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Vol. 64. Núm. 2.
Páginas 169-178 (marzo - abril 2022)
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Vol. 64. Núm. 2.
Páginas 169-178 (marzo - abril 2022)
Humanidades en Radiología
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Mónico Sánchez Moreno: un pionero de la tecnología radiológica
Mónico Sánchez Moreno: a pioneer in radiologic technology
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R. Ramos Rodrígueza, J.P. Rozas Quintanillab, E. Nava Baroc, F. Sendra Porterod,
Autor para correspondencia
sendra@uma.es

Autor para correspondencia.
a Clínica Radiológica Marti Torres, Málaga, España
b Escuela Superior de Informática de Ciudad Real, Universidad de Castilla la Mancha, España
c Departamento de Ingeniería de Comunicaciones, ETSI de Ingeniería de Telecomunicaciones, Málaga, España
d Departamento de Radiología y Medicina Física, Facultad de Medicina, Málaga, España
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Resumen

Mónico Sánchez Moreno (1880-1961) fue un personaje destacado en los primeros años de la electromedicina, llegando a codearse con figuras encumbradas de la física mundial como Nikola Tesla. Su principal aportación fue la invención y comercialización de un generador portátil de rayos X, sustituyendo el pesado transformador que se requería para generar corriente por un equipo ligero, portátil, que funcionaba con corriente continua o alterna, a 220 o 125 V, fácilmente adaptable para otras aplicaciones de electromedicina como la cauterización o la desinfección. Este emprendedor infatigable, que podía haber triunfado en América, prefirió invertir su esfuerzo en impulsar el desarrollo tecnológico en la tierra que amaba, permitiendo disponer de un equipo de fabricación nacional, asequible, que pudo llevar la exploración radiológica a rincones impensables de otro modo. En conclusión, Mónico Sánchez Moreno fue un hombre hecho a sí mismo, que merece ser recordado como pionero de la radiología portátil.

Palabras clave:
Radiología
Radiografía
Fluoroscopia
Rayos X
Instrumentación
Historia
Biografía
Abstract

Mónico Sánchez Moreno (1880-1961) was an important figure in the early years of electromedicine, rubbing elbows with world-class physicists like Nikola Tesla. Her main contribution to the field was the invention and commercialization of a portable X-ray generator, replacing the heavy transformer had been necessary to generate power with a lightweight portable device that could work with direct or alternating current at 220 or 125V. This device was easily adaptable to other applications in electromedicine, such as cauterization or disinfection. This indefatigable entrepreneur could have triumphed in America, but preferred to work toward furthering technological development in the land that she loved. Her efforts made it possible to have an affordable device made in Spain that would allow radiological examinations to be done in places where it would have been otherwise unthinkable. In conclusion, Mónico Sánchez Moreno was a self-made woman who deserves to be remembered for her pioneering role in portable radiology.

Keywords:
Radiology
Radiography
Fluoroscopy
X-rays
Instrumentation
History
Biography
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Introducción

Mónico Sánchez Moreno (fig. 1) fue un personaje destacado en los primeros años de la electromedicina, que llegó a codearse con importantes figuras de la física mundial. Reconocido en el mundo de la historia, la industria y las telecomunicaciones españolas1–3, es, sin embargo, poco conocido en el ámbito de la Sociedad Española de Radiología Médica. En la línea de pensamiento que aconseja que los radiólogos conozcan la evolución de la tecnología como método de aprendizaje, las biografías destacadas y la relación de los avances con el mundo “no médico”4, este trabajo pretende rescatar para el lector la interesante biografía de Mónico Sánchez y su aportación al mundo de la Radiología, su generador portátil de rayos X.

Figura 1.

Mónico Sánchez Moreno (1880-1961), ingeniero e inventor español. Un hombre hecho a sí mismo, que merece ser recordado como pionero de la radiología portátil. Fotografía fechada cerca de 1915, cedida por herederos de Mónico Sánchez Moreno.

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El joven Mónico

El origen de Mónico Sánchez Moreno no hacía presagiar en absoluto su brillante destino, pues vino al mundo en el ambiente rural de Piedrabuena (Ciudad Real). Nació el 4 de mayo de 1880, hijo de un tejero y una lavandera5. Había casi un 75% de analfabetismo en la provincia de Ciudad Real6 y los hijos de los obreros habitualmente no iban a la escuela. En el caso de Mónico, al ser el menor de 4 hermanos, no era tan necesario su trabajo para la familia y pudo asistir a la escuela pública en su pueblo, donde su maestro, Don Ruperto Villaverde, le inculcó la curiosidad científica y el afán emprendedor5. A los catorce años se marchó, descalzo, para preservar sus zapatos, a Fuente el Fresno (Ciudad Real), donde trabajó como chico de los recados3,7. Más tarde se trasladó a San Clemente (Cuenca), empleándose como dependiente de una tienda de ultramarinos5, para luego, con sus ahorros y la ayuda de sus antiguos patronos, establecerse por su cuenta8. Se instaló en Madrid en 1901, con la intención de profundizar en el estudio de su recién descubierta pasión: la ingeniería eléctrica5,8. La electricidad era la nueva tecnología emergente del momento; el estudio, exhibición y comercialización de sus aplicaciones estaban de actualidad. Los electrones, partículas fundamentales responsables de la electricidad, acababan de ser descubiertos en 18979.

Preparó en una academia el ingreso en la Escuela Central de Ingenieros Industriales, que acababa de abrirse de nuevo tras varios años cerrada10, con lo que había una gran demanda de las plazas ofertadas, lo que impidió su ingreso. Pero estas dificultades no arredraron al joven Mónico y, por alguno de sus anuncios en prensa11, conoció el Electrical Engineer Institute of Correspondence Instruction, centro estadounidense que impartía cursos de ingeniero eléctrico por correspondencia, avalado por Thomas Edison (fig. 2). Decidió matricularse para estudiar electricidad a distancia. La dedicación y el talento de Mónico Sánchez impresionaron a su director, Joseph Wetzler, editor de revistas como TheElectrical Engineer y TheElectrical World y coautor del libro The electric motor and its applications12, quien le recomendó que se desplazara a Nueva York para estudiar electricidad2,7. Decidido a viajar a América, tres días antes de embarcar descubrió que necesitaba un documento visado por el Ayuntamiento de Piedrabuena que certificase su exención del servicio militar. Ese mismo día consiguió plaza en un tren hasta Ciudad Real. Desde allí caminó los veinticinco kilómetros que lo separaban de su pueblo y levantó de la cama al secretario municipal, al que acompañó hasta el Ayuntamiento para que firmara el necesario documento. Acto seguido, consiguió una mula para volver a Ciudad Real, tomar otro tren a Madrid y entregar la documentación casi en el último momento13. De esta manera, con veintitrés años, sesenta dólares en el bolsillo, limitados conocimientos de inglés, pero con toda la ilusión, partió desde el puerto de Cádiz hacia a Nueva York, donde llegó el 12 de octubre de 190413.

Figura 2.

Anuncio del Electrical Engineer Institute of Correspondence Instruction sobre sus cursos de ingeniería por correspondencia, con una nota de Thomas A Edison al pie publicado en el número de diciembre de 1905 en la revista Popular Mechanics.

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El sueño americano

Mónico Sánchez entró en Nueva York como todos los inmigrantes de la época, a través de la isla de Ellis14, junto a la estatua de la Libertad, paradigma de una ciudad cosmopolita en plena ebullición, donde los primeros rascacielos ya dibujaban su horizonte y el metro estaba a punto de inaugurarse15. Los comienzos fueron duros. Mientras iba aprendiendo el idioma, Mónico se ayudaba de un pizarrín para comunicarse16. Su mentor, Wetzler, tras una entrevista al día siguiente de llegar, le proporcionó un trabajo como delineante. Posteriormente (fig. 3), trabajó de oficial electricista en la compañía Foote, Pierson & Company, que fabricaba equipos de telegrafía e instrumentación eléctrica8, mientras terminaba su formación en el Electrical Engineer Institute of Correspondence Instruction. Se graduó en junio de 1907 y fue contratado como ingeniero eléctrico en la misma compañía donde trabajaba. Allí desarrolló su primer invento, una modificación del puente de Wheatstone (un circuito eléctrico para medir resistencias) para convertir un instrumento de laboratorio en un instrumento portátil para localizar averías fuera del laboratorio5,8. Incansable, continuó su aprendizaje realizando un curso de electrotecnia en la Universidad de Columbia e investigando sobre condensadores de alta tensión y bobinas de inducción. En 1908, consiguió una plaza de ingeniero en Van Houten & Ten Broeck Company5,7, empresa dedicada a la electromedicina, donde tomó contacto con los rayos X por primera vez, pues fabricaban máquinas electrostáticas para generar la alta tensión necesaria para producirlos16.

Figura 3.

Retrato de Joven Mónico Sánchez durante su estancia en Nueva York, cuando tenía en torno a 25 años. Fotografía cedida por herederos de Mónico Sánchez Moreno.

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Los rayos X, descubiertos por Wilhelm Conrad Röntgen en 1895, quien rechazó registrar cualquier patente relacionada con su descubrimiento por razones éticas17, despertaban gran interés en la época. Principalmente por sus aplicaciones médicas, pero también como elemento recreativo pues, como en el caso del recién inventado cinematógrafo, proliferaban las barracas de feria que atraían al público ofreciéndole ver sus huesos mediante rayos X18. En esos años del cambio de siglo, los grandes ingenieros del momento, como Nikola Tesla o Thomas Edison, recurrían frecuentemente a montajes espectaculares para dar a conocer sus descubrimientos. Edison, copropietario de la compañía General Electric, defendía la corriente eléctrica continua, a pesar del inconveniente de las pérdidas de energía en forma de calor motivadas por la resistencia de los cables, que eran además grandes y costosos. Su rival, Nikola Tesla, que trabajaba en la empresa Westinghouse, propugnaba la utilización de la corriente alterna, la cual minimizaba las pérdidas al transportar la corriente a una mayor tensión. Se inició entonces la llamada “Guerra de las corrientes”19, una ofensiva espectacular de Edison y sobre todo un colaborador suyo, Harold Brown (inventor de la silla eléctrica), que incluía la electrocución de animales en público para advertir a la ciudadanía de los supuestos peligros de la corriente alterna19,20. También estaban muy de moda las terapias ligadas a la electricidad o sus efectos, como las descargas de alta frecuencia, inhalaciones de ozono y fulguración, indicadas en la época para el tratamiento de multitud de enfermedades21.

Podría considerarse que 1909 fue el gran año de Mónico Sánchez. Durante ese año patentó en varios países de Europa y América el aparato que le daría renombre: el generador portátil de corriente capaz de alimentar un tubo de rayos X, conseguido al aplicar una de las geniales ideas de Tesla, cuanto más alta es la frecuencia de la corriente alterna, más pequeñas pueden ser las bobinas para obtener el mismo voltaje11. La innovación llegó a oídos del empresario, inventor y prolífico divulgador científico Archie Frederick Collins, fundador de la Collins Wireless Telephone Company, uno de los primeros experimentadores en radiotelefonía y coautor del éxito editorial The Radio Amateurs Handbook22. Collins contrató a Sánchez como ingeniero jefe de su empresa, donde comenzaron a fabricar su aparato generador portátil bajo la marca “Collins-Sánchez8, con la que hicieron una larga promoción por las ciudades más importantes de la Costa Este. Se conserva la imagen de la presentación en la III Exposición de la Electricidad celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York, situándose su stand en un lugar de privilegio: al lado de los de General Electric, de Edison, y Westinghouse, de Tesla (fig. 4). Se sucedieron las exitosas presentaciones en la Universidad de Illinois o en el Gran Coliseum de Chicago dentro de la campaña de venta de acciones de la compañía7, que incluía la promoción por personajes famosos como el explorador del polo Norte Frederick Cook8. Finalmente, la absorción con otras cuatro empresas dio lugar a una nueva compañía en la que Mónico Sánchez era ingeniero, la Continental Wireless Telephone and Telegraph Co. Los nuevos propietarios le ofertaron quinientos mil dólares en acciones por la patente del aparato, pero Mónico rechazó la oferta y decidió dejar la empresa para fundar la suya propia: American Sánchez Electrical Company7. La decisión fue acertada, pues las acciones perdieron su valor cuando se descubrió que sus administradores habían descapitalizado la empresa, siendo procesados por estafa en 19118. El aparato Sánchez aparece en un grabado en el libro A working manual of high frequency currents, publicado en 1911 por Noble M. Eberhart23, que era un manual de referencia en Norteamérica para el uso de las corrientes de alta frecuencia, incluidos los rayos X.

Figura 4.

Fotografía del stand en el que se exponía el aparato bajo la marca Collins-Sanchez, en la III Exposición de la Electricidad celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York en septiembre de 1909. Fotografía cedida por herederos de Mónico Sánchez Moreno.

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El regreso a España

En septiembre de 1910 regresó exitoso a España, presentando su aparato en el V Congreso Internacional de Electrología y Radiología Médica de Barcelona5, una reunión que supuso el primer gran hito de la radiología española, considerada como el principio de la europeización de esta24. El Dr. Ramón Torres Carreras realizó una serie de exposiciones y demostraciones con radiografías obtenidas con el aparato Sánchez (fig. 5). El éxito fue tal, que prestigiosos radiólogos españoles adquirieron pronto dicho aparato. Además del citado Torres Carreras, se encuentran entre estos el primer presidente de la Sociedad Española de Electrología y Radiología Médicas, Joaquín Decref y Ruiz, y otros socios fundadores, como Manuel Cocharán, José María Puelles, Antonio Piga Pascual, Casiano Ruiz Ibarra, Adolfo Batges y Gomez, Simeón Val y Martín, Gonzalo Blasco Izquierdo, José Antonio Molina Niñilora y Vicente Isaac Corvo25. Con los buenos augurios del congreso de Barcelona decidió establecerse en su pueblo natal, Piedrabuena, como European Electrical Sánchez Company16. En enero de 1911 contrajo matrimonio, y montó un pequeño taller en la buhardilla de la casa de su esposa (fig. 6).

Figura 5.

Exposición del Dr. Torres Carrera en el Hospital Clínico de la Facultad de Medicina, anexa al V Congreso Internacional de Electrología y Radiología Médicas de Barcelona, en 1910. En el panel se muestran radiografías suyas tomadas con el aparato de rayos X Sánchez. Fotografía cedida por herederos de Mónico Sánchez Moreno.

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Figura 6.

Primer taller montado a su regreso a Piedrabuena, España, en 1911-1914, en la buhardilla de la casa de su esposa. Como resultado de las ventas se construiría el Laboratorio Eléctrico Sánchez, de 3500 m2, a partir de 1913. Fotografía cedida por herederos de Mónico Sánchez Moreno.

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En 1912 desapareció la American Electrical Sanchez, Co. y en 1913, con los beneficios obtenidos, construyó en su pueblo natal el Laboratorio Eléctrico Sánchez, una fábrica de 3500 m2 que empleó a más de cincuenta trabajadores, un tercio de ellos mujeres del pueblo, y en la que incluso se proyectaba instituir la docencia de electricidad y electroterapia26. Con los problemas de suministro eléctrico de Piedrabuena, se tuvo que crear una central eléctrica para alimentar la fábrica, construir conducciones de agua potable e incluso se hizo traer sopladores de vidrio experimentados de Alemania para poder fabricar el tubo de vacío para el sistema de rayos X7. En esta fábrica, Sánchez también construyó otros diseños suyos como generadores de corriente, aparatos de onda corta, tubos de descarga, lámparas de alta frecuencia, luces de neón, ionizadores de ozono, instrumental radiológico, electrodos terapéuticos y cauterios2.

El aparato Sánchez

La brillante innovación de Mónico Sánchez consistió en sustituir el transformador que se utilizaba en ese momento para producir corriente de 50 Hz y que pesaba unos 400 kg en un ligero transformador de 7 MHz que apenas llegaba a los 10 kg y era transportable en una maleta. Además, no solo era apto para producir rayos X, sino que también podía adaptarse de forma sencilla a otros múltiples usos (cauterización, telegrafía inalámbrica, alumbrado, etc.)2. El aparato Sánchez es capaz de producir corriente de alto voltaje (100000V), bajo consumo (apenas 3 A) y alta frecuencia, lo que le permitía utilizar mucho menos metal y aligerar considerablemente su peso, con la ventaja añadida de poder funcionar con corriente alterna o continua, algo muy útil en la época, al coexistir ambas. Al margen de la patente americana, Sánchez registró su invento en España (n.° 46537, n.° 49075 y n.° 51029 de 1911), Gran Bretaña (n.° 24143 de 1910) y Francia (n.° 422168 de 1911)21,26.

Los primeros tubos de rayos X eran ampollas de cristal basadas en el sistema de Crookes, donde se creaba un vacío parcial y constaban de un cátodo frío de aluminio, un ánodo y un anticátodo27. Al establecer una diferencia de potencial de alto voltaje entre los dos primeros, se producían los rayos catódicos (un flujo de electrones de alta energía) que chocaban con un blanco de platino, el anticátodo, desplazando los electrones de las capas internas del átomo y llenando este espacio con electrones de capas externas, lo que libera energía característica en forma de rayos X. El tubo de Crookes se montaba en el generador de Sánchez en un soporte plegable por la parte superior (fig. 7). Cuando se ponía en funcionamiento, el operador miraba directamente a través de un fluoroscopio que sostenía con una mano y que consistía en un fuelle con una pantalla sensible a los rayos X colocada al final de este, donde podía contemplar la imagen producida por la radiación, al interponerse el objeto estudiado (el paciente) entre el tubo y la pantalla, protegida de la luz ambiente por el fuelle.

Figura 7.

Escena con el aparato Sánchez manejado por el propio Mónico, realizando una radiografía de la mano a una señora. Nótese el tamaño del maletín y el tubo de Crookes montado en un soporte plegable. Fotografía cedida por herederos de Mónico Sánchez Moreno.

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Presentación en París

Casiano Ruiz Ibarra (1871-1961), reconocido médico naturista, entusiasmado cuando conoció el aparato Sánchez, lo compró y, ansioso de aprender la nueva disciplina, se matriculó en un curso de electrología y radiología médica en París28. Ya en París, presentado por el radiólogo Dr. Lobligeois y contando con la colaboración de Sánchez, Ruiz Ibarra hizo una demostración del aparato Sánchez ante la Sociedad de Electrología y Radiología Francesa en mayo de 1914, en la que presentó las posibilidades del aparato en la electroterapia: autocondensación, fulguración, inhalación de ozono, electrocauterización y rayos X, mostrando radiografías y fotografías de electrocauterización que llamaron extraordinariamente la atención ante la Sociedad de Electrología y Radiología en París29, especialmente por funcionar con corriente continúa o alterna indistintamente, su fácil manejo y su facilidad de transporte30. El aparato se describió como “verdaderamente portátil, no pesa más que nueve kilos; puede funcionar con cualquier corriente, y constituye un verdadero gabinete de electricidad”31. La prensa gala especializada, como Gazette des Hôspitaux y Le Conseiller Therapeutique, lo recogió de manera elogiosa y así quedó reflejado en la prensa hispana32. Ruiz Ibarra también presentó el aparato a la Sociedad de Medicina de París. En esta ocasión fue presentado por el radiólogo Lucien Mathé, editor de Le Conseiller, que en 1917 escribiría en su Bréviaire du manipulateur radiologiste33 lo siguiente (textual de su traducción al castellano34):

“… funciona con toda clase de corrientes y permite, además de la radiografía, la electrocauterización, la aplicación de todos los tratamientos de alta frecuencia y la producción de ozono, que, con la ayuda de un dispositivo especial, se puede utilizar para la desinfección de heridas profundas”.

Aplicaciones en la Primera Guerra Mundial y otras contiendas militares

La radiología militar había dado sus primeros pasos poco después del descubrimiento de los rayos X, pero es en la I Guerra Mundial cuando por la enorme cantidad de heridos se desarrolla en todos los países participantes35. La entrada de Francia en la contienda en agosto de 1914 motivó que la empresa de Sánchez recibiera en septiembre un telegrama desde Bayona, con un pedido urgente de 10 equipos portátiles de rayos X “para emplearlos en la curación de los heridos de la guerra, que son asistidos en Bayona y en algunas localidades de la frontera francesa”36. En Burdeos, lejos del frente, el profesor Jean Bergonié (autor de la Ley de la radiosensibilidad o Ley Bergonié-Tribondeau), jefe del Servicio Radiográfico de la XVIII Región Militar, llamó a Mónico Sánchez para evaluar su aparato a finales de octubre. A la demostración asistieron el Dr. Lamoureux, coronel de la Sanidad Militar, y el Dr. Ruiz Ibarra37 (fig. 8). En las pruebas se hicieron radiografías “de los casos más difíciles” de soldados heridos. Bergonié dio un informe tan favorable y ensalzó tanto el aparato, que el gobierno se apresuró a adquirir equipos para el ejército, hasta alcanzar las cincuenta unidades38.

Figura 8.

Ilustración publicada en la revista Nuevo Mundo el 24 de octubre de 1914, cuyo pie de figura dice textualmente: “Ilustres científicos a quienes el Gobierno francés encomendó el estudio y experimentación del aparato Sánchez, en el local del Servicio Radiográfico Militar de Burdeos. 1, Profesor Bergonie, Jefe de Servicio Central de Radiografía. 2, Doctor Lamoreaux, Jefe Superior de Sanidad Militar. 3, Don Mónico Sánchez, inventor español. 4, Doctor Ruiz Ibarra, médico director de la casa constructora, y encargado de instruir en el manejo del aparato Sánchez a los médicos militares franceses”.

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Hay que señalar que no era la primera vez que este aparato era utilizado en una contienda bélica. En enero de 1912, cuando los soldados españoles se batían en la Guerra del Rif (1911-27), Mónico Sánchez ofreció gratuitamente uno de sus equipos para el ejército al presidente del consejo de ministros, José Canalejas, añadiendo la prensa que recogía la noticia que “El ejército americano lleva el aparato Sánchez en sus ambulancias sanitarias” 39. Debía tratarse de algunos de los equipos de su etapa americana, fabricados como Collins-Sánchez o Sánchez Laboratory. También la Armada española hizo pruebas de las distintas capacidades del aparato Sánchez40.

Los Estados Unidos entraron en la Gran Guerra en abril de 1917. Sus tropas traían consigo un nuevo modelo portátil estándar de rayos X fabricado específicamente para el ejército por General Electric, basado en la siguiente generación de tubos de rayos X, el tubo de Coolidge, del que son herederos los tubos actuales41. No obstante, el aparato de Sánchez siguió utilizándose para usos médicos durante los siguientes años. En 1933, Sánchez había donado un aparato a la Cruz Roja para sus “ambulancias sanitarias”. También en la Guerra Civil fue utilizado por el bando republicano en los Hospitales de Sangre41.

Aportación a la radiología española

Mónico Sánchez estableció una relación de cooperación estrecha con alguno de los socios fundadores de la Sociedad Española de Electrología y Radiología Médica. Así, Antonio Piga, quien sería presidente de la sociedad en 193624 y catedrático de Medicina legal en la Universidad de Salamanca, colaboró estrechamente con él durante su estancia en Toledo, haciendo una presentación conjunta del aparato en el Colegio de Médicos de Toledo42 y realizando algunas publicaciones conjuntas con él43–45, y Vicente Isaac Corvo, ginecólogo y socio fundador de la Sociedad de Radiología, publicaría años más tarde un epígrafe sobre el aparato Sánchez en su libro sobre tratamientos de alta frecuencia y diatermia en ginecología, expresando lo siguiente46: “guiado por los buenos resultados, que en la práctica he obtenido de este aparato, hago su descripción por si pudiera interesar a algún compañero”. Por su parte, Ruiz Ibarra, como director médico de la empresa de Mónico Sánchez, publicó un epítome para la formación específica en el aparato de Sánchez47.

Pero la contribución más notable fue la importante difusión de la radiología y electroterapia entre los médicos de toda España mediante la popularización de su invento, consiguiendo poner los beneficios de esta tecnología al alcance de poblaciones que, por su reducido número de habitantes, era impensable que pudieran disponer de ella48. Aunque no se conservan facturas ni otras listas, en la memoria del laboratorio para solicitar un préstamo en 1919 se incide en la penetración del aparato Sánchez en pequeñas poblaciones, destacándose que de otra manera sus médicos no habrían tenido acceso a estas técnicas49:

“El empleo de este aparato se ha generalizado hasta en las poblaciones más pequeñas, y entre el gran número de aparatos que se han instalado en España en los últimos 4 años, pasan de 800, hay varias poblaciones de menos de 1000 habitantes, cuyos pueblos por su pequeña importancia, jamás podía imaginarse antes de conocerse este invento que llegarían a disponer de aparatos productores de Rayos X y otras muchas aplicaciones médicas, y esto demuestra de una forma muy evidente, que este invento viene a popularizar una ciencia que considerándola de absoluta necesidad para el alivio de las dolencias humanas, no podía generalizarse por los medios antes conocidos”.

Otros usos

El aparato Sánchez, que utilizaba un tubo de rayos X de Crookes, no se adaptó a la progresiva pero irresistible irrupción del tubo de Coolidge, que utiliza un cátodo caliente de wolframio con el anticátodo incrustado en el ánodo, lo que lo hace más eficiente y resistente, consigue mayor nitidez de la imagen y mejor control de la radiación, aunque precisa refrigeración con agua para disipar el calor producido50. El uso generalizado del tubo de Coolidge para la generación de rayos X se produjo a partir de los años 30 del pasado siglo, pero el aparato Sánchez se siguió dedicando a la docencia de la Física, para lo que se diseñaron multitud de experimentos y tubos de descarga. Se usó en general para la didáctica de fenómenos eléctricos; así, el aparato Sánchez aparece en diferentes textos de física para estudiantes de medicina, como el libro Física para Médicos, de Julio Palacios51 o el Curso elemental de Física para Estudiantes de Medicina, de Pérez Martín52, decano de la facultad de Ciencias de Salamanca.

Epílogo

Sánchez recibió numerosos reconocimientos y premios: Exposición de Aplicaciones de la Electricidad (Madrid, 1910); Congreso Odontológico de Madrid (1911); Premio del Fomento del Trabajo Nacional (1913); Medalla de Oro de Ciudad Real (1914); I Congreso de Medicina (Madrid, 1919); Congreso Nacional de Ciencias Médicas (Sevilla, 1924); Exposición Internacional de Barcelona (1929); Exposición Internacional de Sanidad (Madrid, 1933)5,7. En 1932, recibió el doctorado honoris causa en Ciencias Electrotécnicas por la Escuela Libre de Ingeniería de Río de Janeiro (Brasil). En 1935, fue elegido presidente de la Cámara de Comercio de Ciudad Real5. Al comienzo de la Guerra Civil fueron incautados la central eléctrica y el laboratorio. En agosto, unos milicianos se llevaron a su ayudante y primo Juan Mota con resultado fatal. El laboratorio fue usado como cuartel del Ejército de Extremadura del general Escobar. Luego los falangistas acusaron a Mónico Sánchez del asesinato de Mota, aunque finalmente no fue procesado3. Después de la contienda, el negocio fue languideciendo en medio de la penuria de la posguerra y el aislamiento internacional del régimen franquista7. Mónico, fiel a su carácter luchador, jamás se rindió, aunque no funcionasen sus intentos de relanzar la fábrica con patentes traídas desde Estados Unidos, incluso a pesar de la pérdida de su esposa y cuatro de sus cinco hijos. Abrió en su pueblo una fábrica de hielo, una gasolinera e incluso un cine26. Mónico Sánchez Moreno falleció en Ciudad Real el 6 de noviembre de 1961. Su familia, que había conservado sus aparatos junto con más de 200 tubos de rayos X, los donó en 2010 al Museo Nacional de la Ciencia y la Tecnología, que expone algunos de los mejores ejemplares en su sede de La Coruña53. Los aparatos de Sánchez eran tan fiables que siguen funcionando hoy en día a la perfección. Algunos, adquiridos para la docencia de la Física se conservan en centros de enseñanza, como en el colegio de la Inmaculada de Gijón, en el colegio San Francisco de Paula en Sevilla10, en la Universidad Complutense de Madrid o en diferentes museos de Medicina de toda España.

Conclusión

En esta época en la que la inteligencia artificial parece que va a dominarlo todo, es oportuno reivindicar la inteligencia natural, la ética de trabajo y el éxito del esfuerzo personal de un hombre hecho a sí mismo que, aunque profundamente enraizado en su tierra, supo encontrar el terreno adecuado donde germinara la semilla del conocimiento que luego expandió sus frutos por todo el mundo, facilitando el acercamiento de la tecnología médica a la cabecera del paciente y mostrando el camino a seguir para la tecnología radiológica futura. En este sentido, Mónico Sánchez Moreno fue un hombre brillante que merece ser recordado como pionero de la radiología portátil.

Autoría

  • 1.

    Responsable de la integridad del estudio: RRR, JPRQ, ENB y FSP.

  • 2.

    Concepción del estudio: RRR.

  • 3.

    Diseño del estudio: RRR, JPRQ, ENB y FSP.

  • 4.

    Obtención de los datos: RRR, JPRQ, ENB y FSP.

  • 5.

    Análisis e interpretación de los datos: RRR, JPRQ, ENB y FSP.

  • 6.

    Tratamiento estadístico: N/A.

  • 7.

    Búsqueda bibliográfica: RRR, JPRQ y FSP.

  • 8.

    Redacción del trabajo: RRR, JPRQ, ENB y FSP.

  • 9.

    Revisión crítica del manuscrito con aportaciones intelectualmente relevantes: RRR, JPRQ, ENB y FSP.

  • 10.

    Aprobación de la versión final: RRR, JPRQ, ENB y FSP.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Agradecimientos

Queremos expresar nuestro agradecimiento a los herederos de Mónico Sánchez Moreno por la cesión de algunas fotografías que ilustran este artículo.

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