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Vol. 21. Núm. 8.
Páginas 540-544 (Mayo 1998)
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Prevalencia de caries dental en niños de una zona básica de salud. Cinco años después
Prevalence of dental caries in children from a Health District. Five years later
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FM. Padilla Beníteza
a Centro de Salud de Chipiona «Tolosa Latour». Cádiz.
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Objetivo. Conocer el estado de salud dental de la población escolar 5 años después del primer estudio realizado en 1991.

Diseño. Estudio epidemiológico observacional de tipo transversal.

Emplazamiento. Atención primaria.

Participantes. 820 escolares pertenecientes a primero (5-7 años), quinto (9-12 años) y octavo (13-16 años) cursos de educación primaria del año académico 1995-1996 de los 7 colegios de esta localidad.

Mediciones y resultados principales. Un médico estomatólogo revisó a los escolares siguiendo la normativa de la OMS. Se estudió la prevalencia de caries (95,86 a los 6 años); el CAOD va subiendo desde 1,22 niños, 1,84 niñas en primero (5-7 años) a 13,94 niños, 13,81 niñas en octavo (13-16 años); el CAOS de 1,55 niños, 2,55 niñas de primero a 19,98 niños, 20,15 niñas en octavo; el ceod de 5,19 niños, 5,69 niñas en primero, decrece posteriormente hasta los 13-16 años (1,32 niños, 0,97 niñas). El índice de restauración en definitivos es de 5,50% niños y 9,85% niñas en octavo. Un 40,97% tiene dolor de dientes a los 13-14 años. El 40,32% se cepilla ocasionalmente (octavo).

Conclusiones. Los índices de caries que eran superiores a los de otras zonas de España se mantienen, e incluso se incrementan ligeramente 5 años después, por lo que se hace necesaria la aplicación urgente de medidas de carácter preventivo en las escuelas.

Palabras clave:
Salud bucodental
Caries dental
Prevalencia

Objective. To find the state of dental health among the school population five years after the first study, performed in 1991.

Design. An epidemiological observation cross-sectional study.

Setting. Primary Care.

Participants. 820 school-children coming from seven local schools and belonging to first (5-7 years old), fifth (9-12) and eighth (13-16) grade Primary Education in the academic year 1995-1996.

Measurements and main results. A dentist checked the children, following WHO norms. The prevalence of caries was studied (95.86 at 6 years old). The CAOD Index rose from 1.22 in boys and 1.84 in girls in first grade to 13.94 in boys and 13.81 in girls in eighth grade. The CAOS rose from 1.55 in boys and 2.55 in girls in first grade to 19.98 in boys and 20.15 in girls in the eighth grade. The CEOD fell from 5.19 in boys and 5.69 in girls in first grade to 1.32 in boys and 0.97 in girls in eighth grade. The index of restoration of permanent teeth was 5.50% in boys and 9.85% in girls in the eighth grade. 40.97% of 13 or 14-year olds suffered tooth-ache. 40.32% of eighth-graders brushed their teeth occasionally.

Conclusions. The indices of caries, which were higher than in other areas of Spain, remained the same or even increased slightly five years later, which makes it urgent to take preventive measures in the schools.

Keywords:
Buccal and dental health
Dental caries
Prevalence
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Introducción

Ante el período de 5 años transcurrido desde el estudio epidemiológico de S. Fuentes y S. Farrouh1 y el inicio en esas fechas del Plan de Salud Bucodental, era necesario evaluar su incidencia en los índices de caries de la misma población escolar analizada entonces.

Con objeto de profundizar en su conocimiento se determinaron también los índices tomando como unidad la superficie dentaria y el dolor dental para conocer su implicación clínica. Como punto de referencia de todo plan de prevención, se estudió así mismo la frecuencia del cepillado dental, y en los escolares más pequeños la participación de los padres.

Al tratarse de una localidad no fluorada, se ha hecho hincapié, tanto en la clínica diaria como en charlas y conferencias, acerca de la enorme importancia de los comprimidos de flúor como alternativa, especialmente en la población escolar, analizándose por ello su toma diaria.

Por último, y ante la colocación sistemática de selladores en los molares de los 6 años en un futuro próximo, se estudió el porcentaje de ellos dispuestos en primero de educación primaria.

Material y métodos

El estudio epidemiológico se realizó sobre la totalidad de la población escolar de primero, quinto y octavo de educación primaria del curso académico 1995-1996 de los 7 colegios de la localidad: 5 públicos (Maestro Manuel Aparcero, Lapachar, Príncipe Felipe, Cristo de la Misericordia y Los Argonautas) y 2 privados (Virgen de Regla y Divina Pastora), pertenecientes a la Zona Básica de Salud de Chipiona, salvo las ausencias y no colaboradores. En total 820 niños sobre 877 posibles, 93,50%, que en su distribución por sexos fue de 413 niñas y 407 niños. La edad de la muestra estaba comprendida entre los 5 y 16 años, distribuida según se expresa en la tabla 1.

El reconocimiento dental fue realizado por un solo observador, el estomatólogo de esta zona básica de salud, mientras que la entrevista a los niños fue llevada a cabo por la auxiliar de clínica, anotándose ambos tipos de datos en ficha de la OMS algo ampliada en su cuestionario.

Los exámenes clínicos tuvieron lugar entre el 19 de octubre de 1995 y el 11 de junio de 1996 en los 7 colegios de la localidad. Y ello por el que siempre creeemos loable intento de acercar el profesional al medio y sin menoscabo de las condiciones requeridas. A esto se añade la dificultad de conseguir en el consultorio el nivel de desinfección adecuado de la jeringa con 820 niños, optándose por usar para la limpieza y secado de las superficies dentales fragmentos de algodón estéril en la punta de la sonda de exploración. Con el fin de conseguir un buen nivel de iluminación, se dispuso un foco portátil con lámpara de 100 vatios, y para la desinfección del instrumental, bandejas, líquido desinfectante, gasas estériles, etc. Los espejos dentales fueron planos y del n.º 5.

Con este bagaje fuimos recorriendo los 7 colegios de esta localidad. Al llegar hablábamos con el director del centro, a fin de organizar la revisión y bajo nuestras indicaciones nos buscaba la habitación más adecuada. A continuación disponíamos el foco, se vertía el líquido desinfectante en la bandeja, se colocaba un paño estéril y sobre él los citados fragmentos de algodón, etc. Posteriormente los niños, en grupos de 5, bajaban de la clase y, tras enjuagarse en el aseo, la auxiliar anotaba en una ficha de la OMS su nombre, edad y sexo, para luego ir sentándose sucesivamente, según el orden de la lista, para ser revisados. Con los fragmentos de algodón recogidos por la punta de la sonda se iba limpiando y secando las diferentes superficies dentales, observándolas y comunicando a la auxiliar si había o no caries, su localización, maloclusiones y su grado, estado de la erupción de los primeros molares en los de primero, etc., que lo anotaba. A continuación se iban con ella para responder a la entrevista.

Los criterios de diagnóstico de caries fueron los de la OMS2, es decir se empleó un método visual para el reconocimiento de caries: cavitaciones, cambios de coloración de la superficie dental, pero también fue precisa la utilización de la sonda para confirmar áreas de ablandamiento, especialmente dada la alta prevalencia de caries en esta zona.

Posteriormente se estudiaron los siguientes parámetros3 según edad y sexo: porcentaje de niños con historia de caries, índices CAOD, CAOS, CAOD primer molar, CAOS primer molar, en los niños de primero; ceod, ceos, porcentaje de primeros molares dispuestos para el sellado, también en los niños de primero, considerando como aptos aquellos en los que el mamelón gingival no cubre en ningún punto la superficie oclusal. Además se obtuvo el índice de restauración tanto en dientes caducos como definitivos.

La entrevista a los niños de primero, quinto y octavo, realizada antes del reconocimiento dental, se llevó a cabo siguiendo las preguntas de la ficha de la OMS, a la que se añadieron como cuestiones: si tomaban flúor en comprimidos, si les pasaban sus padres el hilo de seda dental y les cepillaban los dientes a los de primero de educación primaria, y si los de quinto y octavo lo hacían por sí mismos.

La revisión de los índices de maloclusión codificada según la OMS4,5 se analizará en un posterior estudio.

Resultados

La prevalencia de caries dental asciende desde el 95,86% en escolares de 5-7 años hasta el 100% en los niños de 9-12 años, manteniéndose en ese nivel en los de 13-16 años (tabla 1).

El índice ceod va decreciendo paulatinamente desde los 5-7 años, donde es mayor en las niñas, hasta los 13-16 años. Tanto en estas edades como a los 9-12 años es superior en los varones.

El índice ceos evoluciona de una forma idéntica (tabla 2).

El índice CAOD va incrementándose progresivamente desde los 5-7 años hasta los 13-16. Salvo en esta edad, en el resto alcanza valores mayores en las niñas.

El índice CAOD primer molar a los 5-7 años es superior en las niñas, 1,82, que en los niños, 1,27. A los 9-12 años sucede algo similar: niños, 3,94; niñas, 4, valor que se repite en ambos sexos a los 13-16 años.

El índice CAOS, siempre mayor en las niñas, va aumentando desde los 5-7 años hasta los 13-16 (tabla 3).

El índice CAOS primer molar es también superior en las niñas: 2,55 a los 5-7 años, mientras que en los niños es 1,58. A los 9-12 años, 7,77 y 7,15, respectivamente, y 8,46 y 8,94 a los 13-16 años.

El índice de restauración en dientes temporales alcanza el valor más alto a los 5-7 años, donde es mayor en las niñas, y el más bajo a los 9-12 años, superior en los niños.

El índice de restauración en dientes definitivos va aumentando desde los 5-7 años hasta los 13-16. Respecto a su evolución por sexos, es mayor en los niños a los 5-7 años, pero en las otras edades es siempre más alto en las niñas (tabla 4).

El tanto por ciento de primeros molares dispuestos para el sellado es mayor en las niñas, 41,61%, que en los niños, 23,30%.

En cuanto a los resultados aportados por la encuesta, la frecuencia del cepillado dental alcanza su valor más alto en «ocasionalmente», ascendiendo en los niños desde los 5-7 años hasta los 9-12, desde donde desciende sin alcanzar los primitivos valores a los 13-16 años. Mientras, las niñas presentan su valor máximo a los 5-7 años, descendiendo progresivamente hasta los 13-16. En segundo lugar, siempre en los niños, el cepillado dental «una vez al día», mientras que en las niñas es así a los 5-7 años, pero en las demás edades ocuparía este lugar el cepillado dental «dos veces al día». El apartado «nunca» sólo supera al de «tres veces al día» a la edad de 5-7 años, mientras que en las demás edades el primero decrece paulatinamente, incrementándose el segundo y siendo siempre superior. Su valor más elevado se presenta en las niñas a los 13-16 años (tabla 5).

El dolor de dientes, dentro del cual no se consideró el debido a la erupción de los dientes definitivos, va creciendo en ambos sexos desde los 5-7 años hasta los 13-16, siendo siempre mayor en las niñas (tabla 6).

Los padres que cepillan a sus hijos a los 5-7 años, lo hacen más a las niñas (7%) que a los niños (2,58%).

La toma de comprimidos de flúor, en los niños, va incrementándose desde los 5-7 años (10,34%) hasta los 9-12 (11,40%), para descender a su valor más bajo a los 13-16 (5,67%), mientras que en las niñas, siempre superiores, crece paulatinamente desde los 5-7 (14%) y 9-12 (14,89%) hasta alcanzar su valor máximo a los 13-16 años (15,06%).

Discusión

Cinco años después del estudio realizado en 19911, el índice de prevalencia de caries que resultaba entonces «superior al de otros estudios consultados y realizados en España»6-9, se mantiene prácticamente igual con un 100% a los 9-12 y 13-16 años, incrementándose sólo ligeramente a los 5-7 años 95,86% (tabla 1). También, en relación con estudios epidemiológicos publicados posteriormente10-12, presenta datos superiores a los comparados.

Los valores del índice CAOD a los 5-7 años son inferiores para los niños, respecto a los valores de hace 5 años, mientras que las niñas tienen unos resultados ligeramente superiores (tabla 3). Un nivel muy bajo para la OMS13.

A los 9-12 años el comportamiento del índice CAOD es menor en los niños (tabla 3), pero ya casi igual en las niñas al estudio de 19911. Su nivel es ya alto para los niños y muy alto para las niñas, según la OMS13. A los 13-16 años el índice CAOD es igual en los niños (tabla 3) al estudio de S. Fuentes y S. Farrouh1, siendo en las niñas muy ligeramente inferior. Estos valores son considerados muy elevados por la OMS13 y superiores a otros estudios epidemiológicos publicados posteriormente.

El índice CAOD primer molar presenta unos valores casi idénticos a los del CAOD a los 5-7 años, dado que supone la casi totalidad del mismo y, por lo tanto, con valores más altos en las niñas. Igual tendencia se reconoce a los 9-13 años, donde en los niños es de 3,94, y en las niñas ya afectados los 4 primeros molares, hecho que se repite en ambos sexos a los 13-16 años. En otras publicaciones10,14,15 se presentan cifras más bajas y con predominio en los niños10.

El índice CAOS (tabla 3) presenta unos valores superiores a otros trabajos publicados10,16 y con el mismo predominio en las niñas.

La comparación de los índices CAOD y CAOS, según grupos de edad, indica que en el grupo de 5-7 años el CAOS es superior un 27% en los niños y un 38% en las niñas al CAOD; a los 9-12 años es un 53% en los niños y un 52% en las niñas, y a los 13-16 años un 43% en los niños y un 45% en las niñas. Estos incrementos son superiores a otras publicaciones16 y denotan el gran deterioro de los dientes a lo largo de estos años.

Los valores del índice CAOS primer molar presentan, al igual que sucedía con el CAOD primer molar a los 5-7 años, unos valores prácticamente iguales a los del CAOS. A los 9-12 años supone todavía un 75% del CAOS en los niños y un 72% en las niñas, descendiendo a los 13-16 años a un 42% en los niños y un 44% en las niñas.

El índice ceod (tabla 2) presenta en todas las edades valores superiores a los del estudio de 19911, así como a los publicados por otros autores16,17.

El índice ceos (tabla 2) alcanza cifras superiores, en todos los grupos de edades, a las descritas por E. Barbería en 198616, pero no coincidiendo en la distribución por sexos, dado que en nuestro estudio son los niños los que presentan unos valores más altos, salvo a los 5-7 años.

Los valores del índice de restauración (tabla 4) en dientes caducos están ligeramente más elevadas a los 5-7 años que en el estudio de 19911, y algo más disminuidas en el grupo de 9-12. Al igual que en otros estudios7,18, sus cifras son muy bajas.

El índice de restauración en dientes definitivos (tabla 4) presenta unas cifras ligeramente superiores, en los 3 grupos etarios, a las señaladas por S. Fuentes1, mayores a los 5-7 y 9-12 años y menores a los 13-16. En relación con otros trabajos publicados7,10,18, el nivel de atención restauradora es inferior, lo que indica la poca importancia que se concede a esta enfermedad por parte de los padres.

La frecuencia del cepillado de dientes (tabla 5) en nuestro estudio, en el grupo de 9-12 años, resulta inferior a la de 19911 salvo en el apartado de «nunca» «ocasionalmente», que S. Fuentes engloba en «casi nunca», donde nuestras cifras son notablemente inferiores. Mientras que a la edad de 13-16 años los apartados «dos y tres veces al día» son prácticamente iguales a los del estudio de 19911, el resto se comporta como en el grupo anterior.

Respecto al dolor dental, si lo comparamos con las cifras obtenidas por S. Fuentes1, se observa un descenso acusado a los 9-12 años, mientras que en el grupo de 13-16 años hay un notable incremento que alcanza en nuestro estudio, como media entre niños y niñas, el 40,97%. Este dato, junto con el CAOS, nos indica la rápida progresión de la enfermedad a lo largo de los grupos de edades estudiados.

Los padres que cepillan a sus hijos con menos de 7-8 años, representan un porcentaje muy bajo.

La toma de comprimidos de flúor en esta zona básica de salud no fluorada muestra como signo esperanzador, especialmente en las niñas, un porcentaje en torno al 15% desde los 5-7 años hasta los 13-16.

Este panorama, muy similar al descrito por S. Fuentes y S. Farrouh1 hace 5 años, pone de manifiesto la necesidad de medidas preventivas amplias que determinen un descenso de los indicadores de caries, permitiendo su aproximación a la media nacional. Entre aquéllas, como ya se señalaba en 1991, es pilar fundamental la fluoración del agua de consumo, que al tratarse de una medida pasiva beneficia a toda la población. Mientras, como alternativa es preciso incrementar la toma de comprimidos de flúor desde los 6 meses de edad. Le sigue en importancia la colocación de un sellador en los primeros molares, medida que se va a realizar de forma sistemática a partir del próximo curso escolar en los niños y niñas de primero de educación primaria. También sería conveniente un programa de enjuagues periódicos con flúor en la escuela, cuya efectividad se halla avalada por numerosos trabajos19,20.

Y, dentro de este contexto, se debe continuar con actividades de educación sanitaria para la salud bucodental, tanto mediante charlas, conferencias, vídeos, etc., en las escuelas, como el día a día en la consulta, insistiendo en la importancia de las anteriores medidas, así como del cepillado e hilo de seda dental.

Agradecimiento

Mi más sincero agradecimiento a la inestimable colaboración de la auxiliar de clínica M.ª Regla Castro García.

Al odontoestomatólogo Sebastián Fuentes García, que inició el programa de salud bucodental en esta área básica.

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