Objetivos: El Año Cajal, finalizado este mayo, llama a ensalzar la enorme contribución del nobel navarro a la ciencia universal (con su extraordinaria escuela neurocientífica colocó a España en la vanguardia europea). Planteamos estudiar a Rodríguez-Somoza que, aunque discreto discípulo suyo, destacó en la medicina gallega y española a niveles clínico e investigador.

Material y métodos: Realizamos una revisión bibliográfica utilizando bases de datos (TESEO, GAZETA, Historia-Hispánica, Biblioteca Virtual Prensa Histórica, Hemeroteca Digital Nacional, etc.), capítulos de libros, archivos, artículos, entre otros, para dilucidar primero su papel como discípulo de Cajal, así como su posterior labor asistencial neuropsiquiátrica en Galicia durante tres décadas.

Resultados: Ramón Rodríguez-Somoza López (Lourenzá, 1899-Santiago, 1994) estudió la licenciatura en Madrid, introduciéndose joven en círculos del Instituto de Investigaciones Biológicas de Cajal. Realizó su tesis doctoral en 1924 “La histopatología de la parálisis agitante cerebral”. Esta fue la última tesis dirigida por Don Santiago a los 71 años. En 1926, fue becado para formarse en neurohistología en Alemania, orientándose después a la neuropsiquiatría con Lafora. Entre 1932 y 1969 fue director del Hospital (“manicomio”) de Conxo, en Santiago, donde modernizó el estudio y tratamiento de las enfermedades neurológicas y psiquiátricas, aplicó diagnósticos radiológicos, humanizó las instalaciones y combinó avances farmacológicos con terapias ocupacionales; aunque, durante esta época, decayó su actividad investigadora.

Conclusión: Rodríguez-Somoza no solo fue el último discípulo doctoral de Cajal y participó en distintas investigaciones en universidades alemanas, sino que contribuyó en gran manera al avance en el estudio, tratamiento y humanización de los pacientes con enfermedades neurológicas y psiquiátricas desde Galicia.