Uno de los grandes tópicos del discurso políticamente correcto es el carácter beneficioso de los productos naturales, mientras que se recela de los productos de síntesis y se les atribuyen propiedades perniciosas. Todo en ese discurso es falso: la distinción entre natural y sintético, así como hacer caso omiso de los peligros y de los numerosos productos tóxicos que contiene la naturaleza, sin olvidar los grandes beneficios producidos por la incorporación de productos que la naturaleza no elabora espontáneamente y que son obra del hombre.
La superchería pseudoprogresista rinde culto a las dietas, las vitaminas y todo tipo de supuestas fuerzas curativas y canales energéticos, y acusa a la industria farmacéutica de intoxicar a la población con los actuales medicamentos. El problema es que el cáncer, la diabetes, el sida, la malaria y la tuberculosis tienen causas científicamente establecidas y disponen de tratamientos evaluados por numerosos ensayos clínicos, mientras que el apio, las cebollas, la meditación y todo tipo de hierbas y plantas no han podido demostrar sus cualidades, y cuando lo hacen dejan de ser productos naturales para convertirse en medicamentos.
La última anécdota relacionada con los pseudonaturistas ha sido protagonizada por el médico alemán Matthias Rath, que acusa a las compañías farmacéuticas de crímenes contra la humanidad por tratar a los enfermos de sida con medicamentos que, según él, son venenosos y responsables de miles de muertes, que se evitarían si los enfermos de sida tomasen vitaminas. No es sólo un gran disparate, la gravedad del asunto es que esta falacia satisfará a muchas personas dispuestas a creer que la naturaleza es buena y les curaría por sí sola si se alimentaran bien, gente que acogerá con agrado, tomándola por progresista, la acusación de que la industria farmacéutica carece de escrúpulos y se enriquece intoxicando a los enfermos. Un dato significativo: el denunciante, que a su vez ha sido denunciado por la industria farmacéutica a raíz de sus acusaciones, es un fabricante de vitaminas, las mismas que recomienda para sustituir el tratamiento con antirretrovirales. Los incautos son un apetitoso mercado y los negocios son los negocios.