La consulta o indicación farmacéutica es uno de los servicios de la atención farmacéutica que están recogidos en el documento de consenso publicado por el Ministerio de Sanidad y Consumo en 2001. Queda definido como la demanda de los usuarios que llegan a la farmacia sin saber qué medicamento deben adquirir y solicitan al farmacéutico el remedio más adecuado para un problema de salud concreto.
Evidentemente, el farmacéutico deberá aplicar un protocolo determinado de atención para cada uno de los motivos de consulta, recopilando la máxima información útil a fin de evaluar si el paciente es susceptible de recibir la indicación de tratamiento farmacológico e higiénico-dietético, o debe ser derivado al médico, porque se ha observado algún síntoma o signo de alarma que requiera de un diagnóstico preciso.
Una buena parte de los motivos de consulta son comunes en todas las farmacias, pero habrá otros que variarán en función de la ubicación o el tipo de farmacia.
Utilidad
Es importante que en cada farmacia se disponga de la formación específica y de las guías protocolizadas adecuadas para cada uno de los motivos de consulta más habituales en cada farmacia. Por este motivo, será de utilidad tener datos objetivos sobre la demanda de consulta o indicación farmacéutica que hacen los clientes. Estos datos se podrán obtener fácilmente haciendo un sencillo estudio como el que se propone en este artículo. Este estudio, además de la información que proporcionará sobre los motivos de consulta más habituales en nuestra farmacia, también permitirá que se adecue el stock de medicamentos de indicación farmacéutica a las necesidades particulares de la población que se atiende habitualmente.
Objetivos
¿Por qué me planteo hacer este análisis?
* Analizar los motivos de consulta o indicación farmacéutica más habituales en la farmacia.
* Valorar y adecuar las necesidades que tiene el equipo profesional de la farmacia en temas de formación y de disposición de Guías o Protocolos de consulta.
* Poder adecuar el stock de medicamentos destinados a cubrir las necesidades terapéuticas de los pacientes que consultan sobre problemas de salud que no requieren de diagnóstico preciso.
Metodología
¿Cómo puedo poner en práctica esta actividad?
Durante una semana de cada estación del año se recogerán los datos de todas las demandas de consulta e indicación farmacéutica que se realicen en la farmacia. También se registrará cuál es la indicación del farmacéutico que ha recibido el usuario. Los apartados que tiene la hoja de recogida de datos (fig. 1) son los siguientes: edad y sexo del paciente, motivo de la consulta (resfriado, tos, afonía, diarrea, estreñimiento, dolor de cabeza, ojo rojo, falta de apetito, lumbalgias, caída de cabello, piojos, etc.) e indicación farmacéutica (recomendaciones higiénico-dietéticas, indicación farmacoterapéutica, derivación al médico). En los casos que el farmacéutico recomiende un medicamento e informe de manera personalizada sobre la forma de administrarlo según los criterios de dispensación activa, se registrará también el nombre del medicamento y el grupo farmacológico al que pertenece.
Fig. 1. Modelo de hoja de recogida de datos sobre la demanda de consulta o indicación farmacéutica
Resultados
¿Qué debo tener en cuenta después de registrarlos datos?
Después de cada semana de recogida de datos se analizarán las características de los usuarios que demandan en la farmacia este tipo de servicio, la tipología y frecuencia de las demandas recibidas, así como el resultado de la intervención del farmacéutico y los medicamentos que son recomendados con mayor frecuencia. El hecho de realizar el estudio durante las cuatro estaciones del año también permitirá analizar la casuística estacional, ya que las demandas pueden variar considerablemente según la época del año.
Discusión y análisis de resultados
¿Qué he aprendido después de la realización del estudio?
Este sencillo análisis que se puede realizar en todas las farmacias proporciona datos objetivos sobre la consulta o indicación farmacéutica. Para poder convertir esta actuación profesional, tan frecuente en las farmacias en un verdadero servicio de atención farmacéutica, el farmacéutico deberá planificarlo adecuadamente. El hecho de disponer de datos objetivos permite dirigir los esfuerzos de formación permanente hacia los motivos de consulta más frecuentes, así como disponer de las guías protocolizadas necesarias para detectar con el mínimo de preguntas el máximo de información sobre el problema de salud. El objetivo final será poder demostrar que una actuación profesional responsable por parte del farmacéutico se corresponde con la resolución óptima de problemas de salud en la población que se atiende en las farmacias y evita desplazamientos innecesarios del usuario a las consultas de atención primaria o incluso a los servicios de urgencias. Por otra parte, esta actuación profesional responsable puede contribuir en ocasiones a la detección inmediata de problemas más graves que requieran de un diagnóstico preciso, evitando que el paciente «entretenga» su problema pensando que se trata de un problema sin importancia.