paciente durante el procedimiento; e) su excelente herramienta educativa para formación y educación de nuevos profesionales, y su menor curva de aprendizaje con respecto a los métodos tradicionales; f) su menor cantidad de eventos adversos durante la intubación, ya que requiere una manipulación menos forzada, lo que reduce la probabilidad de trauma en las estructuras de la vía aérea; g) su versatilidad en diversos escenarios clínicos, incluyendo contextos de urgencia, quirófano y unidad de cuidados intensivos, destacando su efectividad en diferentes entornos clínicos, y h) sus opciones de grabación y captura de imágenes, útiles para documentación clínica y referencia futura, pudiendo contribuir al análisis de técnicas y resultados de intubación24-40.
Dado que la cámara digital y la fuente de luz están montadas muy cerca (2-3cm) del extremo distal del laringoscopio y cerca de la laringe, el VL ofrece consistentemente un mejor ángulo de visión de la orofaringe y laringe (60°) y 4veces mayor, que la clásica laringoscopia (directo) (15°). Con esta última, la distancia entre el ojo del laringoscopio y las cuerdas vocales es de alrededor de 30 a 40cm, reduciendo el ángulo de visión30. Sin embargo, siguen existiendo puntos ciegos al utilizar un VL, no siendo consciente el operador de la localización del extremo del TET hasta que aparece en la pantalla del monitor, causando potencialmente un traumatismo en la vía aérea no reconocido, especialmente al utilizarse estiletes rígidos o inserciones forzadas31,32. Se ha observado que el espacio entre el lado derecho del reborde de la pala del laringoscopio y la pared palatofaríngea difiere sustancialmente entre los diversos VLS, reduciendo el espacio disponible para la inserción del TET, lo que hace que la intubación traqueal sea propensa al traumatismo de la mucosa de la orofaringe31-33. Por tanto, la inserción y el avance del TET deberán controlarse visualmente y deslizarse suavemente más allá de la úvula y el pliegue palatofaríngeo, utilizando una visión directa de la orofaringe para garantizar la no violación de los planos tisulares, lo que podría causar potencialmente traumatismos31-33. Seguidamente, la atención del operador debe centrarse en la pantalla del monitor, para guiar adicionalmente al TET hacia la posición traqueal correcta, observando su paso en la pantalla del monitor del VL.
Además, a pesar de la buena iluminación y visibilidad de la boca utilizando las fuentes de luz superior que originan una visión adecuada, la intubación traqueal puede seguir siendo difícil o incluso imposible con un VL. Esto puede requerir dispositivos adicionales, como, por ejemplo, un bougie de goma elástica, un estilete, un o una pala hiperangulada, ya que la anatomía puede diferir entre los pacientes. Y, además, siguen produciéndose lesiones orofaríngeas tras la instrumentación de la boca en pacientes con obesidad mórbida, macroglosia o dientes caninos prominentes, y uso, por ejemplo, de inserción ciega de TET, estilete rígido, tubo de doble luz u orogástrico, e inserción de sonda rígida de temperatura o de ecocardiografía transesofágica.
No todos los VLS producen la misma visión orofaríngea y laríngea. Por tanto, es esencial que los anestesiólogos comprendan las diferencias entre las distintas marcas existentes de VLS, dispositivos con y sin canal, así como el diseño y tamaño de las palas utilizadas34-40. Aun cuando se selecciona una pala Macintosh, existen diferencias sutiles entre las diferentes marcas de VLS, similares al diseño del VL para casos difíciles utilizando una pala hiperangulada. Cada fabricante de VLS tiene su longitud, anchura y curvatura de pala específica. Es importante familiarizarse con los diferentes VLS. Los autores aconsejan probar previamente un VL nuevo en maniquís y tomar una decisión informada sobre qué VL se adapta mejor para practicar en pacientes. Aunque el coste es indudablemente un factor importante, la videolaringoscopia es el camino a seguir23,40.
Videomascarillas laríngeasLos DSG son dispositivos utilizados frecuentemente como técnica primaria para el manejo de la vía aérea en muchas intervenciones quirúrgicas. Además, tienen un papel fundamental en casos de intubación traqueal difícil o fallida y en situaciones emergentes7-9,11. Su rol vital como dispositivo de rescate está claramente demostrado, ya que pueden servir como conducto para facilitar la broncoscopia flexible y guiar visualmente la colocación de un TET. Sin embargo, los DSG insertados a ciegas suelen adoptar una posición incorrecta. Diversas técnicas han demostrado que la inserción de un DSG resulta en un posicionamiento subóptimo en el 50-80% de los casos, aunque ello no significa que deriven automáticamente en una vía aérea fallida41,42. Los DSG son dispositivos bastante “permisivos” y, aun cuando se colocan de forma subóptima, pueden funcionar de manera más o menos satisfactoria. No obstante, si no están bien posicionados, el intercambio de gases adecuado puede verse comprometido.
Sin embargo, si se opta por la mejor posición y funcionamiento posibles del DSG, la técnica de inserción guiada por visión es el método de elección, ya que permite realizar maniobras para optimizar su posición en la vía aérea42. Inicialmente, se utilizaba la laringoscopia directa o indirecta para insertar un DSG, lo que resultaba en una situación congestionada debido a la presencia de varios dispositivos en el espacio limitado de la orofaringe. Ajustando la pala del VLS, haciéndola más fina, puede ayudar a crear más espacio para mejorar la colocación del DSG en la posición correcta.
Un paso adicional es la introducción de un DSG de tercera generación, es decir, una VML, en la que se inserta un videoscopio reutilizable en un canal ciego del DSG, que permite ver el proceso de inserción y su posicionamiento en la hipofaringe. Van Zundert et al.43-45 argumentaron a favor de un dispositivo supraglótico (SAD) de tercera generación que facilita la colocación con visión directa y describieron las características, ventajas y desventajas de algunos de los nuevos dispositivos laríngeos con visión incorporada, las VML.
De hecho, diversos fabricantes han desarrollado distintas VML46-55. El TotaltrackTM (Medcomflow S.A., Barcelona, España) combina una mascarilla laríngea y un VLS diseñado para permitir ventilación supraglótica e intubación traqueal simultáneas bajo visualización continua en pacientes con vía aérea difícil prevista o no prevista, sin necesidad de adyuvantes, en contraste con la intubación traqueal con con fibrobroncoscopio a través de un DSG51. Otras VML incluyen SaCoVLMTM (Safe Comfortable Video Laryngeal Mask, Zhejiang UE Medical Corp, Hangzhou, China) y el sistema de VML SAFELMTM, con un ángulo de visión ajustable (Changsha Magill Medical Technology Co. Ltd, Changsha, Hunan, China)44. Dichas VLM incluyen un canal de ventilación e intubación, un canal del tubo gástrico y un canal visual independiente con extremo ciego para el videoscopio, que conecta la cámara a la pantalla del monitor. La cámara electrónica flexible reutilizable (longitud focal de 7mm, ángulo de 90˚) se conecta por cable a una pantalla remota (8 pulgadas, SaCoVLMTM) o se sitúa en la parte superior del dispositivo (3 pulgadas, SAFELMTM)44.
Las pruebas iniciales realizadas en pacientes por diversos investigadores muestran resultados prometedores. Las VML combinan los beneficios de un DSG de 2.ª generación con la guía visual continua durante su inserción en el monitor. Por lo tanto, las VML puede considerarse un nuevo monitor en el manejo de la vía aérea56. Esta colocación visual ayuda a confirmar la posición correcta, reduce el riesgo de colocación incorrecta y permite realizar maniobras correctoras si es necesario. Además, si se requiere la colocación de un ETT en la tráquea, la VML permite su inserción bajo visión. Dichos estudios muestran un incremento de la tasa de inserción exitosa al primer intento de los TET al utilizar estos dispositivos.
¿Qué nos depara el futuro?El examen preoperatorio endoscópico de la vía aérea puede ayudar a los anestesiólogos a identificar cualquier problema existente en la vía aérea, y a visualizar directamente la anatomía de la misma, evitando así exámenes de imagen (rayos X, TAC, RM).
Tanto los VLS como las VML permiten grabar las imágenes tomadas durante la inserción de los dispositivos. Dichas imágenes deberán incorporarse a la historia clínica (electrónica) del paciente, con el fin de informar mejor a los futuros anestesiólogos sobre cualquier problema relacionado con la vía aérea.
La inteligencia artificial (IA) es una herramienta potente que puede detectar con precisión las estructuras anatómicas de la vía aérea durante la inserción de un TET o un DSG. Además, permite realizar análisis de secuencia temporal durante la inserción, descomponiendo las imágenes grabadas por el VL en varias fases mediante un modelo de IA entrenado con el algoritmo YOLO (You Only Look Once)57,58. Este enfoque basado en IA permite detectar estructuras anatómicas relacionadas con la intubación traqueal en el tracto de la vía aérea, analizando imágenes del VL, y desarrollar un modelo automático basado en IA para reducir el tiempo total de intubación traqueal58. Las aplicaciones (apps) disponibles para predecir las vías aéreas difíciles están diseñadas para ayudar a los anestesiólogos a evitar complicaciones anestésicas graves, aunque, indudablemente, ello suscitará nuevas cuestiones57.
Si el manejo de la vía aérea se situara ‘en la cabina de un avión’, los dispositivos modernos como VLS o VML serían el equipo estándar para visualizar qué camino seguir. De hecho, hacemos mejor lo que podemos ver. Es momento de dejar atrás el uso de equipos «a ciegas» o tecnologías obsoletas. La intubación a ciegas a través de un DSG ya no es una técnica aceptable. Todos los anestesiólogos deberán ponerse en pie por sus pacientes y colegas, y dar lo mejor de sí para convencer a los administradores hospitalarios de que les doten de equipo esencial, no solo para los casos difíciles únicos, sino para su uso estándar óptimo en cada paciente, ya que la vía aérea difícil puede surgir inesperadamente.
Sin embargo, además de evaluar debidamente y juzgar de manera crítica, la planificación integral y la preparación correcta de cualquier situación relacionada con la vía aérea, el conocimiento actualizado y la formación regular son la esencia de un anestesiólogo exitoso que mantiene la aptitud y experiencia avanzadas, lo cual es clave para el cuidado adecuado de la vía aérea del paciente.
LimitacionesAún es necesario determinar cuál es el VL ideal, así como contar con más cámaras integradas en las VML para observar todos los aspectos del posicionamiento del DSG, mostrando el primer y segundo sellos de la vía aérea, y verificar si el tamaño del dispositivo in situ es el correcto para garantizar un funcionamiento óptimo. Debemos ser conscientes de que, a pesar de todos estos avances técnicos, seguirán existiendo situaciones en las que ni los VLS ni las VML lograran un funcionamiento adecuado. Por tanto, debemos seguir adhiriéndonos a las guías de la vía aérea para minimizar los riesgos y estar preparados para utilizar opciones estratégicas de salida. Por ello, es fundamental seguir las guías de manejo de la vía aérea para minimizar riesgos y estar preparados para utilizar estrategias de rescate.
Las verificaciones visuales mediante el uso de VL y VML mejoran significativamente el manejo de la vía aérea al optimizar la visualización, aumentar las tasas de éxito y servir como herramientas educativas valiosas. Sin embargo, estos dispositivos son más costosos, lo que podría limitar su disponibilidad. A pesar de los costes directos asociados, y algunos retos técnicos (como el empañamiento de la lente de la cámara o su obstrucción por secreciones), los beneficios que aportan, tanto en escenarios rutinarios como en el manejo de la vía aérea difícil, pueden lograr que sean rentables y altamente valiosos en la práctica anestésica moderna. La formación y la práctica regulares con estos dispositivos son esenciales para potenciar sus ventajas.
ConclusionesNo disponemos de predictores fiables de vía aérea difícil. A medida que evolucione la literatura sobre el manejo de la vía aérea, los anestesiólogos deben actualizar las guías, recomendaciones y principios aceptados sobre el tratamiento óptimo y los equipos más adecuados. Los videolaringoscopios (VLS) han surgido como una herramienta de seguridad que ofrece varias ventajas sobre la laringoscopía directa, incluyendo un ángulo de visión cuatro veces mayor. Sin embargo, abogamos por su uso estándar y no incidental, ya que el éxito de la intubación aumenta cuando se utilizan de manera rutinaria en todas las situaciones. Las VML son dispositivos prometedores. La inserción a ciegas de un DSG o la inserción ciega de un TET a través de un DSG ya no es una técnica aceptable, especialmente cuando existen alternativas válidas que evitan complicaciones y tasas elevadas de fallos. Por tanto, la inserción videoguiada de los TET o DSG es el camino a seguir en todas las circunstancias del manejo de la vía aérea.
Tanto los VLS como las VML excelentes herramientas de enseñanza e investigación, ya que permiten a los instructores, supervisores e investigadores verificar con precisión lo que el (aprendiz) intubador está viendo, ofreciendo orientación en tiempo real. Para los noveles en el manejo de la vía aérea, la curva de aprendizaje es mucho más corta en comparación con los métodos tradicionales, es decir, el uso de la laringoscopia directa clásica e inserción a ciegas de un DSG. Sin embargo, este no es el final. La inteligencia artificial y otras tecnologías pueden traer nuevos cambios en la búsqueda constante de herramientas ideales para maximizar la correcta colocación y el funcionamiento óptimo de los dispositivos de la vía aérea. No obstante, debemos considerar al equipo de VLs y a las VMLs como el nuevo estándar de oro en el manejo de la vía aérea.
FinanciaciónNinguna que declarar.
Conflicto de interesesNinguno.