Objetivos: Determinar el efecto del contraste yodado vía endovenosa sobre la función renal, en pacientes con insuficiencia renal crónica cuando no hay ninguna enfermedad aguda intercurrente.

Material y métodos: Estudio observacional prospectivo que analiza la variación de los niveles de creatinina en pacientes con insuficiencia renal crónica en relación con la administración intravenosa de contraste yodado. Se incluyeron pacientes con insuficiencia renal crónica (aclaramiento de creatinina < 60 ml/min) sin enfermedad aguda, en los que se realiza seguimiento mediante TC, de aneurisma aórtico o endoprótesis aórticas. Se determinaron los niveles de creatinina al inicio del estudio y 48-72 horas después del TC con contraste. En todos se obtuvo el consentimiento informado. Definimos nefropatía inducida por contraste (NIC) como aumento del 25% en los niveles de creatinina sérica desde el inicio.

Resultados: De 2010 a 2014, 86 pacientes (todos hombres, con media de edad 77,4 y rango 59-95) reunieron los criterios de inclusión. Clasificación por tasa de filtración glomerular basal [FGe]: G3a (45-59 ml/min): 39 pacientes (45,3%). G3b (30-44 ml/min): 33 (38,3%). G4 (15 a 29 ml/min): 10 (11,6%). G5 (< 15 ml/min): 4 (4,6%). Ningún paciente presentó un aumento sérico de los niveles de creatinina del 25% como criterio de NIC.

Conclusiones: En pacientes con insuficiencia renal crónica sin enfermedad aguda, el contraste yodado intravenoso no tiene efecto nefrotóxico. El contraste yodado intravenoso es menos nefrotóxico de lo que se pensaba. Muchos casos reportados como NIC fueron probablemente secundaria a enfermedades agudas de los pacientes. Renunciar a la información radiológica aportada por la administración de contraste en pacientes con insuficiencia renal crónica puede ser un error.