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Vol. 22. Núm. 1.
Páginas 108-114 (Enero 2003)
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El hipérico y el tratamiento de la depresión
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Fernando Paredes Salido, Juan José Roca Fernández
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Tabla 1. Indicaciones y fármacos antidepresivos
Tabla 2. Efectos adversos causados por los antidepresivos tricíclicos
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Estudios publicados sobre el hipérico, o hierba de san Juan, para tratar la depresión demuestran que es tan eficaz como la imipramina y que podría considerarse como tratamiento de primera elección en pacientes con depresión moderada. En el presente trabajo se abordan las características de la depresión y las posibilidades terapéuticas del hipérico frente a las de los antidepresivos tricíclicos.

La sintomatología depresiva es una de las causas más frecuentes de consultas no especializadas y constituye uno de los diagnósticos psiquiátricos más frecuentes en la población general.

La organización mundial de la salud establece una tasa de prevalencia de la depresión en el mundo de un 3-5%. Para España ésta se sitúa en torno al 10% de la población adulta, con una prevalencia en mujeres del 21,3%, el doble que en los varones. Además del sexo, existen otros factores de riesgo relacionados con la depresión: factores educacionales, estado civil, historia familiar de episodios de depresión y antecedentes personales.

El diagnóstico fundamental de la depresión es clínico. El síntoma principal es la tristeza con una duración superior a 2 semanas.

En el anciano, a partir de los 65 años, la morbilidad depresiva aumenta, llegando a ser del 50% en algunos grupos. Los rasgos clínicos más frecuentes son: ansiedad, agitación, manifestaciones histéricas, delirios, hipocondría, inquietud o angustia.

Son frecuentes los adolescentes que acuden a las consultas, siendo importante la detección de la sintomatología depresiva en esta época caracterizada por síntomas como oscilaciones del ánimo, abatimiento, trastorno del apetito y cefaleas, entre otros.

Tratamiento de la depresión

El tratamiento de la depresión se basa en medidas relacionadas con la información al paciente y su entorno, medidas psicológicas y farmacológicas.

Medidas psicológicas

Son numerosas las modalidades de psicoterapia utilizadas en las depresiones, entre ellas, la psicoterapia interpersonal aplicable en atención primaria. Se centra en los problemas interpersonales actuales y tiene una duración de 12-16 semanas. Es útil en pacientes con conflictos sociales o con dificultades matrimoniales y/o laborales.

Es fundamental la relación farmacéutico/paciente para obtener información, ganarse su confianza, vigilar impulsos destructivos e impartir educación sanitaria.

Medidas farmacológicas

Se basan en el empleo de antidepresivos. Los más utilizados son:

­ Antidepresivos tricíclicos. Como la imipramina y la amitriptilina, que tienen conocidos efectos secundarios y contraindicaciones. La dosis media es de 150 mg/día. Se suele iniciar con 50 mg/día aumentando gradualmente hasta alcanzar los 150 mg/día a los 10-15 días de tratamiento. Los antidepresivos tricíclicos de segunda generación producen una menor incidencia de efectos secundarios y pueden ser más adecuados en el anciano, como la maprotilina. La dosis de éstos no debe sobrepasar los 150 mg y se deben retirar progresivamente.

­ Grupo de los IMAO. La fenelcina se ha mostrado eficaz en el tratamiento de la depresión en el anciano. No causa efectos cardíacos ni sedación, pero puede dar lugar a una hipotensión ortostática.

­ Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Son los antidepresivos de primera elección en atención primaria, ya que sus escasos efectos adversos les convierten en un grupo seguro para usar en ancianos, epilépticos, cardiópatas y hepatópatas.

Ha aparecido en los últimos años una nueva molécula, la venlafaxina, que es un inhibidor de la recaptación de serotonina, noradrenalina y en menor grado de la dopamina.

En ocasiones se utilizan asociaciones de antidepresivos como ADT-ISRS, IMAO-ADT, fundamentalmente en depresiones resistentes.

Se suele utilizar la asociación antidepresivos/benzodiacepinas si existe ansiedad diurna o insomnio.

Según el investigador Helmut Woelk, la hierba de san Juan es tan efectiva como otros antidepresivos en el tratamiento de depresiones de grado intermedio

Estudios

En un estudio reciente, más de 300 pacientes depresivos fueron tratados de forma aleatoria durante 6 semanas con hipérico o con imipramina. El progreso de los síntomas se midió mediante test de autoevaluación durante este período. Los resultados demostraron que el hipérico es equivalente terapéuticamente a la imipramina para tratar esta patología. Sin embargo, algunos enfermos toleraban mejor el hipérico, ya que la imipramina tiene más efectos adversos como sequedad de boca, vértigo y transpiración. Estos síntomas se encontraron en el 39% de los pacientes que tomaban hipérico, frente a un 63% de los que tomaban imipramina.

Según el investigador Helmut Woelk, la hierba de san Juan es tan efectiva como otros antidepresivos en el tratamiento de depresiones de grado intermedio.

La imipramina se encuentra incluida dentro del grupo de los antidepresivos tricíclicos. En nuestro arsenal terapéutico existe actualmente un gran número de sustancias que presentan actividad antidepresiva. Éstas se engloban en dos grupos: los antidepresivos de primera generación y los de segunda generación. El primero comprende los antidepresivos tricíclicos, también llamados imipramínicos (por haber sido la imipramina su primer representante) y los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).

Debido a la similitud estructural de la imipramina con la clorpromazina fue evaluada inicialmente por Jun como antipsicótico. Su ineficacia en este sentido contrastaba con su beneficiosa actividad frente a los efectos antidepresivos que muestran los pacientes afectos de esta enfermedad.

Hipérico

El hipérico (Hipericum perforatum) pertenece a la familia Hypericaceae y es conocido también con el nombre de altamisa, corazoncillo, hipericón o san juanes.

Es una planta perenne de 30 a 60 cm de altura que procede de los bosques y setos de Europa y Asia. Crece en prados o colinas soleadas y secas, y en bosques poco frondosos y húmedos. Tolera cualquier tipo de suelo mientras esté bien drenado, a ser posible duro y rico en calcio, pero se debe proteger del frío durante el primer año de vida. Su nombre común hace referencia a san Juan Bautista, decapitado a petición de Salomé, hijastra del rey Herodes. Se dice que el pigmento rojo de las hojas simboliza la sangre del santo.

La planta se ha utilizado en medicina desde la antigüedad. Galeno la describe como antídoto de las lombrices intestinales.

Composición

Es una especie herbácea con tallos cilíndricos cuyas hojas opuestas y sésiles presentan en el limbo numerosas glándulas secretoras visibles a contraluz. En los bordes de estas hojas se pueden observar unos pequeños puntos oscuros que contienen unos pigmentos del grupo de las antraquinonas (hipericina). Este principio activo es un pigmento rojo que brota de las flores estrujadas, razón principal de la antigua creencia en sus propiedades mágicas. La droga está constituida por las sumidades floridas que deben ser recolectadas en plena floración. Su composición química es muy compleja, destacando entre sus componentes, derivados diantrónicos (naftodiantronas) principalmente hipericina y pseudohipericina, derivados floroglucínicos (como hiperforina), flavonoides, biflavonoides, xantonas, aceite esencial, taninos condensados en muy alta concentración, ácidos fenólicos, triterpenos, carotenoides y esteroles. La droga debe contener al menos un 0,04% de naftodiantronas.

Algunas recomendaciones

­ Se debe informar al paciente que entre los síntomas más importantes de la depresión se encuentran la tristeza profunda y prolongada, falta de apetito, alteraciones del sueño, ansiedad, disminución del interés, sentimientos de inutilidad y de culpabilidad, pensamientos pesimistas y dificultad de concentración, entre otros.

­ Pueden aparecer trastornos físicos como estreñimiento, sequedad de boca o visión borrosa.

­ Es fundamental cambiar hábitos y rutinas que forman parte del proceso anterior.

­ Durante el tratamiento no se deben tomar otros medicamentos sin haberlo consultado al médico o al farmacéutico. También se debe consultar los alimentos y bebidas que pueden consumirse durante el mismo, si se prescriben IMAO.

Utilización

El hipérico se conoce y se utiliza desde la antigüedad. Presenta propiedades antisépticas y cicatrizantes por vía tópica, y otras de astringencia y de carácter antiviral. Asimismo, también actúa como antiinflamatorio, antiespasmódico y diurético, debido a las flavonas, aunque la acción más importante y estudiada es la antidepresiva. Esta propiedad se atribuye en la actualidad a los compuestos floroglucínicos (hiperforina), aunque también es debida a las naftodiantronas (hipericina) y a las xantonas. Un experimento con ratas demostró la eficacia antidepresiva del extracto de hipérico, observándose un aumento del efecto ansiolítico. El receptor benzodiacepínico parece que está implicado en este efecto.

La actividad en el tratamiento de la depresión se debe a una inhibición de la MAO tipo A y tipo B y de la COMT, enzimas responsables del catabolismo de aminas biógenas. La acción principal parece estar ligada a una interacción con el receptor del GABA y del sistema serotoninérgico, bloqueando la recaptación de la serotonina.

El hipérico se tolera bien y es eficaz como antidepresivo, aunque es menos efectivo que los antidepresivos tricíclicos en la depresión grave. Parece ser que su eficacia es igual a la de éstos en la depresión moderada.

En los ensayos clínicos realizados, cabe destacar la mejoría de los pacientes y la disminución de los efectos secundarios frente a los medicamentos de síntesis.

La droga se utiliza como antidepresivo en depresiones de leves a moderadas, estados de ansiedad y como inductor del sueño.

La acción antidepresiva no se manifiesta hasta 2 semanas después de iniciarse el tratamiento. Se emplea también como cicatrizante y antiséptico en heridas superficiales.

Contraindicaciones e interacciones

El hipérico puede originar reacciones de fotosensibilidad cuando se administra por vía oral, debido a las naftodiantronas, por lo que debe evitarse la exposición al sol.

Se ha comprobado recientemente que la administración del hipérico con otras drogas puede disminuir las concentraciones plasmáticas de las mismas y reducir su actividad terapéutica. Esto ocurre con principios activos como la warfarina, ciclosporina, teofilina y otras sustancias que son metabolizadas por el sistema P-450. Este medicamento no debe administrarse simultáneamente con otras formas farmacéuticas orales, aunque es compatible con las que se administren por vía tópica.

Determinados ensayos han demostrado que cuando el hipérico se administra a la dosis recomendada no incrementa la actividad del sistema p-450.

Se pueden presentar interacciones de tipo farmacodinámico, a causa de los efectos que el hipérico produce en los neurotransmisores cerebrales. Puede incrementar las concentraciones de serotonina como consecuencia de su actividad inhibidora tanto de MAO (monoaminooxidasa) como de la recaptación de serotonina.

Antidepresivos tricíclicos

La imipramina es un derivado del núcleo iminodibencilo. Ligeras modificaciones en su cadena lateral dan lugar al resto de los componentes de este grupo. Por modificación en el anillo central, sustituyendo el átomo de nitrógeno por carbono, se obtienen los derivados de alfadibenzocicloheptadieno cuyo representante más característico es la amitriptilina. Los antidepresivos tricíclicos se clasifican en dos grandes grupos: de primera generación y selectivos.

Antidepresivos tricíclicos de primera generación

Inhiben la recaptación de noradrenalina y serotonina. Son los siguientes:

­ Dibenzoacepinas. Imipramina, desipramina.

­ Dibenzociclohepteno. Amitriptilina, nortriptilina.

­ Dibenzocicloheptatrieno. Protriptilina.

­ Dibenzooxepina. Doxepina.

Antidepresivos tricíclicos selectivos

­ Inhiben la recaptación de noradrenalina. Los principales son maprotilina y viloxacina.

­ Inhiben selectivamente la recaptación de serotonina. Los principales son fluoxetina, paroxetina, fluvoxamina, sertralina, citalopram y venlafaxina.

Mecanismo de acción

El mecanismo de acción de los antidepresivos es casi desconocido. Los cambios más importantes relacionados con la eficacia clínica son los debidos a la adaptación de los receptores, esto es, modificaciones en el número y sensibilidad de receptores de algunos neurotransmisores. En esta adaptación intervienen dos procesos: el incremento de monoaminas en la hendidura sináptica y el bloqueo de algunos receptores.

Tras la administración de un antidepresivo tricíclico se produce un bloqueo en la recaptación de monoaminas, noradrenalina y en algunos casos también de serotonina, dando lugar a un incremento de éstas en la hendidura sináptica. Debido al exceso de noradrenalina a escala sináptica, se produce una desensibilización del receptor alfa-2 presináptico, cuya función fisiológica es frenar la salida del neurotransmisor a la hendidura y esto permite que se recupere el recambio de noradrenalina y la función neurofisiológica presináptica.

Por otra parte, en el mecanismo de acción de los antidepresivos también está implicada la serotonina. Existen estudios que demuestran que los antidepresivos tricíclicos sensibilizan las neuronas posinápticas a la acción de la serotonina. Esto se traduce en un incremento de la acción serotoninérgica. El receptor implicado parece ser el 5HT1A.

Por tanto, podría pensarse que la neurotransmisión serotoninérgica desempeña un papel importante (aunque intermedio) en la acción antidepresiva que permitiría la actuación de un mecanismo definitivo hasta el momento desconocido.

Acciones psicotrópicas

El efecto esencial de estos antidepresivos es su capacidad para recuperar el humor en pacientes deprimidos. Pero no son estimulantes. Administrados como dosis de choque, no provocan euforia ni estimulación psíquica, sino que inducen el sueño, producen cansancio, torpeza. Si la medicación se toma durante algunos días más, el individuo presenta dificultades de concentración y de pensamiento.

Además del efecto antidepresivo, estos fármacos pueden presentar actividad sobre síntomas no específicos de la depresión, como es el caso de la ansiedad y la inhibición psicomotora.

En algunos casos, los antidepresivos, además de recuperar el estado de humor, pueden provocar una inversión del mismo, apareciendo un estado hipomaníaco.

Acciones cardiovasculares

Los antidepresivos tricíclicos producen modificaciones significativas del funcionamiento cardiovascular a dosis terapéuticas. Así, los efectos que provocan en sobredosis o en sujetos con patología cardiovascular pueden llegar a poner en peligro la vida del paciente. Esos efectos son:

­ Efectos vegetativos. Son consecuencia de su capacidad de inhibir la captación de noradrenalina y del bloqueo de receptores adrenérgicos alfa y muscarínicos. Éstos se consideran efectos indeseables.

­ Efectos sobre el sueño. Provocan sueño. No obstante, no deben considerarse como hipnóticos pues modifican la calidad del mismo, es decir, disminuyen el tiempo de la fase REM del sueño y alargan la fase 4 provocando un despertar poco agradable.

Indicaciones

La imipramina se utiliza en todas las formas de depresión, incluidas las formas endógenas, orgánicas y psicógenas, y la depresión asociada a trastornos de la personalidad o alcoholismo crónico. También está indicada en ataques de pánico, cuadros con dolor crónico, terror nocturno y enuresis nocturna (tabla 1).

Toxicidad y efectos no deseados

Los efectos adversos causados por los antidepresivos tricíclicos son significativos (tabla 2), obligando a alguno de los pacientes a suprimir la medicación. Sin embargo el paciente deprimido tolera mejor estos efectos que el sujeto sano, en el cual dosis inferiores a las eficaces pueden dar lugar a síntomas indeseables.

Como consecuencia del bloqueo de receptores muscarínicos pueden producir sequedad de boca o estreñimiento. También pueden ocasionar retención urinaria, trastornos de la acomodación visual y glaucoma.

A escala central, el bloqueo muscarínico puede generar trastornos de la memoria, confusión y delirio.

Con relación a su toxicidad cardíaca, intervienen también sus propiedades antimuscarínicas. A dosis terapéuticas puede observarse una ligera taquicardia sinusal.

El bloqueo de receptores alfaadrenérgicos es responsable de la hipotensión ortostática producida por los tricíclicos. Este efecto adverso es muy frecuente y el riesgo de presentarlo es superior en pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva.

La sedación es un efecto adverso muy común en esta familia de medicamentos, aunque también puede considerarse al mismo tiempo como beneficioso. Se debe al bloqueo de receptores alfa1 y H1 centrales. Otro efecto adverso relacionado con el bloqueo de receptores H1 es el aumento de peso, lo que conlleva al incumplimiento terapéutico por parte de algunos pacientes por temor a engordar.

Como consecuencia del bloqueo de la recaptación de noradrenalina, pueden producirse manifestaciones simpaticomiméticas centrales como agitación y temblor. En ocasiones se pueden producir trastornos de la función sexual.

Contraindicaciones

La imipramina no debe administrarse en caso de hipersensibilidad a la misma o sensibilidad cruzada con los tricíclicos del grupo de las dibenzoacepinas. Tampoco debe administrarse en combinación con un inhibidor de la monoaminooxidasa (IMAO) o en el lapso de 14 días antes y después del tratamiento con éste. Asimismo está contraindicado el tratamiento concomitante con inhibidores selectivos y reversibles de la MAO-A, tales como la moclobemida.

Interacciones

­Inhibidores de la MAO. No debe administrarse imipramina durante al menos dos semanas después de la interrupción de un tratamiento con inhibidores de la monoaminooxidasa.

­ Depresores del SNC. Los antidepresivos tricíclicos pueden potenciar los efectos del alcohol y de otras sustancias depresoras centrales como barbitúricos, benzodiacepinas, opioides o anestésicos generales.

­ Neurolépticos. La comedicación puede aumentar las concentraciones plasmáticas de los antidepresivos y ocasionar crisis convulsivas.

­ Anticoagulantes. Los antidepresivos pueden potenciar los efectos de los cumarínicos al inhibir la metabolización hepática de los anticoagulantes.

­ Anticolinérgicos. Los antidepresivos tricíclicos pueden potenciar los efectos de éstos.

­ Estrógenos. Existe evidencia de que los estrógenos pueden reducir en ocasiones los efectos de la imipramina, causando paradójicamente al mismo tiempo toxicidad por este principio activo.

Sobredosis

Las anomalías cardíacas y los trastornos neurológicos son las principales complicaciones. En los niños, la ingestión accidental debe considerarse como grave y potencialmente fatal.

Conclusiones

La bibliografía científica relata casos en los que el hipérico da buenos resultados como antidepresivo. Su eficacia está comprobada; únicamente hay que tener en cuenta las interacciones con otros fármacos. Una de las interacciones que se ha detectado es con el indinavir, un medicamento utilizado contra el sida. Un estudio ha puesto de manifiesto que los enfermos que toman hipérico y se automedican con indinavir ven reducidas las concentraciones sanguíneas de este fármaco a la mitad. En Alemania, un país en que las hierbas medicinales son costeadas por el sistema público de financiación, se recetan alrededor de 9 millones de unidades de hierba de san Juan, siendo una de las sustancias que más se dispensan en oficinas de farmacia.

Por otra parte, se ha abordado el estudio de la imipramina, antidepresivo tricíclico, por ser su efecto antidepresivo similar al hipérico, siendo su mecanismo de acción poco conocido aún.

Un estudio ha puesto de manifiesto que los enfermos que toman hipérico y se automedican con indinavir ven reducidas las concentraciones sanguíneas de este fármaco a la mitad

Muchos de los medicamentos que existen en el mercado suelen ser de origen vegetal. Una de las complicaciones de las hierbas medicinales o preparados no galénicos es que una planta tenga otros componentes y el que la receta lo ignore. En los medicamentos esto no ocurre porque se conoce su composición y concentración exacta en principios activos.

Por otra parte, se cree que los medicamentos son más concentrados o contienen más principios activos que las plantas medicinales, pero de hecho pueden tener cantidades incluso menores que en el preparado vegetal.

Las plantas medicinales pueden ir bien en algunos casos, incluso pueden no producir efectos adversos, o ir mal a algunos pacientes. Por tanto, el empleo de plantas medicinales es una opción personal que debe aceptarse. También se cree que los productos naturales son buenos, limpios, más sanos, incluso menos peligrosos. Los medicamentos, en cambio, se ven más artificiales, muy concentrados y peligrosos.

Los medicamentos dispensados con receta se acompañan de un prospecto muy extenso en el que figuran muchos efectos adversos. En este sentido, los de las plantas medicinales contienen muy poca información.

Dentro de las plantas medicinales, una de las más utilizadas en Europa es el hipérico, que se utiliza en el tratamiento del abatimiento, síntomas depresivos (con eficacia similar a la imipramina), pero se ha puesto de manifiesto que presenta interacciones con algunos fármacos.

La fitoterapia tradicional está permitida en todos los países del mundo. Si se trabaja en condiciones de limpieza e higiene y buena praxis farmacéutica no debe revestir ningún problema. La adulteración puede provocar problemas graves. También hay que tener en cuenta que esta contaminación puede ser involuntaria. Este problema se puede dar en la industria farmacéutica, ya que se compran partidas muy grandes de plantas medicinales, aunque por esta razón el control debe ser más exhaustivo.


Bibliografía general

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Calcedo A. La depresión en el anciano. Doce cuestiones fundamentales. Fundación Archivos de Neurología. Madrid: Calcedo, 1996.

Catálogo de Plantas Medicinales 2002. Departamento Técnico del Consejo General de COF.

Lüllmann H, Mohr K, Ziegler A. Atlas de farmacología. Barcelona: Masson-Salvat, 1992.

Pujol J. Diagnóstico y tratamiento de la sintomatología depresiva en atención primaria. Atención Primaria 1993; 12:42-6.

Sáinz J, Ibáñez A. El diagnóstico de la depresión. Guía práctica de trastornos depresivos en la asistencia primaria. Barcelona: Proas, 1993; p. 29-51.

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http://www.biomeds.net/biomedia/R20/noticia03.htm

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