Chlamydia trachomatis (clamidia) causa la infección de transmisión sexual (ITS) bacteriana más frecuente. Sin embargo, la prevalencia entre los jóvenes es desconocida en nuestro país. En 2007 la monitorización de la prevalencia y conductas relacionadas con su adquisición se inició en Cataluña en jóvenes ≤25años.
ObjetivosConocer y monitorizar la prevalencia de clamidia y determinantes entre la población joven ≤25años sexualmente activa atendida en los centros de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (CT/NG-ASSIR) e interna en centros penitenciarios (CT/NG-Prisiones).
Material y métodosSe analizan los datos de 6 estudios transversales realizados en 2 poblaciones centinela de jóvenes para el periodo 2007-2014. Se recogen indicadores conductuales y muestras de orina que serán analizadas mediante PCR. Se describe la prevalencia y la tendencia de clamidia, y mediante el análisis multivariante de regresión logística se evalúan las variables asociadas a la infección.
ResultadosLa media de la prevalencia para CT/NG-ASSIR fue del 7,4%, con tendencia creciente (p=0,174) e incremento del 46,5%. Para CT/NG-Prisiones la media fue del 8,0%, con tendencia creciente (p=0,282) e incremento del 31,6%. La edad y el origen extranjero se presentan como factores de riesgo en ambas poblaciones. La concurrencia de parejas se añade a CT/NG-ASSIR, y el tiempo de estancia en prisión, en CT/NG-Prisiones.
DiscusiónLos resultados obtenidos ponen de relieve la necesidad de un enfoque más eficiente en las actividades de control para clamidia en Cataluña, y de intensificar las políticas de promoción de comportamientos sexuales más seguros y la búsqueda activa de casos con un cribado oportunista en menores de 25años.
Chlamydia trachomatis (chlamydia) infection is the most common bacterial sexually transmitted diseases (STD). However, the prevalence among young people is unknown in our country. In 2007, the monitoring of the prevalence and behaviours related to acquiring it began in Catalonia in young people ≤25years.
ObjectivesTo determine and monitor the prevalence and determining factors of chlamydia among a young sexually active population ≤25years, treated in sexual and reproductive health care centras (CT/NG-ASSIR) and in prisons (CT/NG-Prisons).
Materials and methodsAn analysis was performed on 6 cross-sectional data studies in two sentinel populations of young people from the period 2007-2014. Behavioural indicators were recorded and urine specimens were collected for analysis by PCR. The prevalence and trends are described, and the variables associated with infection were evaluated using multivariate logistic regression analysis.
ResultsThe mean prevalence for CT/NG-ASSIR was 7.4%, with an upward trend (P=.174), and an increase of 46.5%. CT/NG-Prisons had a mean 8.0%, with an upward trend (P=.282), and an increase of 31.6%. Age and foreign origin are presented as risk factors in both populations. The concurrent sexual partners added to CT/NG-ASSIR and the time spent in prison to CT/NG-Prisons.
DiscussionThe results underscore the need for a more efficient approach to control activities related to chlamydia infection in Catalonia. Policies need to be strengthened to promote safer sexual behaviours and active case finding by opportunistic screening in less than 25year-old.
La infección genital por Chlamydia trachomatis (clamidia) es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) de origen bacteriano más comunes en el mundo1. Los síntomas y signos clínicos de la infección son cervicitis, uretritis y otros síntomas relacionados. Se presenta de forma asintomática en cerca del 70% de los casos en las mujeres y en el 50% de los hombres2,3. La infección puede persistir durante varios meses y puede dejar secuelas importantes a largo plazo2-5. El retraso en la búsqueda de un diagnóstico y tratamiento pueden resultar en un aumento de la transmisión de la infección y sus complicaciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima 101,5 millones de casos nuevos de infección genital por clamidia cada año en el mundo entre adultos de 15 a 49años1, siendo la ITS bacteriana más frecuente. Según datos del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC), para el año 2014 la tasa europea de casos confirmados fue de 185 por 100.000 habitantes, observando una tendencia al aumento en el número de casos respecto de los últimos años6.
En España la infección por clamidia también es la ITS más frecuentemente notificada. El Sistema de Información Microbiológico informa un total de 1.511 diagnósticos para el año 2013, seguido de 1.356 diagnósticos de Neisseria gonorrhoeae y 554 de Herpes simplex7. En Cataluña, datos del Registro de las enfermedades de declaración obligatoria informan una tasa de 13 casos por cada 100.000 habitantes para el año 20148, muy inferior a la tasa europea.
En cuanto a la prevalencia, las estimaciones puntuales para las mujeres sexualmente activas oscilan entre el 0,2 y el 8,0%, y entre el 0,8 y el 6,9% en los hombres, siendo los menores de 25años los más afectados. Estos datos son muy heterogéneos, ya que varían en función del país, la población, el lugar de reclutamiento y el sistema de recogida de datos nacionales6. En España, los datos de prevalencia son escasos, basándose principalmente en estudios en poblaciones de alto riesgo8-13.
A partir del año 2007, en Cataluña se introduce la monitorización de la prevalencia de clamidia con datos bioconductuales en poblaciones centinela de jóvenes en el marco del sistema integrado de vigilancia epidemiológica de Cataluña (SIVES)8,14-18. Mediante estos estudios, se pretende conocer y monitorizar la prevalencia de clamidia, hasta el momento desconocida, entre la población joven menor de 25años sexualmente activa atendida en los centros de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (ASSIR) e interna en centros penitenciarios, así como determinar las características y determinantes de la infección.
MetodologíaHasta la actualidad se han realizado 6 estudios transversales en 2 poblaciones centinela: los jóvenes atendidos en los centros ASSIR y centros de atención a los jóvenes (proyecto CT/NG-ASSIR) para los años 2007, 2010 y 2012, y los jóvenes internos en centros penitenciarios (proyecto CT/NG-Prisiones) para los años 2008, 2011 y 2014. En cada uno de estos estudios, además de recoger indicadores conductuales, se recogen muestras biológicas de orina para estimar la prevalencia de clamidia. Las muestras se recogieron de forma anónima a través del medio de transporte «multi-Collect Specimen Collection Kit, Abbott» y se analizaron mediante la técnica de amplificación de ADN en tiempo real (Abbott Real Time CT/NG Assay) siguiendo las especificaciones del fabricante, Abbott Molecular Inc., Estados Unidos.
La información epidemiológica y conductual se recopiló a través de un cuestionario estandarizado anónimo con información sobre características sociodemográficas: sexo, edad, origen y nivel educativo y características conductuales: prácticas sexuales, edad de inicio de las relaciones sexuales, uso del preservativo, orientación sexual, nueva pareja sexual en los últimos 3meses, número y tipo de parejas (estable u ocasional) de los últimos 12meses. También se preguntaba sobre consumo de drogas y otros comportamientos sexuales de riesgo en los últimos 12meses: trabajador/a sexual, sexo en ambientes de ocio. Finalmente, aspectos clínicos: ITS previa, síntomas.
Los criterios de inclusión fueron: ser sexualmente activo en los últimos 12meses previos a la participación al estudio y con edades comprendidas entre los 16 y los 25años. Para CT/NG-Prisiones la edad de inicio fue a los 18años. Las mujeres con menstruación y aquellos que 2 semanas antes de la participación al estudio habían tomado antibióticos fueron excluidos.
Los análisis estadísticos se realizaron mediante el paquete estadístico SPSS v.17,0. Las variables categóricas se describen con proporciones y las continuas con medias y desviaciones estándar (DE). La comparación entre proporciones se examinó mediante el test de χ2 Pearson; la comparación de medias, mediante el test t de Student. Se construyó un modelo de regresión lineal simple con el año como variable independiente. Mediante el análisis multivariante de regresión logística se evaluaron las variables sociodemográficas y de conducta sexual asociadas con la variable respuesta: infección por clamidia. El nivel de significación establecido fue de 0,05, con los intervalos de confianza (IC) y odds ratio (OR) calculados al 95%. Todos los estudios fueron aprobados por el Comité Ético de Investigación Clínica del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona.
ResultadosSe obtuvieron un total de 1.032 muestras de orina para la población CT/NG-ASSIR y 1.010 para la población CT/NG-Prisiones. La prevalencia de clamidia para cada año de estudio se presenta en la tabla 1.
Características sociodemográficas de los jóvenes. Proyecto CT/NG-ASSIR y CT/NG-Prisiones
Variables | CT/NG-ASSIR | CT/NG-Prisiones | p | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
n | % | % clamidia | n | % | % clamidia | ||
Prevalencia global clamidia | 1.032 | 7,4 | 1010 | 8,0 | 0,578 | ||
Año de estudio | |||||||
2007 | 226 | − | 5,8 | − | − | − | − |
2008 | − | − | − | 384 | − | 5,7 | − |
2010 | 300 | − | 6,7 | -- | − | − | − |
2011 | − | − | − | 359 | − | 10,9 | − |
2012 | 506 | − | 8,5 | -- | − | − | − |
2014 | − | − | − | 267 | − | 7,5 | − |
Grupo edad | |||||||
16-18 años | 223 | 21,6 | 11,7 | − | − | − | |
19-21 años | 377 | 36,5 | 5,8 | 552 | 54,7 | 9,3 | 0,112 |
22-25 años | 432 | 41,9 | 6,5 | 458 | 45,3 | 6,1 | |
Sexo | |||||||
Mujer | 954 | 92,4 | 7,7 | 128 | 12,7 | 7,8 | < 0,001 |
Hombre | 78 | 7,6 | 3,8 | 882 | 87,3 | 8,0 | |
Nivel de estudios | |||||||
Sin formación | 7 | 1 | 0,0 | 198 | 19,9 | 10,1 | |
Primarios | 68 | 9,4 | 11,8 | 429 | 43,1 | 7,2 | < 0,001 |
Secundarios | 337 | 46,5 | 9,8 | 353 | 35,4 | 7,4 | |
Universitarios | 312 | 43,1 | 4,8 | 16 | 1,6 | 12,5 | |
Origen | |||||||
Español | 803 | 77,6 | 5,5 | 319 | 31,6 | 5,3 | < 0,001 |
Extranjero | 229 | 22,2 | 14,0 | 691 | 68,4 | 9,3 | |
Orientación sexual | |||||||
Heterosexual | 990 | 95,9 | 7,3 | 971 | 96,1 | 8,1 | 0,809 |
Homo/bisexual | 42 | 4,1 | 9,5 | 39 | 3,9 | 5,1 | |
Edad media inicio relaciones sexuales (DE) | 16,27 | 1,8 | − | 14,03 | 2 | − | < 0,001 |
Edad inicio relaciones sexuales | |||||||
< 16 años | 346 | 33,5 | 9,5 | 794 | 78,6 | 8,4 | < 0,001 |
≥ 16 años | 685 | 66,5 | 6,3 | 215 | 21,4 | 6,5 | |
Número de parejas el último año | |||||||
1 | 629 | 60,9 | 5,4 | 648 | 64,1 | 9,0 | |
2 | 201 | 19,5 | 8,5 | 125 | 12,4 | 8,0 | < 0,001 |
3-4 | 130 | 12,6 | 10,0 | 108 | 10,7 | 4,6 | |
≥ 5 | 72 | 6,9 | 16,7 | 129 | 12,7 | 6,2 | |
Nueva pareja sexual ≤ 3 meses | |||||||
Sí | 256 | 24,8 | 10,5 | 197 | 19,5 | 10,2 | 0,004 |
No | 776 | 75,2 | 6,3 | 813 | 80,5 | 7,5 | |
Tipo pareja última relación | |||||||
Estable | 871 | 84,4 | 7,1 | 570 | 56,4 | 8,9 | < 0,001 |
Esporádica | 161 | 15,6 | 8,7 | 440 | 43,6 | 6,8 | |
Concurrencia pareja ≤ 12 meses | 150 | 14,5 | 16,0 | 317 | 31,4 | 8,5 | < 0,001 |
Uso de preservativo última relación | |||||||
Sí | 552 | 53,5 | 7,6 | 266 | 26,3 | 5,6 | < 0,001 |
No | 480 | 46,5 | 7,1 | 744 | 73,7 | 8,9 | |
Contactos sexuales lugares ocio | |||||||
Sí | 130 | 12,6 | 12,3 | 432 | 57,2 | 9,3 | < 0,001 |
No | 902 | 87,4 | 6,7 | 578 | 42,8 | 7,1 | |
Trabajador/a sexual | 24 | 2,3 | 8,3 | 87 | 8,6 | 6,9 | < 0,001 |
ITS previa | 122 | 11,8 | 10,7 | 64 | 6,3 | 10,9 | < 0,001 |
Síntomas | 55 | 5,3 | 14,5 | 61 | 6 | 8,2 | 0,488 |
Embarazo | 71 | 6,9 | 7,1 | 80 | 7,9 | 7,9 | 0,565 |
Consumo de drogas | |||||||
Sí | 775 | 75,1 | 6,8 | 794 | 78,6 | 8,1 | 0,06 |
No | 257 | 24,9 | 8,9 | 216 | 21,4 | 7,9 | |
Sexo post consumo | 274 | 54,2 | 8,0 | 418 | 67,1 | 9,1 | < 0,001 |
Tiempo estancia en prisión | |||||||
≥ 1 año | − | − | − | 389 | 38,51 | 5,4 | − |
< 1 año | − | − | − | 621 | 61,49 | 9,7 |
Para CT/NG-ASSIR, la media de la prevalencia en los 3años estudiados fue del 7,4%, con una tendencia creciente (p=0,174) y un incremento del 46,5%. Para CT/NG-Prisiones, la media de la prevalencia en los 3años estudiados fue del 8,0%, presentando una tendencia creciente (p=0,282) y un incremento del 31,6%.
La prevalencia de clamidia fue significativamente superior entre el grupo de menor edad (16-18años CT/NG-ASSIR, p=0,02; 18-21años CT/NG-Prisiones, p=0,042). No se obtuvieron diferencias significativas por sexo, pero la prevalencia de clamidia fue superior en las mujeres para CT/NG-ASSIR y en los hombres para CT/NG-Prisiones. Los participantes de origen extranjero presentaron prevalencias significativamente superiores a los españoles en ambas poblaciones (p<0,001 CT/NG-ASSIR; p=0,05 CT/NG-Prisiones).
La prevalencia de clamidia no presenta diferencias significativas entre las 2 poblaciones estudiadas (p=0,578), y sí se encuentran diferencias entre algunas características sociodemográficas y conductuales (tabla 1). Las diferencias son notables en cuanto a sexo y origen. La población CT/NG-ASSIR se compone mayoritariamente de mujeres; estas son las que hacen un uso mayor de los servicios asistenciales ASSIR que los hombres, mientras que en CT/NG-Prisiones encontramos una mayor proporción de hombres y de extranjeros, características generales de la población penitenciaria catalana. Respecto al origen, el 80% de extranjeros eran latinoamericanos, seguidos en menor proporción de países del norte de África para ambas poblaciones.
Destaca, a su vez, que la población CT/NG-Prisiones presenta conductas de riesgo más frecuentes en cuanto a inicio de las relaciones sexuales: en promedio 2años antes que CT/NG-ASSIR. La prevalencia de clamidia entre los que iniciaron relaciones sexuales antes de los 16años es mayor en ambas poblaciones. CT/NG-Prisiones presenta un porcentaje significativamente superior de relaciones esporádicas y concurrentes (43,6 vs 15,6 y 31,4 vs 14,5, respectivamente). El uso del preservativo, a pesar de ser poco frecuente en ambas poblaciones, es significativamente inferior en CT/NG-Prisiones (26,3%), frente al 53,5% en CT/NG-ASSIR. Del mismo modo, la prostitución y los contactos sexuales en ambientes de ocio son significativamente más frecuentes en CT/NG-Prisiones. La prevalencia de clamidia también es superior entre los que ejercen estas prácticas.
El hecho de tener una nueva pareja sexual ≤3meses, con prevalencias de clamidia también superiores, y una ITS previa ≤12meses (mayoritariamente condilomas) se presentaba en un porcentaje significativamente superior en CT/NG-ASSIR.
El consumo de drogas fue similar en ambas poblaciones, con frecuencias alrededor del 80%. CT/NG-Prisiones presentó una proporción significativamente superior de mantener relaciones sexuales tras el consumo de alguna droga.
Tras el análisis multivariante de regresión logística se obtuvo como variables asociadas a la infección por clamidia: el grupo de edad (edades menores) y el origen extranjero para ambas poblaciones, mientras que la concurrencia de parejas se añadió a CT/NG-ASSIR y el tiempo de estancia en prisión a CT/NG-Prisiones (tabla 2).
Factores asociados a la infección genital por clamidia entre la población joven. Análisis de regresión logística multivariante
Variables | CT/NG-ASSIR | CT/NG-Prisiones | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
OR | IC 95% | p | OR | IC 95% | p | |
Grupo edad | ||||||
16-18 años | 1,819 | 1,085-3,358 | 0,029 | − | − | − |
19-21 años | 0,915 | 0,501-1,670 | 0,772 | 1,733 | 1,054-2,849 | 0,030 |
22-25 años | 1 | |||||
Origen | ||||||
Español | 2,771 | 1,693-4,534 | <0,001 | 1,711 | 1,051-2,982 | 0,050 |
Extranjero | ||||||
Concurrencia pareja ≤12 meses | 2,283 | 1,168-4,452 | 0,016 | − | − | − |
Tiempo estancia en prisión | ||||||
≥ 1 año | − | − | − | 1,895 | 1,086-3,344 | 0,027 |
< 1 año |
Hasta hace poco, el conocimiento de la prevalencia de clamidia en Cataluña era escaso. Pocos estudios habían determinado la prevalencia de la infección, y si lo hacían, se trataba de poblaciones de alto riesgo8,9. Datos de otros países informan que la población de edad joven, particularmente menores de 25años, presenta tasas de infección superiores a edades mayores6, principalmente por la vulnerabilidad biológica propia de la edad y por el incremento en las conductas de riesgo.
La incorporación de la monitorización de la prevalencia en poblaciones centinela de edad joven (CT/NG-ASSIR y CT/NG-Prisiones) en Cataluña ha permitido conocer la prevalencia en estas poblaciones, determinar los posibles factores determinantes y así conocer mejor la carga de infección en la población.
Los primeros datos obtenidos determinaron una prevalencia del 5,8% en CT/NG-ASSIR y del 5,8% en CT/NG-Prisiones. Estos primeros datos ya eran superiores a los encontrados en estudios previos realizados en España, donde la prevalencia oscilaba en rangos de entre el 1,4 al 5,5%, teniendo en cuenta que gran parte de las poblaciones estudias eran población de riesgo9-13. Tan solo un estudio realizado en Sevilla en 2004 obtiene una prevalencia superior al 6%; sin embargo, la población estudiada eran pacientes de una clínica de ITS12.
En los sucesivos estudios, la prevalencia de clamidia ha presentado una tendencia creciente tanto en CT/NG-ASSIR como en CT/NG-Prisiones, consistente con los datos publicados a nivel europeo. El ECDC en su último informe apunta que la prevalencia de clamidia sigue una tendencia al aumento, sobre todo en grupos de edad más jóvenes6. Aunque la comparación con países de alrededor se hace difícil dado que las estimaciones de prevalencia de clamidia a nivel europeo son muy heterogéneas, variando en función del país, de la población, del lugar de reclutamiento y de las políticas en cuanto a los sistemas de recogida de datos, nuestros resultados se sitúan en la media europea. El ECDC, en el informe Chlamydia control in Europe: literature review, del año 201419, estima que la prevalencia para los jóvenes menores de 25años, oscila entre el 1 y el 10,7%. En países como Inglaterra, donde está instaurado un programa de cribado, las estimaciones puntuales de prevalencia se sitúan en rangos del 8,6%20. En cuanto a la población penitenciaria, en Europa son pocos los estudios realizados en esta población, oscilando los valores del 6,5% al 13%21,22. En Estados Unidos, donde probablemente hay más tradición en realizar estudios en esta población, los rangos de prevalencia oscilan entre el 4 y el 15%, superiores a los de la población general23.
En nuestros resultados, los datos de prevalencia obtenidos en CT/NG-Prisiones y CT/NG-ASSIR no presentan diferencias significativas, por lo que las intervenciones a realizar deben ser las mismas. En los resultados presentados, a su vez se observa una frecuencia elevada de las conductas de riesgo en ambas poblaciones, y sobre todo en CT/NG-Prisiones. Las relaciones esporádicas y concurrentes son muy frecuentes. Un porcentaje elevado de jóvenes inician sus relaciones sexuales antes de los 16años y existe un uso pobre del preservativo, no superior al 30% en CT/NG-Prisiones y alrededor del 50% en CT/NG-ASSIR. Además, destaca el consumo elevado de drogas. Los resultados de encuestas en diferentes países, España incluida, ya informan de esta situación y alertan del incremento generalizado de las conductas de riesgo entre los jóvenes24,25, probablemente relacionado a la desinhibición frente el tabú sexual y la baja percepción de riesgo dado su buen estado de salud. Todos estos factores, y una disminución en la conciencia de la necesidad de adoptar medidas preventivas para no infectarse, traen como consecuencia un incremento de las ITS, haciendo que los jóvenes se conviertan en uno de los grupos más vulnerables ante la adquisición de estas infecciones. Teniendo en cuenta, además, que el inicio de las relaciones sexuales es cada vez más precoz, la necesidad de iniciar la promoción y la educación sobre salud sexual en los programas educativos a edades más tempranas se hace más evidente.
Por otro lado, la edad y el origen extranjero han sido los factores de riesgo en las 2 poblaciones estudiadas; además, la concurrencia de parejas se añade como determinante en CT/NG-ASSIR y el tiempo de estancia en prisión en CT/NG-Prisiones. En primer lugar, la edad es ampliamente conocida como uno de los principales factores demográficos que afecta a la infección por clamidia. Numerosos estudios encuentran que a edades más tempranas la probabilidad de infección se incrementa. El ECDC informa que el 73% de los casos reportados con infección por clamidia son jóvenes de entre 15 y 24años, y que franjas de entre 14 y 19años son las más prevalentes6,19. Este hecho no solo se asocia a mantener conductas de riesgo, sino a la vulnerabilidad biológica, sobre todo en las mujeres jóvenes y especialmente en edades de inicio de las relaciones sexuales, donde las diferencias anatómicas en el cuello uterino pueden predisponer a las infecciones por clamidia.
Respecto al origen, varios estudios han presentado también prevalencias superiores en población extranjera frente a la población autóctona26. El cambio en el patrón de conductas sexuales debido a las diversidades culturales y a una serie de factores socioeconómicos propios del inmigrante —precariedad económica y afectiva, bajo nivel educativo y un escaso acceso a los servicios sanitarios— incrementan el riesgo de adquisición de una ITS en el país de destino. Asimismo, en el país de precedencia de estos inmigrantes las prevalencias son más elevadas. El 80% de los extranjeros incluidos en este estudio provenían de América Latina, donde las tasas de infección por clamidia son más elevadas, estimando en 9,5 millones de casos nuevos al año1. Los datos de prevalencia son poco exhaustivos y varían en función de la población testada y la técnica diagnóstica empleada. Estas, sin embargo, suelen ser superiores a las medias europeas. El estudio más reciente realizado en el año 2015 en Brasil fijaba una prevalencia del 10,9% entre las mujeres cribadas por cáncer cervical27. Se debería realizar un análisis más exhaustivo de los datos entre la población inmigrante para conocer realmente si la infección por clamidia se produjo en nuestro país o en el país de origen. Por otra parte, se conoce que a mayor número de parejas se incrementa la probabilidad de contraer una ITS. Se da además la circunstancia de que los jóvenes con más parejas y mayor número de contactos sexuales son los que usan menos el preservativo. En este sentido, la concurrencia o simultaneidad de parejas también presenta esta tendencia a hacer uso en menor proporción del preservativo en relaciones monógamas simples, facilitando la rápida propagación de ITS, incluido el VIH28. Finalmente, el tiempo de estancia en prisión se convirtió en determinante entre la población penitenciaria, donde los que hacía más de un año que estaban presos presentaban una prevalencia de clamidia inferior. Ya se apuntaba en diferentes estudios15,23 que a medida que se incrementa el tiempo de estancia en prisión la salud de los presos se ve beneficiada, probablemente por el uso de los mecanismos que se ponen a su alcance para tratar los temas de salud en prisión. De hecho, un porcentaje elevado de presos tienen la percepción de que su salud ha cambiado debido a su paso por la cárcel, mejorando desde que se encuentran encarcelados, y lo atribuyen a llevar una vida ordenada que no habían podido tener fuera29.
La infección por clamidia es un problema de salud pública, no solo por su morbilidad sino también por las secuelas que pueden derivar con un tratamiento costoso, tanto a nivel psicosocial como financiero, y a menudo sin éxito, sobre todo en las mujeres. Además, su prevalencia se considera un marcador de «sexo no seguro» y de riesgo de otras ITS. Así, desde el ECDC se han propuesto líneas de acción centradas en la prevención primaria, la mejora de los diagnósticos, garantizando la disponibilidad de las técnicas adecuadas para su detección y el seguimiento de los casos en los centros de planificación familiar, y subraya la necesidad de realizar la detección también a las personas asintomáticas, sin olvidar el seguimiento a las parejas5. En este sentido, los programas de detección de clamidia son la mejor herramienta. Inglaterra, los Países Bajos y Estados Unidos, con programas de cribado oportunistas o proactivos y dirigidos principalmente a jóvenes menores de 25años, o Suecia, que aunque no tiene organizado un programa de cribado a nivel nacional fue el primer país en ofrecer pruebas de clamidia gratuitas, observan una disminución sustancial en las tasas de complicaciones de la infección3.
Hasta el año 2009, las actividades de control para clamidia en Cataluña consistían en la gestión de casos sintomáticos. Actualmente, las pruebas para clamidia se recomiendan a jóvenes menores de 25años sexualmente activos y en mayores de 25 si presentan criterios de riesgo30. Según nuestro conocimiento, todavía no hay ningún informe realizado sobre los resultados de las pruebas de esta recomendación, ni siquiera si se llevan a la práctica. Por tanto, los resultados obtenidos en este estudio, a pesar de no poder generalizarse a la totalidad de jóvenes de Cataluña por tratarse de una muestra no probabilística, ponen en relieve la necesidad de un enfoque más eficiente en las actividades de control en Cataluña, apuntando a la necesidad de intensificar, por un lado, las políticas de prevención y promoción de comportamientos sexuales más seguros, sobre todo en grupos más vulnerables (jóvenes, sobre todo de franjas de entre 16 y 18años, inmigrantes y colectivos más vulnerables como el grupo de presos) y, por otro lado, la búsqueda activa de casos. En este sentido, establecer un cribado oportunista entre los jóvenes menores de 25años sería una intervención preventiva rentable que garantizaría la búsqueda de las formas asintomáticas.
FinanciaciónAgradecemos la financiación del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya y la financiación parcial del CIBER Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP).
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener conflicto de intereses.
Agradecemos la colaboración de los miembros del grupo de trabajo creado para este proyecto.
ASSIR CAP II Prat de la Riba, Lleida (M.J. Garrofé), ASSIR Hospital de Palamós, Palamós (E. César, E. Folch), ASSIR BSA Mare de Deu de Lorda, Badalona (A. Avecilla, M. de Sebastián, M. Teixido), ASSIR Mataró-Maresme, Mataró (A. de Castro, I. Gonzalez, C. Coll), ASSIR CAP II Sant Fèlix, Sabadell (R. Espelt, M. Abella, G. Falguera), ASSIR CAP II Cerdanyola-Ripollet, Ripollet (A. Acera, M. Robert, A. Cárceles, NA. Sánchez, M. Robert, M. Llucià, P. Soteras, A, Cuenca, S. Mesa), ASSIR CAP Osona, Vic (J. Tarres, J. Grau), ASSIR Bages-Solsonès, Manresa (N. Crespo, P. Piqué), ASSIR Terrassa, Terrassa (M.I. Cayuela), ASSIR Mollet, Mollet del Vallès (E. López, M. Manzanares, E. Adarve, A. Torrent), ASSIR Granollers, Granollers (D. Guix), ASSIR Esquerre, Barcelona (C. Seguí, J. Xandri, R. Almirall, F. Valenzuela, A. Payaró, L. Zamora, C. Piorno, M. Roure, G. Labay, R. Astudillo, X. Diez, E. Picola, R. Escriche, E. Vela, C. Fernandez), Centre de Salut per a Joves de l’Hospitalet, Hospitalet del Llobregat (E. Arranz, E. Castillo), Centre Jove d’Anticoncepció i Sexualitat, CJAS, Barcelona (I. Campo, R. Ros), Centre Jove de Salut, Girona (M. Hernandez, C. Fornells), Direcció General de Serveis Penitenciaris de Catalunya (V. Humet, R. Guerrero), Centre Penitenciari de Dones de Barcelona (C. Sanchez, T. Quiroga), Centre Penitenciari de Joves (M.J. Leal, M. Alvarez), Centre Penitenciari Brians 1 (N. Teixidó, J. Larino). Rossie Lugo (CEEISCAT), Lourdes Matas (Servicio de Microbiología HUGTIP), Elisabet Bascuñana (Servicio de Microbiología HUGTIP), Verónica Saludes (Servicio de Microbiología HUGTIP).