La reciente modificación del artículo 49 del Estatuto de los Trabajadores, impulsada por una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, elimina la extinción automática del contrato por incapacidad permanente. Ahora las empresas deben valorar y documentar la posibilidad de realizar ajustes razonables o recolocar al trabajador en un puesto compatible, salvo que ello suponga una carga excesiva. El médico del trabajo adquiere un papel central, evaluando la aptitud laboral y proponiendo adaptaciones. La extinción del contrato únicamente será legal si se demuestra que no existen alternativas viables y todo el proceso está debidamente justificado. Esta reforma busca evitar la discriminación por discapacidad, proteger los derechos de los trabajadores afectados y equilibrar las obligaciones empresariales con la inclusión laboral, exigiendo una gestión preventiva y coordinada entre servicios médicos y recursos humanos.
The recent amendment to Article 49 of the Workers' Statute, driven by a ruling from the Court of Justice of the European Union, eliminates the automatic termination of the employment contract due to permanent disability. Companies must now assess and document the possibility of making reasonable accommodations or reassigning the worker to a compatible position, unless this represents an undue burden. The occupational physician plays a central role by evaluating work capacity and proposing adaptations. Termination of the contract will only be lawful if it is demonstrated that no viable alternatives exist and the entire process is properly justified. This reform aims to prevent discrimination based on disability, protect the rights of affected workers, and balance employer obligations with labor inclusion, requiring preventive and coordinated management between medical services and human resources.






