Introducción y objetivos: Describir la situación clínico-social de los pacientes confinados y analizar el impacto de barreras arquitectónicas en sus limitaciones físicas.

Metodología: Estudio descriptivo transversal retrospectivo de pacientes en programa de atención a inmovilizados durante 2015. Se estudian 366 pacientes. Se realiza encuesta de diseño propio a pacientes confinados analizando: régimen de vida, estado de salud, uso de dispositivo ortopédico y realizándose escala de valoración socio-familiar de Gijón e Índice de Katz, excluyendo: viven en planta baja/ascensor, no desean ser encuestados, exitus e institucionalizados.

Resultados: De las 366 personas inmovilizadas, tenemos un total de pacientes a encuestar de 166 (45,36%) puesto que 144 (39,34%) viven en planta baja/ascensor y 47 (12,84%) están institucionalizados. El 85,27% de los pacientes encuestados perciben confinamiento debido a barreras arquitectónicas de la vivienda por falta de ascensor y escaleras con dificultad. Edad media de 83 años y el 67,54% mujeres. El 54,3% tiene régimen de vida autónomo en domicilio aunque el 91,18% presenta deterioro en la movilidad de MMII. No utilizan dispositivos ortopédicos el 13,50%, bastón-muleta el 25,20%, andador el 32,00%, silla de ruedas el 23,30% y encamados un 5,8%. En la escala socio-familiar de Gijón el 94,2% tienen una puntuación > 10 teniendo riesgo social y en Índice de Katz el 61% presentan una incapacidad leve/moderada y el 39,2% incapacidad grave.

Conclusiones: Tenemos un alto porcentaje de pacientes en riesgo social con problemas de salud que le impiden una adecuada movilidad y que debido a las barreras arquitectónicas de sus viviendas perciben un confinamiento involuntario en su domicilio.