Centella
Centella asiatica (L.) Urban (apiáceas)
PLANTAS MEDICINALES Y DROGAS VEGETALES
La centella o hidrocotile (Centella asiatica [L.] Urban = Hydrocotile asiatica L.) es una pequeña planta perenne, cuyo nombre deriva del griego hidro (agua) y cotile (copa), refiriéndose respectivamente a los ambientes húmedos en los que habita y a la forma de copa de las hojas. Los principales productores de la droga se encuentran en la India, Sri Lanka, Madagascar, México, Venezuela, Colombia, Sudáfrica y sudeste de Estados Unidos.
La planta presenta largos estolones, de cuyos nudos surgen hojas peltadas con el limbo reniforme u orbicular (2 a 5 cm de diámetro) y un largo pecíolo (5 a 15 cm de longitud). Dichas hojas presentan nervadura palmada y el margen ligeramente crenado. Las hojas adultas son glabras, mientras que las jóvenes tienen algunos tricomas en la cara inferior. De las axilas de las hojas surgen las inflorescencias, que son umbelas simples cortamente pediceladas y presentan 3 flores (raramente 2 o 4) muy pequeñas (2 mm), pentapétalas, ovaladas y de color violeta claro. El fruto, de color gris marronáceo, es un cremocarpo orbicular de hasta 5 mm de longitud. Está aplanado lateralmente y muestra de 7 a 9 estrechos cordones prominentes.
La droga está constituida por las partes aéreas de la planta (Centellae asiaticae herba) que son recolectadas durante todo el año, secadas al sol y posteriormente almacenadas en contenedores en condiciones de frío y sequedad previo al posterior procesamiento comercial.
Composición química
Los principios activos de la centella son de tipo triterpénico, destacando el asiaticósido y el madecasósido, cuyos aglicones son los ácidos asiático y madecásido. La Farmacopea Europea indica que debe contener no menos del 6% de derivados triterpénicos totales, expresados como asiaticósido y calculado respecto a la droga seca.
La droga también contiene taninos, aceite esencial (rico en ß-cariofileno, trans-ß-farneseno y germacreno D), fitosteroles (campesterol, sitoesterol y estigmaesterol), mucílagos, resina, aminoácidos libres (alanina, serina, aminobutirato, aspartato, glutamato, lisina y treonina), ácidos grasos (ácido linoleico, linolénico, oleico, palmítico y esteárico), flavonoides (diversos heterósidos de la quercetina y el kempferol), el alcaloide hidrocotilina y el principio amargo vallerina.
Acción y utilización
Los extractos y los principios activos triterpénicos han mostrado una acción cicatrizante en animales de experimentación y en estudios clínicos. Esta acción se ha relacionado con su capacidad de est imular la producción de colágeno, que ha sido demostrada en experimentos in vitro tanto para los extractos como para el asiaticósido y los ácidos asiático y madecásico. Además, el asiaticósido disminuye la fibrosis en heridas ya que, además del colágeno, favorece la formación de mucopolisacáridos ácidos e inhibe la fase inflamatoria en la formación de cicatrices y queloides. Por ello, previene la formación de marcas cicatriciales.
Los preparados de centella se emplean para acelerar la cicatrización de heridas posquirúrgicas y postraumáticas, en el tratamiento de úlceras dérmicas y quemaduras de segundo y tercer grado, así como en la prevención de queloides y cicatrices hipertróficas.
Extractos de centella han demostrado también efectividad sobre úlceras gástricas y duodenales inducidas por estrés, tanto en animales de experimentación como en humanos.
Asimismo, preparados de centella han mostrado eficacia clínica en el tratamiento de insuficiencia venosa, observándose una mejora de la distensión venosa y del edema.
Si bien existen preparados de extractos de centella para uso oral e inyectable (intramuscular o subcutánea profunda), la mayor parte son para uso tópico: polvos, pomadas, aerosoles para uso externo, apósitos o compresas. También se presentan en forma de óvulos para aplicación vaginal, que se utilizan en el tratamiento de afecciones vulvovaginales, especialmente cuando está lesionada la pared vaginal.
Por último, se emplean en forma de colirios en casos de úlceras corneales, queratitis, heridas del globo ocular, quemaduras, etc.
La tolerancia en los estudios clínicos realizados hasta ahora es buena. Ocasionalmente, se han descrito efectos adversos en forma de dolor y sensación de quemazón tras inyección intramuscular o aplicación tópica en polvo, así como algunos casos de dermatitis de contacto. *