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Vol. 45. Núm. 179.
Páginas 111-115 (Julio - Septiembre 2016)
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Perspectivas globales de la educación superior
Global perspectives on higher education
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Santos López-Leyva
Facultad de Economía y Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma de Baja California, campus Tijuana, Tijuana, México
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En enero de 2016, el reconocido autor estadounidense Philip Altbach publicó para la comunidad científica interesada en el tema de la internacionalización de la educación superior el libro Global Perspectives on Higher Education. La obra está integrada por 18 capítulos, de los cuales el número 1 corresponde a la introducción y los restantes se encuentran distribuidos en 5 grandes apartados a lo largo de 332 páginas.

El primer apartado, El contexto global, comprende los 4 capítulos iniciales. El capítulo 2, desarrollado por Philip G. Altbach, Liz Reisberg y Laura E. Rumbley, se titula «Rastreando una revolución académica global», y en él los autores señalan 4 fuerzas básicas interrelacionadas que han propiciado la actual revolución académica: 1) la masificación de la educación superior, 2) la globalización, 3) el advenimiento de la sociedad del conocimiento donde adquiere importancia la universidad de investigación y 4) las tecnologías informatizadas. También se identifican algunas claves demográficas que perfilan la educación superior para el año 2030, entre ellas, se afirma que existirán mayores participación y variedad de la población estudiantil, aumentará la feminización, se mantendrá la desigualdad en el acceso, habrá un incremento de estudiantes y de profesores de tiempo parcial, y sobrevendrán la diversificación y la especialización de la profesión académica. Por otra parte, al dibujar las tendencias actuales, los autores explican la desigualdad en el acceso con base en el estudio de 15 países y concluyen que las clases privilegiadas siguen manteniendo una mayor presencia en el acceso a este nivel educativo. Otros elementos de preocupación giran en torno al constante mejoramiento de la calidad y el problema del financiamiento, pues como dicen los teóricos del capitalismo académico, el conocimiento se ha convertido en un factor de producción, lo cual ha generado la revolución privada en la educación superior, aspecto que viene aparejado con cambios en los mecanismos de financiación. Las tecnologías informatizadas han evolucionado los sistemas en el nivel superior con la educación a distancia y los programas MOOCs (open online courses), factores que también han transformado la profesión académica. Éstas constituyen algunas características de los sistemas de educación superior en la actualidad.

El elemento abordado en el capítulo 3 reside en la lógica de la masificación de la educación superior, donde algunos tópicos centran el debate en el siglo xxi: los mecanismos de financiamiento, los nuevos sectores involucrados (entre ellos, los grupos que participan con fines de lucro), la educación a distancia como un medio para atender la demanda, la diferenciación y la complejidad de las instituciones académicas, la orientación de las instituciones hacia la administración y la gestión, la naturaleza de la profesión académica, y la diversidad estudiantil y su cultura.

Respecto a las perspectivas de las 5 economías emergentes más importantes del mundo, conocidas colectivamente como el grupo brics, en el capítulo 4 se les reconoce como jugadores globales en la actualidad, que han logrado constituir un sistema de educación superior basado en universidades con reconocimiento de clase mundial; cuentan con una educación superior privada que coadyuva con el sistema público y sirve a los intereses del país; han mejorado el acceso y han insistido en avanzar hacia la calidad de sus universidades; fortalecieron la profesión académica tanto en su capacitación como en sus salarios; renovaron su sistema de administración de las universidades de tal forma que les permite ser más eficaces en la gestión; lograron el afianzamiento de la autonomía universitaria, de tal forma que las decisiones las toman las propias comunidades universitarias.

El capítulo 5, «Internacionalización y tensión global. Lecciones desde la historia», cuenta con la colaboración de Hans de Wit; sus páginas ofrecen una historia acerca de la internacionalización de la educación superior, y aunque señalan que las universidades nacieron siendo internacionales, el proceso observado en la segunda mitad del siglo xx es completamente diferente a todas las etapas anteriores. La internacionalización no es un fenómeno del siglo xxi —sólo hay que observar las políticas y luchas ideológicas globales que transcurrieron a lo largo del siglo xx—, las formas y los mecanismos de internacionalización han sido diferentes en cada periodo de la historia.

La segunda parte del libro, Implicaciones de la globalización, incluye los siguientes 5 capítulos. El capítulo 6, «Globalización y la universidad. Realidades en un mundo desigual», presenta un gran aporte para entender a las universidades inmersas en un proceso de globalización, participando tanto en los centros como en las periferias, pues sus papeles y destinos son diferentes en cada uno de estos espacios, el conocimiento se convierte en agente del nuevo colonialismo y las universidades se vuelven un elemento de poder blando (en ello es central el idioma inglés, la lengua franca para acceder al conocimiento). Existe un mercado mundial para quienes salen de su país, estudiantes y académicos, pues no sólo reciben instrucción en otro idioma, sino que asumen y difunden culturas de otros países sirviendo como correos de la cultura académica. Otros fenómenos vienen aparejados con la globalización como la multinacionalización de la educación, las tecnologías informatizadas —que tanto sirven en la trasmisión del conocimiento, y como mecanismos de almacenamiento del mismo a través de publicaciones y de repositorios académicos—, y el surgimiento de convenios internacionales que involucran a la educación superior.

El capítulo 7, «La internacionalización de la educación superior. Motivaciones y realidades», escrito por Altbach y Knight, trata acerca de la internacionalización en el marco de la globalización, aportando definiciones precisas y claras de ambos conceptos, e igualmente marcando sus alcances y limitaciones. En las motivaciones y fuentes de la internacionalización, los autores establecen algunos elementos característicos como la motivación de la ganancia o la demanda de los jóvenes por una educación internacional, componentes que además permiten observar regionalizaciones, tal es el caso de la internacionalización en Europa y en los países en vías de desarrollo, sin olvidar la existencia de los motivos individuales en este proceso; la regionalización incluye el Medio Este, Asia Pacífico, África, Europa, Norteamérica y Latinoamérica. Un apartado muy interesante se refiere al futuro de la internacionalización, que involucra las políticas y la seguridad nacionales, las políticas del gobierno y los costos de los estudios, la expansión de las capacidades domésticas, el idioma inglés, la internacionalización del curriculum, el aprendizaje a distancia, la participación del sector privado, la calidad, y por último se ofrece el ejemplo de la Unión Europea.

El capítulo 8 se titula «Educación superior más allá de las fronteras». Muestra que hoy en día cerca de 4 millones de estudiantes realizan sus estudios fuera de su país y estudios recientes afirman que para el año 2025 esta cantidad se duplicará; en ese contexto, los países industrializados se preocupan en brindar a sus colegiales la visión internacional y se sabe que los estudiantes extranjeros aportan 27 billones de dólares a la economía norteamericana cada año. Existen varias fuerzas que empujan a los jóvenes a estudiar fuera de su país, y en Malasia, China y la India, por ejemplo, los estudiantes se ven obligados a hacerlo por motivos discriminatorios; en otros países tienen que salir por cuestiones políticas, y existen naciones donde son frecuentes las huelgas de los profesores y los problemas de las universidades con los gobiernos locales; también incide, por supuesto, la búsqueda del mayor prestigio de las universidades extranjeras.

El capítulo 9 se refiere a la globalización de los rankings y empieza con una gran pregunta: ¿por qué los rankings? El estudio señala que éstos son el inevitable resultado de la masificación de la educación superior, de la competencia entre universidades y de la comercialización de la educación terciaria a nivel global. Los rankings están incrementando su uso por las universidades, por los sistemas de educación, por los estudiantes y por los gobiernos. Sin duda, todos estos actores cada año están atentos a la publicación de los principales rankings a nivel global. Con todas sus críticas y problemas, estos instrumentos se han hecho populares, a pesar de los errores y limitaciones que tienen, pues miden sólo un pequeño espacio de la institución universitaria.

Con el capítulo 10 termina la segunda parte y se denomina «La lengua imperial. El inglés como lengua dominante». El inglés lo hablan más de la mitad de los estudiantes internacionales, es la lengua más extendida en otras regiones el mundo, y se ha convertido en el idioma de la ciencia. Existen más estudiantes hablantes de inglés en China que en Estados Unidos, y más en la India que en Inglaterra. El liderazgo de este idioma en la ciencia y en la educación superior proviene también de que en Estados Unidos y en Inglaterra se ubican la mayor parte de universidades y centros de investigación de alta calidad; los valores, normas, metodologías y avances del conocimiento originado en estas instituciones tienden a dominar el resto del mundo. Esto ha hecho que se presente una tensión a nivel de los países de la periferia entre lo local y lo global. Las publicaciones, por ejemplo, buscan ser globales, y aunque en un lenguaje local pueden ser muy relevantes, no alcanzarán la dimensión internacional si no son divulgadas en inglés, entonces muchos académicos hacen sus aportaciones en este idioma guiados por la búsqueda de una mayor visibilidad de sus artículos.

El tercer gran apartado se denomina Centros y periferias y contiene los siguientes 3 capítulos que inician con el número 11, «La universidad como centro y periferia», el cual analiza que las universidades de los países centrales están orientadas a la investigación, sus bibliotecas son amplias y sus laboratorios bien equipados, cuentan con mayor prestigio y son parte del conocimiento internacional. En lo financiero tienen acceso a más fondos y producen la mayor cantidad de doctores en ciencias. Por otra parte, las editoriales científicas más famosas, los periódicos científicos de mayor influencia y los sitios de Internet están localizados en esas naciones; es decir, disponen de la infraestructura adecuada para que sus instituciones sean productoras de conocimiento. En 8 países del centro se encuentran 306 universidades de clase mundial de las 500 que considera el ranking de Shanghái, que equivale al 61%.

El capítulo 12 está dedicado a las universidades de investigación en los países en vías de desarrollo. Considerando que la universidad de investigación es una institución fundamental en el siglo xxi, los países en vías de desarrollo la están impulsando; ejemplo de ello son los programas masivos como los proyectos 211 y 985 de China, con los cuales se han identificado aproximadamente 100 universidades que a su vez han recibido altos montos de dólares con la finalidad de convertirlas en universidades de clase mundial. En la India, durante 2005, se creó la Knowledge Commision para promover la excelencia académica. Taiwán y Corea del Sur ya empezaron a construir una gran infraestructura para la educación superior. Las universidades constituyen el medio de comunicación de los países en vías de desarrollo con la ciencia y el conocimiento mundial, establecen un puente para que estas naciones logren participar en los rankings globales de medición, suministran las habilidades necesarias para participar en la economía del conocimiento del siglo xxi y son instituciones centrales en la economía global.

El capítulo 13 aborda el impacto de Occidente en la educación superior asiática. Dos realidades definen la educación superior de esta región, por un lado, los orígenes extranjeros del sistema y, por otro, las raíces locales como parte de su desarrollo interno. Cada una de las instituciones de Asia contemporánea presenta al menos una caracterización de los modelos occidentales: patrones de la gobernanza institucional, el ethos de la profesión académica, los procedimientos de evaluación, la vida académica en las universidades, los sistemas de investigación, en suma, elementos que fueron tomados de Occidente. Pero el modelo occidental ha sido transmitido por los propios países asiáticos, por ejemplo, Japón llevó su sistema universitario —uno de los más avanzados— a Corea y Taiwán, mientras que China va creciendo rápidamente; estos 2 países, junto con la India, se han convertido en sistemas de educación de «grandes ligas». Pero también los pequeños países han intensificado el mejoramiento de su sistema, tales son los casos de Singapur, de Taiwán y de la República de Corea, que se han preocupado por desarrollar importantes centros de educación superior.

El cuarto gran apartado lleva por nombre Perspectivas comparadas y también comprende 3 capítulos. El capítulo 14 expone que la educación superior privada es la de mayor dinámica y la de más rápido crecimiento. La idea de que un grado académico representa un bien privado que beneficia a los individuos, más que un bien público para beneficio de la sociedad, es ampliamente aceptada. En países asiáticos como Japón, Corea, Filipinas e Indonesia, la educación superior privada domina a la pública en términos de números. En China existen más de 2,000 universidades privadas. En la actualidad, el Grupo Laureate es propietario de 84 universidades en 29 países.

«La libertad académica. Realidades internacionales y sus retos» es el título del capítulo 15. El concepto de libertad académica proviene de las ideas de Humboldt; definido desde principios del siglo xix se resumía como: «libertad para enseñar y libertad para aprender». En la universidad alemana de época reciente, el concepto de libertad académica se extendió a la par de la investigación cuando ésta se agregó como una misión de la universidad, de modo que el profesor alcanzó absoluta libertad de investigación y de expresión tanto en el laboratorio como en el salón de clase. En los Estados Unidos la American Association of University Professors (aaup) ha defendido la libertad académica e incluso ha buscado proteger a sus agremiados en espacios externos a la universidad. En Latinoamérica se reconoce que el movimiento de Córdoba, Argentina, de 1918, tuvo grandes logros no sólo en la libertad académica en el salón de clase, sino en general en la autonomía universitaria; sin embargo, señala Altbach, los partidos políticos tienen gran influencia en varias universidades de esa región y se pregunta si es posible crear un «barómetro de libertad académica», así como se ha desarrollado para los derechos humanos y para la corrupción. La libertad académica constituye un pilar de la educación superior, sin ella las misiones docente y de investigación no pueden ser verdaderamente efectivas. El futuro de la universidad depende de un ambiente adecuado de libertad.

El capítulo 16 analiza los sistemas de educación superior en China y en la India; muestra que China manifiesta un considerable progreso con la búsqueda de universidades de clase mundial y, por su parte, la India mira el mundo de la ciencia a través de los institutos de tecnología y otros organismos. Si bien la industrialización de estos países estuvo sustentada en salarios bajos, la situación ha cambiado y hoy se requiere una fuerza laboral con mayor educación, de lo cual depende el futuro de estos países. La cobertura en la India alcanza el 25% en tanto que China logra el 27%, con una matrícula de 33 millones de alumnos y 29 millones en la India. Estos países desempeñan un importante rol en la educación superior mundial, tanto por su matrícula interna como por la cantidad de estudiantes que envían a obtener sus grados en el extranjero; a pesar de que en las pasadas décadas se calcula que el 80% de estos graduados no regresaron, el hecho de que se incremente su retorno depende de los niveles salariales y de las condiciones laborales, las cuales están cambiando considerablemente. Ambos países emergen como «súper poderes en investigación» y su impulso tiende a alcanzar las universidades de clase mundial.

Los 2 capítulos finales integran el último apartado, Profesores y estudiantes. El capítulo 17 examina las tendencias globales en remuneraciones y contratos, e indica que en cuanto al mejoramiento de los ingresos y prestaciones de los académicos, los actuales no son buenos tiempos, pues los salarios se ven disminuidos por el mecanismo de alta inflación y por la tendencia en la caída de los sueldos de todos los profesionales; existe inseguridad en el empleo y hay disminución en las contrataciones definitivas, y ello hace que a muchos estudiantes brillantes no les interese la profesión académica. Otro fenómeno es la proliferación de los profesores de tiempo parcial o, como llamamos en México, profesores por horas-clase, y junto a ello se observa el crecimiento de la educación privada donde se trabaja por horas-clase y con salarios bajos; incluso en las universidades públicas de algunos países, como México, se ofrece trabajo por honorarios, sin ninguna prestación social y con contratos firmados semestralmente. Los argumentos apuntados en sus páginas están sustentados en una investigación desarrollada en 28 países; ésta concluye que es imposible comparar las remuneraciones a los académicos en todos los países, pues cada país presenta su propia idiosincrasia en las formas de pagos y de gratificaciones, e incluso las legislaciones de cada país no permiten hacer estas comparaciones, ya que existen formas muy distintas para determinar los salarios y establecer las contrataciones.

El último capítulo se refiere al activismo político de los estudiantes; empieza por exhibir el contexto histórico, señalando que el activismo estudiantil no empieza en los años de 1960 del siglo xx, pues los estudiantes tuvieron una importante participación en los movimientos revolucionarios de 1848 y en la unificación de Alemania. Lo mismo ocurrió en la unificación italiana; incluso en el siglo xx, los estudiantes fueron de los primeros grupos en apoyar a Hitler. Éstos han tenido un importante papel en el nacionalismo y en la independencia en países como India, Kenya, Vietnam, Burma, etc. La trasformación más influyente de la universidad latinoamericana, la reforma de Córdoba de 1918, fue impulsada por estudiantes. Los líderes del activismo estudiantil presentan ciertas características: tienden a estudiar ciencias sociales o humanidades; provienen de las familias más influyentes, con mayor educación y más liberales de los países; se ha encontrado también que son alumnos con altas notas, y a menudo, vienen de grupos minoritarios. Los movimientos estudiantiles son cíclicos y es imposible predecirlos.

La obra aquí comentada invita a una lectura obligada por parte de los académicos interesados en temas relacionados con la educación superior. Ésta resulta un aporte valioso que nos ayuda a entender las dinámicas de este nivel educativo en el mundo, y constituye una especie de concentrado de los trabajos que a lo largo de su vida nos ha brindado Philip Altbach.

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